“Y ustedes ¿Ya escogieron?...”
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A los pocos instantes, nos abrió un señor, que como me había advertido V.G.T.1, era de su misma edad, acaso ligeramente más robusto. Nos miró de arriba abajo mientras que sus ojos se abrían y no podía contener una sonrisa maliciosa. Todo esto en fracciones de segundo porque inmediatamente nos dio la bienvenida de una manera muy cordial y de la misma forma nos pidió que entráramos a su domicilio. Su casa era similar a la de su amigo, pequeña, antigua llena de objetos del pasado, muchas fotos en las paredes… Se notaba que ambos vivían bien sin llegar a poder tener extravagancias decadentes pero si el de darse “cierto gustos” con alguna frecuencia.
Adentro del domicilio ya se encontraba V.G.T1, quien a su vez, también nos recibió de manera festiva, casi a manera de celebración. Después de invitarnos a tomar asiento en la salita, V.G.T1, se levantó discretamente y de la misma manera me llamó por mi nombre de trabajo. Me levanté y fui a su encuentro a un lado del comedor, que en sí, era la misma pieza solamente que se encontraba en el extremo opuesto. Sin decirme nada, me tomó de la mano y me dio un fajo de billetes, entonces se acercó a mi oído y en voz bastante bajita me dijo que fuera al baño, es decir, para que contara libremente el dinero. Con un volumen similar le pregunté “¿Siempre quien con quien?”, a lo que me contestó de forma casi inaudible que al ratito nos pondríamos de acuerdo y que por lo pronto fuera al baño y contara el dinero.
Así lo hice. Me había dado el dinero de ambas. Cuando regresé, desde el comedor miré a Ross y de la manera más sutil que pude, hice un movimiento afirmativo con la cabeza dándole a entender que ya nos habían pagado. Esto hizo que Ross se relajara más aún, si es que eso fuera posible, cruzando las piernas y aumentando la longitud horizontal y arqueada de su sonrisa. Aún así, cuando me senté en el sofá casi frente a ella, quiso asegurarse y con una señal de sus dedos índice y pulgar encorvándolos hasta formar un semicírculo, (Que aquí significa dinero), sin hablar, movió la boca diciendo “¿Ya?”. Esta vez mi señal afirmativa fue cerrando los ojos lenta y discretamente. Con esto ella supo que ya nos habían pagado.
Los dos viejitos trataron (y lo lograron) de ser amables con nosotras. Nos ofrecieron una cerveza y aunque estábamos sin comer puesto que veníamos directamente de trabajar, la aceptamos. Es decir, yo la acepté cuando vi que Ross hizo lo propio sin dudar. Les dije que no había comido y uno de ellos me respondió que aprovechara la vida que él a mi edad… etc. Y que por lo mismo, ellos no podían darse el lujo de tomar demasiado, entre semana y a primeras horas de la tarde, no era momento para beber cerveza.
“Bueno, muchachas y ustedes ¿Ya escogieron con quien quieren estar?” Nos preguntaron los viejitos. Les respondimos con un “NO” alargado y sonriente, agregando que ellos deberían de ser quienes escogieran. Después de un par de minutos de amable discusión y de risas nerviosas de nosotras, los viejitos encontraron la solución de una manera muy prudente…
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A los pocos instantes, nos abrió un señor, que como me había advertido V.G.T.1, era de su misma edad, acaso ligeramente más robusto. Nos miró de arriba abajo mientras que sus ojos se abrían y no podía contener una sonrisa maliciosa. Todo esto en fracciones de segundo porque inmediatamente nos dio la bienvenida de una manera muy cordial y de la misma forma nos pidió que entráramos a su domicilio. Su casa era similar a la de su amigo, pequeña, antigua llena de objetos del pasado, muchas fotos en las paredes… Se notaba que ambos vivían bien sin llegar a poder tener extravagancias decadentes pero si el de darse “cierto gustos” con alguna frecuencia.
Adentro del domicilio ya se encontraba V.G.T1, quien a su vez, también nos recibió de manera festiva, casi a manera de celebración. Después de invitarnos a tomar asiento en la salita, V.G.T1, se levantó discretamente y de la misma manera me llamó por mi nombre de trabajo. Me levanté y fui a su encuentro a un lado del comedor, que en sí, era la misma pieza solamente que se encontraba en el extremo opuesto. Sin decirme nada, me tomó de la mano y me dio un fajo de billetes, entonces se acercó a mi oído y en voz bastante bajita me dijo que fuera al baño, es decir, para que contara libremente el dinero. Con un volumen similar le pregunté “¿Siempre quien con quien?”, a lo que me contestó de forma casi inaudible que al ratito nos pondríamos de acuerdo y que por lo pronto fuera al baño y contara el dinero.
Así lo hice. Me había dado el dinero de ambas. Cuando regresé, desde el comedor miré a Ross y de la manera más sutil que pude, hice un movimiento afirmativo con la cabeza dándole a entender que ya nos habían pagado. Esto hizo que Ross se relajara más aún, si es que eso fuera posible, cruzando las piernas y aumentando la longitud horizontal y arqueada de su sonrisa. Aún así, cuando me senté en el sofá casi frente a ella, quiso asegurarse y con una señal de sus dedos índice y pulgar encorvándolos hasta formar un semicírculo, (Que aquí significa dinero), sin hablar, movió la boca diciendo “¿Ya?”. Esta vez mi señal afirmativa fue cerrando los ojos lenta y discretamente. Con esto ella supo que ya nos habían pagado.
Los dos viejitos trataron (y lo lograron) de ser amables con nosotras. Nos ofrecieron una cerveza y aunque estábamos sin comer puesto que veníamos directamente de trabajar, la aceptamos. Es decir, yo la acepté cuando vi que Ross hizo lo propio sin dudar. Les dije que no había comido y uno de ellos me respondió que aprovechara la vida que él a mi edad… etc. Y que por lo mismo, ellos no podían darse el lujo de tomar demasiado, entre semana y a primeras horas de la tarde, no era momento para beber cerveza.
“Bueno, muchachas y ustedes ¿Ya escogieron con quien quieren estar?” Nos preguntaron los viejitos. Les respondimos con un “NO” alargado y sonriente, agregando que ellos deberían de ser quienes escogieran. Después de un par de minutos de amable discusión y de risas nerviosas de nosotras, los viejitos encontraron la solución de una manera muy prudente…
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12 Comentarios:
A la/s enero 09, 2008 2:08 a.m., D.R.G. dijo...
jajaja... pues chin cham pu (piedras papel o tijeras)
A la/s enero 09, 2008 4:19 a.m., juan rafael dijo...
Se nota que hay buen rollete.
A la/s enero 09, 2008 7:48 a.m., Tina Marie dijo...
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((JaN!s...*)):
Jajajajja. No es mala idea. =)
Besitos.
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A la/s enero 09, 2008 7:48 a.m., Tina Marie dijo...
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juan rafael:
Sí =)
Saludos.
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A la/s enero 09, 2008 12:59 p.m., baplun dijo...
Uao, que momento, cuanta incertidumbre, no me puedo imaginar todo lo que les paso a ustedes dos por la mente en ese instante, pero vuelvo a repertirte ojala y que no haya pasado nada malo, al contrario que todo haya sido bien y rapido, realmente la idea de que ustedes esten ahi, con la posibilidad de que ellos le pudiera pasar algo me intraquiliza.
Cuidate mucho, mi niña bella, bye.
A la/s enero 09, 2008 1:08 p.m., Alfred dijo...
Sera posible que Tsunami Ross (como alguien la llamo anteriormente) se pudiera relajar aun mas???
Mas sabe el diablo por viejo....
Saludo Marie, un beso niña
A la/s enero 09, 2008 3:08 p.m., Luis Ricardo dijo...
¿Intercambiamos links? soy un chico muy visitado y me gusta mucho tu blog.
A la/s enero 09, 2008 4:11 p.m., Tina Marie dijo...
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Baplun:
Pues sí, siempre es un riesgo, a pesar de la edad de los dos...
Saludos.
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A la/s enero 09, 2008 4:12 p.m., Tina Marie dijo...
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Alfred:
Eso ni hablar... Más sabe el diablo por viejo...
Saludos.
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A la/s enero 09, 2008 4:12 p.m., Tina Marie dijo...
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Luis Ricardo:
Bioenvenido.
Me alegra que te guste mi blog.
Saludos.
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A la/s enero 09, 2008 4:36 p.m., LicCARPILAGO dijo...
tina, tina, tinaaaa.... me tienes asi desde el año pasado!!!!
espero con mucho (MUCHOOO) interes el siguiente post!!!
A la/s enero 09, 2008 4:41 p.m., Tina Marie dijo...
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LicCARPILAGO:
No sé que decir... =( Tal como lo prometí el post de hoy es nuevo...
Saludos.
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