Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

miércoles, 20 de febrero de 2008

"Empezaba la siembra y yo de carnada..."

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Después de esa frase-pregunta, yo seguía viéndola a ella. Como ya dije, había quedado un poco como autómata gracias a la simpatía de mi amiga. Fue ella quien volteó al instante hacia la fachada de la casa y se sonrió. Miré yo también y por entre las cortinas se vislumbraba alguna sombra, algún movimiento. Ross se acercó más y se puso a cuchichear con quien estaba del otro lado de la ventana. A los pocos segundos, dejaron de hablar, Ross me miró y con la mano me hizo una seña de que la siguiera. Entramos por el pequeño porchecito lateral y esperamos a que nos abriera. No es que me encontrara nerviosa, simplemente no estaba cien por ciento convencida de la idea de “dar muestras gratis” de mis servicios, por más que se escuchara bastante lógico lo que me había dicho mi amiga.
Se escucharon los ruidos normales de una puerta a la que le quitas el candado e inmediatamente después la puerta comenzó a abrirse. Obviamente era V.G.T.1, quien casi nos abraza, o sin el casi, por el supuesto gusto de vernos. Una vez dentro, V.G.T.1 iba a empezar a hacernos las preguntas normales en un caso de esos, tales como, ¿Qué andan haciendo por aquí? etc. pero Ross no se lo permitió. Inmediatamente se dirigió a él y le puso ambas manos en su hombro, coqueteándole abiertamente, con una sonrisa más pícara e insinuante y con tono de voz más grave y pausado, como tratando de cachondearlo. Eso sí, no perdió la sonrisa ni un instante.
No recuerdo exactamente de qué hablaba hasta que le dijo algo que sí se me grabó: Señalándome con una mano, sin apuntar, simplemente como si se tratara de una ofrenda, con el puño abierto y la palma hacia arriba, delicadamente, Ross se dirigió al viejito, “Mira lo que te traje”. Sólo le faltó hacer una reverencia. No supe si esbozar una sonrisa o qué. Honestamente no recuerdo claramente lo que hice, creo sólo que me quedé callada.
Algo dijo el cliente, algo como ¡Que bonito regalito!... Algo así. No recuerdo haber contestado nada. Yo entendía que todo era parte del plan de Ross, sin embargo, no me advirtió que yo sería “la carnada”. Inmediatamente después Ross puso su cara frente a la del viejito, dándome la espalda casi por completo. Escuchaba algún cuchicheo, así que posiblemente no estaban únicamente besándose. Por instinto, me alejé un poquito de ellos, dando unos pasitos para atrás hasta casi quedar en un rincón al lado de la ventana que daba a la calle. Ahora que lo pienso… Quizá lo hice para observar mejor la escena. No me considero muy voyerista, sin embargo, tal vez lo hice porque me despertó un poco el morbo (A pesar de haber visto ese tipo de cosas varias veces), o quizá para ver como se desarrollaban las cosas y saber que podía esperar.
Para cuando me di cuenta, la blusa de Ross estaba por debajo de los hombros y la cabeza del viejito había desaparecido, lo cual me indicaba que le estaba mamando las chiches a mi amiga. Además de que la cabeza de ella se estiraba hacia atrás, su cabello se sacudía y emitía ligeros pujiditos, a la vez que mecía ligeramente su cuerpo de un lado al otro. Luego vi como su hombro derecho empezó a moverse. Era el movimiento típico de cuando masturbas a un hombre. Ross se la estaba jalando al viejito. Sus movimientos eran suaves así que era obvio que sólo quería parársela.
De esa manera, de espaldas a mí, comenzó a acercarse a donde yo estaba. Venía jalando del pene al viejito como si se tratara de un elefantito de circo o de la correa de algún burro. Cuando ya estaban muy cerca de mí, mi amiga se le hincó y, aunque no lo vi, era obvio que se la empezó a mamar. Más obvio fue cuando el viejito empezó a cerrar los ojos, a mojarse los labios, sacar un poco la punta de la lengua, como si se saboreara algo y a emitir sonidos guturales. Y si cabe, más aún cuando la cabeza de mi amiga empezó a moverse de atrás para adelante.
No sabía lo que seguía, ni lo que Ross tenía planeado en esa cabeza loca que sigue teniendo. Lo que sí, era que lo veía como si estuviésemos sembrando algo para después cosechar…




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