Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

martes, 4 de marzo de 2008

"Un trabajo que no es facil..."

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Poco a poco el miembro de “chavito” se fue deslizando hacia afuera de mí. Como siempre, la cabeza causa cierta incomodidad porque se atora un poquito. Me había dejado un poco adolorida en especial de las ingles porque los hombres tan flaquitos como él te clavan las caderas al dar los empujones. Y como este muchacho todavía no sabía controlar sus impulsos pues…
En fin, el caso es que una vez que me la sacó por completo, se hincó junto a mí y me preguntó algo así como, “¿Y ahora qué?” Le respondí que lo que seguía era que se vistiera, pasara por la puerta de la cocina y se saliera de la casa, que yo me quedaría ahí. Esto último pareció sorprenderle pero quizá no pudo ordenar sus ideas para plantearme la pregunta del porqué permanecería ahí. Por lo tanto, sólo se limitó a vestirse. Mientras lo hacía y yo permanecía desnuda y boca arriba, tal como V.G.T.2 me lo había pedido, me preguntó si me podría volver a ver. Le respondí que ya sabía mi tarifa y que a eso debería agregarle lo del hotel. “¿Y aquí?” Me preguntó. Le contesté que no sabía si se podría de nuevo ahí, que me buscara en la placita y yo le diría y que también podría él buscar un lugar por su cuenta, a lo que enfaticé que fuera completamente seguro. Entonces, una vez vestido por completo, me preguntó si ahí sí era seguro. Le respondí claramente que sí y con mi mirada comprendió que no debería de preguntar más respecto a esa casa. Al terminar de que yo lo dijera, se inclinó hacia a mí, me besó en la boca de nuevo y me apretó un seno. Cuando apartó su boca de la mía, buscando ver si me había ganado otro cliente asiduo le pregunté: “¿Te gustó?”, Alegremente y casi gritando me respondió que le había gustado mucho y luego me hizo la misma pregunta. Obviamente le respondí que sí, aunque sin la misma euforia, sino más bien en voz quedita, con una leve sonrisa y cerrando los ojos.
Antes de incorporarse para irse definitivamente, me dio un ligero pellizco en mi pubis, más como para revolver mis pelos que otra cosa. Por fin se fue y me quedé recostada en el colchón, bajo el sol ardiente, sólo tapándome los ojos, tal y como me lo había pedido V.G.T.2. No supe si éste guió al chico hasta la puerta o si “chavito” atravesó la casa por si mismo hasta encontrar la salida.
Tenía los ojos tapados con la mano cuando escuché el rechinido de una puerta. Volteé la cabeza en dirección del sonido y vi que el viejito la estaba atravesando para salir al patio y acercarse a mí. Nos saludamos con un leve movimiento de cabeza y por mi parte una sonrisa igual de leve. Con dificultad, se recostó a mi lado, comenzó a besarme, a la vez que bajó su mano y comenzó a acariciarme los pelos. Mientras seguía besándome, sus dedos fueron más allá hasta que comenzaron a darme “masaje” a lo largo de mis labios menores y el clítoris. Luego se detuvo y me dijo: “Gracias”. Le pregunté porqué me agradecía, a lo cual me respondió que por haber hecho exactamente lo que me había pedido, permanecer exactamente como el cliente me había dejado, que significaba muchísimo para él, que para él, era muy importante que yo me hubiera quedado tal cual. Entonces le contesté: “No, gracias a ti por permitirme ganar un dinero, lo necesito.” Se sonrió, no recuerdo exactamente lo que contestó.
Entonces trató de volver a besarme y dedearme pero le incomodó mucho lo delgadito del colchón y el sol a plomo sobre el cuerpo y me dijo que mejor entráramos. Mientras recogía mis cosas, (no para vestirme), le dije, “¿Ves? Mi trabajo no es fácil, así tuve que atender al muchacho”
Adentro, pasara lo que pasara, con toda seguridad, tendría más comodidad…



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