Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

lunes, 14 de enero de 2008

"Supo prepararme..."

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De manera discreta se separó un poco de mí para que pudiésemos incorporarnos. Cuando lo hice volteé de reojo a ver a la pareja que se encontraba frente a mí, vi que V.G.T.2 ya tenía su mano en una ubicación muy comprometida entre los muslos de Ross, a la cual no le podía ver la cara porque su cliente la estaba besando.
Seguí a V.G.T1 hacia la recámara. Lo hice casi como autómata. No recuerdo más que el ver su espalda y seguirlo. No se me grabaron las paredes, ni los adornos que pudiera haber en la casa. Entramos al cuarto e inmediatamente se me acercó, me volvió a besar en la boca y hablándome bajito al oído me pidió que me quitara la ropa y me recostara en la cama. Así lo hice y fue con tal rapidez que ya me encontraba boca arriba mientras que el hombre seguía de pie en el extremo de la cama despojándose de las últimas prendas. No quise verlo, mejor dirigí mi mirada al techo mientras pestañeaba un poquito. Las casi dos cervezas que había tomado habían surtido efecto en mí.
A los pocos momentos se recostó a mi lado. Hasta cierto punto, podría decir que me tomó por sorpresa y por lo mismo, me encontraba con los brazos pegados al cuerpo. Estiró una mano para empezar a apretarme un seno y al mismo tiempo volvió a besarme en la boca. Después su mano comenzó a bajar por mi vientre hasta posarse en mi monte de Venus y empezar a juguetear con mis pelos. Todo esto sin dejar de besarme más que para tomar un poco de aire el cual inhalaba hasta por la boca.
Después de revolotear un lapso algo prolongado en mi pubis, sus dedos comenzaron a abrirse paso por entre mis labios mayores. No tardó mucho en encontrar los menores e incluso el clítoris. Con la yema comenzó a hacer suaves movimientos circulares, lo cual me hizo abrir instintivamente las piernas.
Empecé a humedecerme y a sentir que su yema resbalaba mejor a lo largo de mis labios menores y como recorría cada rincón de mi intimidad. De forma casi irreflexiva, estiré la mano que estaba del lado del cuerpo de V.G.T1 para agarrarle el miembro. Lo logré pero cuando él lo sintió, con un movimiento decidido me la retiró. Comprendí que todavía no quería ningún tipo de estimulación a su pene. Me dijo que le gustaba lo rápido que me mojaba y lo abundante de mi humedad. A pesar de que hubiera sido recomendable responderle algo picaresco para aumentar su grado de erotización, me sentí algo apenada y no supe que responderle, me quede callada.
Mi silencio le hizo esbozar una sonrisa, la cual le correspondí, entonces se subió encima de mí. Me dio un par de besos de los llamados de pico y comenzó a bajarse lentamente, besándome la garganta, el cuello, cada seno y en medio de ambos, etc. Al llegar a mi ombligo, abrí las piernas un poco más doblando las rodillas. Mi vulva quedó oprimida contra su pecho, lo cual lo hizo exclamar, “¡Ay que rico, ya me embarraste el pecho!”. De nuevo logró apenarme un poco. No sé como habré reaccionado.
Aún recuerdo que cuando sentí que me abrió los pelos de los labios mayores me preparé mentalmente a recibir una mamada especial, la de una lengua experta…


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