“Orgasmo a la primera, nada mal...”

Seguimos a gay2 por los pasillos de la sección VIP y cuando nos quedamos solos hizo la preguntas más comunes que se le hace a una prostituta “cuánto tiempo llevas en esto”, no le había dicho que era nueva se me había pasado así que cuando pregunto titubeé aunque al final le dije que hacía semanas atrás trabajé un par de días que habían estado muy flojos y que por motivos personales dejé de ir a trabajar, me preguntó que si en mi vida privada tenía la experiencia necesaria para estar con él, mientras me quitaba la ropa le dije que había tenido novio y que con el que había hecho de todo, preguntó si me gustaba el oral, como no sabia si se refería al cunnilingus o al felatorismo le contesté con otra pregunta, ¿cómo? Sonrió e hizo más específica la pregunta y me dijo, “como te gusta que te la mamen como te gustaba ponerte”, le dije “ah”, me gustan todas las posiciones pero mi preferida es ponerme en cuatro para que el hombre me “coma desde atrás”. “Pues ponte” me dijo con voz terminante. Me puse en cuatro y sentí sus manos abriéndome las nalgas, mientras lo hacía exclamó con sorpresa y agrado diciéndome qué estaba muy limpia, no respondí y de inmediato sentí su lengua frotar mis labios vaginales de arriba abajo.

Su lengua en mi clítoris hicieron me inquieto así que moví las nalgas suavemente en péndulo, lo había hecho antes con buenos resultados, pero en esta ocasión no fue igual porque me sujetó con firmeza mis caderas para continuar dándome oral. La ventaja de estar en cuatro y recibir cunnilinguis en la vagina es quedar libre sin la presión de nalgas, ni ingle, ni muslos, así que aprovechó y pegó su boca en mi intimidad para succionar con tal fuerza que comencé a sentir cosquillitas en el interior, es imposible de describirlo, sólo quien lo ha experimentado me entenderá.

Después de intentar zafarme por la desesperación él me sujetaba cada vez más fuerte pero cedió sólo para dar paso a su lengua que metía y sacaba como si fuera su pene, mi líquido vaginal se desbordaba pero no sentía escurrirme, señal de que estaba “saboreando mis jugos”. Desde que empezó gemí pero para ese momento mis gemidos eran tan audibles que cualquiera que caminara por el pasillo podría oírme, me condujo al orgasmo que no esperaba ya que pensaba dar más servicios, pero logró arrancarme un gemido muy sonoro y en ese momento supe que era un hombres con mucha experiencia en mujeres, la clase de hombre que sabe que si una mujer se pone en sus manos es ponerse a su disposición, afortunadamente su miembro estaba semi erecto, y engrosado así que cuando pidió oral no tardé mucho en parársela y no se me hundieran los dedos en su tallo, además no la tenía grande, aunque si más larga del “ideal” para mi, pidió que me volviera a poner en cuatro y una vez que me acomodé sentí de nuevo sus manos abriéndome las nalgas sintiendo como me la fue hundiendo poco a poco, un movimiento “típico”, me la metió lentamente dando empujoncitos hasta el fondo, luego la fue sacando con cuidado y comencé a gemir y a aspirar fuerte por la boca pasando el aire por los dientes produciendo un sonido agudo, eso lo hizo ser más considerado.

Conforme metía y sacaba mi lubricación crecía haciendo que resbalara mejor su verga en mi vagina acelerando su movimiento hasta topar sacando con rapidez sin importarle mis reacciones o mi dolor y placer, que lo encendían y hacia mas enérgico. Recordé que el “fuego se combate con fuego” y ese hombre había estado toda la noche excitado con ganas de mujer y no terminaría pronto, así que deje la pasividad y comencé a moverme en sentido contrario a sus movimientos, de esta manera cuando la sacaba yo me movía hacia delante y cuando la metía me movía hacia atrás haciendo que la punta de su verga en el fondo de mi vagina fuera ríspido y violento causándome mayor dolor pero acelerando su eyaculación, con mi ayuda no tardó en sentir desesperación y eyaculó tomándome las caderas, pero cuando me zafaba me ordenaba autoritariamente que no me moviera, en poco tiempo sentí en mi vagina la velocidad de quien tiene urgencia de terminar, su eyaculación fue estentórea y para mí fue llegar a la otra orilla de un río. No la sacó inmediatamente pero quedó tan exhausto que se reclinó en mi espalda mientras yo me deje caer sobre la cama, sentí el cosquilleo cuando el pene está dentro de uno y se empieza a hacer pequeño buscando la salida causando una sensación chistosa y molesta, cuando la sacó se acostó a mi lado y quedó muy agradecido por mi servicio repitiéndome que toda la noche había buscado “donde meterla” pero no había tenido donde, me preguntó si trabajaba ahí de planta porque quería volverme a ver, le dije que si pero le aclaré que por otras actividades no siempre me encontraría.

Estaba terminado un buen principio de un día de trabajo mas...