“Dedos tan magistrales como la lengua…”
-
Sabía o más bien, presentía lo que me esperaba, así que respiré hondo y mientras miraba al techo cerré los ojos. Comencé a sentir su lengua, quizá al principio sólo era la punta que me rozaba la unión de mis labios en su parte más alta. Poco a poco comenzó a deslizarla hacia abajo por el centro exacto hasta que llegó a mi orificio vaginal. No permaneció mucho tiempo ahí porque regresó por el mismo camino en sentido ascendente. Después comenzó a lamerme las comisuras entre los labios mayores y menores.
Para ese momento ya estaba gimiendo y sin proponérmelo doblé más las rodillas y las abracé para facilitarle el acceso al viejito de lengua experta. Me decía palabras de alabanza que ahora no recuerdo del todo, respecto al aspecto y olor de mis intimidades. La verdad, lo que yo quería era que siguiera con su trabajo, que dejara de hablar y siguiera haciendo lo que sabía hacer tan bien.
Después de recorrer toda mi vulva con su lengua durante varias veces, me pidió que levantara aún más mis piernas. Hice todo lo que pude, entonces escuché de nuevo una exclamación de aprobación y agrado. No me dijo nada, sobraban las palabras para entender que entre más partes íntimas de mí veía, más le gustaban. Algo me dijo de que le hubiera gustado tener no sé cuántos años menos para tener fuerza y levantarme mejor, aún así, comencé se sentir la frescura de su lengua y en especial de su saliva en mi ano. Sentía las cosquillitas tan particulares que se sienten cuando te lo lamen, sin embargo, se sentía algo diferente, como ya he mencionado, era un experto con la lengua. Supo desesperarme hasta que empecé a mover el trasero de un lado a otro. Así, con su lengua como lanceta en mi ano, me provocó el primer orgasmo.
A pesar de mis gritos de que cesara continuó con su labor de hacerme enloquecer al grado que llegué a sentir algunos centímetros de la punta de esa lanceta de carne en el interior de mi mayor intimidad. Después de condolerse de mis peticiones, por fin dejó en paz la parte trasera de mi cuerpo y regresó para darme de nuevo el cunnilingus. Esta vez fue más como si tratara de dejarme limpia o simplemente lamerme para recordar mi sabor, el caso es que me pasó su lengua despacito sin dejar ninguna partecita seca.
A estas alturas, ya había olvidado que tenía una amiga llamada Ross y que se encontraba haciendo más o menos lo mismo bajo el mismo techo.
Se alejó un poquito de mí para hacerme la pregunta, “¿Te meto el dedo?” No le respondí, únicamente cerré los ojos en señal de aceptación y consentimiento. Me metió un dedo en la vagina describiendo círculos pequeños. Instintivamente, de nuevo traté de levantar, e incluso, abrir más las piernas. La sensación que me provocó fue indescriptible. También sabía usar los dedos con maestría. No me lastimaba en lo más mínimo por el contrario, me estaba causando mucho placer.
Mientras me estaba causando gemir y un poquito pujar, me sacó el dedo de la vagina, pude abrir los ojos y lo miré. Contestó mi mirada con una especie de guiño, más bien subiendo y bajando las cejas entrecanas como diciéndome que me preparara para lo que seguía…
-
Para ese momento ya estaba gimiendo y sin proponérmelo doblé más las rodillas y las abracé para facilitarle el acceso al viejito de lengua experta. Me decía palabras de alabanza que ahora no recuerdo del todo, respecto al aspecto y olor de mis intimidades. La verdad, lo que yo quería era que siguiera con su trabajo, que dejara de hablar y siguiera haciendo lo que sabía hacer tan bien.
Después de recorrer toda mi vulva con su lengua durante varias veces, me pidió que levantara aún más mis piernas. Hice todo lo que pude, entonces escuché de nuevo una exclamación de aprobación y agrado. No me dijo nada, sobraban las palabras para entender que entre más partes íntimas de mí veía, más le gustaban. Algo me dijo de que le hubiera gustado tener no sé cuántos años menos para tener fuerza y levantarme mejor, aún así, comencé se sentir la frescura de su lengua y en especial de su saliva en mi ano. Sentía las cosquillitas tan particulares que se sienten cuando te lo lamen, sin embargo, se sentía algo diferente, como ya he mencionado, era un experto con la lengua. Supo desesperarme hasta que empecé a mover el trasero de un lado a otro. Así, con su lengua como lanceta en mi ano, me provocó el primer orgasmo.
A pesar de mis gritos de que cesara continuó con su labor de hacerme enloquecer al grado que llegué a sentir algunos centímetros de la punta de esa lanceta de carne en el interior de mi mayor intimidad. Después de condolerse de mis peticiones, por fin dejó en paz la parte trasera de mi cuerpo y regresó para darme de nuevo el cunnilingus. Esta vez fue más como si tratara de dejarme limpia o simplemente lamerme para recordar mi sabor, el caso es que me pasó su lengua despacito sin dejar ninguna partecita seca.
A estas alturas, ya había olvidado que tenía una amiga llamada Ross y que se encontraba haciendo más o menos lo mismo bajo el mismo techo.
Se alejó un poquito de mí para hacerme la pregunta, “¿Te meto el dedo?” No le respondí, únicamente cerré los ojos en señal de aceptación y consentimiento. Me metió un dedo en la vagina describiendo círculos pequeños. Instintivamente, de nuevo traté de levantar, e incluso, abrir más las piernas. La sensación que me provocó fue indescriptible. También sabía usar los dedos con maestría. No me lastimaba en lo más mínimo por el contrario, me estaba causando mucho placer.
Mientras me estaba causando gemir y un poquito pujar, me sacó el dedo de la vagina, pude abrir los ojos y lo miré. Contestó mi mirada con una especie de guiño, más bien subiendo y bajando las cejas entrecanas como diciéndome que me preparara para lo que seguía…
-
18 Comentarios:
A la/s enero 15, 2008 2:27 a.m., Belén dijo...
Tina, las lenguas son lo que mas nos gustan si????
Besos
A la/s enero 15, 2008 6:25 a.m., juan rafael dijo...
Parece ser que te dejaste llevar.
A la/s enero 15, 2008 8:54 a.m., Anónimo dijo...
Todos vamos a estar viejitos como esos dos de los que hablas esta semana para cuando termines la cronología =(
A la/s enero 15, 2008 9:31 a.m., iris dijo...
si que dió la sorpresa el V.g.t. 1
todo un experto con las manos y la lengua, no en balde pasa los años en algunos hombres
A la/s enero 15, 2008 10:47 a.m., cielo azul dijo...
Bueno... ahora sabemos que las personas mayores son buenas en la cama!
saludos desde mi cielo mi querida Tina!
A la/s enero 15, 2008 11:44 a.m., Tamujin dijo...
El que sabe, sabe... Ya lo creo que esos hombres hayan sido expertos en las artes amatorias.
Saludos!
A la/s enero 15, 2008 1:42 p.m., Alfred dijo...
Vaya, la verdad ya hasta me estoy calentando y dando ganas de dar lenguetazos jejejejeje....
Como le estara llendo a El Terremoto Ross??
Saludos y un beso Marie.
A la/s enero 15, 2008 2:20 p.m., Twain dijo...
Es increible saber de lo que somos capaces de hacer con la lengua...hablar de mas, gozar de mas...
Un beso sigo leyendo...
A la/s enero 15, 2008 4:16 p.m., Tina Marie dijo...
-
Belén:
Jajajaj. Que te puedo decir? =)
Besos.
-
A la/s enero 15, 2008 4:17 p.m., Tina Marie dijo...
-
juan rafael:
Gracias por la visita.
Saludos.
-
A la/s enero 15, 2008 4:19 p.m., Tina Marie dijo...
-
Sassy_1:
Hay personas que escriben una vez a la semana o menos en sus blogs... Y nadie les dice nada. Yo escribo a diario y hago lo más que puedo.
Siento mucho que no te guste el ritmo de mi cronología, es lo más que puedo dar por ahora.
Ni modo.
Saludos.
-
A la/s enero 15, 2008 4:19 p.m., Tina Marie dijo...
-
iris:
De acuerdo... Algunos aprovechan la experiencia acumulada.
Saludos. =)
-
A la/s enero 15, 2008 4:21 p.m., Tina Marie dijo...
-
cielo azul:
La gran mayoría lo son. =)
Saludos desde mi tierra. =D
-
A la/s enero 15, 2008 4:22 p.m., Tina Marie dijo...
-
Tamujin:
Sí aprovecharon los años... =)
Saludos.
-
A la/s enero 15, 2008 4:23 p.m., Tina Marie dijo...
-
Alfred:
Jajajaja. Buena pregunta...
Saludos.
-
A la/s enero 15, 2008 4:24 p.m., Tina Marie dijo...
-
Calo:
Sí, la lengua es un órgano más poderoso de lo que podría parecer en un principio...
Saludos.
-
A la/s enero 15, 2008 5:23 p.m., Húsar dijo...
mis saludos señorita.
=)
A la/s enero 17, 2008 9:23 p.m., baplun dijo...
Transitar una carretera recien pavimentada es una experiencia indescriptible, al no encontrar nada que perturbe el buen trasitar de los vehiculos hace que el viaje sea magnifico, extrapolando esta loca idea, lo hago asi, disfrutar del sexo con una mujer totalmente excitada es algo indescriptible, el transitar por una carretera recien pavimentada es un 10% de la sensacion que se siente al ver y disfrutar de una mujer excitada, tal cual veo que el V.G.T.1 logro hacerlo contigo.
Cuidate mucho. bye.
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal