Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

viernes, 20 de abril de 2007

Tina Marie 2

lunes, mayo 22, 2006

Perdí por una verga.


Subimos a su recámara, tenía encendido el televisor y el aparato con el cassette adentro. Jajajajajaa... Había estado practicando y yo no tenía ese juego en casa. Lo había jugado en mi exilio estudiantil, mucho, eso sí, pero en casa no podía practicar. Aquel que sabe de videojuegos sabe que en una competencia hay que practicar para no perder habilidad ni en las manos ni en la mente, había estado toda la mañana jugando, eran vacaciones de verano y podía darse ese lujo.

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Antes de empezar a jugar establecimos las reglas, todo quedó como el día anterior, si él perdía un juego me pagaba el equivalente a cinco dólares, si yo perdía se "la mamaba" un ratito, quedó establecido que ese "ratito" equivaldría a un minuto.

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Empezamos a jugar, era buen jugador pero yo seguía siendo mejor. Seguía acumulando más puntos, con más rapidez y facilidad, aunque las distancias se habían acortado desde el día anterior.

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Gané los primero tres partidos y en "mi estrategia", el siguiente debería de perderlo ¿No? Pues no, seguí mi instinto lúdico y gané hasta sin querer, en el quinto partido algo pasó por mi mente, se me antojó la sensación y sabor de su pene en mi boca, de manera muy muy disfrazada y discreta empecé a fallar puntos, hasta que terminó ese juego y… lo perdí.

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La sensación volvió a ser espléndida y estruendosa como la del día anterior, me gustó más, aún así tuve la suficiente lucidez de pensar, mientras sentía aquel pedazo de carne crecer en mi boca que esta vez no me pasaría del minuto "obligatorio" por mi "pago", a cambio perdería los tres o cuatro partidos siguientes y la última vez que "le pagara" sería por tiempo ilimitado hasta que terminara en mi boca.

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Jugamos y le gané, para evitar ser obvia lo hacía con menos holgura, para que el creyera que yo encontraba dificultad para ganarle. En el transcurso de la sesión me dejé ganar un par de veces más.

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Cada vez saboreando más y perdiéndole el miedo a "su majestad" que cuando lo tienes a 3 centímetros de la cara se ve imponente, arrollador, devastador, y sobre todas las cosas muy intimidante.

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En especial cuando tienes 13 años y es la segunda ocasión que estás en esa situación.


martes, mayo 23, 2006

Terminó y me gustó.


Se hacía tarde, faltaban 15 o 20 minutos para que regresara a mi casa, le había hecho oral en tres ocasiones ese día, sin durar en ninguna, minuto o quizá minuto y medio. Notaba que por su desesperación o ansía por desahogarse él estaba jugando mal, a lo cual respondí relajándome y jugando también sin esforzarme mucho, de esta manera, los juegos que gané no eran con mucha diferencia.

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Tuve la duda de que si perdía el último partido se pusiera firme y me exigiera continuar hasta el final, lo único que se me ocurrió decir en el momento fue:

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"¡Último! Ya se está haciendo tarde y gane quien gane, de aquí ya me voy"

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"Pero una cosa nomás, si gano me la mamas hasta que me venga en tu boca me dijo". "OK" Contesté. Con voz tan baja que ni yo me escuche, al tiempo que bajaba la cabeza y miraba al suelo.

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Empezó el juego, yo tenía la firme idea de perder, así lo hice, al terminar él saltó del borde de la cama, levantó los brazos y dio un pequeño grito, como los jugadores de fútbol cuando meten un gol. Lo miré y aparenté calma e indiferencia, se volteó frente a mí, subió y bajó las cejas en repetidas ocasiones, como los emoticones de algunos mensajeros de Internet.

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A pagar se ha dicho, hacía cara de que no me gustaba o de que cuando menos no lo deseaba, quizá al momento de hacerle sexo oral, mi cara se transformaba y me delataba al igual que algunos gemidos que pudiera producir, pero mientras me hincaba y me preparaba, procuraba hacer cara de: "No gracias, mejor otro día."

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De nuevo encontré ese delicioso monstruo a sólo 5 cm. de mi cara, tomé a Raúl1 de las caderas, bajé mi cara buscando la punta con mis labios, succioné, entró en mi boca, enderecé mi cabeza y empecé a chupar.

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No quiero repetir la descripción de las sensaciones que me daba tenerla en mi boca, su sabor en el interior de la misma y el sabor que experimentaba al tragar saliva, ni quiero repetir la descomunal sensación de ese pedazo de carne endureciéndose cada vez más dentro de mi boca.

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Prefiero recordar el éxtasis apabullante del torrente de semen en mi boca al eyacular. Cuando el pene está apunto de la eyaculación se pone más duro que nunca. Una mujer que ha hecho oral debe saberlo, en ese momento yo no lo sabía, sentí esa dureza inconfundible y luego, escuché su voz diciéndome: "¡Me vengoooo!"

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Explotó "Su majestad" y sentí la descarga de aquel magma en el fondo de mi boca, el semen no es líquido es bastante espeso y viscoso, el me lo depositó como si fuera disparado por un cañón, topó en el fondo de mi boca y parcialmente resbaló a mi garganta.

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Conforme seguía succionando continuaban los chorros en menor cantidad de semen depositándose en mi lengua. Cuando me la sacó por completo mi lengua topó con mi paladar y se pegó por un momento, sentí el semen "fijo" en mi paladar, atorado. De inmediato sentí lo mismo en mi garganta, no podía tragar saliva, traté de aclarar mi garganta tragando saliva y semen lo más que pude. Lo intenté un par de veces más, sentí mi boca y garganta liberada de semen pero todavía con algunos residuos en mi paladar en mi lengua y al fondo de la boca.

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Aun hincada miré hacia arriba, su mirada se cruzó con la mía y nos sonreímos. Me dio la mano para ponerme de pie, me abrazó de la cintura, nos dirigimos a la puerta de la recámara y me dijo: "Que rico mamas".

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Sólo se me ocurrió sonreír y agaché la cabeza, me dio un beso en la mejilla sin soltarme de la cintura, al llegar a la puerta de su casa me preguntó si me podía acompañar, le contesté que no, la casa estaba cerca y me sentía bien. Para despedirnos me dijo: "Ven mañana ¿Sí?"

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No le contesté, sonreí, bajé la mirada y al momento de darme la vuelta volví a subir la cabeza y extiendo la mano con una ligera sonrisa le dije: "Adiós".

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Camino a mi casa de nuevo entre nubes, flotando, exaltada, algo temblorosa, con ligero sentimiento de culpa, feliz, nerviosa y esta vez sí, con humedad evidente en mi entrepierna.

miércoles, mayo 24, 2006

Era de esperarse...Me desnudó


Las siguientes cinco sesiones fueron muy parecidas, me dejaba ganar algunas veces para que la última fuera completa y pudiera disfrutar de su explosión en mi boca, ya presentía que muy pronto iba a querer algo más, no sabía cuando, a final de cuentas llegó ese día.

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Antes de empezar a jugar acordando las reglas como siempre, me dijo que a la primera que perdiera yo me quitaría toda la ropa a lo cual me negué rotundamente, insistió diciéndome que doblaría la cantidad de la apuesta si él perdía, lo pensé un poco y me dije ¿porqué no?.

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Después de todo ya me había visto mis partes íntimas, cuando éramos niños, que yo lo tuviera diferente, él o cualquier hombre lo podrían saber sin verme desnuda, así que acepté.

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El primer juego lo gané con cierta facilidad, había olvidado la estrategia de relajarme para cerrar los juegos.

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El segundo partido lo empecé relajada, displicente, nunca supe si Raúl1 era tan ingenuo, como algunos hombres, de no sospechar que me dejaba ganar o si jugaba un "juego colateral conmigo", en el cual, al final ambos saldríamos ganando.

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Termina el partido y pierdo, lo dejé ganar, empecé por quitarme el calzado, lo hice lentamente, me apuró diciéndome: "Apúrate, se nos va a hacer tarde y no vamos a alcanzar a jugar muchos juegos."

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Lo miré con cara de fastidio, tratando de que creyera que sólo lo hacía por pagar mi deuda, me quité la blusa y la falda, quedé en ropa interior, preguntándole: "¿Así?" "¡Nooo! ¡Quítate todo! En eso quedamos."

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Me levanté de la cama dándole la espalda, me desabroché el brasier, me lo quité y lo puse junto al resto de mi ropa, en una silla cercana.

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Volteé, vi que me miraba con curiosidad, estaba boquiabierto. Sin inmutarme me quite el calzón y de espalda caminé hasta volverme a sentar en el borde de la cama para seguir jugando.


jueves, mayo 25, 2006

Enorme humedad


Jugué desnuda toda la sesión, no cambié mi estrategia, lo dejé ganar unas cuantas veces hasta que terminara en mi boca.

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Sin embargo la sesión tuvo variantes, cada vez que había una jugada emocionante levantaba los brazos y pasaba su brazo derecho por mi espalda rozándola.

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La otra variante fue que entre los juegos conversábamos más bajando discretamente su mano hasta posarla en la cama y de manera muy casual me rozaba las nalgas.

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En los intermedios de los últimos partidos no se limitaba a rozarme, me las acariciaba o daba apretoncitos en la nalga para sentir mi trasero en su antebrazo. Eso sí, siempre hablando del juego y otras cosas, todavía no encarábamos lo que estábamos haciendo.

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Antes del último juego puso su mano sobre mi muslo, sentí que estiraba los dedos, en especial el meñique para rozarme los pelos. Recuerdo haber sentido algún estirón, lo cual me indica que si me los alcanzó a rozar.

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La sesión terminó chupándosela hasta que me llenaba de semen la boca como había sido la costumbre, yo hincada, él de pie.

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El hecho estar desnuda por horas, haberla mamado varias veces y que me apretara las nalgas, me estirara los pelos, hizo que me mojara bastante, mi humedad escurría de las ingles hasta los muslos, al terminar le pedí el baño para limpiarme.

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El papel que use lo metí en mi bolsa de mano no lo tiré ni al escusado ni al cesto de papeles, temí que no se fuera por el escusado o que al dejarlo en el cesto su mamá notara que era
"papel de mujer".

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El
"papel de mujer" cuando seca queda tan limpio como esta el papel sin usar, solo arrugado, si la chica no se rasura sus partes íntimas, existe la posibilidad de que algún pelito o dos queden en el, no me quise arriesgar, lo metí en mi bolsa y lo tiré en camino a mi casa.

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Como ya era costumbre antes de abandonar la recámara me abrazaba por cintura, me beso la mejilla, esta vez, me dio otro en la comisura de los labios y luego en la boca, al cual respondí como pude por la rapidez con lo que nos besamos.

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Las cosas iban avanzando, como sucede entre hombre y mujer.

viernes, mayo 26, 2006

Su lengua y sus dedos


Al día siguiente nuestra sesión volvió a tener una variante, esta vez me dijo que desde el primer juego que perdiera, no sólo me desnudaría, sino que me sentaría en sus rodillas y así jugaría todos los juegos.

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No esperaba que me dijera eso, titubeé un momento y acepté, que me podía hacer estando desnuda y vestido él. El primer juego lo perdí por pensar más en si debía dejarme ganar o no, me tocó pagar, me desnudé con facilidad, después de todo en la sesión anterior me vio desnuda todo el tiempo, y me senté en sus piernas. A partir de ese momento nuestras sesiones de juego ya no fueron las mismas.

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Me senté en sus rodillas, me rodeó con sus brazos, puso su quijada en mi hombro, con sus manos sostenía el control, en vez de concentrarse en el juego se enfocaba a tocarme el nacimiento de los senos rozarme los pezones.

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Quizá gané tanta veces como perdí, después de hacerle el segundo oral del día sin que hubiera eyaculado me dijo: "A la próxima te la mamo yo a ti." Volteé a verlo sin encontrar las palabras para negarme.

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Perdí, me puse de pie, estiré los brazos hacia arriba y sin bajarlos lo miré con una sonrisa de indiferencia, cruzamos miradas, me dice acuéstate mamacita y abre bien tus piernas, ¿Sí?.

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Lo obedecí, me acueste y abrí las piernas diciéndole: "Nomás no vayas a meter el dedo, o me quito". Negó con la cabeza y se inclinó entre mis piernas, primero me abrió los muslos y luego acercó su nariz a mis genitales. "MMhhhhhh. Ya la tienes bien peludita y ya te huele.", me dijo. "Otras a tu edad no tienen la panocha ni tan peluda ni tan apestosa, que rico.".

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En ese momento no recapacité que dijo "Otras…" No me importó porque estaba entre tensa y excitada a punto de recibir la primera mamada de mi vida.

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Al sentir su lengua por primera vez quise gritar lo más fuerte que pude, jamás había pasado por mi mente que una sensación así pudiera existir, pasó su lengua varias veces, no sé si me parecieron siglos o instantes, recuerdo que tuve un momento de lucidez y le dije ya basta. Levanté más mis piernas moviéndolas a un lado de su cabeza, me senté en la orilla de la cama como para seguir jugando.

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Esa vez la sesión terminó más pronto de lo normal, en la siguiente ocasión que perdí me pidió que se la chupara hasta terminar.

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Se la chupé nuevamente, lo disfruté, no lo niego, se vino en mi boca y volví a sentir un volcán en erupción depositando su lava en mi garganta, me atraganté. Cuando no tienes experiencia es fácil que te ahogues con la cantidad de semen que te deposita un hombre. Supongo que si el hombre tiene 15 o 16 años la cantidad es mayor.

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Me enjuague la boca en su baño, al regresar me toma del brazo y de la cintura pidiéndome que lo abrazara por el cuello, puso una mano entre mis nalgas y la otra en mis genitales, lo dejé mientras pensaba: "Mi primera dedeada y siento riquisimo."

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Esa misma tarde y el resto del día caminando en casa comprendí porqué
las mujeres necesitamos a los hombres.


sábado, mayo 27, 2006

De experiencias, estímulos y nervios.


He estado viendo los comentarios de esta semana, más los que me llegan directamente al correo y creo que los fines de semana, cuando sea oportuno, tocaré los temas que se presenten.

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Hace días, en un comentario, dijeron que era "increíble" que una niña de 13 años, tuviera el discernimiento que yo tenía. La palabra "increíble" me parece un poco fuera de lugar por ser demasiado contundente.

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Si vives y creces en una ciudad de millones de habitantes, donde puedes ver televisión y leer toda clase de cosas desde muy pequeña, te despiertes a esta clase de situaciones más pronto que en otro medio ambiente, como podría ser el rural o de ciudades pequeñas. Sin mencionar la educación que hayas tenido y la serie de estímulos visuales, auditivos y psicológicos a que hayas recibido durante los primeros años de tu vida. Si a eso le agregas, el convivir con mucha gente y por si fuera poco, con dos años de "experiencia en cosas prohibidas", con más razón se agiliza la mente.

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Eso sin mencionar que estás en condiciones alteradas de la mente. Tu mente está alterada porque sabes que de alguna manera le estás dando una mordida a la fruta prohibida y que de ser encontrados "In Fraganti" no quiero ni imaginarme las consecuencias.

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Había temor. Había emoción. Había nervios. Para ambos, no sólo para mí pero por ser mujer y vivir en una sociedad latina, yo tenía mucho más que perder. Mi mente, alterada y todo, tenía momentos de lucidez, como al estar sola en el baño enfriando mi mente y limpiando mi cuerpo, tanto como me fuera posible en ambos casos. Así que tuve la fortuna de pensar en eso.

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Quizá no hubiera tenido consecuencias de no hacerlo. Quizá mi conciencia me hizo ser un tanto suspicaz y/o paranoica pero, esa suspicacia y paranoia que desde esa edad ya tenía, me han ayudado a salir adelante en un oficio que hipocritamente desdeñamos y repudiamos como sociedad, a pesar de que cerca del 100 % de la población masculina ha utilizado sus servicios y un alto número de la población femenina la ha ejercido. Y más alto el número que alguna vez ha fantaseado con ejercerla.

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Por cierto, respecto a esto último, mañana incluiré algo del maestro Sabines, en que se expresa sabiamente, como siempre, a las mujeres que ejercen la prostitución.

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En otro de los comentarios, una chica dice que el hombre se pone nervioso frente a una mujer. Estoy de acuerdo, aunque no me negarás que la mujer también se pone nerviosa frente a un hombre.

Esto me recuerda lo que alguna vez me preguntaron-¿Que es lo más difícil dentro de la prostitución?

Respondí- Hay muchas cosas que son muy difíciles y sólo con el tiempo te enseñas a manejarlas pero, lo más difícil de todo es la primera vez. No la primera vez que te desnudas o haces oral o te penetran por dinero, sino la primera vez que extiendes la mano para recibir tu pago.-

En ese momento sientes que la vida se te fue por la cloaca. Con el tiempo descubres que estabas totalmente equivocada.

domingo, mayo 28, 2006

Canonicémoslas todos.

Como mencioné ayer, hoy incluyo un poema del Maestro Sabines que se llama "Canonicemos a las Putas".

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Canonicemos a las putas. Santoral del sábado: Bety, Lola, Margot, vírgenes perpetuas, reconstruidas, mártires provisorias llena de gracia, manantiales de generosidad.

Das el placer, oh puta redentora del mundo, y nada pides a cambio sino unas monedas miserables. No exiges ser amada, respetada, atendida, ni imitas a las esposas con los lloriqueos, las reconvenciones y los celos. No obligas a nadie a la despedida ni a la reconciliación; no chupas la sangre ni el tiempo; eres limpia de culpa; recibes en tu seno a los pecadores, escuchas las palabras y los sueños, sonríes y besas. Eres paciente, experta, atribulada, sabia, sin rencor.

No engañas a nadie, eres honesta, íntegra, perfecta; anticipas tu precio, te enseñas; no discriminas a los viejos, a los criminales, a los tontos, a los de otro color; soportas las agresiones del orgullo, las asechanzas de los enfermos; alivias a los impotentes, estimulas a los tímidos, complaces a los hartos, encuentras la fórmula de los desencantados. Eres la confidente del borracho, el refugio del perseguido, el lecho del que no tiene reposo.

Has educado tu boca y tus manos, tus músculo y tu piel, tus vísceras y tu alma. sabes vestir y desvestirte, acostarte, moverte. Eres precisa en el ritmo, exacta en el gemido, dócil a las maneras del amor.

Eres libertad y el equilibrio; no sujetas ni detienes a nadie; no sometes a los recuerdos de a la espera. Eres pura presencia, fluidez, perpetuidad.

En el lugar en que oficias a la verdad y a la belleza de la vida, ya sea el burdel elegante, la casa discreta o el camastro de la pobreza, eres lo mismo que una lámpara y un vaso de agua y un pan.

Oh puta amiga, amante, amada, recodo de este día de siempre, te reconozco, te canonizo a un lado de los hipócritas y los perversos, te doy todo mi dinero, te corono con hojas de yerba y me dispongo a aprender de ti todo el tiempo.

Jaime Sabines 1967

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Grandes verdades encierra este poema.

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Para terminar y siguiendo con el tema de los comentarios que toqué ayer, quiero decirle al lector anónimo unas cosas.

Primero que sería de agradecerse que usara algún nick para poderme dirigir directamente a él o ella. No necesariamente su nombre real. Si yo misma no lo uso, no puedo pedir que los demás lo hagan.

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Tambien quiero decir que, esa viveza que se despertó en mi a esa edad no tiene ninguna influencia, ni relación con el hacinamiento. Si ya he mencionado casas de dos pisos, en la misma manzana o a una cuadra de distancia, pensé que se debería de sobreentender que la casa que habitaba en mi niñez era de características similares.

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También mencioné que dos años antes, ya había visto al lado de Raul 1 una película porno, si a eso le agregamos, una buena alimentación, buena educación, bastante cultura (Y en eso pensaba más que nada cuando dije estímulos) y, un año fuera de mi casa, fuera de mi país, estudiando en el extranjero, dio por resultado una agudeza mental que, como dije ayer, me ha ayudado desde pequeña, en especial en ese oficio donde tienes que manejar tantas situaciones y a tantas personas. Además, no es lo mismo que te críes en un pueblo peqeño o en el area rural que en una ciudad grande. Eso está por demás comprobado.

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Espero que este tema haya quedado lo suficientemente claro para seguir adelante con mi diario íntimo, el cual continuaré mañana.


lunes, mayo 29, 2006

Gran 69


Las siguientes sesiones fueron similares, casi no jugábamos y nos dedicábamos al sexo, aún sin penetración, no nos importaban los resultados, seguía buscando ganar algunos juegos para no ser tan obvia, el dinero que obtenía no me importaba gran cosa, solamente quería que Raúl1 no pensara que era una puta fácil.

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Llegó la ocasión, hicimos el 69 el arriba yo abajo, durante dos o tres días lo hicimos sin muchas complicaciones aunque nunca se vino en mi boca, siempre me pedía que me bajara de la cama que me hincara y se la chupara hasta que terminara.

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Una vez mientras lamía con fuerza mi orificio vaginal sentí que me abrió las nalgas muy fuerte, me dolió como si me estuviera rasgando el ano de tanto que me abrió, y empecé a sentir una sensación de alivio y humedad. ¡Me estaba lamiendo el ano! Después de 2 años se estaba animando a hacerlo.

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Me lo abría como si quisiera ver hacia adentro, como si tuviera lengua de reptil y tratara de meterla toda. Me dolía pero la sensación del contacto de su lengua al igual que su humedad me aliviaba el dolor, me estaba gustando. ¡Por fin sabía lo que se sentía y me gustaba mucho!

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Con el tiempo deje de sentir dolor al abrirme las nalgas y lo empecé a disfrutar, no solo de él sino de los hombres en general, me considero una afortunada porque muchas veces me lo han hecho sin que yo lo pida.

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No sé si la primera ves me preguntó: "¿Te la meto mamacita? ¿Te meto la lengua por el culo?"

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Sin sacármela de la boca le dije que sí con la cabeza, alguna vez sí me la saqué y le dije que sí entre gemidos.

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Faltaba pocos días para que regresara a mis estudios dejando mi ciudad, mi familia y mis amigos, en esos días al bañarme ponía especial atención a mis genitales y ahora también a mi ano.


martes, mayo 30, 2006

Se venía sobre mí


Dos años antes cuando dejé de ver a Raúl 1 al saber lo que hacía con Bea-P, ya le permitía que se montara sobre mí y pegara sus genitales a los míos, abriendo las piernas como paréntesis o algo así.

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Ahora era diferente, lo dejaba subirse pero no abría las piernas, se subía en mí y lo abrazaba, ponía sus manos en mi espalda y metía su pene entre mis piernas intentando meterlo en mis labios mayores, hacía mucha presión contra la parte de arriba donde se unen los labios y el clítoris.

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No podía darme el lujo de abrir las piernas, se le ponía muy dura, fácilmente hubiera podido penetrarme, y yo no quería perder la virginidad jugando al Sega Genesis.

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Raúl1 hacía se movía como si estuviera dentro de mí, a veces se venía, cuando estaba a punto de terminarme la sacaba de entre mis piernas y se la jalaba hasta derramar su semen en mi pubis; "mojaba" mis pelos con su semen.

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Otras veces se la jalaba sobre mi pecho derramándose en mis senos, siempre teniendo mis pezones como blanco.

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En ocasiones me pedía que me volteara y le diera la espalda quedando bocaabajo, pasaba sus manos debajo de mis brazos tomándome las clavículas para hacer palanca, poniendo su pene entre mis nalgas, se movía como si me penetrara, al terminar, eyaculaba sobre mis nalgas.

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Cuando la posición se prestaba me besaba en la boca mientras se movía después de haberme hecho oral, cada día notaba más ese "raro" sabor que alguna vez le dije.


miércoles, mayo 31, 2006

Menstruación y despedida


Faltaban algunos días para que terminaran las vacaciones de verano y tuviera que regresar al extranjero a seguir mis estudios.

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Para decirlo claramente, me tocó menstruar, ese día no fui a su casa, me llamó por teléfono y le dije que me sentía mal, sólo eso, no le dije la razón exacta.

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Hoy en día tengo la idea de que a esa edad Raul1 no sabía lo que era la menstruación, o apenas tendría alguna ligera idea.

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Lo que sabia seria por amigos o lo habría visto en la escuela, no sería yo quien le informara esa característica de la mujer, ni era mi papel ni hubiera tenido el valor, es un tema que aún de adulta incomoda un poco.

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Al día siguiente me llamó y le repetí que no me sentía bien, entonces me preguntó si estaba molesta por alguna razón, le contesté negativamente, por la pena que sentía por mi condición, me notaba discreta, callada, incómoda.

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Un día después me volvió a hablar, le dije que me sentía mal y no iba a "jugar" lo vería para despedirme ya que en pocos días me iría del país.

jueves, junio 01, 2006

Gocé cuando me las chupó


Esa tarde fui a su casa como muchas otras tardes de verano, trató de insistirme a que "jugáramos", mi no fue rotundo y terminante, me preguntó que sí él había dicho o hecho algo para que me sintiera molesta, de nuevo lo negué, no era él sino la naturaleza la que me tenían incómoda.

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Pasados unos minutos me empezó a besar, me abrazaba y me tocaba mis senos incipientes con sus manos por la parte superior de mi cuerpo.

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Después de un rato "estacionó" sus manos en mis senos consiguiendo sacármelos sin que opusiera resistencia y empezó a chuparme el pezón.

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La sensación de que te chupen los pezones no tiene descripción, es desesperante, placentero y enloquecedor, así lo siento yo. Así lo sentía a los 13 años, es muy excitante, me excité y lo deje hacerlo un buen rato, en ambos senos.

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En algún momento bajó sus manos hasta mis nalgas, yo traía puesto unos "Jeans", de tela gruesa que protege bastante, así que lo deje llegar allá atrás.

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Si ya me las había tocado desnudas ¿porqué no dejarlo que me las tocará encima de los "jeans"?


viernes, junio 02, 2006

Fin del verano y yo virgen


En un movimiento rápido puso su mano en mi entrepierna al diciéndome, - Me gustan tus tetas y tu culo, déjame te aprieto la panocha -, en ese momento sintió la toalla sanitaria y se sorprendido, con voz de asombro me pregunto, - ¿Qué traes en la panocha?- -Nada-

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¡¿Cómo que nada?! se siente como si trajeras cartón o hule espuma en la panocha-

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Sin detenerse me preguntó: -¿Es la regla? ¿Traes caballo?- (Caballo es una de las maneras en que coloquialmente se le conoce a la toalla sanitaria aquí), no respondí, volteé la cara con fastidio, aunque en realidad lo que sentía era mucha pena.

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Ese descubrimiento y sus preguntas me enfriaron, por si fuera poco, se le ocurrió la "brillante""caballo"

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Se disculpó, dijo que tenía curiosidad, que por la "confianza" que había entre nosotros se le hacia fácil pedirme que le mostrara "eso".

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El resto de la reunión hablamos de mi viaje, iba a estar casi un año fuera de casa y las experiencias que tenia en circunstancias de esas. Me pidió que de despedida le mamara la verga, me negué me había enfriando totalmente y mi mente estaba en mi viaje.

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Terminaba otra etapa de mi vida conservando algo que para mí hasta ese entonces me importaba mucho: Mi virginidad.
conteste. idea de pedirme que me bajara los pantalones y los calzones para enseñarle el manchado, le respondí que estaba loco, me alejé de él y me acomodé el brasier y la blusa.


sábado, junio 03, 2006

Poses1

Hace un par de semanas, dije que una chica me escribió al correo pidiéndome que le diera ideas para unas fotos desnuda que le quería dar a su novio o a su esposo, no recuerdo. Bueno pues me había tardado porque el tema se fue por otro lado ene sa ocasión pero aquí va.

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A tí y a todas las chicas que le quieran dar una o varias fotos desnuda a esa persona especial en su vida. Como mujer, estoy segura que entiendes que hay varios niveles de desnudez. Conforme vayamos avanzando en esa desnudez, se nos irá haciendo más y más difícil. No te preocupes, ese "avance" debe ser paulatino y esa sensación de entre incomodidad, emoción, miedo, ganas-de-estar-en-otra-parte y excitación, nos pasa a todas. No te avergüences de tener vergüenza, es lo más normal. He estado cientos o hasta miles de veces frente a una cámara y todavía, hoy en día, al ver una de mis fotos, me da cierto escozor. Sin embargo, vale la pena. Vas a hacer algo que no todas las mujeres en el mundo. Por otro lado, hoy en día, cada vez más mujeres lo hacen y ya son muy pocas las que no se han tomado fotos desnudas para un hombre.

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Si te entendí, quieres tomarte las fotos sola, usando el botón de la cámara para que se dispare automáticamente después de unos segundos. Por lo tanto, te sugiero que empieces de a poco, con poses sugerentes, aún sin mostrar nada. Podría ser una pose clásica, tu de espaldas frente a la cámara, desnuda de la cintura hacia arriba. Si lo deseas, puedes tomarte una segunda foto idéntica solo que esta vez volteando hacia la lente esbozando una ligera sonrisa. Si haces esto sentada, las caderas se amplían y se ven más redondas, como le gusta a los hombres

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A partir de esa pose, puedes avanzar un poco en tu atrevimiento. Puedes desnudarte totalmente de espaldas a la cámara, tener en la mano una corbata y ponerte en la espalda a la altura de la cintura. No vas a rodear tu cintura con la corbata ni la vas a anudar, solo la vas a tomar con una mano y ponértela atrás para que cubra la raya de las nalgas. Por cierto, cuando posé para fotógrafos profesionales, me pagaban más por el sólo hecho de que mostrara la susodicha rayita. Si no la muestras, pagan menos. Así que, por lógica, yo considero que ese es el siguiente paso. Si no tienes una corbata a la mano, usa una blusa delgada o simplemente el calzón que te acabas de quitar. Sólo procura que te cubra toda la raya.

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La siguiente sugerencia que te hago es que te las ingenies de tal manera para que siguiendo tú de espalda a la cámara, permitas que se vea el nacimiento de la rayita, como la foto de mi perfil aquí al lado. De preferencia tómate varias y le das la (s) que más te guste (n). Para esta instancia, puedes bajarte levemente el calzón, si estás de pie o poner una almohada que cubra tus nalgas pero que permita ver la raya incipiente, si es que estás sentada. Hay muchas formas. O enredarte una toalla a las caderas, bajándola levemente. En este tipo de fotos, lo que importa más es que se vea el principio de la línea y no las nalgas.

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Si te parece a ti y a mis amables lectores, después continuaré con estas sugerencias que no son más que compartir mis experiencias. Seguiré por orden de aumentar el atrevimiento en las fotos hasta llegar a donde tengas dudas. A final de cuentas me tocó hacer cualquier clase de pose frente a una lente.

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Gracias a todos por sus comentarios y sí, como ya había contestado, creo, el correo que aparece en mi perfil es el mío. Y por favor, a las personas que deseén comentar como anónimo, usen algún nick o pseudónimo para poderlos identificar. Cualquier nombre es bueno mientras usen el mismo y tener algún tipo de identidad. Gracias de nuevo.

domingo, junio 04, 2006

Poses2

Hoy continuaré con el tema de ayer respecto a las poses.



Siguiendo adelante en cuestión de "atrevimiento" Por decirlo de alguna forma, el siguiente paso es la desnudez total. No te recomiendo que a estas alturas enseñes nada íntimo todavía. Hay que darse a desear. Hay un gran número de poses estando desnuda muy eróticas sin que llegues a enseñar nada íntimo. Hoy mencionaré las que llegan a mi mente en este momento y en otra ocasión mencionaré más.

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Una pose clásica, es que estando totalmente desnuda, te sientes en una silla y cruces las piernas. Con cada mano tómate un seno para que cubras los pezones.

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Recuerda que una chica que se atreve a tomarse una foto desnuda para dársela a una persona especial, debe de demostrar alegría. Debe vérsele radiante y feliz de hacer lo que está haciendo. Una chica insegura, frente a una cámara se nota y se ve patética. Debes verte feliz y algo traviesa. Existe la posibilidad de verte sexy pero a menos que estés con un fotógrafo que te esté inspirando confianza y te diga lo bien que te ves y lo deseable que estás, será mejor que no incursiones en ese camino estando sola. La excepción es que tengas mucha experiencia en este sentido y sepas de antemano como te verás en la foto. Lo mejor es una sonrisa pícara para la cámara. Imagina que la cámara es ese alguien que te observa y te hace sentir especialmente deseada.

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Otra pose que recuerdo es similar a la del "Nacimiento de Venus" de Boticcelli, pero ya que es muy dificil traer el cabello hasta la cintura, lo que puedes hacer en su lugar es con una mano taparte el pubis y con la otra, taparte ambos senos. Como la foto que incluyo aquí mismo. Si quieres ser algo más coqueta y atrevida puedes abrir un poco los dedos de la mano con la que te tapes lo senos y dejar entrever un pezón. Igualmente, si no te rasuras, puedes abrir, también poquito, los dedos de la mano con la que te estés tapando el pubis. En ambos casos, se notará el contraste, ya sea, del pezón o de los pelos del pubis con el resto de tu piel. En ambos casos, creo que le agradará a él que le regales esas fotos.

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De ambas poses, puedes obtener muchísimas variantes, es cuestión de que practiques con tu cámara y se te vayan ocurriendo ideas. Si lo deseas, después sigo con más sugerencias de como posar para tu hombre. Por lo pronto, mañana seguiré con la cronología de mi diario íntimo.


lunes, junio 05, 2006

Se la vi y me la vio…

Pasé el siguiente año escolar fuera de casa, lo que viví ahí fue muy distinto. Ya que este diario esta enfocado únicamente a mi vida sexual en la etapa en la que cumplí 14 años, lo único que puedo mencionar relativo a lo sexual, fue exhibicionismo.

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Vivía con una familia estadounidense, eran los padres y dos hijos, un muchacho de 17, y su hermana de mi edad.

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Yo dormía con la chica en su habitación, en el sistema de intercambio a los padres los llamaba "Papá" y "Mamá", a los hijos se les consideraba hermanos, desde este momento a "mi hermana norteamericana" la llamaré "Shae", y a mi "hermano norteamericano" lo llamaré "Will".

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La convivencia era muy agradable y altamente respetuosa, en ocasiones tenían problemas entre ellos, nunca conmigo, realmente me hacían sentirme parte de la familia.

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Una noche Shae invitó a algunas amigas a hacer un "pijama party", eran fiestecitas entre cursis y frívolas. Cursi porque no tomábamos bebidas alcohólicas, sólo refrescos y jugos con galletas y twinkies. Las considero frívolas porque bailábamos al compás de la música del momento y según nosotras hacíamos "strip tease" hasta quedar en paños menores, casi siempre, sin nada.

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Una noche en lo más álgido del momento, cuando todas estábamos desnudas, y las que no andaban topless, me dieron ganas de orinar, el baño estaba ocupado por Laureen otra chica anglo sajona típica, rubia, ojos azules, más espigada que Shae y que yo.

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Me encontraba desnuda y dada la urgencia fui al medio baño que se encontraba en un pasillo que daba al recibidor del segundo piso. Tomé una toalla que estaba en el cesto de la ropa sucia y me la envolví al rededor de la cintura mientras que con la otra mano me cubría el busto.

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Al llegar a la puerta del baño, me puse la toalla en los hombros mientras volteaba en todas direcciones esperando no ser vista, abrí la puerta y entré como ráfaga, respiré hondo pensando que estaba segura y libre de ser vista, cuando miro al fondo veo que Will estaba orinando, me dijo que no llegaba a su habitación y por eso orinar ahí.

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Me quedé atónita, helada, sin habla. Al terminar su necesidad fisiológica se llevo el dedo índice a los labios y me hizo la señal internacional de "Shhhh… No hagas ruido", con la misma mano hizo una señal diciéndome;

"Tranquila, no pasa nada", seguía petrificada, se lavó las manos y con una sonrisa me dijo: "No wonder all girls were made alike". ("Sin duda todas las chicas fueron hechas iguales")

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Traté de esbozar una sonrisa, salió del baño dejándome sola, no recuerdo si oriné o no y como fue el final de la fiesta.



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