Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

lunes, 4 de agosto de 2008

“A veces se va chueco…”

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Como comprendí que no satisfaría mi curiosidad, ni fácil ni rápidamente, preferí recostarme bocarriba estirando todo mi cuerpo y aspirando aire con fuerza. Situación que aprovechó para juguetear de nuevo con los pelos de mi pubis y luego plantarme otro beso de lengua en la boca.
Recién terminó de besarme, sentí la urgencia de ir al baño. Me incorporé con cierta rapidez, cuando PonchI me preguntó a donde me dirigía con tanta prisa. Al informarle acerca de mi urgencia, se levantó con la misma celeridad diciendo que quería verme. Mientras nos dirigíamos al baño, iba rumiando cosas diciendo que en esos momentos le gustaría vivir en una casa con jardín que tuviera una barda muy alta para pedir que le diera gusto ahí.
Entré al baño. Justo atrás de mi amigo hizo lo mismo. Intenté sentarme en la taza, de hecho, hice el intento por subir la tapa, cuando con voz suave pero con volumen alto exclamó, “¡No, no! ¡Ahí no!” Volteé a verlo con relativa sorpresa, preguntándole con la vista que entonces donde quería que orinara, ya que se supone que para eso es la taza del baño. “¡Debajo de la regadera!” Me exclamó. Asentí con la cabeza y me dirigí a donde me había pedido. “Dobla las rodillas como si fueras cátcher de beisbol, ¿Has visto a los cátchers de beisbol? Asentí con la cabeza una vez que ordenó y preguntó ya que me encontraba en el lugar indicado.
Me coloqué tal y como me lo había pedido, dejando salir el líquido que me incomodaba. PonchI miraba fijamente, como hipnotizado, hacia mi entrepierna. Luego comenzó a hablar… En este momento sucedieron varias cosas a la vez. Como recién mencioné, comencé a orinar y PonchI clavó su mirada en mis genitales. Luego empezó a decir que le gustaba verme orinar, que no le gustaba ver a todas, pero a mí, sí. Mientras hablaba, yo lo miraba a la cara, cuando sentí calientito en mi muslo: Resultó que se habían formado remolinos en mi parte íntima, dando por resultado varios chorros, uno de los cuales se desvió por mi pierna. “¡Ay que rico!”, exclamó. Le respondí con una leve sonrisa, aún sin entender ciertas cosas respecto a los hombres. Aún así, en mi mente surgió como un pequeño relámpago la idea de seguir escudriñando respecto a Ross y le pregunté si a ella también la ponía a orinar frente a él. “¡Claro!”, me respondió, agregando, “A ella también se le forman pequeños remolinos como a ti, aunque a ella, un poco menos”. Le pregunté el porqué, a lo que me contestó, “Porque la tiene menos peluda que tú”. Me dije que con esa respuesta, ya tenía una duda menos. Cuando estaba terminando, todavía en posición de “cátcher”, añadió algo más: “También me gusta mucho como cuando se les está acabando la fuerza del chorro se les irriga toda la panocha, todos los pliegues y se chorrean hasta lo de debajo de las nalgas, y hasta el culito (sic). ¡Que cataratas del Niágara, ni que la chingada!”. Ahí sí que no supe ni que decir… Ni sonreí. Fue de esas veces que lo que esperas es que la otra persona diga algo más para seguir con otra cosa, aunque fuera del mismo tema. Solamente estaba entendiendo que hombres y mujeres éramos muy diferentes, en cuanto a gustos y formas de ver las cosas.
Una vez que terminé, pujé dos o tres veces para sacar las últimas gotitas y, al ver que no había más, junté las manos para luego separarlas lentamente, mientras le decía, “Ya”, dándole a entender que había acabado. Me dijo que esperara. Tomó papel del baño, se acercó a mí y, tan caballeroso como siempre, extendió su mano para que me incorporara. Estando de pie, pasó el papel por mi pierna y la parte baja de mis nalgas, luego lo pasó por en medio de mis piernas hasta llegar a mis genitales. Ahí pasó el papel muy leve y superficialmente. Le dije que sólo había secado la punta de mis pelos y que más abajo o más adentro seguía muy húmeda. Acercó su cara a mi oído y me respondió que así me quería, lo suficientemente seca “por afuerita” (sic) para no manchar el sillón, y luego me plantó un beso en la oreja, que más que beso fue una lamida paralizante.
Después de superar los escalofríos que me dio su beso-lamida, temblando le pregunté si también a Ross la dejaba muy húmeda por dentro. Me respondió que a ella ni la secaba, que no lo necesitaba, que conmigo sí había exceso de humedad pero con Ross, no. Luego agregó, “Casi siempre me la llevo cargando a la sala para que sus miaditos y sus mequitos se le junten en el mondongo”. Sus palabras me arrancaron una carcajada sonora, en especial el último término, que usado en mi loca amiga, todavía hace que me doble de la risa. “Me la llevo cargando y la siento en mis piernas, si se escurre algo que caiga sobre mi verga”, dijo en tono algo grave, logrando que mi carcajada amainara hasta convertirse en una simple risita, la cual fue apagada por completo cuando me preguntó, “¿Quieres que te cargue a ti?” Bajé la vista, viendo su pancita, la punta de su verga, hasta los dedos de sus pies y, tímidamente asentí con la cabeza…



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8 Comentarios:

  • A la/s agosto 04, 2008 7:58 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

    Si, yo tengo más que morbo la necesidad por ver como orinan las mujeres.

    Saluditos! =)

     
  • A la/s agosto 04, 2008 10:29 a.m., Blogger Sara dijo...

    Yo solo quiero hacerte saber mis pensamientos hacia tu blog, no es por ofender ni nada por el estilo no.

    no sé si lo que dicen es verdad que es falso todo lo que escribes aveces haces pensar que así es por que siempre siempre dices que tu eres mejor que todas las demás putas que desfilan poe aqui que TÚ eres la más nalgona, que TÚ eres la más chichona, que TÚ ers la ás alta y de piel muy blanca y lo de hoy que debo confesar me arranco una carcajada sonora QUE TU MEAS MÁS QUE LA OTRA JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJA AY NO MANCHES ESTA BIEN QUE TE ALAVES TÚ SOLA TODO LO QUE QUIERAS PERO ESTO SI FUE MUY EXAGERADO

    EN FIN CADA QUIEN

    he leído buena parte de tus post y son basante entretenidos pero esos pequeños detalles que aveces tienes como que no son muy agradables te repito no es otra cosa más que mi humilde opinion

     
  • A la/s agosto 04, 2008 11:22 a.m., Blogger Tina Marie dijo...

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    Skazi:
    te asombrarías de saber la cantidad de hombres que hay en tu situación.
    Saluditos.


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  • A la/s agosto 04, 2008 11:24 a.m., Blogger Tina Marie dijo...

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    Sara:
    Sí, veo que tu opinión es humilde en más de un sentido...

    Y dices que no es por ofender...

    Si escribo algo y lo entiendes mal, ¿Que caso tiene seguirte respondiendo?

     
  • A la/s agosto 04, 2008 3:06 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

    Besos traviesos !

    W

     
  • A la/s agosto 05, 2008 2:12 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

    Tina:

    Algo muy curioso es que a mi ya me toco conocer dos mujeres que me pidieron que las viera orinar y lo disfrutaron.

    Saludos
    FelinoNocturno

     
  • A la/s agosto 05, 2008 3:46 a.m., Blogger Tina Marie dijo...

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    FelinoNocturno:
    Sí es bastante raro. por lo general, cuando algo así lelga a pasar, siempre es a petición del hombre. No recuerdo haber escuchado antes que saliera de la mujer. =)
    Saluditos.


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  • A la/s agosto 05, 2008 5:40 a.m., Blogger Tina Marie dijo...

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    W:
    Gracias por la visita. =)
    Saludos.



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