"La lava hirviendo tarda en enfriar..."

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Lo que yo no había notado era que mientras se la mamaba a PonchI, Chuype se estaba cogiendo a Perla y ÁngelU a Ross. Tuve que respirar profundo por la nariz para no tragarme el semen de los dos varones y esperar a que terminaran los otros dos. Recuerdo como entre nubes que ÁngelU le dijo a PonchI algo así como “Que buena está tu vieja”, o “¡Que bien coge tu vieja!”… Éste estaba terminando de depositar sus últimos chorritos en mi boca, así que no recuerdo que le habrá contestado, pero eso sí, todo dentro de un ambiente de cordialidad.
Como decía, esperé a que terminara uno de ellos con el semen de los otros dos acumulado en mi lengua. El siguiente tengo la idea de que fue ÁngelU. Se me acercó, me miró y abrió la boca, sacando un poco la lengua como dictándome que hacer. Lo imité y justo se colocó frente a mí, cuando soltó un grito fuerte. Volví a sentir calientito en el fondo de la boca. No mucho porque el semen anterior me recubría la lengua, etc. Y no me permitió sentir la cantidad total que nuestro amigo depositó en mi boca. Como estaba hincada y tenía la boca bien abierta, lo único que veía era de su abdomen hacia arriba mientras movía su mano derecha, la cual cubría su pene.
El último, obviamente, fue Chuype, que al igual que PonchI tuvo que hacer un esfuerzo extra para aguantarse; y que había estado apurando a su predecesor para que terminara lo más pronto posible. Cuando hubo terminado ÁngelU, Chuype se me acercó y comenzó a gritarme, “¡Ponte! ¡Pon la boca!”. Hice un esfuerzo para abrir la boca y que a la vez no se me escurriera el semen por las comisuras. Creo recordar que tampoco pudo aguantar lo suficiente y tengo la idea de que parte de su primer chorro se estrelló contra la parte alta de mi labio superior y la parte más baja de mi nariz, quizá bloqueando parcialmente mis fosas nasales.
Al igual que con el anterior, sólo podía ver de su abdomen hacia arriba, el pene envuelto por su mano, la cual hacía los movimientos típicos del hombre cuando se masturba.
A estos dos, prácticamente ya no se las chupé porque habían entendido, al igual que yo, que la finalidad principal era el acumulado de los cuatro en mi lengua. Obviamente, yo no me pude ver, pero lo que sí recuerdo fue que una vez que terminó el último, los cuatro hombres y las dos mujeres se pararon frente a mí para ver “el espectáculo”. Comencé a escuchar expresiones al respecto. Recuerdo muy bien la voz de Ross diciendo respecto a mí, “es especialista”. Alguien le contestó afirmativamente. Entonces alguien interpeló diciendo que eso era lo mío, (algo en lo que ya se había insistido muchas veces), que eran mi especialidad los tríos y las piras. Después de exclamaciones similares, y mientras, yo seguía con la boca bien abierta y la lengua semi de fuera porque así se me había pedido, Ross comparó el cúmulo en mi lengua con una gelatina de leche. A lo que Perla le respondió, ¡Ahhh, sí…”. Y luego agregó que no sabía a que le recordaba lo que veía hasta que mi amiga lo dijo primero.
Ross se inclinó hacia mí y palmeó sus manos una o dos veces y exclamó, “Bueno, ¡A tragar! Si no, no sirve ni vale…” Mi respuesta fue un ademán con la mano simbolizando un vaso con agua. Le di a entender que me trajera un poco.
No fue Ross, creo que fue Chuype como anfitrión, mientras yo cerraba la boca y comenzaba a degustar aquel pequeño coctel de la lava de cuatro volcanes que todavía no enfriaba…





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