“Con mucha práctica, sólo así…”

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Era muy interesante ver a todo el grupo desde mi perspectiva. Como dije antes, formamos un círculo, unos sentados y otros recostados de lado, desnudos, conviviendo de manera amigable y amable. Todos sonrientes. Las chicas aunque todavía denotaban estragos de la batalla porque al reír les dolían sus orificios, se notaban satisfechas, seguras, tranquilas, cómodas. Yo me encontraba recostada sobre mi lado izquierdo, en los pies de la cama, casi en el filo, con las rodillas flexionada y, creo que GusG, no estoy totalmente segura, tomando mis muslos como almohada.
Mientras todos seguíamos sonriendo, aunque hablando poco, ÁngelU salió, como dije antes estoy casi segura que fue él, con una idea muy cierta: “Si se fijan bien, todas las mujeres fueron cogidas por todos nosotros, por los cuatro. Empezamos con Tina Marie, luego los de las dobles penetraciones, al terminarlas se fueron con la otra y terminaron cogiéndoselas y en total, a las tres nos las cogimos los cuatro…”
Se formó un pequeño silencio que nos sirvió para reflexionar, en especial a nosotras. No dudo que cada una estuviera consciente de haber sido cogida por todos los hombres, yo lo estaba, ya que habían empezado conmigo, y me habían hecho bolita, es decir, hasta las dos chicas participaron, y desde luego, como lo narré en su momento, recibí a los cuatro varones. Y todo ello antes de que comenzara la verdadera batalla. Pero difícilmente cualquiera de nosotras estaba consciente de que todas los habíamos probado a todos.
Cuando empecé este tema, dije que cuatro más tres era igual a impar… Cierto pero, en las DP’s se requieren el doble de la cantidad de hombres por cada mujer. Si yo hubiera participado activamente en esa actividad, no sé como se hubieran organizado. El caso es que eran muy buenos para organizarse. Y al decirnos ÁngelU eso, corroboramos lo que ya sabíamos: Que eran la clase de hombres que pensaban más en la satisfacción de la mujer que ni en ellos mismos, considerados con nosotras, y buscándonos el mayor placer que pasara por sus mentes.
Después de la pausa que se formó al decirnos eso nuestro amigo, vi en las caras de ellas que así lo habían comprendido. Creo que en mi rostro se reflejó lo mismo, ya que después de esa pequeña pausa de reflexión y aceptación, los caballeros comenzaron a decirnos cosas como, “No se podrán quejar muchachas…”, 0, “Todas recibieron la misma atención, ¿Eh?”. Las tres sonreímos aceptando implícitamente con cierta pena, asentimos con la cabeza y la bajamos como buscando algo en la superficie del colchón.
Cuando las mujeres terminamos de aceptar rotundamente las exclamaciones de los varones, a uno de ellos se le ocurrió otra idea también muy interesante y práctica; Sugirió que para la siguiente ocasión en que se diera una DP dual, juntaran las camas desde el principio, que de esta manera incluso, hasta podrían cambiar, no sólo de agujero, sino hasta de mujer. Idea que todo mundo alabó, en especial los hombres. Con sólo pensarlo, sabíamos que de hacerse, la intensidad de las cosas se multiplicaría. Con los años comprendí que a eso se le llama “experiencia”, el practicar algo e irlo depurando, mejorando, hasta llegar a una situación óptima.

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