Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

martes, 25 de marzo de 2008

"Acostumbrate..."

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Después de tragar saliva por segunda ocasión y apartando su verga de mi boca con un ligero movimiento de cabeza apuntalado por mi lengua, de manera titubeante le dije, “No... No está bien que me presentes a alguien en esa situación, mejor cuando se haya ido el muchachito...”
No recuerdo ni como reaccionó, supongo que resignado. Volví a meterle miembro en su lugar y me puse de pie. Me retoqué rápidamente el maquillaje y me asomé por la ventana. Ya estaba chavito en la esquina y así se lo hice ver a V.G.T.2. Me dirigí de nuevo hacia la puerta para entreabrirla y le pregunté al hombre, “¿Por qué a mí y no a Ross?” Se notó que no esperaba la pregunta. Su cabeza dio un movimiento hacia atrás. Entonces me dijo que no la había localizado, que tenía tiempo buscándola sin resultados. Su respuesta me satisfizo de momento y me asomé por la puerta, chavito venía en camino. Le dije que ya venía y me respondió que yo hiciera como la vez anterior, que lo llevara al patio, que ya había dos colchoncitos y no uno, esperándome. Amagó con retirarse cuando me repitió, “Pones el culito viendo a la cocina, ¿Eh?” Asentí con la cabeza y con la cara hice un gesto de que se apurara en desaparecer de la vista.
Apenas se esfumó el viejito y “chavito” aparecía frente a la puerta. La abrí un poco más y sin hablar me lo llevé al patio vía la cocina. Una vez en el patio vi que estaban los dos colchoncitos, uno sobre el otro, tal como había dicho el dueño de la casa y después que me había dado el dinero en la mano y mientras chavito y yo nos desvestíamos, me llegó la idea de que la mamada que le había dado a V.G.T.2 hubiera sido ahí mismo. Con suerte y el amigo, quienquiera que fuera, lo hubiese visto por la ventana y se empezaría a excitar, recortando mi tiempo de trabajo.
Una vez que quedamos totalmente desnudos y de pie, “chavito” intentó besarme un seno. Le dije que esperara un momento. Me recosté en el colchoncito superior, boca arriba con mis piernas apuntando directamente al resquicio de la ventana de la cocina donde sabía que podría estar observándome V.G.T.2 y le dije al chico, “Ven...” Se hincó junto a mí, le tomé una mano, abrí las piernas, de manera que mi vulva quedara muy expuesta hacia el punto indicado y puse su mano ahí, al tiempo que le dije, “Bésame...” Conforme se iba inclinando para besarme, mi mano comenzó a buscar su miembro, una vez que lo encontró, comenzó a jalársela suavecito. El beso de chavito fue insípido. Así lo esperaba, sin embargo su pene comenzó a ponerse de nuevo como si fuera de madera en cuestión de nada.
Después de unos segundos, despegó sus labios de los míos para preguntarme “Y acá abajo... ¿Qué hago?” Le respondí que sólo la sintiera y se me salió decirle “para que te vayas acostumbrando”. Entonces se la apreté un poquito más y noté que estaba durísima, tiesa... Le dije que ya empezáramos a hacerlo. Me preguntó el cómo y le expliqué que se recostara boca arriba con la cabeza apuntando hacia determinado lado “para que no te dé el sol...” agregué. Todavía estábamos hincados en el colchón cuando le dije, “Lo que vas a ver... Es de todas las mujeres, ¿Eh?” No comprendió mi idea pero, en vez de aclararle le pregunté si tenía novia. Me respondió negativamente, entonces proseguí diciéndole que la novia que él llegara a tener iba a tener lo mismo que yo y que si hubiera intimidad entre ellos ella iba a querer que él le hiciera el oral. Añadí que conmigo no era obligatorio que me lamiera, con que sólo la tuviera muy de cerca era suficiente. En ese instante le pregunté si ya había hecho oral. Negó con la cabeza y mientras se recostaba boca arriba y yo me acomodaba de tal manera que mi trasero quedara apuntando a la ventana y también justo arriba de la cara del chico, de la manera más amable que pude le dije, “Para que te vayas acostumbrando... Eres hombre y es lo que te va a tocar en la vida...” Bajé el trasero para que si quería me lamiera los genitales o lo que se atreviera y comencé a chupársela. La tenía hirviendo... De nuevo sentía que me quemaba los labios y por dentro de la boca, lo que me hizo que se la chupara con más rapidez para tener que abrir la boca y con el movimiento entrara aire en la misma y se refrescara un poco. El chico comenzó a gimotear y en un momento me preguntó, “¿Te puedo abrir las pompis un poco?” No quise dejar de hacer mi trabajo porque veía que el fin estaba cerca, así que con la boca llena alcancé a exclamar una especie de “Ajá” que por el tono de voz se comprendía que era un “sí” a su pregunta.
Después de abrírmelas, probablemente vio algo que le interesó. Tímidamente puso la punta de un dedo en mi orificio vaginal y, conforme aceleré mi mamada, el fue metiéndolo hasta que en segundos, su dedo se convirtió en el sustituto de un pene, metiéndolo y sacándolo. Me hizo respirar fuerte, incluso le di un par de mordidas involuntarias, que por la dureza de su miembro ni notó y aceleré aún más. El muchacho se vino con varios gritos y pataleando, doblando sus rodillas y estirando los pies. En ningún momento su lengua o sus labios tocaron mis genitales. Me sacó el dedo a una orden mía, pidiéndole que tuviera mucho cuidado y que lo hiciera con suavidad. Así lo hizo y entonces, dijo algo que me arrancó una ligera carcajada. “Parece un bizcocho de los que venden en la panadería...” “Acostúmbrate... Acostúmbrate...” Le dije, luego le pregunté, “¿Te gustan las mujeres?” Me respondió con un “Sí” gigantesco que se habrá oído hasta no sé donde, (Poco a poco, aprendí que a los hombres no hay que hacerles preguntas que pongan en duda su masculinidad, ni su virilidad), Como que le había molestado mi pregunta. “Pues acostúmbrate...” Terminé.
Me quise portar algo mala o traviesa, así que cuando saqué su pene de mi boca, me incorporé un poquito y, a propósito, me senté muy levemente en su cara, asegurándome que alguna parte de mi vulva presionara su boca y, quien sabe, quizá mi ano, su nariz; Nunca lo supe a ciencia cierta. A pesar de que el contacto fue muy corto, evidentemente al chico no le gustó lo que vio, olió o saboreó, el caso es que lo hice toser. Me moví a un lado para que tosiera mejor y se sentó, tosió un par de veces más y luego inhaló con fuerza otras tantas. Me dije que después de todo, el hacer el sesenta y nueve había sido su idea y que el declinó el derecho de lamerme, yo no se lo había impedido.
El chico sabía el procedimiento. Me dio un beso y comenzó a vestirse mientras yo permanecí desnuda sentada en los colchones. Al igual que la vez anterior, la prueba de fuego estaba por iniciar... Y ahora sería mayor...



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2 Comentarios:

  • A la/s marzo 25, 2008 3:38 a.m., Blogger baplun dijo...

    Prueba de fuego, a ver con que chispa iniciaron estos VGTes, no se pero algo me dice que el compañero de VGT2 no es tan mayorcito, ojala que asi haya sido, pero ni modo, es que como dices, la prueba mayor estaba por iniciar.

    Ahora bien dicen por ahi que filo con filo no se cortan, a ver si el fuego tuyo permitio que el fuego de esos VGTes ganara, jajajajaja.

    Mi reina te me cuidas mucho, bye.

     
  • A la/s marzo 25, 2008 12:48 p.m., Blogger Tina Marie dijo...

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    Baplun:
    Gracias por estar atento a la cronología. =)
    Saludos.


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