“El horario limito mi excitación”

En poco tiempo el trabajo se me acumulo, Perla me llamo para decir que Pitro quería mis servicios, el problema era que quería verme por la tarde – noche lo cual era imposible y se lo hice saber para que se lo dijera, me gustó que me contactara a través de ella así seria más fácil negarme si no me convenían el horario, también Don Chebocho me contactaba por medio de ella.

Durante unos días no di servicio sexual pero trabajaba en mi empleo habitual, a mi edad y sin compromisos me podía dar el lujo de hacer las cosas con calma y lo primero era la escuela, siempre lo fue. Un día saliendo de la escuela encendí el celular y entró una llamada de Pitro que quería verme anticipándome a que fuera a citarme por la noche se lo pregunté, tal y como lo preví sugirió un horario incómodo al cual me negué, cuando vio que no cedería me pregunto si podía ser en la tarde cuando saliera del trabajo, jamás había trabajado en ese horario pero acepté advirtiéndole que sólo seria una hora, acepto pero me advirtió que en fin de semana me pediría más tiempo con pago especial, ultimamos detalles y cortamos la llamada.

Antes de ir al trabajo pasé a casa para llevar talco y aceite para bebé, no tenia caso hacer el ritual ahí porque faltaban horas para que nos viéramos, así que me los llevé y antes de salir pasé al baño y efectué el ritual. Ya conocía la dirección así que tomé un taxi y le llame para confirmar que me estuviera esperando, noté que le causaba satisfacción y me dijo que me esperaría en la puerta, cuando llegue abrió el portón y me hizo pasar, había muchas plantas y flores en el jardín, me preguntaba si lo haríamos en la alberca, entramos y me condujo a la habitación donde se desvistió de inmediato, para no verme novata hice lo mismo, si me hubiera tardado podría haber interpretado que estaba ahí contra mi voluntad o sin deseo de ganar el dinero y hubiera sido negativo teniendo en cuanta que lo quería conservar como cliente, me pidió que me recostara pero antes de hacerlo saqué un condón y lo puse en el buró, se acostó y comenzó a besar mis senos al tiempo que hurgaba mi vulva abriendo los pelos, cuando llegó a mis labios, pasó sus dedos sin interés de excitarme, solo para explorar, después de los recorridos en mis genitales se llevó los dedos a la nariz y abrió los ojos en señal de agrado, mi olor le hizo dudar y me preguntó si venía de trabajar, le dije que si y preguntó que porqué olía tan limpio, le dije que siempre andaba así de limpia sin importar día y hora aunque no trabajara y me dijo que de no ser así me hubiera pedido que me bañara, como estaba boca arriba le envié una señal de indiferencia encogiendo los hombros.

Siguió besándome y lamiéndome los senos, para apresurarlo extendí mi mano hasta atrapar su miembro y le di jaloncitos y apretoncitos suaves, no me opuse a que me dedeara porque un poco más de lubricación no me caería mal, mientras lamía mi cuello y acariciaba mi vulva yo se la jalaba, se le paró mucho y rápido, pronto me pediría que se la mamara así que tomé el condón y antes de ponérselo se la lamí suavemente debajo de la cabeza y en el tallo para excitarlo más, empezó a respirar muy fuerte y a desesperarse al grado que me pidió que se la mamara toda, señal de que su excitación era mayor, se lo puse y comencé a chaparla con fuerza succionando lo que tuviera dentro, le temblaban las piernas y comenzó a llenarme de elogios duros diciéndome qué era muy buena mamadora, palabras duras pero elogios al fin. Ese día no tenía ganas de sexo mi libido andaba bajísimo, no era hora en la que trabajara ni obtenía placer además de que se había acumulado la tensión diaria sin mencionar que tenía que hacer los deberes de la escuela, solo quería acabar pronto así que se la mame con fuerza metiéndomela y cachándola con mi boca con rapidez para excitarlo al máximo y que el coito fuera breve. Me hablaba en voz alta casi gritando que me detuviera empujándome los hombros para alejarme y detenerme, no le hice caso hasta que con alaridos me pidió que cesara, para no quedar mal le dije, “es que la tienes muy rica papi”, sonrió y si dedujo mis intenciones mis palabras atenuaron mi acto.

Me coloqué boca arriba y me penetro, el coito fue corto, afortunadamente no me excité demasiado, sin embargo si logré lubricarme lo suficiente para que fuera fácil y hasta rutinario, fue el quien gimió siempre, yo pujaba porque al tenerlo encima me saca el aire y me hacia jalar más, fue raro pero hubo veces en que no sentía que me excitaba. Pitro terminó con un gemido parecido a un alarido, yo estaba trabajando por tiempo y no por servicio, así que cuando terminamos me dijo que entráramos a la regadera para después ir a la alberca, ahí descubrí que me haría desquitar cada minuto que estuviera con el...

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