Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

viernes, 20 de abril de 2007

Tina Marie 13

martes, diciembre 19, 2006

Y seguía dándome dinero

Durante la comida recordé su frase que me daba vueltas en la cabeza. “…Que a él le gustaba mandarme sucia siempre. Que si de ahí me iba con otro, el otro se tomara la molestia de limpiarme…”.

Le pedí que lo aclarara, respondió que sentía que era muy pronto para tener una relación más seria conmigo, además de que la diferencia de edades sería un obstáculo, no por nosotros sino por los seres que nos rodeaban. Comprendí y estuve de acuerdo, le pedí que dejara muy claro si ambos teníamos libertad de ver a alguien más, me lo confirmó, no me gustó la idea pero comprendí que no se podía hacer nada al respecto. Seguíamos comiendo y aproveche el momento para reiterarle que cuando dijéramos que se trataría de un rapidín, eso fuera, las sesiones maratónicas me tenían exhausta y se lo hice saber.

Respondió que a pesar de lo erótica que era alcanzaba el orgasmo con mayor rapidez y facilidad que las demás, y eso me convertía en una mujer “muy rara”, que para un hombre lo más difícil era hacer que la mujer llegara al orgasmo y aguantar hasta que pasara, pero conmigo era diferente, encogí los hombros y dije, “así soy”.

Dijo que no perdiéramos de vista que lo mío era el erotismo y que él estaba determinado a llevarme por pasajes y senderos que ni en mi sueño más erótico había imaginado. Le pedí que profundizara y contestó que esas cosas no se platican, se hacen, al narrarlas perdían impacto, simplemente era cuestión de analizar lo que había ocurrido ese día y el gran paso que yo había dado, que estaba orgulloso de lo que había logrado, que no esperaba menos de mí, ya que sabía que lo lograría.

Con tantas ideas y palabras lo único que me quedó claro fue que ambos éramos libres de salir con quien quisiéramos, todo lo demás fue confuso, le repetí lo que los rapidines deberían de ser eso, él asintió con la cabeza. Preguntó por qué insistía tanto en los rapidines, me pidió que ahondara en el tema, le respondí que tenía ganas de sentirlo dentro a diario, pero que mi cuerpo pedía descanso con sesiones no prolongadas, dijo que si al menos de vez en cuando, una vez por semana, encogí los hombros sin saber que le quise decir.

Pidió la cuenta y me dijo que le llamara al día siguiente, de manera pícara le pregunté, si rapidín, y respondió que por supuesto ya que estaría ocupado. Me llevó al lugar donde me había recogido y al detener el auto me besó atrayéndome hacía él, tomó mi mano, la llevo hacia su entrepierna para que le apretara la verga que seguía gordita sin estar parada y me dijo al oído, “con esta mano me agarras la verga y con la otra el dinero”. Hizo que la estirara poniéndome en la palma un billete que sin verlo metí en mi bolsa.

Fue hasta la noche en casa que vi que tenía dos billetes enrollados, uno era el equivalente a veinte dólares y el otro a diez, pero en moneda nacional que en ese entonces valían más.

Una amiga y yo conocimos a un par de chicos ese mismo día y fuimos a tomar una copa con ellos, sin embargo no me sentí a gusto, solo lo hice para reafirmar mi libertad, cada vez me daba cuenta que no me incomodaba salir con dos o más hombres a la vez aunque no hubiera compromiso, de cualquier manera me dije que no podía enfocarme en alguien que no pintara nada en el futuro.

Me abstuve de llamar a ÁngelU como me lo pidió, llegué a la conclusión de que no tenía ganas ni siquiera de una penetración fugaz pero al día siguiente sí le llamé, tenía curiosidad de saber si era capaz de cumplir su palabra. Pasé a una farmacia y compré condones. Desde un teléfono público marqué su número y el “ring-ring” que antes me causaba taquicardia en esta ocasión me fue indiferente, no así su voz. Me saludó con gusto y amabilidad, pregunto que porqué no había llamado el día anterior y le dije que no había podido, me pidió que inmediatamente tomara un taxi y fuera a su oficina, “rapidín” le pregunté y respondió que por supuesto, que no tenía tiempo para más y que quería metérmela, preguntó que si yo tenía ganas de que me la metiera, con risa que trate de disimular pero con pena y nervios le dije que sí, me dio el piso y número de su oficina.

Tomé el primer taxi, al llegar tuve que esperar hasta que pudo recibirme, abrió la puerta del despacho y cerró con llave, me abrazó y besó diciéndome que me pintara la boca mucho, en cuanto lo hice me dijo que me hincara, se la empecé a chupar hasta que se la dejé bien parada, me dijo que me hubiera puesto vestido, yo traía pantalones, sólo encogí los hombros, me acercó al escritorio bajándome pantalón y calzón, hizo que me apoyara dándole la espalda, le dije que traía condones y me pidió que se lo pusiera, al hacerlo de nuevo le di la espalda y me la metió sin consideración como me tenía acostumbrada, sus primeros movimientos fueron más rápidos y bruscos de lo habitual.

En segundos la metía y sacaba sin consideración, me estaba rozando, sentía algo poco común, era una sensación de quererme venir rápidamente, era algo que se agolpaba en mi cabeza de manera súbita y no como otras ocasiones, en segundos llegué al orgasmo y grité. ÁngelU estiró su mano tapándome la boca mientras hacia movimientos circulares con su pene y caderas. Mientras lo hacia me dijo que le dejaría la oficina apestando a sexo, soltó mi boca y ya desfallecida coloqué mi cuerpo sobre el escritorio. Empezó su aceleración final, tomo con firmeza mis caderas para meter y sacar su verga, sus últimos movimientos fueron estroboscopicos como eléctricos, para por fin eyacular.

Cuando me la sacó quedé en la misma posición, le pedí que por favor me limpiara, y dijo que le gustaba dejarme sucia como me lo había advertido, le pedí que cuando menos quitara el exceso de humedad, que me limpiara las ingles y muslos porque así no podría incorporarme, ensuciaría el pantalón y que en mi parte íntima pasara un pañuelo para quitarme la humedad, a regañadientes lo hizo, no quería, pero cuando le dije que mancharía mi pantalón ya había un charco sobre el vidrio del escritorio a la altura de mi pubis. De todos modos me dejó sucia como le gustaba, debido a la postura hasta mi monte de Venus quedó batido, no me preocupó porque se ensuciaría el calzón y no el pantalón, así que no discutí. Una vez vestidos dijo, ¿así o más rápido?, respondí que así estaba bien pero que más rápido sería mejor, reaccionó con disgusto diciendo, “no soy conejo”, solté la carcajada diciéndole, “que lástima…”

Se llevó la mano a la bolsa y con voz autoritaria dijo, “ten”, estiré la mano y tomé el billete que me daba, me dijo que sin falta le hablara al día siguiente, antes de abrir la puerta me beso y se despidió.

No recuerdo la cantidad que me dio, quizá el equivalente a veinte o treinta dólares, lo que sí recuerdo es que en el taxi yendo muy agusto confirmé que los rapidines me gustan, por encima de los maratones…
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miércoles, diciembre 20, 2006

Empezaba a ser sólo un objeto de placer...

Dejé pasar unos días, esperé al jueves o viernes para hacerlo, tuve la idea de pasar cerca de su oficina y llamarle, en caso de que me pudiera recibir, estaría a un par de calles de ahí. Busqué un teléfono y lo hice, me contesto gritando de gusto, dijo que necesitaba verme en ese momento que había estado pensando en mí, entendí que la traería parada ya, le informé que me encontraba muy cerca de su oficina y que no habría necesidad de tomar taxi, me dijo que para no hacerme esperar dejaría instrucciones en la entrada para que me condujeran a donde me estaría esperando, preguntó si traía vestido y le dije que traía falda, se alegró diciéndome que fuera a paso veloz, que llegara corriendo, me reí y terminamos la conversación.

Llegué y me identifiqué, me indicaron como llegar a la oficina donde me esperaba, metí la mano a mi bolsa y reconocí un condón, presentía que por su calentura seria capaz de tomarme sin el. Toqué la puerta e inmediatamente abrió, su saludo fue desesperado, cerró y sin preámbulos me dijo que me quitara los calzones, quedé sorprendida, si bien esperaba que tuviera prisa, no esperaba tanta.

Bajó su pantalón y vi su pene apuntándome erguido, rígido, duro, levanté mi falda, me quité el panty y le dije que le pondría el condón, hazlo ya, dijo seriamente. Se lo puse y ni tiempo me dio para besar o lamer su pene, nuevamente con voz autoritaria dijo que me volteara y empinara. Lo obedecí sintiendo los suyos en mis nalgas que estaba ya abriéndomelas y separándome los pelos para aclarar el camino que iba a tomar. Intento metérmela de un golpe pero como no estaba húmeda y por la resequedad del condón no pudo ni siquiera meter la cabeza.

Siguió dándome empujones pero no avanzaba, hubo un momento en que nos quedamos atorados, no podía ni meterla ni sacarla, siguió empujando y después de muchos intentos logró meter casi la mitad, pero de nuevo quedamos atorados. Tomó aire y volvió a empujar sin resultados, debido al atoramiento se detuvo haciendo una pausa para tomar energía y continuar. Por fin logró meterla hasta topar y sacarla lentamente, con esos movimientos su verga entraba y salía con facilidad, aunque siempre con mucha fricción, me lastimaba pero yo misma había pedido hacerlo de manera rápida y prefería el dolor a la sensación de saciedad y cansancio que me daba en las sesiones largas.

Comenzó a moverse con rapidez buscando desahogarse, utilizando mi cuerpo para ello. Comenzó a invadirme una extraña sensación de excitación al sentir y pensar eso, excitación muy distinta a las que había experimentado hasta ese momento, sentir que ÁngelU estaba simplemente usando mi cuerpo para satisfacerse, me calentó enormemente. Mi calentura fue muy diferente a las que conocía, estando así no llegaría al orgasmo, lo presentí y me llene de satisfacción para la que no tengo palabras.

ÁngelU seguía con sus movimientos fuertes y bruscos mientras mi excitación me obnubilaba, no conté sus movimientos pero no habrán pasado de treinta o cuarenta, cuando por fin explotó dentro de mí y del condón. La sacó con cuidado, había vuelto el caballero que conocía, al sacarme la cabeza oí un plop desde mí entre pierna, me ardió al sacarla porque se había quedado atorada el cuello de su pene en mi vagina.

Preguntó si me había gustado y respondí que me había encantado que pensara en mí más seguido, eso facilitaría tener rapidines. Pensé que sería bueno no verlo todos los días, con lo que había pasado me había demostrado que si nos dejábamos de ver unos días su deseo sería mayor y sería más fácil terminar rápido. Todo ocurrió en un lapso no mayor a diez minutos, eso era ideal, cuando menos para mí.

Me dijo que le hubiera gustado que mi apetito sexual fuera mayor pero ya que así estaban las cosas se adaptaría, agradecí su consideración y le reiteré que me encontraba feliz por haberlo hecho en tan poco tiempo, creo que fue la primera vez que me penetraban sin haber tenido que hacerle oral al hombre. Me invadía un sentimiento de bienestar y alegría después de terminar dentro de esa oficina. ÁngelU lo noto, vi como me miraba, como si fuera un animal raro, me dijo que la mayoría de las mujeres desean sesiones prolongadas tantas veces como se pueda, negando con mi dedo le dije yo no, que de vez en cuando estaría bien, pero que mi cuerpo no necesitaba tanto. Insistió en que era extraño ya que era evidente que no era frígida, por eso cada vez pedía más, volví a negar y repetí que yo no.

Antes de despedirnos me dijo que le llamara el sábado para ir a comer, lo interrumpí preguntándole si seria “rapidín”, suspiró y me dijo que sí, siempre y cuando el domingo le permitiera llevarme por los senderos del erotismo como el domingo anterior. Le dije que me interesaban esos caminos, que quería recorrerlos de su mano siempre y cuando no se tratara de una maratón, respondió que ya debería haberme dado cuenta que no es necesaria una sesión maratónica para disfrutar del erotismo más exaltado, pero le dije que el problema es que a él asociaba el maratón con erotismo, el próximo domingo no será maratónico dijo, pero la dosis de erotismo será muy alta.

Asentí y me despedí, me dijo que esperara, extendió su mano y me dio dinero para el taxi, lo tomé y lo eché a la bolsa sin verlo, ya en la puerta sin abrirla todavía me dijo “espera”, levantó mi falda y metió su mano bajo el calzón, quería verificar si estaba lo suficientemente sucia para irme, sonreí y me pasó la mano tratando de embarrarme lo más posible, yo misma levanté las nalgas para ayudarlo en su objetivo, después de todo era bueno conmigo y hasta las sesiones maratónicas las hacía para complacernos ambos, sólo que no esperaba que mi cuerpo no deseara tanto sexo.

Noté que lo invadió una sensación de alegría al ver que ponía de mi parte para facilitarle el trabajo, después de unos pasos se seca lo que traigas y te sale nuevo y le di un gusto después de que me lo había dado a mí primero. Cuando sacó la manó me jaló y me besó, no nos habíamos besado, no me dejaría ir sin algunos besos.

Salí del edificio con sensación de relajación y alegría, me había encantado tener un verdadero rapidín por primera vez sin oral en esa ocasión y apenas treinta y cinco minutos antes había entrado a ese lugar, fue tal la sensación que no recuerdo como regresé, lo que sí recuerdo es como fueron las sesiones del siguiente fin de semana…

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jueves, diciembre 21, 2006

Parecía que yo dominaba, no lo sé…

Llegó el sábado, tenía interés por dos cosas, la primera y más importante era saber si cumpliría su promesa aún teniendo tiempo libre tendríamos un “rapidín”. No era lo mismo en su oficina y con sus ocupaciones que en fin de semana en la casa o el departamento de alguno de su confianza con todo el tiempo disponible. La segunda que en esos momentos no me interesaba tanto, era lo que llamaba “nuevos escalones del erotismo” o algo así, tenía curiosidad pero si el precio era una sesión maratónica no estaba dispuesta a pagarlo.

Afortunadamente mi cuerpo no pide tanto, quizá por que desde muy joven tuve muchas experiencias y no dejé que se acumulara demasiada necesidad en mí. Cuando íbamos en el auto me dijo que quería algo rápido, que traía prisa y de nuevo iríamos al departamento de PonchI, agregó que su amigo saldría un momento y nos dejaría solos. La sola promesa de tener sexo que no fuera largo sino lo opuesto me hizo aceptar ir de nuevo a ese lugar. Además PonchI siempre fue amable y sus reacciones naturales y sin morbo me inspiraban confianza.

Al llegar nos recibió en forma amable, inmediatamente me ofreció algo de beber lo cual no acepte, me dijo que cualquier cosa, se me hizo feo rechazarlo y de la cocina me trajo un refresco de cola en lata cerrada. Estaba nerviosa, sabía que PonchI sabía el motivo de mi presencia ahí y también sabía que PonchI sabía que yo sabía.

Aun así nos sentamos a conversar, no recuerdo cuales fueron los temas, únicamente sé que reímos y me empecé a relajar. Se disculpo por salir a comprar cigarros y comprendí que era la señal que ÁngelU esperaba para tomarme, yo traía cigarros y ÁngelU también.

No quise ser obvia, pensé que en el futuro inmediato cuando ÁngelU y yo hubiésemos terminado y que PonchI regresara y nos viera con cigarros le diría que yo traía cigarros y le ofrecería uno. Reaccionó como yo lo esperaba, dijo que faltarían, que lo agradecía pero iría aun así a la tienda, mencionó que las tiendas de alrededor no estaban muy surtidas así que iría a una más lejana.

Cuándo se fue ÁngelU y yo nos vimos a la cara, sonrió se me acercó y me dio un beso, con palabras suaves me preguntó rapidín, simplemente respondí “ajá”, ¿segura? insistió, y respondí de manera idéntica a la anterior, dijo que estaba de acuerdo pero que no olvidara que al día siguiente habría erotismo, contesté que sí siempre y cuando no fuera largo, que él mismo me había dicho que para que hubiera erotismo no era necesario que la sesión se prolongara demasiado. Con estas palabras accedió y prometió que habría erotismo sin que me cansara.

Como seria un rapidín me vestí considerando lo más adecuado para la ocasión, era un conjunto de pants y sudadera para hacer ejercicio, son fáciles de poner y quitar, unos tines (calcetas al tobillo) y zapatos tenis. Esto lo menciono porque me dijo que me desnudara ahí mismo a lo cual me negué argumentando que PonchI podría regresar en cualquier momento y me replicó que si quería rapidín tendría que ser ahí mismo en la sala. Tuve que aceptar y me desvestí mientras ÁngelU iba hacia la puerta a cerciorarse de que estuviese cerrada.

ÁngelU se quitó los pantalones y el bóxer, me dijo que me volteara poniendo un pie en el respaldo del sofá, sentí una mano en la espalda y me empujaba para empinarme, quedé con un pie en el suelo y el otro en el respaldo del sofá y con la espalda hacia delante.

Se hincó atrás de mí y comenzó a hacerme oral desde atrás como siempre, me abrió las nalgas, me olió y empezó a lamerme los genitales, pasó al ano y continuó lamiéndome, en un momento metió la punta de su lengua en mi orificio vaginal, dejó un segundo de hacerlo y exclamó que estaba “muy a su gusto”, que lo estaba disfrutando pero de todos modos le reclamé, ¿no que rapidín? y respondió que sí, sólo quería saborearme ya que en toda la semana no lo había hecho. Lo seguí apurando hasta que me dejó de lamer y me pidió que se la chupara. Me hinqué y me la metí en la boca usando la técnica para que se les pare muy pronto y te pidan que lo dejes de hacer o se vienen en tu boca.

Tal y como lo esperaba no pasó un minuto cuando ya estaba gimiendo y pidiéndome que dejara de mamarle la verga, obedecí mirándolo a los ojos como preguntando que seguía o como lo haríamos, le dije que sin condón no lo haría, fue a su pantalón y sacó uno que él mismo se lo colocó, supuse que lo haríamos en el sofá aunque no tenía idea de la posición que escogería. Quise adelantarme y me acerqué al sofá, me dijo que ahí no y señaló una silla recargada a una pared, arqueé las cejas y encogí los hombros, no tenía idea de que pretendía. Se sentó en la silla, me dijo que me encajara en él, di la espalda y cuando iba a sentarme me dijo no, así voltea y dame la cara, ya había visto posiciones similares en películas porno.

Puse mis pies a los lados de la silla, doble las rodillas hasta que sentí la punta de su miembro. ÁngelU tenía la base sujeta con una mano para que no se desviara o doblara. Poco a poco fui enterrándome sólita, me dolió muchísimo y no me cupo toda, así que no pude dejar caer todo mi peso, me deslicé hasta que topó, ÁngelU empezó con su lenguaje erótico que ya no me incomodaba, de hecho ya lo esperaba sin desearlo o detestarlo.

Una vez que mi vagina se amoldó al grosor de su miembro, que no a su longitud comencé con movimientos rápidos de arriba hacia abajo sin subir mucho para que no se me saliera, con voz entre cortada dijo que no me moviera tan rápido porque se vendría muy pronto, sus palabras me estimularon y reaccioné de una manera que lo confundiría, le dije que sí podría aguantar mucho a pesar de mi rapidez de movimientos. Empecé a moverme como si todo mi cuerpo, en especial mi trasero temblara y ambos comenzamos a gemir y gritándome me dijo que no fuera tan cabrona que así no duraría nada.

A los pocos segundos me dijo que se estaba viniendo y que me moviera tan rápido como me fuera posible y que no dejara de hacerlo hasta que me lo pidiera. Me apalanqué con fuera del respaldo de la silla y moví mis caderas lo más rápido que pude, este movimiento también causó efecto en mí y comencé a experimentar una súbita sensación electrizante que ascendía por la espalda hasta llegar a la nuca y en la parte trasera de la cabeza explotando como una bomba dentro de mí.

ÁngelU eyaculó casi al mismo tiempo quizá un par de segundos después, habíamos tenido un orgasmo simultáneo, no sé quien gritó más fuerte, en mis recuerdos creo que él lo hizo. Comencé a sentir como su pene se empequeñecía dentro de mí y tendía a salirse, apreté la vagina para capturarlo, ÁngelU grito más fuerte un “no” prolongado y lastimoso. Mi reacción fue de risa la cual traté de disimular por respeto al hombre.

Me dijo que no me moviera y esperara a que se me saliera sola, después de unos momentos me levanté y medio condón quedo dentro de mí colgando entre mis piernas, me lo quité inmediatamente, imagino que ha de ser una visión grotesca ver a una mujer de pie que le cuelga medio condón de la entrepierna.

De nuevo había logrado mi deseo, desde que me desnudé hasta que logramos el orgasmo habrían pasado quince minutos y la penetración en sí habrá sido de cinco minutos como máximo, eso me dio felicidad.

No importaba que siguiera, estaba feliz por haberlo logrado en poco tiempo, era como vencer a un contrincante poderoso, ganarle a un experto en sesiones maratónicas y hacerlo a tu entero gusto.

Terminé relajada para lo que viniera ese día, o el siguiente, o ambos.

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viernes, diciembre 22, 2006

Día normal, inquietante el siguiente…

Me levanté, tomé mi ropa y me dirigía al baño, pero ÁngelU me dijo no, vamos a la recámara, la misma donde una semana antes habíamos estado. No discutí, encogí los hombros y lo seguí, cerró la puerta y me pidió que me recostara en la cama, cuando vio mi mirada de asombro dijo que sólo quería revisarme.

Una vez recostada se puso entre mis piernas y se acercó como si me fuera a hacer oral, con sus dedos abrió los labios de mi vulva e hizo una inspección ocular, comenzó a revolver los pelos para cerciorarse que la humedad estuviera extendida a lo largo y ancho de mis genitales incluyendo su paso por mi ano.

Al terminar su inspección se recostó, le dije que nos vistiéramos y solo hizo “shhh” para callarme. Al ver que seguía insistiendo que nos preparáramos para recibir a PonchI que no tardaría en volver se subió sobre mí, me tomó las manos, me abrió los brazos y bajó su cabeza para callarme a besos mientras restregaba su pene que todavía escurría semen en mi monte de Venus. Sus besos me calmaron, mejor dicho acallaron mi voz, en minutos oímos ruidos y la voz de PonchI que había regresado anunciando su presencia, desde su puesto sobre mí, ÁngelU le avisó que estábamos en la recámara, algo respondió PonchI, como diciendo que tomáramos nuestro tiempo o que no nos apresuráramos, no entendí.

En voz baja pero determinante y abriendo mucho los ojos le dije a ÁngelU que nos vistiéramos, y él seguía respondiendo con su “shhh” o con besos sin soltar mis manos y brazos abiertos en cruz. Pasamos algunos minutos en esa posición, al ver que me desesperaba se quitó y permitió que me incorporara. Fui por mi ropa y me senté al filo de la cama para vestirme. Me pidió que me tranquilizara porque lo que estaba viviendo era parte del proceso, que aunque no hiciéramos nada PonchI pensaría que estábamos cogiendo y eso era parte del erotismo.

Seguí vistiéndome sin responderle, por fin salimos de la recámara, y yo seguí hundida en la vergüenza, tanto por que PonchI confirmara lo que ya sabía y por hacerlo en su departamento. No era su recámara, había otra al final del pasillo, pero sí era su casa, que era lo que más importaba, que supiera que tenia relaciones con ÁngelU pasaba a segundo plano porque soy un ser libre y yo sabré con quien lo hago pero ¿en su departamento…? Afortunadamente con PonchiI no había problema, me lo había demostrado las ocasiones que había estado ahí, sin embargo no deja de sentir vergüenza.

Nos sentamos en la sala y la conversación se volvió amena como en otras ocasiones. ÁngelU empezó a hablarle de mí diciendo maravillas acerca de mi persona, mencionó que además de mi físico era una chica de amplio criterio y muy preparada para mi edad, no recuerdo cuantas maravillas más. A mi edad de entonces las adulaciones y halagos impactan más que cuando tienes experiencia, me hacían sonreír en todo momento olvidando la pena que hacía unos minutos antes sentía.

Después de las adulaciones, PonchI pidió algo de comer, quise negarme pero antes de hacerlo ÁngelU me dijo que no había comido y que no desairara a su amigo, no me quedó más remedio que aceptar. No acepté de mala gana porque sabía que lo más difícil ya había pasado, lo vergonzoso o penoso ya había pasado por ese día, así que comer con ellos no me incomodaba, además PonchI me inspiraba confianza, era tan suelto, sin morbo, sin miradas lascivas, actuaba como si nada hubiera pasado, sin juzgarme diría yo, su forma de ser ayudaba a que me soltara dentro de un contexto poco común para una mujer de mi edad.

Llegaron los alimentos y nos sentamos a comer, todo eran risas y temas amables, ambos se deshacían en palabras agradables hacía mi preguntándome si quería algo más, si pedía una servilleta no me dejaban levantar, iba uno u otro a traerla de inmediato, al terminar ni mi plato me dejaron recoger.

Volvimos a la sala y en minutos PonchI me hizo preguntas respecto a que estudiaba y cosas así, pero los temas empezaron ser más candentes cuando empezaron a hablar de erotismo, yo me limitaba a escuchar y mirar. ÁngelU le dijo a PonchI que yo era muy erótica, PonchI asintió con la cabeza y respondió que ya lo había notado, luego se dirigió a mí y confirmó que era muy erótica, que lo proyectaba, y ÁngelU agregó que lo transpiraba, esa última frase me causó gracia dentro de los nervios que me daba el tema y me broto una sonrisa.

PonchI me dijo “qué bueno que a tu edad encontraste a alguien como ÁngelU, lo común es que las chicas conozcan a chavos de su misma edad que por lo general son muy pendejos”. Solté una carcajada porque recordé a ChavoX y a los chicos que mis amigas me contaban que las rondaban. Al ver mi reacción PonchI me preguntó ¿a poco no?, no respondí abiertamente porque sería como dar mi mano a torcer, sería caer redondita dentro de cualquier plan que ÁngelU tuviera en mente, me quedé callada y bajé la mirada.

ÁngelU interrumpió diciéndome que PonchI era un hombre en el cual se podía confiar plenamente, que no me preocupara ni me sintiera mal, palabras que ÁngelU agradeció, por cierto agregó, “le he prometido a Tina Marie para mañana una sesión de alto contenido erótico”. Me asombraron sus palabras, antes mi reacción repitió que PonchI era de confianza, que confiara en él, PonchI lo apoyó diciéndome que no me apenara, que me admiraba por mi educación y cultura, que una mujer ignorante ni triplicándome la edad sabe vivir la vida y que el erotismo es un derecho que todos tenemos de experimentar, de nuevo asentí con la cabeza.

Para no cargar la sesión de ese tema cambiaron el tópico y se aligeró el ambiente, sabían hasta donde y cuando llegar. En el fondo me gustaba porque pasara lo que pasara no me hacían sentir más mal que las pruebas por las que había pasado me hacían sentir dada su naturaleza. Es decir, no hacían nada para hacerme sentir mal a propósito, solo estaban buscando llevarme mentalmente con la menor incomodidad para mí, y claro lo estaban logrando. Nos despedimos de Ponchi, me beso en la mejilla y de nuevo me felicitó, según él por ser guapa.

En el camino le pregunté a ÁngelU donde se llevaría a cabo la sesión tan erótica del día siguiente, me respondió que parte del erotismo era la sorpresa, que si en las sesiones eróticas que habíamos tenido me hubiera advertido qué ocurriría, no hubiesen sido tanto para mí.

De nuevo me dejó pensativa, le pedí que me diera una idea y se negó, únicamente dijo que sería la más erótica de las que hubiera vivido hasta ese momento. Mis ojos se abrieron casi hasta salirse de las órbitas y no se lo pregunté pero lo pensé, ¿más…?. “¡Más!” respondió él al ver mi reacción, aunque no le hubiera externado mi pregunta.

Al llegar a nuestro destino hizo que me hincara en mi asiento, mientras me besaba, con una mano le apreté el miembro y con la otra recibía una cantidad de dinero, al ponerlo en mi mano y quedar su mano libre, me apretó las nalgas. Cuando termino me dijo que por ningún motivo le fuera a quedar mal, que le llamara sin falta por la mañana, que no me iba a arrepentir ya que en el futuro recordaría ese día como algo especial.

Sus últimas palabras sonaron muy fuerte en el fondo de mi psiquis, al grado de no recordar la cantidad de dinero que me dio.

Sobra decir que su idea revoloteó el resto del día en mi cabeza...

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domingo, diciembre 31, 2006

31 de Diciembre del 2006

Hoy por ser el último día de este año, me mueve un poquito a reflexión.
Quiero agradecer a todos aquellos quienes durante casi ocho meses (Se cumplen el cuatro de Enero), han venido a este blog, me han leído, han comentado y de alguna manera me han apoyado a seguir adelante.

Durante todo este tiempo, los días que he dejado de postear, se cuentan con los dedos de una mano. Siempre ha sido por causa de fuerza mayor y no por pereza o decidia. No es fácil. No es fácil sentarse frente a una máquina a tratar de recordar con la mayor cantidad de detalles posibles hechos que me ocurrieron hace algún tiempo. Ha veces ha sido muy cansado para mí, sin embargo, el saber que hay personas que entran aquí con la esperanza de encontrar un nuevo post o simplemente, como en estos días, una foto, me ha estimulado a seguir adelante.

De no haber habido esta respuesta, seguramente hace meses que hubiera abandonado este proyecto que nació como una idea de Don Q y que lo hice solamente para darle gusto. En un principio le dije que lo haría por un par de semanas, luego por un par de meses pero al ver la reacción de los lectores, decidí seguir adelante. Ahora no sé hasta donde pueda llegar pero la idea es terminar el día que me retiré del oficio. Don Q dice que aún después habrá cosas que contar.

El caso es que este blog ha seguido vivo gracias a sus lectores y en especial a sus comentaristas. Una vez un psicólogo me dijo: "Cuando no hay reforzamiento, se extingue la conducta". Ese reforzamiento ha sido el de todos ustedes, queridos lectores y amabilísimos comentaristas.

No puedo pedirles que me sigan apoyando. Eso es algo individual y que en cada uno queda el seguir leyéndome y en especial comentando. Sólo me queda darles las gracias abiertamente y decirles que si Dios me lo permite, aquí seguiré el próximo año, tratando de escribir lo más fielmente a la realidad como hasta ahora.

Para terminar, una cosa sí les puedo garantizar. Como a todos en la vida, conforme fui teniendo más edad, los hechos que viví y me ocurrieron cada vez fueron más fuertes y sobretodo, más frecuentes. Eso hace que sea más difícil recordar los detalles y en especial seguir fielmente la cronología pero, por otra parte, tengo más anécdotas que compartir con todos ustedes.

Gracias de nuevo por este año y que el 2007 esté lleno de felicidad, salud, alegría y prosperidad para todos ustedes.





No sé si a la noche podré venir a quitar la foto pero trataré para cumplir con la tradición y no fallar con la costumbre que a todos gusta de quitarlas en la noche.

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viernes, enero 05, 2007

Decíamos ayer...

Bueno pues el próximo lunes retomaré con la cronología.
Es hora de que las cosas vuelvan a la normalidad.
Por lo pronto, aquí repito el último post de la misma, para refrescarnos un poco la memoria en qué me quedé.
Al final, coloco una foto más para darle cerrojazo a este mini maratón de fotos de las últimas dos semanas. Y desde luego, este fin de semana será foto nueva.


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Me levanté, tomé mi ropa y me dirigía al baño, pero ÁngelU me dijo no, vamos a la recámara, la misma donde una semana antes habíamos estado. No discutí, encogí los hombros y lo seguí, cerró la puerta y me pidió que me recostara en la cama, cuando vio mi mirada de asombro dijo que sólo quería revisarme.
Una vez recostada se puso entre mis piernas y se acercó como si me fuera a hacer oral, con sus dedos abrió los labios de mi vulva e hizo una inspección ocular, comenzó a revolver los pelos para cerciorarse que la humedad estuviera extendida a lo largo y ancho de mis genitales incluyendo su paso por mi ano.
Al terminar su inspección se recostó, le dije que nos vistiéramos y solo hizo “shhh” para callarme. Al ver que seguía insistiendo que nos preparáramos para recibir a PonchI que no tardaría en volver se subió sobre mí, me tomó las manos, me abrió los brazos y bajó su cabeza para callarme a besos mientras restregaba su pene que todavía escurría semen en mi monte de Venus. Sus besos me calmaron, mejor dicho acallaron mi voz, en minutos oímos ruidos y la voz de PonchI que había regresado anunciando su presencia, desde su puesto sobre mí, ÁngelU le avisó que estábamos en la recámara, algo respondió PonchI, como diciendo que tomáramos nuestro tiempo o que no nos apresuráramos, no entendí.
En voz baja pero determinante y abriendo mucho los ojos le dije a ÁngelU que nos vistiéramos, y él seguía respondiendo con su “shhh” o con besos sin soltar mis manos y brazos abiertos en cruz. Pasamos algunos minutos en esa posición, al ver que me desesperaba se quitó y permitió que me incorporara. Fui por mi ropa y me senté al filo de la cama para vestirme. Me pidió que me tranquilizara porque lo que estaba viviendo era parte del proceso, que aunque no hiciéramos nada PonchI pensaría que estábamos cogiendo y eso era parte del erotismo.
Seguí vistiéndome sin responderle, por fin salimos de la recámara, y yo seguí hundida en la vergüenza, tanto por que PonchI confirmara lo que ya sabía y por hacerlo en su departamento. No era su recámara, había otra al final del pasillo, pero sí era su casa, que era lo que más importaba, que supiera que tenia relaciones con ÁngelU pasaba a segundo plano porque soy un ser libre y yo sabré con quien lo hago pero ¿en su departamento…? Afortunadamente con PonchI no había problema, me lo había demostrado las ocasiones que había estado ahí, sin embargo no deja de sentir vergüenza.
Nos sentamos en la sala y la conversación se volvió amena como en otras ocasiones. ÁngelU empezó a hablarle de mí diciendo maravillas acerca de mi persona, mencionó que además de mi físico era una chica de amplio criterio y muy preparada para mi edad, no recuerdo cuantas maravillas más. A mi edad de entonces las adulaciones y halagos impactan más que cuando tienes experiencia, me hacían sonreír en todo momento olvidando la pena que hacía unos minutos antes sentía.
Después de las adulaciones, PonchI pidió algo de comer, quise negarme pero antes de hacerlo ÁngelU me dijo que no había comido y que no desairara a su amigo, no me quedó más remedio que aceptar. No acepté de mala gana porque sabía que lo más difícil ya había pasado, lo vergonzoso o penoso ya había pasado por ese día, así que comer con ellos no me incomodaba, además PonchI me inspiraba confianza, era tan suelto, sin morbo, sin miradas lascivas, actuaba como si nada hubiera pasado, sin juzgarme diría yo, su forma de ser ayudaba a que me soltara dentro de un contexto poco común para una mujer de mi edad.
Llegaron los alimentos y nos sentamos a comer, todo eran risas y temas amables, ambos se deshacían en palabras agradables hacía mi preguntándome si quería algo más, si pedía una servilleta no me dejaban levantar, iba uno u otro a traerla de inmediato, al terminar ni mi plato me dejaron recoger.
Volvimos a la sala y en minutos PonchI me hizo preguntas respecto a que estudiaba y cosas así, pero los temas empezaron ser más candentes cuando empezaron a hablar de erotismo, yo me limitaba a escuchar y mirar. ÁngelU le dijo a PonchI que yo era muy erótica, PonchI asintió con la cabeza y respondió que ya lo había notado, luego se dirigió a mí y confirmó que era muy erótica, que lo proyectaba, y ÁngelU agregó que lo transpiraba, esa última frase me causó gracia dentro de los nervios que me daba el tema y me broto una sonrisa.
PonchI me dijo “qué bueno que a tu edad encontraste a alguien como ÁngelU, lo común es que las chicas conozcan a chavos de su misma edad que por lo general son muy pendejos”. Solté una carcajada porque recordé a ChavoX y a los chicos que mis amigas me contaban que las rondaban. Al ver mi reacción PonchI me preguntó ¿a poco no?, no respondí abiertamente porque sería como dar mi mano a torcer, sería caer redondita dentro de cualquier plan que ÁngelU tuviera en mente, me quedé callada y bajé la mirada.
ÁngelU interrumpió diciéndome que PonchI era un hombre en el cual se podía confiar plenamente, que no me preocupara ni me sintiera mal, palabras que ÁngelU agradeció, por cierto agregó, “le he prometido a Tina Marie para mañana una sesión de alto contenido erótico”. Me asombraron sus palabras, antes mi reacción repitió que PonchI era de confianza, que confiara en él, PonchI lo apoyó diciéndome que no me apenara, que me admiraba por mi educación y cultura, que una mujer ignorante ni triplicándome la edad sabe vivir la vida y que el erotismo es un derecho que todos tenemos de experimentar, de nuevo asentí con la cabeza.
Para no cargar la sesión de ese tema cambiaron el tópico y se aligeró el ambiente, sabían hasta donde y cuando llegar. En el fondo me gustaba porque pasara lo que pasara no me hacían sentir más mal que las pruebas por las que había pasado me hacían sentir dada su naturaleza. Es decir, no hacían nada para hacerme sentir mal a propósito, solo estaban buscando llevarme mentalmente con la menor incomodidad para mí, y claro lo estaban logrando. Nos despedimos de PonchI, me beso en la mejilla y de nuevo me felicitó, según él por ser guapa.
En el camino le pregunté a ÁngelU donde se llevaría a cabo la sesión tan erótica del día siguiente, me respondió que parte del erotismo era la sorpresa, que si en las sesiones eróticas que habíamos tenido me hubiera advertido qué ocurriría, no hubiesen sido tanto para mí.
De nuevo me dejó pensativa, le pedí que me diera una idea y se negó, únicamente dijo que sería la más erótica de las que hubiera vivido hasta ese momento. Mis ojos se abrieron casi hasta salirse de las órbitas y no se lo pregunté pero lo pensé, ¿más…?. “¡Más!” respondió él al ver mi reacción, aunque no le hubiera externado mi pregunta.
Al llegar a nuestro destino hizo que me hincara en mi asiento, mientras me besaba, con una mano le apreté el miembro y con la otra recibía una cantidad de dinero, al ponerlo en mi mano y quedar su mano libre, me apretó las nalgas. Cuando termino me dijo que por ningún motivo le fuera a quedar mal, que le llamara sin falta por la mañana, que no me iba a arrepentir ya que en el futuro recordaría ese día como algo especial.
Sus últimas palabras sonaron muy fuerte en el fondo de mi psiquis, al grado de no recordar la cantidad de dinero que me dio.
Sobra decir que su idea revoloteó el resto del día en mi cabeza...

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lunes, enero 08, 2007

El whisky me daba seguridad, eso creo…

Al día siguiente, inmediatamente después de que subí a su auto le pregunté a donde íbamos, no respondía, sólo sonreía, pero por la ruta que llevaba era evidente que nos dirigíamos al departamento de PonchI. Vamos con PonchI le dije, volvió a sonreír estirando su mano para acariciar mi pierna.

Por ser domingo y no saber que esperar me había puesto vestido, hacía fresco y llevaba un abrigo corto. A las pocas calles su mano estaba en mi ingle hacia el centro y comenzar a darme apretoncitos suaves en la vulva, en pocos minutos comencé a lubricar y a dejar de hacer preguntas. Traté de superar mi excitación y pude aclarar mi mente lo suficiente al ver por el espejo retrovisor que en el asiento trasero había una bolsa. Volteé para ver de qué se trataba, eran cervezas, refrescos y otras cosas. Con esto avizoré que me esperaba una jornada larga donde comeríamos y beberíamos, probablemente pasaría toda la tarde ahí. Cuando volteé ÁngelU aprovechó para hacerme a un lado el calzón y poder poner sus dedos directamente en mi vulva.

Al volver a mi postura natural sus dedos ya estaban entremezclados con mis labios y pelos, esto hizo que mi excitación aumentara. Cuando estás excitada no puedes pensar con claridad, no hay pensamientos coherentes, no puedes tener dudas al respecto. Me había advertido con relación erótica, pero a pesar de ser el tema principal con las dudas que ya tenia en mi mente no estaba clara para inquietarme. Lo que ya me desbordaba eran sus dedos en mi vulva, eso era lo que sentía y ocupaba mi cabeza en ese momento.

Tan obnubilada estaba que no pensé en otro punto que cualquier mujer en esa circunstancia Al llegar al departamento los dedos de ÁngelU estaban impregnados de mí y probablemente PonchI lo notaría. Ni siquiera pude pensar si PonchI estaría ahí o se iría inmediatamente. ÁngelU era un experto con los dedos.

En algún momento intentó meter su dedo en mi vagina, pero no le di facilidades, no lo logró, sin embargo se quedó en el umbral del orificio vaginal por bastante tiempo. Poco antes de llegar al departamento sacó su mano de mi entrepierna. Debido a la excitación no recuerdo como llegamos al departamento, sólo recuerdo a PonchI abriéndonos la puerta y saludándonos con su amabilidad de siempre, me dio un beso en la mejilla y ÁngelU le entrego la bolsa de los víveres.

Nos sentamos en la sala, me ofrecieron cerveza, pero yo tomo poco y presentía que comeríamos y la cerveza ahuyentaría mi hambre así que la rechacé y acepté un refresco. La plática como siempre fue amena, entre mi excitación y la amabilidad de ambos me relaje, sentí como si los conociera de mucho tiempo, mis risas eran espontáneas y libres. Después de unos minutos me preguntaron si quería comer, encogí los hombros diciéndoles que cuando ellos quisieran, dijeron que era buena hora, que pasamos al comedor. Durante la comida fui el blanco de halagos y atenciones, no me permitieron dejar la silla ni una sola vez. ÁngelU puso su mano sobre mi rodilla por debajo de la mesa, PonchI no podía verlo pero lo adivinaba por la posición del brazo de ÁngelU. Traté de quitarla pero me apretó fuerte y emitió un inaudible “shhh” que ceso mi intento. Mientras conversábamos comenzó a sobarme la pierna y muslo.

PonchI volteó para señalar algo, ÁngelU hizo un movimiento rápido y me pellizcó un pezón por encima del vestido, fingí que no tenía importancia y continué con el hilo de la plática. Segundos después PonchI se levantó a la cocina y ÁngelU me pellizco la nalga, lo vi entre enojada y sorprendida, su reacción fue llevarse el índice a la boca en señal de que no hiciera ruido, en voz muy baja me dijo “aguántate”, traté de interpelarlo me quedé callada.

Finalmente pasó su mano por mi entrepierna y de nuevo me dio un pellizco en el monte de Venus por encima del calzón, le pelé los ojos, se sonrió y regresó su mano a mi rodilla al escuchar que PonchI se acercaba a la mesa. Es difícil describir esa sensación, pena, molestia, excitación, calentura, que te toquen tus partes mientras estas descuidada cuando quieres y no quieres, te gusta o no te gusta, pero ya no quieres que vuelva a suceder o quizá sí, difícil de explicar…

Terminamos de comer, al cabo de un tiempo me volvieron a ofrecer una cerveza pero el clima estaba bastante fresco y no me apetecía así que la rechacé, me ofrecieron ron o whisky, acepté el último que me empezó a relajar, las bromas me causaban más gracia que antes, me estaba sintiendo bien atendida, relajada y por algún motivo segura, ambos me daban sensación de seguridad. Era como decir que pasara lo que pasara no pasaría nada que me perjudicara por más fuerte que fuera no repercutiría en mi salud, ni en mi integridad física que a final de cuentas es lo importante.

Pasaban los minutos y daba trago a mi vaso, como no tomo mucho en esa ocasión tomé solo dos vasos nada más. Pasaban los tragos y me relajaba más, me estaba preparando o me estaban preparando para lo que seguía, que en realidad cada minuto me preocupaba menos…

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martes, enero 09, 2007

Sexo con uno, excitados todos…

Después de unos momentos me disculpé para ir al baño. ÁngelU me acompaño para mostrarme el camino, abrió la puerta pero antes de cederme el paso me tomo por el codo atrayéndome hacia él, me besó pero pude separarme de él metiéndome al baño, sin poder detenerlo entro conmigo, cerró la puerta y volvió a besarme, comenzó a acariciarme las nalgas, al poco tiempo tenía sus manos sobre mi piel y las pasó de mi trasero al pubis. Empezó a juguetear con mis pelos pasándome un dedo en medio de los labios frotando el clítoris y más abajo, después de varias peticiones y súplicas de mi parte me soltó.

Le pedí que me dejara orinar, no quería, cuando por fin me obedeció batallé para orinar, la excitación me había quitado las ganas de hacerlo. Cuando abrí la puerta ahí se encontraba, no me dejó salir, me empujó hacia atrás y quedamos de nuevo dentro. Volvió a acariciarme de tal manera que me excité más, después de unos minutos en el baño regresamos a la sala.

Ya me encontraba muy excitada, mientras conversábamos seguía bebiendo whisky, ÁngelU colocó su mano en mi rodilla y como tenía las piernas cruzadas fue bajando por el muslo. La excitación y el alcohol habían logrado que no me importara lo que estaba haciendo, ni que PonchI fuera testigo.

PonchI fue a la cocina, ÁngelU aprovechó la situación y puso su mano en lo más alto de mi muslo, tan alto que rozaba mi pubis sobre el calzón, traté de quitársela y me pidió que no me resistiera. Era más fuerte que yo, sería inútil forcejear, así que no le di importancia cuando PonchI regresó. Afortunadamente para mí PonchI simuló que no pasaba nada, la conversación siguió de forma casual y relajada.

Con cualquier movimiento que hacía ÁngelU me oprimía los labios con el canto de su mano, incluso en un par de ocasiones alcanzó a pellizcarme con sus dedos. Comprendí que lo mejor era no oponer resistencia, si lo hacía podríamos llegar a una escena grotesca, amen de estar viviendo el erotismo especial que ÁngelU había prometido, así que opté por dejarme llevar y tomarlo como algo casual sin importancia.

El problema por así decirlo, era que su mano en mi muslo y su meñique rozando mi vulva me seguían excitando, además de que el whisky estaba haciendo efecto en mí. Recuerdo que hice algún movimiento para acomodarme y en esta ocasión puso toda su mano en mi vulva en forma de cuchara.

Lo que más me tranquilizaba era la actitud de PonchI que seguía conversando y viéndonos a los ojos cuando la mano de ÁngelU cuchareada mi vulva, parecía que no tenia la más mínima importancia, o como si no se percatara de nada. Pensé que estarían de acuerdo, y supieran cada paso que ÁngelU daría conmigo, pero me dije qué rayos importa, mientras no me hicieran sentir mal, era un juego de caretas el cual me hacían sentir la reina de la tarde.

Pasaba el tiempo y no se conformaba con tocarme con su mano ahí, sino que me daba apretoncitos suaves sobre la vulva como quien oprime una esponja. Uno de ellos contó un chiste, ÁngelU rió a carcajadas doblándose hacia delante aprovechando para colocar su cabeza en mi busto y darme un beso en el seno. Entre bromas, alcohol y excitación comencé a sentirme muy húmeda e incómoda así que de nuevo me excusé para ir al baño. ÁngelU me siguió, en esta ocasión lo dejé entrar, por una parte ya no me quedaba fuerza de voluntad, por la otra no tenía humor de discutir.

De nuevo comenzó a besarme. Luego me sacó los senos y los comenzó a chupar. En unos instantes me bajó el calzón y me preguntó si había venido a orinar, le respondí que no que sólo quería limpiarme, hizo que me agachara y me abrió las nalgas para revisarme a fondo, al verme me dijo que no me limpiara que estaba muy bien así, húmeda y viscosa. La vista de mi trasero y de mi vulva lo excitó mucho, al grado que se sacó el miembro y me pidió que se lo chupara, me senté en la taza y le di una pequeña mamadita nada más.

Me dijo que fuéramos al cuarto, no opuse resistencia, ya estaba excitada y pensé que era mejor ir directamente a la recámara y no ir a la sala, eso me sería penoso, así que no esperé a que me lo dijera dos veces. De todos modos fuimos a la sala, me sacó del baño abrazada, le dijo a PonchI que al ratito volvíamos, me encontraba tan obnubilada por el alcohol y la excitación que no recuerdo ni la cara ni el cuerpo de PonchI mientras ÁngelU le hacía de su conocimiento que nos ausentaríamos. Lo que sí recuerdo es que a ÁngelU se le notaba la erección bajo el pantalón.

Recuerdo con seguridad que cuando ambos le dimos la espalda a PonchI, ÁngelU pasó su mano por mi espalda y la bajó hasta mis nalgas dándome apretones. Quizá emití algún gritó de sorpresa pero sobre todo de pena, era evidente que PonchI había atestiguado la escena pues nuestras espaldas se encontraban a la vista de él.

Supuse que con la relación sexual que iba a sostener con ÁngelU, después de todo el erotismo de ser acariciada frente a una tercera persona terminaría la sesión erótica que me había prometido.

De nuevo estaba equivocada…

miércoles, enero 10, 2007

¿Normal en 4 y en un pasillo?, Ni madre…

Entramos inmediatamente y cerramos la puerta, sin avanzar me dijo que me quitara el vestido al tiempo que se desnudaba.

Cuando nos despojamos de toda la ropa me tomó la mano haciendo que me apoyara sobre la puerta. Con unos golpecitos en mis muslos, me dio a entender que abriera más las piernas. Presionó su mano sobre mi espalda para que me pegara a la puerta para que mi pecho quedara oprimido sobre la madera, sentí como me abría las nalgas, instantes después comencé a sentir la cálida humedad de su lengua y la estela de saliva que iba dejando a lo largo de la línea que las divide.

En un instante su lengua acariciaba mi ano describiendo una trayectoria descendente hacia el área perineal hacia la vulva. Mi esfuerzo por reprimir mis gemidos y sollozos fueron inútiles, comencé a emitir sonidos desde mi garganta y nariz.

En ese momento no podía comprenderlo, esa también era parte del erotismo del que hablaba ÁngelU, que mis quejidos se oyeran más allá de la puerta. Súbitamente abrió mis nalgas tanto como pudo - me dolió - como si quisiera desgarrar el ano, de nuevo sentí el alivio refrescante de su lengua no sólo alrededor sino penetrándome. Realmente era refrescante y sentía alivio al tener su lengua calmando mi dolor. Sentía su lengua como si fuera un pequeño alfiler sin punta…

Cuando se cansó se incorporó, me hizo girar hasta quedar frente a él, me empujó con su pecho hasta quedar recargada en la puerta para besarme.

Su boca tenía un extraño sabor, una combinación de vulva con cola, muy rara pero excitante, no me importó, hasta me gustó en ese momento. Luego puso sus manos sobre mis hombros y me empujó hacia abajo hincándome, quería oral. Me hinqué y comencé a chupársela, ÁngelU comenzó a usar lenguaje sucio en voz muy alta, cosas como “que rico mamas” o “que buena mamadora eres” y otras que no quiero recordar.

Me preguntó si me gustaba mamársela, estaba muy concentrada, así que sin sacármela de la boca asentí con la cabeza, me dijo en voz alta que me la sacara y le contestara fuerte, hice lo que me pidió respondiendo con un “sí” prolongado y suficientemente sonoro para que no me hiciera repetirlo y me dejara seguir con lo que estaba haciendo.

Al ver que ya la tenía demasiado parada bajé la intensidad de la mamada para que no terminara en mi boca, no me molestaba que lo hiciera, ni echaría de menos su penetración, pero por intuición preferí hacerlo para que no se fuera a molestar. Empecé a mamársela en sentido contrario, eso hace que mantengan la erección sin sentir la urgencia de la eyaculación.

ÁngelU continuó profiriendo “piropos” respecto a lo mucho que le gustaba como lo hacía, todos en voz muy alta, a la cual cada vez le prestaba menor importancia. Esta manera de hacerle oral le sirvió para no perder el control, quizá fue contraproducente para mí puesto que ayudaría a que las cosas se hicieran tal como ÁngelU lo había planeado.

Sin embargo pensé que ya que estaba dispuesta a experimentar y recorrer caminos del erotismo que no conocía lo mejor era hacerle las cosas más fáciles para llevarlas a buen término, muchas veces cediendo obtienes más…

Estaba tan excitada que la pena se había convertido en curiosidad por ver hasta donde llegaría su plan para ese día. No tardaría en averiguar cual sería el siguiente paso. Me tomó de los hombros, me dijo que me pusiera en cuatro ahí en el suelo, lo hice. Por la excitación que tenía y la excitación natural que te provoca ponerte para recibir hombre, no puse atención a un sonido que provenía a mi costado, tomó mis caderas y me hizo girar hasta quedar frente a la puerta.

Mi sorpresa fue mayúscula con un susto tremendo al ver que en cuanto me puse en cuatro había abierto totalmente la puerta. Ahora me encontraba en cuatro viendo al pasillo del departamento y a punto de ser penetrada por ÁngelU.

Inmediatamente le grité que no, traté de levantarme pero me sujetó fuerte por las caderas y colocó la punta del miembro en mi orificio vaginal. Esa acción debilitó mi voluntad, o tal vez contra mi voluntad, fue una lucha interna que perdí, aflojé el cuerpo para facilitarle la entrada en mi. Primero metió la cabeza, me dolió pero por la puerta estaba abierta hice un esfuerzo sobrehumano para no emitir ningún sonido.

Poco a poco entro más, después de que la metió hasta que topó, comenzó a empujarme para que camináramos como perrito fuera de la habitación. Me tomó por sorpresa, hizo que diera dos o tres pasos hacia delante, reaccioné y me detuve, esto provoco que hubiera mucha presión en el fondo de mi vagina, no quería ceder y quedar totalmente afuera de la recámara.

ÁngelU siguió empujando con fuerza, cada vez era mayor la presión en mi vagina, el dolor aumentaba. No tenía más remedio que caminar hacia delante, ya teníamos la mitad de nuestros cuerpos en el pasillo.

Pensé rápidamente, dejé caer mi cuerpo sobre el suelo, su cuerpo siguió al mío quedando encima, siguió empujando con dureza pero al estar yo de estómago sobre el piso no me podía hacer avanzar.

Se limitó cogerme de forma normal, ¿normal en el suelo y con medio cuerpo fuera de la recámara?, eso distaba mucho de ser sexo “normal”, el erotismo estaba en su apogeo y ya era incontenible…

jueves, enero 11, 2007

Con la lengua en todas sus funciones, me dominaba…

Consternada por una mezcla de excitación y pena me limité a bajar la cabeza apoyando la frente en el suelo. ÁngelU se había resignado a no hacernos avanzar así que empezó a meter y sacar con rapidez y violencia para hacerme gemir y que mis quejidos se oyeran por todo el departamento.

La presión de su cuerpo sobre el mío hacia que en cada empujón correspondiera con un pujido mío. Como pude llevé mis manos a la boca para tratar de ahogar los sonidos que salían, trató de separármelas pero su intento fue infructuoso, aprovechó para pasar sus manos por debajo de mis brazos e hizo palanca al asirme fuertemente de las clavículas, pero tuve una reacción, levanté la cara y volteé hacia la sala viendo a PonchI sentado en el sillón, en actitud muy casual como si nada pasara.

Sabía que podía vernos y no había nada que pudiera hacer para remediarlo, simplemente bajé la cara cubierta con mi cabello, al tiempo que me aseguraba que mis senos estuvieran presionados contra el piso para que los pezones no quedaran a la vista. ÁngelU levantó su tronco y me tapó la boca, escuché que llamó a PonchI, este le preguntó que para qué lo quería a lo cual el primero se limitó a pedirle que se acercara, en un par de segundos levanté la vista y vi los zapatos y pantalones de PonchI frente a nosotros, literalmente nos encontrábamos a sus pies.

No recuerdo lo que ÁngelU le dijo, recuerdo que PonchI respondió como siempre de manera tranquila, “qué bueno que la están pasando bien” y que era a ÁngelU a quien había que felicitar por tener a una chica tan guapa.

ÁngelU le dijo que no se alejara, que nos viera terminar o algo así. PonchI preguntó si por mí no había problema y él respondió que no lo había. Con la cogida y la pena no quise emitir ni un sonido además de los pujidos que ya estaba profiriendo.

ÁngelU dejó de moverse, me la sacó lentamente, se incorporó, me tomó de un brazo para que me volteara y me cargó en sus brazos, me llevó a la cama mientras le decía a PonchI que entrara. Me depositó boca arriba y me abrió las piernas insistiendo en que PonchI se acercara, sin embargo ÁngelU le pidió que se acercara aún más y que viera como ya estaba muy mojada, le repitió que acercara su cara más para que viera como me mamaba la panocha, supongo que lo hizo. Mi vista estaba en el techo, no sé que sentimiento predominaba más, si la pena de ser vista, o la excitación acumulada de la tremendísima jornada sexual que estaba atravesando. Empezó a lamer mi vulva con maestría que le caracterizaba, PonchI estaba a menos de un metro de mí y no me interesó ahogar mis gritos y gemidos, preferí dejarlos salir sin ningún recato.

Mientras ÁngelU pasaba su lengua a lo largo y ancho de mi vulva y yo gemía a todo pulmón escuche a PonchI decir que era muy erótica, que mis gemidos eran eróticos y excitarían a cualquier, incluso a él mismo, que se estaba excitando con sólo oírlos. ÁngelU le hizo observar mi movimiento de caderas mientras me mamaba, le pidió que viera la forma de moverme que según él era única. PonchI le dio la razón sin objetar nada.

Su diálogo continuaba y sólo se detenía cuando ÁngelU regresaba al cunnilingus. Honestamente la técnica tan especial de llevarlo a cabo me estaba volviendo loca y me estaba desesperando. Puse las plantas de mis pies en sus hombros y le pedí en voz alta que se detuviera, “ya” le grité desesperada, y respondió “ya que”, que ya dejes de mamarme la panocha, me preguntó que si ya quería que ya me cogiera, respondí afirmativamente sin titubear con un grito. Para torturarme y alargar mi agonía me preguntó si ya necesitaba verga, de nuevo le grité un “sí” prolongado.

“Ves, es exquisita” dijo ÁngelU, PonchI respondió con palabras afirmando lo dicho por el primero. Éstas eran las cosas que me hacían seguir adelante con la sesión y relación, o lo que fuera que tuviera con ÁngelU. A pesar de tenerme en una situación difícil para mí que podría verse humillante, con sus palabras y actitudes no me hacían sentir humillada, sino atendida con honor.

No se burlaban, no hacían comentarios soeces o desagradables, no eran ellos quienes me hacían sentir mal, sino la situación tan extraña, de hecho era gracias a ellos, por su actitud y palabras habíamos llegado tan lejos.

Por lo tanto ya deseaba ser penetrada por ÁngelU, no importando que en esa ocasión fuéramos parte de un show erótico y tuviéramos público. En ese momento la sensación de erotismo había extinguido la sensación de pena al grado que después de las palabras entre ellos que para mí fueron halagadoras abrí mis piernas de par en par para recibir a ÁngelU. Al tenerlas totalmente abiertas ÁngelU las sostuvo para que PonchI pudiera apreciar mi entrepierna.

Algo dijo que me siguió halagando, algo como “que bonita es hasta su parte es atractiva y tentadora”. No creo que ninguna mujer se pueda sentir ofendida, si en una situación semejante en lugar de utilizar lenguaje sucio se expresan de ella diciendo “que bonita es su parte”, pudiendo usar cualquier otra palabra, pero no lo hizo. Es evidente que con buenas palabras en el momento indicado un hombre o en este caso dos hombres, pueden llegar lejos con una mujer.

La vulva estaba lista, el orificio vaginal en su punto y la vagina preparada. Su pene en su máxima erección, todo listo no sólo para realizar una relación sexual como cualquier pareja, sino para hacer un show con público, y a estas alturas ya no me importaba hacerlo.

viernes, enero 12, 2007

Gocé todo, aun siendo observada…

Como terminaba de realizar el cunnilingus conmigo, mis nalgas estaban al borde de la cama, me pidió que me moviera hacia la cabecera para poder apoyar sus rodillas. Se hincó entre mis piernas, tomó su pene y lo colocó en mi orificio vaginal, empujó sus caderas para meter la cabeza y echó su cuerpo sobre el mío para penetrarme más. Escuché un “splash” a la vez que sentía como me iba penetrando, estaba tan excitada y lubricada que la inserción fue fácil y tranquila, ese sonido se produjo con el roce de su pene en contacto con tanta humedad. Comenzó a moverse sacando y metiendo muy suave, como en cámara lenta, cada vez que la sacaba y la volvía a meter, yo sentía como me iba escurriendo por el área perineal.

Ya no me importaba PonchI, ya no me acordaba que estuviera ahí, no recuerdo haberlo visto u oído, yo tenía los ojos cerrados o miraba al techo, además de que me besaba en la boca. Preguntaba si me gustaba lo que estaba haciendo, respondí que sí, comenzó con un lenguaje erótico suave diciendo cosas como “¡qué buena estás! ¡se siente tu panocha rica! ¡eres una belleza!” Y cosas por el estilo.

Supongo que no quería que me inhibiera frente a PonchI y con un lenguaje más fuerte y me enfriara. O quizá le daría pena usarlo con testigos, aunque lo dudo pero la posibilidad existe. Me pidió que abriera y levantara las piernas, obedecí y me tomó de los talones, las jaló hasta que mis pies quedaron junto a mis hombros y mis rodillas a los lado del busto. Levantaba para después descender como si estuviera haciendo “lagartijas”. La única parte de su cuerpo que tenía contacto con el mío era su falo, quizá también sus muslos tocaban ligeramente mis nalgas, nada más.

En esta posición me entraba toda la verga, la metía y sacaba toda hasta que topaba, eran como lagartijas “sexuales”, apoyaba sus manos en la cama y supongo que sus pies estarían en el borde de la cama. Cada vez que bajaba aprovechaba y me daba un beso de los llamados de pico, me fue imposible guardar silencio, comencé a gritar y gemir, me importó un bledo la presencia de PonchI, la sensación era enloquecedora, sentía que había cruzado un umbral, no sabía en ese momento que umbral hubiese cruzado, mi mente no estaba para analizar nada.

Si PonchI me había visto desnuda empalada por ÁngelU, había visto mis genitales muy de cerca cuando me daban cunnilingus, evidentemente se había cruzado algún umbral. Así que grité como si nadie me escuchara, como si fuera una relación sexual ordinaria o quizá grité aún más. No lo tengo muy claro en mis recuerdos, solamente que grité, gemí y pujé sin reprimirme al sentir la verga de ÁngelU entrando y saliendo de mi cuerpo como un taladro que retumbaba en mi cerebro haciéndome olvidar que alguna vez tuve algo llamado “voluntad”.

El pistón humano proseguía su labor de demolición de mi voluntad, me seguía excitando más y más aún cuando sentí sus gotas de sudor cayendo sobre mi cara y pecho como si fueran gotas de lluvia ácida sobre un jardín colgante y tembloroso. Al cabo de unos siglos o quizá milenios ÁngelU se cansó de sus ejercicios sexuales y dejó descansar su cuerpo sobre el mío. Sentí su peso aprisionándome y el sudor que lo cubría impregnándose a mi piel, los pelos de su pecho quedaron incrustados en mis senos como si fueran los últimos fideos en un plato vacío.

Su verga seguía dura, de vez en vez movía su cadera para hacerme recordar que seguí dentro de mí y que todavía no había terminado, tal vez lo hacía para no darme la oportunidad de regresar a mi voluntad y cordura, o simplemente era una estrategia para que no se le bajara. Yo continuaba con mis pies junto a los hombros, la vista que tenía PonchI era más explícita que si hubiera ido a un cine porno y se hubiera sentado en primera fila.

ÁngelU Acercó su cara y comenzó a besarme, sin despegar su boca empezó a mover su cadera lentamente describiendo círculos imaginarios, después los círculos fueron “ochos”. Mientras lo hacía volví a emitir sonidos y a pedirle que lo hiciera más fuerte o terminara, me estaba desesperando de nuevo. Como de costumbre hizo caso omiso de mi petición, siguió moviéndose a placer y enloqueciéndome a su gusto, la sacó casi toda y movió la cadera hacia un lado de tal modo que cuando la volvía a meter rozaba la pared vaginal causándome una sensación que me aturdía y desesperaba, repitió la maniobra, esta vez lo hizo para ambos lados de mi pared vaginal para que fueran atendidas. Solté mis piernas y las coloqué en su cintura, lo “abracé” tan fuerte buscando contenerme.

Continuó con maniobras “laterales” varias veces, mi vulva estaba punzando y mi cerebro a punto de estallar, no había pasado mucho tiempo, mi orgasmo se encontraba ya muy cerca, por eso le pedía que terminara o que me cogiera con energía y fuerza. En vez de responderme volvió a preguntar si me gustaba, a la vez que arreciaba sus movimientos, esta vez derechos. Entre pujidos y gemidos le respondí que sí pero que terminara o acelerara su ritmo para poder terminar y me dijo algo que bajo circunstancias normales me hubiera alarmado y quien este leyendo probablemente lo intuiría, pero en ese momento no me importó.

No lo esperaba, cuando tienes 17 años y estás inmersa en una situación tan sui géneris ni lo piensas, no tienes la experiencia para prever algo así, de cualquier modo me encontraba tan excitada y enloquecida que no me importó…

domingo, enero 14, 2007

Estoy conmovida.

Muchas gracias por su respuesta queridos lectores.
Estoy conmovida. Honestamente no la esperaba o cuando menos no tanta. De verdad mil gracias.
Todo parece indicar que ya se cerraron los registros de blogs en 20minutos y, aquellos que no lo hicieron no podrán votar. Sin embargo, que quede el consuelo que aquellos que amablemente se tomaron la molestia de registrarse podrán suscribir su blog para el certamen del próximo año.

Sinceramente, con un apoyo moral como el que me han otorgado, otras cosas pasan a segundo término.
También quiero agradecer al lector Jonathan Mendiola que en su comentario de ayer, nos da una idea que el que guste la puede seguir.


Aquí reproduzco su comentario:

"...en la consulta de las bases esta establecido me parece q fue la ultima semana de diciembre,
sin embargo invito a los q somos fans a entrar a la pagina de comentarios de los premios y recomendar el de tina q puede ser una opción para los no enterados del mundo de los premios blogeristicos.
Este
es el link:

http://www.20minutos.es/noticia/178381/l/#comentarios "


Gracias de nuevo a Jonathan y a todos ustedes.
Ahora como prometí ayer, coloco el positivo de la foto de ayer. Como siempre, durará hasta la noche del domingo hora del centro -06:00 G.M.T.

lunes, enero 15, 2007

Me compartió con su amigo… A mi me gustó

Me dijo que procurara guardar calma, que le tuviera paciencia mientras terminaba, que no me preocupara porque estaría bien atendida y no me quedaría a medias porque inmediatamente seguiría PonchI quien según él ya se encontraba listo para mí.

No recuerdo haber dicho nada, ni quejarme, ni discutir, ni alegrarme, golpeo más en mi mente su frase de que “le tuviera paciencia”, me preguntaba hasta cuando acabaría, o que más me haría, no sabía exactamente que quería, no sabía si quería que se acabara todo o que ÁngelU terminara para darle paso a PonchI.

Dejó de moverse, me la sacó con cuidado para no lastimarme, se movió un poco hacia atrás y me tomó de una mano para ayudar a enderezarme. Me colocó en cuatro, mis rodillas quedaron en medio de la cama y mis manos justo en a la orilla. ÁngelU volvió a penetrarme con cuidado y súbitamente PonchI se colocó frente a mí, ya estaba desnudo, su pene seguía dormido. Puedo decir que me alegró, no me gusta cuando es la primera vez que veo el pene ya esté erecto, me gusta verlo en su estado natural.

Como era evidente que se colocó frente a mí para que se la mamara, prefiero hacer oral a partir de un pene dormido que cuando ya tiene cierto grado de erección. PonchI se acercó lo más que pudo a la cama hasta que sus rodillas toparon en el borde, eso me facilitó el accionar, estiré el cuello y alcancé su pene, como casi siempre prescindí de las manos. Me gustó lo que vi tan cerca, su miembro era pequeño, no demasiado grueso y estaba contraído como un acordeón, parecía mas un botón que un pene.

Comencé a chuparlo e inmediatamente comenzó a crecer dentro de mi boca, se empezó a inflar, aunque había crecido notoriamente con respecto a su estado natural su tamaño me sería cómodo, su sabor me fue bastante agradable, dulce salpicado con salado debido a que nos estuvo viendo bastante tiempo y creó que tenia algo de humor en él. En ese momento no recapacité, esa era mi primera doble penetración oral – vaginal, podría ser la única de mi vida, ya que no es fácil llegar estar en una situación como en la que me encontraba.

No pensé, sólo lo disfruté, me concentré en el pene de PonchI por ser nuevo para mí, una novedad, además ÁngelU había amainado sus movimientos, supongo para que me concentrara en el oral a su amigo.

Como ellos se encontraban cara a cara y no los veía, imagino que se hicieron alguna seña, diciéndole que ya la tenía lo suficientemente rígida porque este último me dejó de coger y me dijo que se la dejara de mamar a PonchI. Me dijo que me volteara siguiendo en cuatro dándole mis nalgas quedaran a su amigo, de tal forma que mi cara quedara a la altura de su verga.

Entendí sus intenciones y me volteé para invertir los papeles. PonchI me agarró con firmeza las caderas y me la metió con suavidad, ya estaba muy excitada y lubricada, así que no le fue difícil penetrarme.

ÁngelU me tomó del cuello y nuca, dirigió mi boca hacia su miembro y comencé a chupársela mientras PonchI me cogía con gentileza. No sé si llamarla mi segunda doble penetración oral – vaginal ya que los papeles se habían invertido, quizá sí…

Mi cuello empezó a dolerme así que tomé a ÁngelU de las caderas y levanté la cabeza, mientras que ya PonchI entraba y salía por completo. Sentía como PonchI ese hombre amable y cortés, me apretaba las nalgas con firmeza y me las abría lo más que se podía, para ver lo que el interior de la raya ocultaba, como todos los hombres. En esa postura y situación, ÁngelU me tomó por los hombros y retiró por completo su pene de mi boca. Se levantó y rodeo la cama, no podía ver a donde iba por mi posición de a perrito que sostenía con PonchI que seguía metiendo y sacando su verga de mi vagina por completo hasta que topaba.

Súbitamente PonchI se detuvo sin decirme nada y sacármela toda, sentí descanso y desesperación por terminar, posé mi cara sobre la cama resignada a esperar lo que siguiera. Sabía que no me saldrían con alguna locura sádica, así que con mi trasero al aire espere dispuesta a recibir lo que viniera. Entonces volví a sentir un par de manos en mis caderas al tiempo que escuchaba la voz de ÁngelU decirme “soy yo” indicándome que seguiría él de nuevo. Sentí su verga deslizándose por el interior de mis genitales, sentí el cambio, ahora después de unos años lo he confirmado, no hay dos vergas iguales y todos los hombres se sienten diferentes.

Con unos cuantos movimientos de meter y sacar sentí la urgencia del orgasmo que me subía por la columna vertebral, levanté la cabeza mirando el techo entre gemidos, y le dije que estaba a punto de lograrlo. Mis palabras hicieron que se moviera muy rápido unas veces mas para luego sacármela de golpe. No hubo tiempo para sentirme frustrada o molesta porque la verga de ÁngelU fue reemplazada velozmente por la de PonchI quien comenzó a moverse con rapidez para complacerme. Fue una sensación única que jamás podré describir cabalmente, estaba a punto de llegar al orgasmo con la verga de ÁngelU que fue reemplazada por la de PonchI el cual magistralmente supo moverse como mi cuerpo lo exigía a gritos. No tardé nada en llegar al orgasmo con los fuertes y toscos movimientos que necesitaba del amigo de ÁngelU, y grité tan fuerte como pude.

Los murmullos y cuchicheos a mis espaldas no se dejaron esperar. A pesar de que sus palabras no eran dirigidas a mí seguía escuchando términos amables, como “buena”, “sensual”, “erótica”, “sabrosa” y otros algo más eróticos sin ser ofensivos como “rico culo”, “viscosa”, “húmeda”, “panocha” etc. Escuché a ÁngelU que le dijo algo en voz normal a PonchI, éste dejó de moverse y me la sacó lentamente para darle pie de nuevo a su amigo. Ese intercambio (no se de que otra forma llamarlo) de estar uno y luego el otro dentro de mi, se dio varias veces, quizá tres o cuatro cada uno.

En el último intercambio siendo el turno de PonchI dentro de mí, volví a tener otro orgasmo, este se sorprendió de que tuviera un segundo orgasmo y se lo manifestó a ÁngelU quien le respondió que así era yo, “multiorgásmica”, seré multiorgásmica pero ya deseaba que terminaran, había tenido suficiente dosis de sexo por muchos días. Sin embargo estaba muy lejos de que mi deseo se cumplieran. Al terminar la segunda vez PonchI me la sacó y ÁngelU me hizo una petición más.

Seguiría mi suplicio – martirio – delirio - placer por un rato más, esto no había terminado aún…

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martes, enero 16, 2007

Cogida por dos, y no era de nadie…

ÁngelU me coloco en cuatro a lo largo de la cama, como para tener sexo de a perrito de forma normal. Me coloqué como lo pidió, bajé mi cabeza y sentí que se movió la cama como cuando alguien más se sube, comencé a sentir una lengua en mis genitales que subía hasta el ano y descendía hasta el clítoris. No sabía a quien pertenecía hasta que escuché la voz de ÁngelU. No puedes lamer y a la vez hablar, así que la lengua pertenecía a PonchI.

ÁngelU se encontraba demasiado excitado y le pidió a PonchI que se quitara, se lo exigió con voz determinante y autoritaria denotando desesperación. Sentí el cese de la lengua de PonchI para ser reemplazado por las manos de nuestro amigo en mis caderas, sentí su pene penetrarme con menos suavidad de la que me tenía acostumbrada, me la metió hasta que topó, me dijo que tomara una almohada y la colocara bajo mi estómago, me dijo que me fuera inclinando hacia delante hasta que mi vientre quedara sobre la almohada y mi pecho sobre la cama. Él se fue recostando hasta quedar sobre mí, esa posición se llama de ranita o “Froggy Style”.

Comenzó a moverse muy rápido, era evidente que no aguantaba mas y que quería terminar, los últimos veinte o treinta movimientos fueron sincopados y violentos, los dos gemíamos y gritamos al unísono, éramos un dueto que sólo desentonaba debido a mis pujidos, ÁngelU no pujaba, sólo gemía y gritaba.

Estaba a punto de terminar otra vez cuando él terminó, sentí su verga corazón pulsando dentro de mí, quedó débil y atarantado, PonchI lo apresuró a salirse y tuvo ciertos problemas para lograrlo, se salió y se alejo de mí con bastante torpeza. Los movimientos de la cama eran como un viaje en barco, movimientos de vaivén, mientras ÁngelU se retiraba de la cama PonchI se subía en ella.

Yo había quedado inmóvil con las rodillas flexionadas, como ranita disecada sólo que boca abajo. Al sentir a PonchI no me moví, le dejé que tomara la iniciativa. Sentí sus manos en mis caderas, jalando hacia arriba para que las levantara un poco y le facilitara la penetración. Una vez que lo hice sentí la cabeza de su miembro en mi orificio vaginal, comenzó a deslizarla en mi interior con timidez, me la metió hasta el fondo quedando una porción fuera, lo sé porque estiré mi mano hacia atrás y sentí un pedacito de fuera.

Empezó a moverse suavecito, diferente a ÁngelU, su eyaculación no estaba tan próxima, de hecho no la sacaba casi nada, empujaba mas mis nalgas con su pubis en lugar de meter y sacar. Preguntaba si me gustaba, respondí afirmativamente, empozó a llenarme de piropos, “qué bonita estas”, “qué buena estas”, “ me gusta tu panocha”, “tu culo es mío”, etc. Yo me limitaba a escuchar, no me sentí ni ofendida ni halagada, seguía excitada y cansada, no podía razonar…

Después de varios minutos como ranita, se enderezó y me tomó por las caderas, las levantó y fue sacando su pene lentamente pidiéndome que me volteara, que dejara la almohada donde estaba y que pusiera las nalgas sobre ella, al hacerlo ni vulva ni mi trasero quedaron arriba apuntando a la arista donde se unen la pared con el techo, al voltearme y quedar boca arriba no recuerdo donde estaba ÁngelU, ni lo vi.

PonchI aprovechó mi posición de piernas abiertas para hacerme oral nuevamente, lo interrumpía sólo para preguntarme si me estaba gustando, le respondí que sí, me dijo que a él no sólo le gustaba hacerlo sino que le encantaba mi sabor, mi aroma y mi panocha en sí. Me tomo por corvas y me levantó los pies muy atrás y procedió a penetrarme una ves mas…

Se inclinó y descansó su cuerpo sobre el mío sin empezar a moverse, profirió mas piropos hacia mí, me besó pegando con fuerza su boca sobre la mía, su saliva caía por chorros dentro de mi boca hasta el fondo donde inicia mi garganta teniendo que tragar su saliva y la mía, en minutos ya no eran chorros sino cataratas de saliva las que depositaba en mi boca al tiempo que se movía con mayor energía. Sentí de nuevo la urgencia del orgasmo, esta vez no pude gritar, mis gritos se depositaban en su boca.

Al sentirme a punto de terminar modificó sus movimientos empujando su cadera hacia delante, cuando sacaba y metía me rozaba el clítoris con su verga. Al sentir la explosión en mi cerebro grité fuerte a pesar de tener su boca pegada a la mía, los papeles se invirtieron y deposité mi saliva dentro de su boca de forma explosiva, despegó su boca de la mía, pegó su nariz a la mía y preguntó si quería que se viniera, estaba exhausta así que solamente cerré los ojos afirmativamente.

Pasó sus manos bajo mi cuerpo agarrando y apretando mis nalgas, para abrirlas, comenzó a moverse con rapidez, ya no había motivo para que se administrara y controlara. Empezó a moverse como pistón y en un minuto eyaculó gritando desde el esófago, me la empujó todo lo que pudo a pesar de que su pene estaba perdiendo volumen. Alcancé a preguntarle “qué” a lo cual contestó, “quiero estar dentro de ti todo el tiempo que sea posible”. “Quiero prolongar este momento de sueño”. Me sentí más que halagada y se lo demostré con una sonrisa, volvió a recostarse sobre mí para besarme. A pesar de que la excitación había disminuido respondí a sus besos.

En ese momento ÁngelU había pasado a un segundo plano, yo me olvidé de su presencia, no recuerdo desde donde había presenciado lo hecho con su amigo.

ÁngelU no importaba en ese momento, quizá era lo que él quería…

miércoles, enero 17, 2007

Dos bocas, cuatro manos, dos vergas, dos hombres, fui una Reina

Sentí como el pene de PonchI se deslizaba suavemente hacia el exterior de mi vagina, su cabecita se atoró y él jaló su cadera hacia atrás para sacarla, sentí feo pero a los dos nos dio risa, me dio un beso de pico y se quitó de encima, se recostó a mi lado poniendo su mano sobre mi vientre para subirla a mi busto, comenzó rozando mis pezones mientras decía algo que no recuerdo. Fue descendiendo su mano por el ombligo metiendo su dedo un segundo en el siguiendo su camino hasta el pubis, jugueteó con mis pelos y metió su dedo en miedo de los labios, sus dedos índice y anular quedaron a los lados, los apretó para formar un “sándwich de dedo”.

Conforme me apretaba sentía la presión de su dedo cordial entre mis labios y en especial en el clítoris, no pude más que volver a gemir, lo que le causó gracia o ternura y me dio un beso de lengua sin dejar “el sándwich de dedo” que había formado. Con su otra mano abarcó mi espalda y me jaló hacia su cuerpo hasta que nuestros pechos se unieron. Mientras respondía sus besos sentí un movimiento en la cama que provenía de mi espalda, estaba concentrada en los besos de PonchI y más en el “sándwich de dedo” o mejor dicho ese sándwich no me permitía concentrarme en otra cosa.

Súbita y sorpresivamente sentí una mano entre mis nalgas, veamos me dije o me digo ahora, una mano de PonchI se encuentra en mi pubis, la otra está rodeando mi espalda y PonchI no es pulpo, necesariamente tenía que tratarse de ÁngelU que había salido de la nada, quizá estuvo todo el tiempo a un par de metros viendo el espectáculo y ya lo había olvidado.

Así fue, se trataba de ÁngelU que se había unido en la cama, uno de ellos me empujó suavecito para que quedara recostada boca arriba, al llegar a esa posición me hicieron que abriera los brazos en cruz para no estorbarlos, se colocaron cada uno sobre su costado y comenzaron a chuparme con fuerza los pezones. Mi reacción instintiva fue abrazar a cada uno y abrir un poco las piernas, no me lo pidieron, ni lo hice con intención, fue un acto reflejo.

Sin dejar de succionar mis pezones, parecían becerros mamando ubre, bajaron sus manos a mi ingle y se dirigieron al centro, a mi vulva. Comenzó una batalla que todavía me halaga al recordarlo, fue una batalla de manos para ver quien lograría posicionarse de mi vulva. Sentía los ligeros empujones de ambas manos tratando de quitar a la otra para quedarse en el centro geográfico de mi entrepierna.

Estoy segura de que no fue una batalla intencional, se trató de un acto reflejo entre ellos, siempre el macho trata de lograr la mejor posición, así lo siento ahora. Finalmente hubo un acuerdo tácito entre ambos y comencé a sentir los dedos de ambos surcando el pequeño espacio que hay entre mis labios mayores y menores.

Puedo describirlo como verdadera locura intensa, no dejaban de chuparme los pezones mientras recorrían y acariciaban mi vulva como si quisieran aprendérsela de memoria por medio del tacto. Entre más fuertes, prolongados, sonoros y constantes eran mis gemidos, más vigorosas se tornaban sus chupadas en los pezones y más ásperas y eróticas sus caricias en mi vulva. Sin dejar de acariciar mis genitales ÁngelU dejó de mamarme la teta, tomó mi barbilla, giró mi cabeza y comenzó a besarme.

No pasó mucho tiempo antes que PonchI dejara de chuparme la teta para pedir su turno, volteé la cara y comenzó a besarme a su manera, depositando grandes cantidades de saliva en el fondo de mi boca, luego otra vez el turno a ÁngelU y así sucesivamente sin dejar de frotarme la vulva un instante. Cuando por fin dejaron de masajear mis partes íntimas limpiaron las manos en mis senos y la humedad que quedó impregnaron en mis axilas.

Nos tomamos un respiro de varios segundos. ÁngelU me pidió que le limpiara la verga y los huevos con la boca, enfatizando que se la dejara “bien limpia”. Me coloqué entre sus piernas y sin utilizar las manos bajé la cabeza y comencé a lamerle su pene. Primero la parte de arriba, la que tenía a la vista, se la lamí a conciencia hasta sentir que se estaba resecando, el pene es reseco por naturaleza pero con el líquido vaginal se forma una capa gruesa, aceitosa o mantecosa, que sirve como magnífico lubricante para la penetración, pero una vez que se ha llevado a cabo hay que quitarla. Después comencé a lamerle los lados hasta que sentí mayor fricción en mi lengua con la piel de su miembro.

Con lengua y nariz la empujé hacia arriba, al no estar rígida se movía hacia un lado, lo suficiente para dejar descubierta la parte de abajo donde se encuentra una vena muy grande que todos tienen. Se la lamí hasta dejársela bien limpia, tuve que usar mi mano para levantarle el pene y estirárselo para que los testículos quedaran libres y se los pudiera lamer y limpiar como me lo pidió. Ahí se batalla más, no sólo por la forma redonda sino por que es muy delicado ahí y los puedes lastimar. Lo lamí con mucho cuidado, le pasé la lengua varias veces, pude corroborar que el sabor del pene y los testículos es diferente. Una vez que lo deje bien limpio seguí con sus ingles, dijo que sentía fresco al pasarle mi lengua, que si por él fuera me pediría que se lo hiciera por horas.

PonchI se quejó amablemente, siempre con una sonrisa dijo que seguía él. “Ahora yo mamacita” dijo, dejé la entrepierna de ÁngelU y me coloqué en la de PonchI. Lo que sospechaba lo corroboré y seguí corroborando múltiples veces, no hay dos penes iguales. Quizá esa sea la magia de los hombres, que se eleva a la “ENE” potencia cuando tienes dos o más frente a tu vista y a la mano.

Tenía una gran gota acumulada en la punta de la verga, era una mezcla de semen con líquido vaginal, me enardeció verla así que no quise quitársela rápidamente, preferí besarle los testículos y que mi nariz topara con esa punta, con esa mega gota. Conforme los besaba y lamía sentí como empezó a escurrir ese líquido desde mi nariz hasta mis labios. Se me ocurrió algo medio descabellado, en lugar de lamer su pene se lo recorrí con mi nariz, supongo que no lo esperaba porque se quiso volver loco, gritó y aulló como animal, hasta que le dijo a ÁngelU que yo era una joya o algo así.

Una de las cosas que dijo fue: “Como se erotiza esta chamaca”. No escuché que ÁngelU hubiese respondido nada y como mi vista estaba enfocada al pene, los testículos y las ingles no sé sí ÁngelU respondido con un gesto u oralmente. Después de varios roces de mi nariz comencé el procedimiento de limpieza normal, se lo hice igual que a ÁngelU, a conciencia, así que quedó muy limpio.

Para mí hoy en día todo eso fue un mini banquete, pero en ese momento fue un banquete de manteles largos, un banquete digno de una reina.

Sí, sí, sí, el erotismo estaba en todo su esplendor, ÁngelU sabía lo que me decía cuando me prometió que no olvidaría ese día…

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jueves, enero 18, 2007

Satisfecha y confundida, pero inquieta por lo que faltaba…

Había dejado a PonchI, mejor dicho a su pene y testículos tan limpios como fue posible, no quedó rastro de líquido vaginal ni de la batalla que acababa de sostener con su contraparte femenina, o sea mi vagina.

Pidieron que regresara y que me acostara boca arriba en medio de ellos, cada uno me tomó de la mano dirigiéndolas a sus respectivos penes. Con pene en mano comencé a recibir nuevamente caricias en mis senos con sus manos, sin que el afán fuera realmente el volverme a excitar, eran caricias de halago, de cortesía de caballero a dama, así las sentía en ese momento y así las sigo considerando.

No hubo diálogo, sólo caricias, bajaban sus manos a mi pubis turnándose para enmarañar más mis pelos, es difícil de explicar, tenía ambos penes y sentía la diferencia de grosor y longitud, de forma. No recuerdo bien, pero a uno se le sentían más venas que al otro. Después de unos minutos decidieron ir a la sala, les pregunté que si me podía bañar y respondieron al unísono que más tarde. Nos levantamos de la cama y uno de ellos me pidió que les agarrara la verga a ambos y que de esa manera nos dirigiéramos a la sala, así lo hice.

A pesar de ser un momento altamente erótico, el más erótico de mi vida hasta ese instante, mi naturaleza bromista fluyó y les dije, “parecemos elefantitos de circo agarrados de la trompa, yo soy la elefantita que le cortaron la trompa”. Simplemente pensé en voz alta, ya me sentía en confianza con ellos, mis palabras arrancaron carcajadas de ambos. PonchI comentó, “además de tus atributos, tienes buen humor”.

Nos sentamos en el sofá y sólo les solté la verga cuando decía que quería algo y uno de ellos se levantaba para traérmelo. Nunca permitieron que yo misma tomara una bebida, ellos la acercaban a la boca y le daba el trago, me encendían el cigarro y lo retiraban de mi boca. Los minutos que transcurrieron y permanecíamos desnudos en el sofá, tampoco hubo gran diálogo, se limitaban a besarme acariciando mi busto o jugueteaban con los pelos del pubis.

En algún momento vi de reojo vi a ÁngelU haciéndole señales con los ojos a PonchI, él fue el primero dijo que nos fuéramos a bañar. Sin soltarles la verga nos dirigimos al baño, ahí por fin me permitieron soltárselas.

Fui la primera bajo el chorro de agua, ambos me enjabonaron frotándome con fuerza, se esmeraron en mis genitales y mis nalgas.

Me enjuagué y ÁngelU se metió al chorro enjabonándose solo, PonchI enjabono mis genitales unas veces mas, supuse que era para que quedara más limpia, provoco que hubiera abundante espuma en mi entre pierna, en especial en mi orificio vaginal.

ÁngelU salió del agua y me volteó, empujó mi espalda para que me reclinara hacia delante y me penetró sin previo aviso, al tiempo que PonchI lo sustituía bajo el agua. Ahí entendí porqué no quisieron que me bañara antes, querían recuperar fuerza para volverme a coger. Empezó a moverse con rapidez, afortunadamente para mí ya que prefería un rapidín en ese momento. Mientras me atendía escuché que el agua dejo de caer y PonchI se colocaba frente a mí. Me puso la verga en la cara y de nuevo se la comencé a mamar formando una “H” arqueada por mi espalda.

Una vez que ÁngelU terminó yo seguí empinada por estársela chupando a PonchI y sentí que volvía a enjabonarme, esta vez metiendo sus dedos en mi vagina. Sin mediar palabra ÁngelU me dejó de enjabonar y PonchI colocó sus manos en mis clavículas denotando que quería que le liberara su pene de mi boca. PonchI sustituyó a ÁngelU me la metió y comenzó a moverse con cierta rapidez, era evidente que me veían satisfecha y hastiada y se estaban limitando a darme rapidines.

Me tomó de las caderas y empecé a gemir, no importa cuanto sexo hayas tenido, la sensación del pene moviéndose dentro y fuera de la vagina es tan fuerte que siempre te hace gemir. No tardó en terminar y llenarme, me volvieron a meter bajo el agua y me enjabonaron entre los dos, sólo dejaron que yo lavara mi cabello argumentando que “esas cosas las hace mejor la mujer”.

De nuevo me empinaron y desde atrás lavaron a conciencia mi ano y vulva, en esta ocasión metieron sus dedos enjabonados haciendo movimientos circulares en ambos orificios y limpiando las paredes internas. Al final no me escapé de que me dieran algunas nalgaditas.

Nos vestimos y fuimos a la sala, pero nuevamente hubo poco diálogo, creo que hablaron poco para no decir algo que me apenara o molestara.

ÁngelU me llevaría de regreso, así que en esta ocasión PonchI y yo nos despedimos con un beso efusivo en la boca, estaba enfriándome pero no lo suficiente, si hubieran dejado que me enfriara por completo de ninguna manera me hubiera despedido de PonchI de esa forma. En el camino ÁngelU se detuvo en un lugar céntrico con poca gente y me preguntó si la reunión había cumplido mis expectativas o si esperaba algo más. No tenia ideas a la cabeza, titubeé para responderle hasta que acerté en decirle que no esperaba algo así, que era mucho más de lo que hubiera esperado.

Te sientes mal preguntó, le respondí que mal no, simplemente me sentía extraña, volvió a cuestionarme si me había gustado, respondí que sí pero al mismo tiempo no quería repetirlo, preguntó por qué y respondí de nuevo que me sentía extraña.

Me dijo que era natural pero que debería de estar contenta que a mi edad y juventud hubiera hecho las cosas tan de buena manera, que muchas mujeres se abstendrían de hacerlo por la doble moral que sería un obstáculo para su felicidad, que la gente que vive así, vive a medias y con temores, que yo había mostrado ser una persona libre de cuerpo y mente. Asentí con la cabeza no convencida pero sin argumentos para rebatirlo. Encendió el auto y nos dirigimos a donde me había recogido.

Se detuvo para que bajara no sin antes decirme que esperaba mi llamada al día siguiente, entre semana tocaban los rapidines para complacerme y como ese día lo había complacido a él y a mi misma.

No le respondí, solamente bajé la mirada mientras él tomaba mi bolsa de mano, la abrió y depositó dinero, me tomó el cuello y me jaló hacia él para el beso de despedida.

Me dijo que lo que había pasado ese día teníamos que discutirlo a fondo, una vez que hubiera tenido tiempo para meditarlo, de nuevo bajé la mirada otorgando. Estaba alejándome del carro cuando me llamó por mi nombre para decirme: “No pienses que eso es todo lo que puede haber de erotismo, hay mucho más, con el tiempo…”

Esta vez sí asentí claramente con la cabeza, me di la media vuelta y me alejé de la esquina. Pasé el resto de la tarde con unas amigas y no supe la cantidad de dinero que depositó en mi bolso…

Me inquietaba más la idea de que eso no era todo, que había más…

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viernes, enero 19, 2007

Volví con mis amigas tenia que poner orden

Pasé la tarde con mis amigas como si no estuviera con ellas, caminaba como entre nubes, no podía quitar de mi mente la tremenda experiencia que había vivido horas antes, no me concentraba en nada, no las oía, no las escuchaba, movían la boca y las palabras que emitían se confundían y perdían en las imágenes de mi mente.

Regresé a casa y me metí en la cama, de nuevo ocurría lo que en ocasiones anteriores, recordaba lo que había sucedido y pensaba en el futuro inmediato, tenía miedo sin saber a qué, al mismo tiempo veía esa situación como una oportunidad única en la vida. Estaba consciente que físicamente no me sentía mal, algo rozada nada más, tenía conciencia absoluta de que no me iba a morir por haber estado con dos hombres, por eso nadie se muere, además había sido una jornada superlativamente placentera, pero aún así, después de meter todo en la balanza seguía teniendo miedo…

Al día siguiente tuve un minuto libre, podría llamar a ÁngelU como lo había pedido, dudé mucho, estuve junto a la cabina telefónica deshojando la margarita y decidí no llamarle. Quizá por el mismo miedo y no quería que pensara que me gustaba tanto y que lo llamaría todos los días.

Así estuve toda la semana dudando sí le llamaba o no, las clases, las tareas, el trabajo y mi vida social, hicieron que se fuera el tiempo, pero esas actividades me ayudaron a no pensar en lo que pasaba. A ÁngelU no lo amaba, nunca lo amé, ni siquiera lo quería, acaso lo estimaba y nada más, es por eso que lo menciono, si hubiera habido algún sentimiento mayor de mi parte no lo hubiese omitido. El sexo con él era bastante bueno, pero no me enloquecía, lo que llamaba poderosamente mi atención era el erotismo, la variedad y su conocimiento.

Ahora puedo decir que ÁngelU y PonchI eran buenos a secas y hay otros que son “principiantes – intermedios”, y desde luego los grandes expertos en las artes amatorias como Don Q, o mejor dicho, Don Q es un “doctor – master – decano – rector”, es la “creme de la creme” es la “quinta esencia del erotismo encarnado”, para no exagerar. También es cierto que la mayoría de los hombres a quienes tenía acceso eran jóvenes que caían en la clasificación de “pendejetes”. Después de todo, qué mujer va a querer estar con un “pendejete” cuando ha conocido hombres como ÁngelU y PonchI.

Esa era la inquietud que me asaltaba en los días posteriores a la experiencia que tuve con ellos, podía dejar de verlos en un tris, puesto que no significaban nada para mí, a cambio de eso tendría que conocer una interminable lista de pendejetes veinteañeros, decisión difícil para una chava de 17 años.

Conforme pasaban la semana y no le llamaba en un abrir y cerrar de ojos llegó un sábado. Esta vez sí acepté regresar al carrusel que mis amigas y yo habíamos implantado, fuimos a la casa de Oruga para de ahí ir juntas a la disco, nos pusimos de acuerdo en que “parejas” formaríamos y me tocó mi peor pesadilla, sí la rusa seria la que aparentaría ser mi pareja, las otras parejas serían, Oruga y Ross y quizá Jessie con alguien que no recuerdo ahora.

La noche pasó tranquila, no hubieron demasiados pendejetes merodeando, desde luego que los hubo, pero no molestaron mucho, quizá ese día habían fumigado y no hubo “moscones” latosos. Cuando se aceraba alguno la rusa ya no avisaba, solo interponía su cuerpo entre la barra y el mío, pegaba su cara y mientras sonreía me besaba, yo sabía porqué lo hacía, de hecho todas nos habíamos puesto de acuerdo de antemano. Cuando era a la oruga o a Ross quienes los moscones iban a molestar yo volteaba de reojo y las veía besarse.

Oruga traía un vestido negro de terciopelo sin manga, un poco arriba de la rodilla, Ross traía un vestido de fondo morado con flores teñidas de una púrpura tenue. Corroboré que eran un par de beldades y verlas besarse para los hombres era un espectáculo demasiado erótico o para dar coraje, muchos hombres consideran un desperdicio ver a dos diosas, una rubia con cabello color oro y otra rubia con cabello color caoba claro besándose. Queríamos pasar por lesbianas y lo conseguíamos con facilidad.

Alguna vez mencioné que la Rusa no es lesbiana, ni siquiera es bisexual, pero conmigo era especial, se comportaba arguyendo una supuesta atracción que le provoco. Cuando le decía que tenía ganas de bailar me llevaba a la pista y bailábamos, regresábamos a la barra y si le decía que tenía ganar de bailar “normal”, es decir con un chico que se encontraba cerca y me sacaba a bailar, ella no me besaba para poder aceptar la invitación, pero después de un rato, si no regresaba iba a “rescatarme”. Así que cuando se acercó uno de los muchachos que le había dicho a la Rusa que no ahuyentara y me sacó a bailar le dijo: “Te la presto un ratito. Es mía y quiero que me le regreses enterita”.

En la pista de baile el chavo me preguntó si éramos lesbianas, simulé que no había escuchado, me caía bien y quería decirle la verdad pero al mismo tiempo echaría por la borda nuestros planes y acuerdos, preguntó una segunda vez y moviendo la cabeza de arriba a abajo al ritmo de la música le di a entender que sí, “no odio a los hombres pero sí lo soy” agregué. Vi su cara de desilusión pero preferí mantener la paz y armonía en nuestro grupo.

Cuando alguna de nosotras quería pasarla “normal”, como mujer heterosexual lo informaba a las demás, se colocaban en barra cerca de nosotras pero su actitud era distinta, no se acercaban entre sí, no se pasaban los brazos por la cintura, no acercaban sus rostros y si se acercaba algún chico que encontraran interesante, simplemente lo dejaban hablar.

Al afirmar que sí era lesbiana el chico mostró su desmoralización en la cara, seguía en la pista por educación y no por otra cosa. Le pregunté que si estaba cansado, respondió negativamente, pensaba como decirle que me llevara a la barra y de alguna manera se lo pedí. Nos dirigíamos a donde se encontraba la Rusa y vi que ésta estaba acompañada de un muchacho, nos acercamos más y la escuché decirle “ya llegó mi pareja”, se puso necio y dijo que no creía que fuéramos lesbianas, a lo cual ella le respondió que ese era su problema, me tomó por la cintura, me jaló hacia ella y me beso con la boca semi abierta.

La Rusa le dio la espalda al fulano necio y le preguntó en tono de broma a mi acompañante si me encontraba completa, registró todo mi cuerpo, los hombros, el abdomen y la espalda mientras le preguntaba “no le falta nada, veamos…”. “Muy bien, está completita, de la que te salvaste”. El chico y yo reímos, se despidió amablemente y siguió la velada sin contratiempos.

Yendo en el auto de Oruga (me quedaría en su casa) la Rusa venía a mi lado en el asiento trasero y dijo que si le permitía pasar la noche en su domicilio, a fin de cuentas ahí se encontraba su auto. Y tus papás pregunto la Oruga con su voz delicada y noble que le caracteriza. La Rusa contestó que los llamaría, abrió su celular y marcó consiguiendo el permiso para pernoctar en casa de nuestra buena amiga.

“Entonces té quedas en la recámara con Tina Marie” instruyo la Oruga a quien debido a la oscuridad y el reflejo de las luces de los arbotantes y carros únicamente se veía los tremendos ojos azul mar que tiene en el retrovisor. No hay problema respondió la rusa.

Entonces pensé, “chingada madre, pasar toda la pinche noche con esta güera cabrona está cabrón”, mientras avanzábamos kilómetros y kilómetros por la autopista, todas riendo y bromeando, menos yo.

lunes, enero 22, 2007

Dos cabronas y yo, que angustia…

Jessie y Ross no habían cenado, por la prisa de llegar a casa de Oruga e irnos juntas llegaron sin haberlo hecho, así que nos desviamos de nuestro camino, no recuerdo el lugar, si había tacos, panuchos o hot dogs. Lo que sí recuerdo es que era uno de esos lugares donde se come al aire libre y de pie y que están muy concurridos, era entre 2 y 3 de la mañana, mucha gente sale del antro y va a otro o se va para su casa o se detiene a cenar.

Había grupos de muchachos, en nuestro trato habíamos convenido no seguirle la corriente a ningún chico fuera de la disco ya que sí le hacíamos caso lo más probable era que algún otro empezara a hablarle a otra de nosotras y así sucesivamente, lo cual no tendría nada de malo si fuera a otras hora o simplemente dentro del bar o una disco y no en la calle en la madrugada. Además de que alguna de nosotras no tuviera humor de ligar o condescender con nadie, así que en esas circunstancias siempre fuimos muy secas, llegábamos, nos dirigíamos con quien nos atendería y pedíamos sin voltear a ver a nadie. Incluso, antes de descender de un auto guardábamos los relojes en la bolsa, es muy trillado, aburrido, fastidioso y hasta torpe el truco de que te pregunten la hora para entablar conversación, así nos asegurábamos de no dar pie a nada, nunca faltaba quien dijera, “los relojes”.

Ninguna somos de buen comer, cenar dos veces está fuera de nuestra costumbre, así que cenaron las que no lo habían hecho y las demás pedimos un refresco para acompañarlas. Algún chico trato de ligar con oruga o la rusa, no recuerdo con cual, y Ross salió en su rescate.

Antes de continuar quiero mencionar algunas cosas de Ross. Es muy guapa, muy bonita de cara, muy femenina, es fanática del ejercicio, de mis amigas una de las que tienen más y mejor marcados los músculos, sus oblicuos están súper definidos, sus abdominales se marcan con el mínimo esfuerzo, se le marcan perfectamente el bíceps del tríceps y el hombro, no es muy alta, mide 1.68 mts, es de cabello largo color miel hasta la espalda la espalda. Pero lo más importante no es su físico, sino su mente, es de carácter alegre y jovial, siempre tiene una sonrisa y ríe con extrema facilidad, por lo mismo nunca tiene problemas con nadie. Además es la persona con más amplio criterio que eh conocido, nada le asusta, jamás ha sentido remordimiento, no tiene complejos, y respecto a los pecados que a todos nos infundieron en la niñez, ella ni se preocupa.

Para ella es sano tener sexo con un hombre o con diez, o tener sexo con mujeres, al final del día no siente culpa, sabe que no le hizo daño a nadie, que no habló mal de nadie, ni intentó perjudicar a nadie. Así que le da la misma importancia a tener sexo con dos mujeres, que a haber cenado rico unos tacos. Es experta en artes lésbicas y heterosexuales, es tan liberal que Don Q que de nada se sorprende, se ha sorprendido con ella. Ross es una de las personas mentalmente más sanas que he conocido.

Pero volviendo a la cena para no perderme les cuento que al ver que no estaban respetando la petición de la Oruga de que la dejaran en paz, Ross la tomó del brazo, la jaló, la abrazó y delante de los fulanos la beso en la boca con más pasión y mejor técnica que la que cualquiera de ellos hubiera podido hacerlo si se hubiera dado la oportunidad. La reacción de los fulanos no se hizo esperar, empezaron a alejarse diciéndonos, tortilleras, cochinas, asquerosas, y más improperios. Nosotras no nos dejamos y les respondimos con una sonrisa y con voces burlonas, “tu mamá es la tortillera” y cosas así, recuerdo que una de nosotras les gritó, “tú mamá es tan tortillera que eres hijo de dos viejas”, soltamos la carcajada que se habrán oído a una calle de distancia.

Los fulanos volvieron enardecidos e inmediatamente todas como puestas de acuerdo sacamos, “maze” (gas lacrimógeno) o “zappers” (aparato que emite toques eléctricos). De hecho siempre que salíamos a un antro nos cerciorábamos de traer eso. Cuando vieron que no estábamos indefensas los peladitos retrocedieron, Ross y Rusa las tremendas del grupo les profirieron burlas como “Aparte de culeros, putos, bola de jotos”.

Les hago notar que nosotras no empezamos ni nos metíamos con nadie, ellos fueron quienes no respetaron nuestra voluntad, en especial la de Oruga que les dio a entender que no quería nada con ellos. Desgraciadamente siempre hay seudo hombres que no respetan la voluntad de una mujer, en especial cuando están alcoholizados a esa hora de la madrugada.

Todos los hombres y mujeres que no venían con ese grupito y que estaban cenando al igual que nosotras nos vieron sorprendidos, algunos no dijeron nada, y otros nos dieron palabras de apoyo.

Cuando se fueron los tipos seguimos cenando, sin molestar a nadie y sin ver a los demás, como era nuestra costumbre. Subimos al carro y nos dirigimos a la casa de Oruga. En el trayecto ocurrió algo que levantó mi ánimo. Ross le pidió posada a Oruga la cual con gusto acepto, advirtiéndole que sería bueno que llamara a sus papás. Sus palabras me llenaron de aliento, vi a Ross sacar su celular y marcar lo que hizo que latiera mi corazón poniéndome algo tensa deseando que recibiera permiso, salte de alegría cuando escuché que Ross dijo, “que sí”.

Sí, sí, sí, Ross era mucho más abierta al lesbianismo y a lo que fuera, si la rusa se ponía necia existía la posibilidad de que la presencia de Ross distrajera su atención, que se hicieran garras entre ellas y me dejaran en paz, fue lo que vino a mi mente al saber que Ross se quedaría con nosotras. Además que le dije a la Rusa que Ross dormiría con ella, en la recámara donde dormiríamos habían dos camas, Ross y Rusa no se opusieron a mi petición de dejarme dormir sola. A unas cuadras de nuestro destino llegó a mí cabeza una idea como relámpago que me sobresaltó. Estando el par de cabronas juntas podrían tomarme en bola, Ross era más abierta y aventada que la Rusa y lo sigue siendo.

La sensación de alegría, bienestar y tranquilidad que me había invadido cuando supe que Ross se quedaría con nosotras, se convirtió en un temor que me resecó la boca…

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