Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

martes, 2 de septiembre de 2008

“Doble grosor mas estrechez = Doble dolor= Doble placer…”


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El escuchar el vocativo de mi nombre hizo que como reacción involuntaria alejara un poquito mi cara de la entrepierna de Ross. Sin embargo, no quise despegarme demasiado, sabía que estaba viendo un espectáculo único que, quizá no volvería a ver en mi vida. Cuando menos, no en vivo y, sobretodo, tan de cerca. Las DP’s no son cosa de todos los días, ni para todos, aunque, quizá, sólo digo “quizá”, sí deberían serlo.
Una vez que me había retirado un poquito, aunque sin dejar de ver aquello que me tenía atónita, imbuida, volví a escuchar mi nombre con un poco más de fuerza y claridad. Volteé a ver quien me llamaba con tanto interés. Se trataba de PonchI, quien me hacía suaves señas con una mano para que me acercara.
Caminé los pocos pasos que nos separaban, al pie de las camas, lo miré a los ojos y con su mirada y un poco con sus manos, me dio a entender que quería que se la chupara. De reojo vi que sobre la cama se encontraba Perla, en la misma posición que la de Ross, sobre su costado y atrás de ella, alcanzaba a ver las piernas de ÁngelU, quien con toda seguridad la penetraba analmente.
Obedecí a PonchI, me hinqué y, dadas las circunstancias, se la chupé para que se le parara rápido. Además, sabía que él era de reacción un poco más tardía que los demás, así que al metérmela en la boca, jalaba mi cabeza hacia atrás para, a su vez, jalarle el pene con el interior de mi boca. De esta manera, sabía perfectamente, se le pararía más rápido. Así fue. Una vez que se la había alargado casi al máximo, se la empecé a mamar con más suavidad, ahora sólo para que se le endureciera todo lo posible. Una vez que se la sentí muy dura, se la empecé a chupar por instinto, sin ningún propósito más que el placer mismo de sentirla en mi boca. PonchI me consintió un corto ratito, hasta que, de la mejor manera que podía bajo esas circunstancias, me pidió que desistiera.
Comprendí que simplemente estaba repitiendo la misma operación que con GusG, así que sabiendo que mi bien estimado amigo PonchI, tendría que dar unos pasos hacia la cama, lo acompañé apretándole el pene para evitar cualquier riesgo de que perdiera volumen.
Como ya tenía una idea de lo que seguía a continuación, cuando PonchI se recostó sobre su lado izquierdo para quedar justo frente a Perla y se le repegó como lo hizo GusG con mi loca amiga, tomé su pene con la mano y lo dirigí al orificio vaginal de Perla. Esta ocasión me fue un poco más difícil puesto que PonchI la tenía más gruesa y menos fácil de manipular. Quise jalársela mucho pero temí lastimarlo, así que después de varios intentos, con los dedos se la pegué a la vulva dejando la punta en la entrada y, sin soltársela, le dije a PonchI que moviera sus caderas hacia adelante. Así lo hizo y como mis dedos servían de guía, por fin la penetró, con un fuerte grito de Perla, quien ya había estado gimiendo desde el principio. El grosor de la verga de PonchI, aumentó su placer/dolor.
PonchI comenzó a moverse con bastante dificultad. Ambos orificios de Perla estaban ocupados y su capacidad estaba saturada, era obvio. Mi reacción fue la de levantarme un poquito para ver su cara; Tenía un rictus de dolor. Su rostro, evidentemente denotaba dolor, aunque esto contrastaba cuando entre PonchI le preguntó, “¿Te gusta, chiquita?”, y casi llorando, ella le respondió con un largo y agudo “¡Sí!”. Luego ÁngelU le cuestionó, “¿Sientes las vergas de los dos?”. La respuesta de mi amiga fue idéntica, también lo fue cuando le preguntaron, “¿Quieres que te sigamos cogiendo entre los dos?” Para que luego PonchI agregara otra pregunta cuya respuesta era evidente, “¿Quieres que uno de los dos te la saque?” “¡Noooo por favor, noooo!” Se limitó a contestar ella.
Ya las tenían física y psicológicamente donde las querían. El lenguaje sucio y escatológico empezó a fluir como un río de lava en descenso. Preguntas como, “¿Quieres que te saquemos toda la…?” En cuyos casos sus respuestas eran o negativas afirmativas, siempre en son suplicante. Como en ese momento estaba junto al trío compuesto por PonchI-Perla-ÁngelU, eran sus palabras las que oía con más claridad, aunque por momentos escuchaba al otro trío usando preguntas con lenguaje sucio por parte de los varones con sus respectivas contestaciones suplicantes de mi loca amiga.
En verdad creía estar en el punto álgido de la sesión, aunque apenas estaba en el umbral…



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