Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

viernes, 20 de abril de 2007

Tina Marie 11

TinaMarie11

jueves, octubre 26, 2006

Llenita de hombre me sentí mas mujer

Estando ÁngelU aun encima y dentro de mí comencé a sentir menos presión en mi vagina, así se siente cuando al hombre se le empieza a bajar, con el tiempo lo comprendí mejor.

Me pidió que abriera más las piernas, levantó sus pompis para sacármela, separó su torso del mío y comencé a sentir que su pene poco a poco abandonaba mi vagina, saco todo a excepción del glande sintiendo un jalón, había quedado atorado, la cabeza de su miembro no podía pasar por mi orificio vaginal, me dio un jalón fuerte y de nuevo se atoró, esta vez sí me lastimó, me preguntó si me había lastimado, le dije sí un poquito.

Quedo hincado entre mis piernas, tomó mis muslos, abrió mis piernas totalmente, no pudo evitar decir: “si por mí fuera quisiera tener esta vista el resto de mi vida”. En ese momento retiro sus caderas como pudo y de un golpe la sacó. Un gracioso “plop” se escuchó a la vez que volví a emitir un gemido de dolor.

ÁngelU rió al escuchar el sonido que provenía de lo más recóndito e íntimo de mi ser, a pesar del dolor su risa me contagió y me uní. Se acostó a mi lado preguntando si me había gustado, le contesté que bastante; “las próximas veces sería más fácil y más placentero, lo más difícil ya paso mamacita”, me dijo…

En ese instante me brincó la frase “las próximas veces”, inmediatamente comprendí que sus planes eran que nos siguiéramos viendo para coger, estaría bien mientras MemoT o algún otro valiente no me pidiera noviazgo, incluso él mismo, podría ser que ÁngelU lo pidiera, ¿porqué no…?

El caso era que sutilmente me preparaba para convertirme en su amante, bajo el título de novia o amiga. Siempre he preferido el de novia por encima de amante pero si las condiciones se daban lo aceptaría hasta que cambiaran.

Siguió hablando, alabó mi físico, actitud y comportamiento para ser mi primera vez, uso palabras como “deliciosa”, “sabrosa” y otras, que retumbaron en mi psiquis de manera colosal, son la clase de adjetivos que si te los dice un desconocido en la calle son ofensivas y grotescas, pero en privado, en la intimidad, son piropos efectivos y tiernos.

A punto de ir al baño por papel sanitario se hincó y me dijo “mira” señalando su pene, estaba rojizo tenía residuos de sangre mezclados con mi líquido vaginal. Siempre tuve claro, aun hoy, que la obligación del hombre, sexualmente hablando es la de ensuciar a la mujer, la obligación de una es limpiarlo y tú a él. Pero claro, hay que limpiarlo con la boca usando la lengua con agilidad, pero esa vez no me atreví, no es lo mismo lamer un pene embarrado de tus líquidos vaginales que lamerlo con residuos de sangre. Pase por alto esa práctica por esa única vez, después de todo ÁngelU amenazaba con que habría más y él no sabía mi filosofía al respecto. Me dijo; “no te levantes, sigue acostada te ves como pintura clásica sobre la cama, no le quites la magia a la imagen”. Él se levantó y trajo el papel de baño.

Pasé el papel sobre mi vulva, había quedado extremadamente húmeda, más que otras veces, sólo que ahora estaba teñida de rojo oscuro formando una raya en la parte central del papel. No fue como esperaba, pensé que serían chorros, coágulos, borbotones de sangre, y que el dolor sería insoportable, si hubo sangre y dolor sin duda, pero mucho menos de lo que mis expectativas preveían. Quedé rozada por eso no me limpie a conciencia, solamente removí el exceso de humedad, pensé decirle a ÁngelU que me diera más lubricante para antes de vestirme. Él se había lavado con agua y jabón, supuse que lo hacia por higiene y respeto a mí, volvió y se recostó a mi lado, y siguió conversando pero estiró su mano para juguetear con mis senos, en especial mis pezones que pellizcaba, le pregunté si le gustaban, contestó que le encantaban.

Había quedado exhausta y adolorida, habían pasado algunos minutos, quizá hasta horas, pensé en decirle que me iba, que me llevara, pero se subió en mí y empezó a besarme, pensé que se trataba de la despedida pero siguieron los besos, después me chupó los senos una vez mas, tenia entendido que los hombres, en especial a esa edad, pueden una sola vez, no sé, quizá una vez al día o algo así.

Se levantó de la cama y nuevamente extrajo algo, era otro tubo o frasco, me volteo sobre mi estómago y me puso cuatro patas, se colocó tras de mí, me aplico algo en el ano, también era gel, al principio sentí fresco y en segundos me ardió, un ardor rico, delicioso, no un ardor de fuego. Comenzó a lamerme el ano de manera riquísima, sin que lo pidiera empecé a mover las nalgas, estaba excitada una vez más, lamió el esfínter varios minutos, cesó para aplicar más del gel, movió sus dedos como remolino hasta que los metió, esa sustancia entre otras cosas también era lubricante. Me dejé hacer todo con gusto, alabó mi ano, dijo; “lo tienes apretadito nena”, gemí otra vez y de nuevo preguntó si me gustaba como metía sus dedos en mi culo, entre gemidos le grité que sí sin dejar de moverme.

Hablo de su experiencia porque hasta antes de ese momento usaba palabras como pompis y otras por el estilo, pero sabía que me tenía a su merced pero rompió el hielo con palabras fuertes, esa es experiencia, saber cómo, cuando y donde. No él “quien” porque cualquier mujer puede ponerse como estaba yo si la saben llevar a su ritmo y tiempo, algunas son lentas, otras rápidas, pero todas pueden llegar al punto que me encontraba yo si tienen un hombre así.

Cada vez que se me secaba el ano por faltaba lubricación, me aplicaba más de gel, me “cogió” con sus dedos tanto tiempo que me hizo tener un orgasmo más, estando en cuatro sentía todo pero no veía nada, cuando me sacó los dedos por aquello de las dudas, le dije que por atrás no, respondió “no qué”, le dije sexo por atrás no, anal no. Con parsimonia me dijo que no había problema, quedamos en silencio un momento y preguntó; “qué sabor te gusta”, perdón dije, insistió; “tienes algún sabor predilecto”. Me confundió, otra sorpresa, qué tenía que ver mis gustos en sabores con que no me cogiera por atrás, me pregunte mentalmente, “me gustan varios”, no recuerdo que dije.

Sacó otro contenedor, no vi si era botella o tubo, feliz coincidencia dijo, tienes suerte, es uno de mis sabores favoritos, no acertaba a saber de qué hablaba, todavía en cuatro me dijo que me acercara, me senté en la orilla de la cama, estiró su brazo y me dio la botella.

Me dijo que vaciara el contenido en mi mano y lo aplicara en su pene, me dijo que era un lubricante especial con sabor a plátano, que después compraría otros sabores. Pregunte si no me haría daño comer eso, respondió que era comestible e inofensivo, lo vertí en la palma de mi mano, que delicia, tenía un olor y sabor riquísimo, notó que me había gustado y con una sonrisa me dijo “aplícalo en mi pene”, lo hice y me dispuse a chupársela.

No puedo describir las sensaciones que disfrute, por una parte tenia el miembro de un hombre en un felatorismo total, pero además sentía como se paraba mas y más en mi boca, y como factor de enloquecimiento absoluto e inolvidable el sabor a plátano recorría mi boca, inundando mis papilas gustativas, literalmente me quería comer su verga. Se lo dije con esas palabras sacándomela de la boca momentáneamente, sonrió, sus ojos se iluminaron, fue evidente que le gustaron mis palabra, él sabía que yo las conocía pero nunca me las había oído, hubo fiesta en su mente, mi mamada y mis malas palabras la causaron mas excitación. Siempre se la chupé suavecito respetándolo, me convertí en una extensión de él, no era una batalla de poder, no me interesaba mostrar mi experiencia oral, sino fundirme con él para proseguir nuestra jornada sexual.

De repente escuché “ya, deja de chupármela inmediatamente”, después de todo ya había “lavado” el sabor a plátano, me dijo; ponte “de perrito”, no lo escuché y pregunté para cerciorarme, respondió, “en cuatro patas ahora”. Me aplicó más lubricante, me dijo que era sabor chocolate, lo aplicó en mi vulva que lamió hasta dejarla limpia, y me penetró, en esta ocasión entró con más de facilidad, bastaron cuatro o cinco empujones para metérmela hasta el fondo y sentir como topó en mis entrañas. La metía y sacaba con libertad, me sentía cogida dos veces en pocos minutos, se movía y en cada empujón me calentaba más, sentía como escurrían mis fluidos descendiendo por mis ingles y muslos.

Sentía su pene dentro de mi vagina y sus caderas empujando y presionando mis nalgas, sus huevos topeteaban mi vulva en su parte más alta. Esta posición me excitaba pero no me acercaba al orgasmo, sólo me calentaba más, de repente comenzó a moverse como perro, de forma animal, muy rápida hasta eyacular dentro de mí. Seguía excitada y satisfecha, me sentía muy mujer, más que nunca antes, recibir dos descargas de semen en el fondo de mi vagina me enorgullecía, aunque fuera orgullo del que no puedes presumir, pero así me sentía.

De nuevo al sacarla quedamos pegados, sólo con la punta adentro, puso las palmas en mis nalgas, me empujo hacia delante y él jaló hacia atrás, solté otro grito que se escucho por toda su casa, de nuevo reímos abiertamente ante mi reacción. Le pedí papel de baño y su respuesta me sorprendió, me alarmó, me gustó y me excitó, me dijo; “quiero que te quedes sucia, así prolongaremos este momento”, me gustó la idea y obedecí.

Camino a dejarme a donde había pasado por mí, todo fue amabilidad, nada de cachondeo extremo, en alguna luz roja acaricio mis piernas y nos besamos, como lo hicimos mucho más en la despedida antes de abandonar su vehículo.

Ya estando yo en la acera despidiéndonos dijo que quería que le hablara muy pronto y que de hacerlo nos volveríamos a ver y si nos veíamos, ya sabía lo que pasaría, asentí con la cabeza, antes de arrancar el auto me dijo con voz determinante, “llámame mañana”.

Camine entre nubes buscando a mis amigas, sonó mi celular, era un número conocido, no sabia a quien pertenecía, contesté y era una voz más conocida aún…

viernes, octubre 27, 2006

Privilegiada: Fin de un día de privilegio

Era MemoT, su voz al otro lado del auricular me sorprendió, no lo esperaba ni tenia razón para llamar, no me dio tiempo a preguntar que deseaba, dijo que estaba muy apenado por lo que había ocurrido y me pedía una nueva oportunidad, supuse que se refería a otro día, a otra ocasión.

Le dije que ya había dicho que sí, que no se preocupara, me interrumpió para decirme que necesitaba verme en ese momento, que había pedido prestado un auto y que si yo estaba en el mismo lugar pasaría por mí en quince minutos, que estaba cerca.

Respondí que estaba ahí con mis amigas, que había caminado mucho y había sudado, que estaba muy acalorada, que mejor otro día. Insistió diciendo que no importaba que lo que quería era verme, que estaba en deuda conmigo, sólo me pedía una hora, no quería más tiempo y que tenía otras cosas que hacer. Busqué evadir el encuentro con él, no porque no quisiera verlo o hacerlo con él, sino porque me sentía desaseada, impropia para un encuentro sexual.

No escuchó razones, se encontraba a un par de cuadras, me pidió que lo esperara, que estuviera atenta para subirme a su auto ya que, no podría estacionarse, no me dio opción y pensé que si me tomaba sucia sería su culpa y no la mía. Llamé a una de mis amigas y le dije que me había surgido algo inesperado, que me tardaría una hora y media más.

Al verlo me subí al auto, en el trayecto le recordé que no podía estar más de una hora con él, dijo que el tampoco tenia mucho tiempo, que no había problema, le comente qué cual era la necesidad de que lo hiciéramos ese día, si podíamos hacerlo en algún otro momento, me dijo que estaba en deuda conmigo y que no era correcto haberme dejado como me dejó, no discutí ni contesté. El resto del camino me fui mentalizando para hacerlo rápido, en los conatos anteriores o en la relación sexual con ÁngelU o con el mismo MemoT siempre hubo preámbulos, prolongando el momento en mayor o menor medida. En esta ocasión el tiempo apremiaba por lo tanto no había espacio para entrar en un estado mental apropiado, así que me fui preparando.

Cuando entramos a su casa me dijo que fuéramos a la recámara, yo dije “ok”. Al entrar a la habitación cerró con llave, me dijo que nos quitáramos la ropa, inmediatamente nos desnudamos, quedamos frente a frente y me dio un abrazo quebranta huesos, no conforme con eso me levantó, me sentí pequeñina como si estuviera con un oso o como la chica de King Kong, grité de susto y encanto, me colgué de su cuello y me cargó por debajo de mis piernas, me sentía ligerísima como si no pesara, sentía el poder de su fuerza al cargarme. Con ternura me depositó sobre la cama, sin decir palabra se colocó entre mis piernas para abrírmelas, iba a hacerme oral, por el movimiento que hizo lo comprendí, antes de hacérmelo me la olió, aspiró muy fuerte y profirió una exclamación que denotaba extremo gusto, un “mh” y un “ah” ambos muy prolongados hasta me asusto.

Ocurrió lo que menos esperaba, sólo con olerme se le paró, desistió del oral, se disponía a penetrarme cuando le pedí que esperara, recordé el truco de la almohada con ÁngelU, tomé una y la coloqué bajo mis nalgas, me asome y vi su pene erguido, recto, apuntando hacia mí, grueso, un poco más grande que el promedio pero bastante más voluminoso e intimidador que el de ÁngelU. Lo tomó del tallo y lo dirigió hacia la entrada, estaba a punto de insertarla en mí cuando le advertí que era muy estrecha, que tuviera mucho cuidado.

MemoT tenía la boca abierta un poco, asentir con la cabeza a mi petición, miré al techo resignada a ser partida en dos por su rodillo de carne cuando sentí su presencia en el umbral de mi intimidad, y dijo “qué bueno que andas muy mojada, así resbalara más”. Sin embargo sentí como si me desgarraba por dentro, era tanto el dolor que mi mente aun se pone nebulosa al tratar de recordar la sensación, lo que sí recuerdo es cuando topó dentro de mí causándome más impacto. Después de metérmela y sacármela en repetidas ocasiones dijo que me estaba mojando más y se estaba facilitando, sin embargo para mí seguía siendo una tarea igual de “difícil”.

Después de muchas metidas y sacadas mi vagina se acostumbró y sus movimientos se hicieron más fluidos, fue cuando me sentí más cómoda y con menos dolor, usé la técnica de abrazarlo con los pies por la cintura hasta que las plantas de los pies se unieran, comprendí pasado el tiempo que es muy buena para una mejor penetración, con menor dolor, porque las rodillas y los muslos se arquean. Ya no tenía ganas de sexo, a pesar de eso lo estaba disfrutando dentro del dolor que me causaba, en el fondo me sentía orgullosa por tener dos hombres lindos y valiosos en el mismo día, dos hombres muy hombres, cada uno en su edad y temperamento.

Llegó el momento, le pedí que se viniera, dijo que no que yo merecía lo mejor y que quería compensar lo sucedido un rato antes, me calló a besos, ni modo me tenia que aguantar este sabroso suplicio…

Me la metía toda y me la sacaba casi toda, no se detenía su velocidad era media, estaba experimentando el otro lado de la moneda, ahora no era experiencia, sino vigor de juventud. Parecía máquina, sus movimientos eran iguales siempre, no aminoraba la intensidad, le dije que me dolían las piernas, detuvo sus empujones y trató de sacármela. Sin embargo al intentar hacerlo quedó atorada la cabeza, increíblemente pareció tener más pericia que ÁngelU ya que se agarró del tallo y de un solo estirón la saco, según él me dijo después, no grité, aullé.

Cuando por fin lo logró me volteo, comprendí que quería darme de perrito, me coloqué en cuatro, sin dejar de sentir temor. Le dije “despacito papá”, “sí mi amor” me respondió, me la metió suavemente, poco a poco, la tenía muy dura, la insertó hasta el fondo y de nuevo grité. No puso atención a mi súplica de hacerlo despacio, comenzó a darme empujones muy fuertes, a cada empujón correspondía un grito mío, cada vez con más decibeles, hasta que dio un empujón que me hizo caer sobre mi vientre, se echó encima de mi espalda, quedó completamente encima del mío y así siguió moviéndose. Para ese momento estaba mucho más sudada que con ÁngelU, esa posición me hacía sentir presionada, atrapada, sin libertad de acción, pero a la vez sentía que tenía capturada la verga de MemoT, cada movimiento le era más difícil y sabia que tenia en control.

Vi que si apretaba mi vagina estaba en comando, cuando la sentí hasta el fondo la apreté todo lo que pude, él batalló para sacarla, hice lo mismo muchas veces y me dijo; “Qué rico aprietas”, “que raro, me dan ganas de venirse mas pronto”, le dije; “Vente ya o te la seguiré apretando”, para mi sorpresa me pidió que lo hiciera fuerte para venirse más rápido.

Comenzamos una batalla, él a meter y sacar, yo a capturar y secuestrar, como siempre sucede ganó la mujer, después de algunos empujones me hizo alcanzar otro orgasmo, explotó dentro de mí, recuerdo bien que fue la primera vez que sentí a un hombre eyacular dentro de mí, sentí su pene como si pulsara o latiera, expulsaba su semen en el fondo de mi vagina, eso no siempre se siente, quizá por la posición o el grosor de su pene sí lo sentí y era muy agradable.

Al terminar me trajo papel y me ofrecí a limpiarlo a él primero, vi que también me había hecho sangrar, en su tallo había residuos de sangre le había quedado rojizo, el papel tenia el mismo color, no quise hacer alusión y afortunadamente él ni cuenta se dio. Sé hacia tarde, si llegaba a casa podría bañarme antes de que llegara el resto de mi familia, le pedí que me llevara ahí directamente.

No sé como describir la mezcla de sensaciones que experimenté el resto del día, esa noche recapitulé todo lo que había pasado, no estaba acostada en mi cama, estaba flotando en una nube etérea.

Las tres relaciones sexuales vividas en las últimas horas había sido una experiencias maravillosas a pesar del dolor (al día siguiente amanecí muy rozada) sin embargo lo que me desbordaba, enloquecía y hacía que me retorciera era la idea de tener mezclados el semen de dos hombres distintos en el fondo de mi vagina, me excitaba imaginar ese magma en ebullición proveniente de dos personas diferentes e independientes, me sentía una privilegiada.

Sabía que no era fácil que me volviese a suceder, muchas chicas que hayan tenido la oportunidad de estar con dos o más hombres el mismo día usan condón, es lo más adecuado, lo recomendable, pense que si volvía a pasar tendría que usarlos. Este había sido un día memorable, tener la mezcla de semen en mis entrañas me trastornaba de excitación y felicidad.

sábado, octubre 28, 2006

Comentario de Don Q y mi respuesta.

Nota:


Este post lo escribí más temprano pero como siempre blogger me sale con errores.



Ayer Don Q dejo un comentario al cual preferí darle respuesta larga en este post.
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DON Q. dijo...

Hola niña

Estoy muy contento con el éxito de tu blog, felicidades.

No dejo de leer los comentarios de tus lectoras y lectores que en algunos casos atienden poco tu sentir, y se ocupan mas de tus fotografías y experiencia sexual muy basta hasta el día de hoy.

Hoy volví como te lo ofrecí porque en tu crónica “de el como y con quien” dejaste de ser virgen la reacción fue festiva, como si quien te lee su hubiera sacado la lotería, reacción que llama a mi atención porque cada día le importa menos a todos la virginidad, y hay quien te aplaudió que compararas a los dos involucrados, no solo en atributos físicos, sino experiencia, cosas de la ligereza, a mas galanes el mismo día te admiro mas, esa es la lectura…

Tu temprano despertar al sexo es muy tuyo, muchas chicas así lo viven pero no lo dicen y peor aun, hay quien no lo vive toda su vida ausentando el enorme placer implícito del sexo.

Leí que una chica te decía que había dejado de ser virgen a los 25 con su novio que le lleva algunos años y solo que había sido bueno, así de seco… Me parece tarde para ello, pero me da pie para comentar la enorme inexperiencia y desinterés que hay en los hombres por dar placer, antes de recibirlo.

Muy pocos “caballeritos” se ocupan y preocupan por dar a su pareja autentico placer, ellos se concretan a besos y caricias, una penetración (frecuentemente) mal hecha, vaciar lo que tienen que vaciar y nunca preguntan (por cortesía) si ellas, ustedes están satisfechas y contentas, eso es una muestra mas de machismo.

Tu sabes como pienso, para mi no hay nada más placentero que verte gozar y tenerte satisfecha antes que yo mismo. Las chicas piensan en “el tamaño” y los chicos “en aguantar”, ¿no hay quien les informe que esto no es una competencia de resistencia y velocidad?

Los juegos previos a la penetración, las palabras adecuadas de diferente intensidad, los juguetes, los elementos con sabor y olor (como lo dijiste), todo influye, pero hay algo que es vital aun en un encuentro casual y/o free, me refiero a la honestidad con la que se entregan ambas partes, honestidad Tina.

Otro lector preguntaba que hacia Don Q (YO) para satisfacerte tomando en cuenta tu harta experiencia desde la adolescencia, daba a entender que ya has vivido tanto que ya nada te sorprenderá, o que soy un genio poderoso en la cama, vi que tu respuesta que fue “muy parca” y su pregunta fue especulativa. Valdría la pena que les explicaras que ambos somos “animales sexuales” y que nunca caemos en la rutina, que siempre sabemos como hacerlo para que cada encuentro sea placentero y distinto. No todo es meter y sacar, ¿lo sabrán tus lectores…?

Importante es decir que tu eres toda una mujer, que da y recibe como pocas, y que en este caso yo soy el afortunado.

La insistencia para que mantengas tus fotos unas horas más, me dice que no terminan de entender que tu blog no es “porno”, que si las pones es porque eres hermosa y vanidosa (como debe ser) y que todos aquellos que dudan que eres real, ya dejen de hacerlo.

Estamos cerca de la época de tu vida en que descubriste que regalando no era buen negocio, que había que cobrar, a ver como lo abordas…

Deja sin respuesta y publiques a los anónimos y ofensivos que te causan malestar, pero tu educación te hace atenderlos, no lo hagas ya.

En fin, hay mucho que comentar, sé más directa, cuida tu redacción, los títulos de cada crónica mejoran cada día. No despegues los pies de la tierra, acepta el halago pero bien aterrizada, no pierdas la cabeza.

Es viernes y ya debes venir, tenemos mucho que hacer, así que apúrate Tina María sin olvidar que te quiero mucho niña.

Con cuidado por favor

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Mi respuesta:


Don Q:
Gracias por tus felicitaciones.

Es cierto que hay hombres como los describes. Ego centristas y poco considerados con la mujer. Pero afortunadamente, no todos son así. Hay algunos, quizá no una mayoría pero si los hay, que se preocupan bastante por lo que la mujer siente en el momento. Claro, tu por tu experiencia y quizá por tu formación, eres de los considerados.

Con respecto a la esencia del blog, cada vez me doy cuenta de que no es tan fácil captarla y toma tiempo. Cada vez son más los que dicen que antes venían por morbo, dabdo entender que su perspectiva está cambiando. Con el tiempo, más personas lo irán percibiendo.

Sí desgraciadamente, todavía hay gente que tiene tales tabúes y trabas mentales que no han podido vivir a fondo. Viven a medias y para ellos, eso es lo "moral", eso es lo "decente". Como si ser feliz y vivir a plenitud fuera un pecado. Bueno, para ellos, lo es.

Tu eres muy sofisticado en el sexo. Es difícil que mucha gente entienda esas palabras de que no es competencia. Necesitaría experimentar contigo o con alguien como tú para poderlas entender. Por eso no creo ni pido que las comprendan. Lo que puedo decir es que me parece que es un proceso mental por el que todo hombre pasa, al igual que toda mujer. No es lo mismo un hombre a los 16 años, que a los 20, que a los 30, 40, etc... Son una serie de etapas. Es un poquito injusto pedirle a uno de 20 que piensa y sepa lo que uno de 50.

La honestidad es la llave de oro. Es irremplazable. Sin discusión. De acuerdo contigo.

Estoy de acuerdo en que nunca caemos en la rutina. Yo soy ingeniosa para el sexo pero tu lo eres mucho más. En lo que NO estoy de acuerdo, es en que me digas que "somos animales para el sexo". Tú lo eres, yo no. Te he dicho cuando menos unas quince veces que no soy ninfómana y puedo pasar un largo tiempo sin sexo. A mi edad ya tuve el triple del que tienen muchas mujeres que me doblan la edad. En cantidad y calidad. Alguna vez lo dije aquí y a tí te lo he dicho muchas veces, el sexo, es una necesidad fisiológica, como comer. Si comes a tus horas, no te malpasarás. Si comes de más, tu cuerpo almacena lo que puedas necesitar en tiempos de escasez. Esa es, por decirlo de alguna manera, mi situación. Aunque no me lo creas cada vez que te lo digo.

Gracias. Yo soy la afortunada en haberte conocido.

Una cosa que vale la pena que recalque, aunque ya lo haya dicho. Es que eres un maestro para el sexo. Tu arsenal y repertorio es casi infinito, en más de medio año, no he visto el límite.

Aunque ya lo he dicho. Las fotos las meto en fin de semana como agradecimiento a los lectores que se toman la molestia de venir en esos días. Merecen más que aquellos comodinos que no encienden su pc o que no se molestan en ir a un cyber café. En cuanto a lo otro, sé que soy vanidosa y es algo contra lo que lucho, a veces con poco éxito. Creo que siempre habrá gente que dude que soy real, por el hecho, que cuando llega alguien nuevo, casi siempre piensa eso. O los que en los comentarios hacen preguntas cuyas respuestas se hayan en algún lugar del blog, o los que ofenden. Es algo que ya me está hartando. Pero en fin, aquí sigo. No permitiré que me hagan desistir y por el contrario, cada vez, son menos los anónimos que permito o que contesto. Como me dices tú, quizá a los anónimos amables, sólo los salude sin responde preguntas. A veces pueden ser personas mal intencionadas con preguntas que aparentan lo contrario.

No sè a que te refieres a que sea màs directa, si no te pones como adolescente al rato, te lo voy a preguntar.

Es sábado y ya estoy aquí y tú en la cocina. Ya no tardas en venir, así que me despido.

No te mando besos, mejor te los doy al rato.
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Y aprovecho para colocar un negativo. Mañana meto el positivo. Ojalá se vea. Gracias.

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http://photos1.blogger.com/blogger/7086/2893/320/TinaMarieEmpi1eByN1Neg.jpg




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martes, octubre 31, 2006

El felatorismo siempre relaja

Al día siguiente amanecí adolorida de todo el cuerpo, me dolían las coyunturas y estaba aun más rozada, me sentía otra, diferente, en sí era otra. No sabia si los demás lo notan pero crees que cualquier cosa que digas o hagas te delatará, sentía las miradas de todos, en casa, en la calle, en la escuela, las compañeras, mis maestros, piensas que ni bañándote mil veces se te quitará “eso”, sea lo que sea que traigas encima o dentro de ti. Sientes que caminas diferente, que te mueves diferente, incluso que hablas diferente, sabes que todo está en tu mente y aún así no lo puedes superar. Como sientes dolor en el cuerpo y ardor en tus genitales crees que lo transmites a los demás, lo más difícil es subir y bajar las escaleras, crees que al hacerlo con dificultad todos lo notaran y sabrán la razón, moralmente no me sentía mal, sólo tenía pena a secas, y como cualquier mujer no quería que se notara, quería ejercer mi derecho a la privacidad, me sentía violada por las miradas de los demás.

Estaba por cumplir los diecisiete años, la mayoría de mis amigas de mi edad ya no eran vírgenes, por eso sentía que había perdido mi virginidad a “buena edad” a “buen tiempo”, como si hubiera un parámetro para medir a que edad perderla, ideas de adolescente.

Le había dicho a ÁngelU que lo llamaría ese día pero desistí, me sentía adolorida y cuando sientes dolor tu libido disminuye considerablemente, además él mismo había dicho que si le llamaba sería para tener relaciones sexuales, así que descarté la idea para ese día y por algún tiempo más. Era más interesante que MemoT indiscutiblemente, pero eso no lo es todo en la vida, me llenaba más una relación con un chico cinco o seis años mayor que empezaba en muchos aspectos de la vida como yo, además de que era sincero y honesto.

MemoT no me tenia seducida, cómo decirlo, me sentía como si ambos lleváramos el timón aun con errores compartiendo nuestra inexperiencia llevaríamos a buen puerto el barco.

Mientras que con ÁngelU yo sentía ser el barco, y a él lo sentía como el experimentado capitán que lo guiaba a su antojo sabiendo que hacer en cada circunstancia que se presentara, me sentía un objeto manipulable y manipulado. ÁngelU era un buen hombre no me quería hacer un daño, sólo quería llevarme a la cama y eso no convierte en malo a ningún hombre, sólo lo deja en hombre, a secas. Malo cuando quieren abusar de ti o quieren que hagas cosas que te perjudicaran o dañaran, hasta ahora nadie se ha muerto por el simple hecho de tener sexo, incluso los movimientos realizados en la cohabitación puede ser más perjudicial para ellos por el aceleramiento de su ritmo cardiaco. ÁngelU sólo quería llevarme a la cama, hasta ese momento desconocía si tenia otras intenciones, no sabía si quería una relación romántica, lo veía difícil por la diferencia de edad, no la de él sino la mía, por los conflictos que se darían en mi círculo familiar y social, el que me viera como la niña que despertaba al sexo y nada más, difícil de enamorarse o cuando menos de tomarme en serio. Así que opté por no llamarle, tampoco le hablaría a MemoT, esperaría a que este lo hiciera, no me hizo esperar mucho, ese mismo día llamó pidiéndome que nos viéramos, pensando que tendría la misma mentalidad de ÁngelU y solo tendría ganas de sexo busqué algún pretexto y me negué.

Cuando me dijo que nos viéramos en algún lugar público a tomar una gaseosa enmendé las cosas y le dije que podía verlo un momento no muy largo, él aceptó. MemoT por educado, de buenos sentimientos y por su edad, se andaba mucho por las ramas, resumiendo la conversación de una hora o más que tuvimos solo me preguntó como me sentía después de lo ocurrido el día anterior, le contesté que bien y me dio a entender que le gustaría que lo hiciéramos en futuras ocasiones, le dije que el riesgo sería el embarazo, dijo que si usaría condón, le respondí que así lo deseaba y lo exigía, que sería requisito indispensable si lo volvíamos a hacer, él aceptó de buena gana.

Al salir del lugar nos besamos e insistió en acompañarme a mi destino al otro lado de la ciudad, no me cabía la menor duda de que era un buen muchacho. Todos los días me llamaba y nos veíamos, me remordía la conciencia hacerlo gastar, si bien no era mucho de lo que se trata es no hacer gastar al hombre sin sentido alguno. Después de varias ocasiones de ir a fuentes de sodas le dije que mejor fuéramos a alguna plaza o un parque donde pudiéramos platicar sin necesidad de gastar o que compráramos una coca cola y ya. No olvido su mirada cuando dije eso, casi le brotaron las lágrimas, me costo conocer a una chica que no trate de usar a los hombres sólo para que gasten en ellas.

A pesar de todo yo no sentía tener novio, siempre he sido muy tradicionista, si alguien no me pide ser su novia y no le doy el sí, para mí no tengo novio. Sí pensaba en él y aparecía su cara o recuerdo en mi mente, seguía con lo que estaba haciendo, pero no tenía novio, nadie me lo había pedido ni yo había aceptado, así que seguía siendo libre.

Sin embargo al siguiente viernes en lugar de ir al antro preferí ir a casa de una amiga donde habría una reunión de puras mujeres, bromearíamos, cenaríamos, batanearíamos, hablaríamos de hombres pero no habría ni uno sólo.

Al día siguiente, el sábado, MemoT me invitó a cenar y acepté en vez de ir con mis amigas al antro. Fue nuestro siguiente encuentro con sexo incluido, nos transportamos en el auto que le habían prestado, su papá, después de cenar manejó sin rumbo algunos minutos deteniéndonos en un lugar aislado y oscuro, comenzamos a besarnos, nuestros besos eran hasta cierto punto ingenuos, nuestras lenguas se tocaban y jugueteaban entre si, no sentía la malicia de otros hombres, en especial la de ÁngelU, eran sensaciones diferentes y las disfrutaba, sentía que estaba con alguien de mi nivel sólo que del sexo opuesto, no había ventaja para nadie.

MemoT me abrazaba y recorría mi espalda, no llegaba demasiado lejos, aún así sabía excitarme, con él no había necesidad de ponerme la armadura mental como con los otros, él se excitaba más que yo, se mojaba y en esa ocasión también yo lo estaba, en un momento de pasión se sacó su miembro, grueso, poderoso, pulsante, totalmente duro y con un ligero ademán me dio a entender que se lo chupara, tenía días sin hacerlo con nadie, se me antojaba mucho su pene, comencé a chupárselo con ganas de saborearlo, primero la cabecita hasta la mitad y la sacaba de mi boca, luego toda, no le hice garganta profunda, pero llego el momento en que me dijo que no aguantaba mas, que por favor lo ayudara a terminar.

Usé la técnica de “masaje bucal”, con esta técnica sólo te metes la cabeza en la boca, lames la parte baja moviendo la quijada rápidamente, no mueves el cuello, o lo mueves muy poco, con eso atraes el semen a la salida del pene, que por cierto, es una de las partes más sensibles, exactamente debajo de la cabecita. MemoT no duró mucho y disparó toda su carga de semen en mi boca en menos de minuto y medio, se relajó y yo me di gusto saboreándolo, me volvió a besar con pasión y cariño, después de un rato me llevó a casa.

No veía muy claro el futuro, no sabía que continuaría con MemoT, la situación con ÁngelU desde mi perspectiva estaba simplemente en pausa, pero sabia que el tiempo siempre se encarga de aclarar nuestras dudas.

miércoles, noviembre 01, 2006

Los días de campo no son solo para comer

Ambos trabajábamos y estudiábamos no nos veíamos todos los días, de hecho, a veces no podíamos ni siquiera hablar, cuando nos veíamos era para conversar y hasta el final nos besábamos.

En una ocasión MemoT me llamó diciéndome que tenía “ganas” de verme, por el tono de su voz entendí a que se refería, yo también tenía “ganas” de verlo, ya habían pasado mis días más fértiles y habían transcurrido casi tres semanas desde la última vez de que lo habíamos hecho, no había visitado antros así que la ocasión era ideal. El problema era la falta de tiempo, era entre semana y no teníamos mucho tiempo, se lo hice ver y me pidió que aunque fuera un ratito lo hiciéramos, accedí por mis ganas de verlo y hacerlo con él, quedó de pasar para llevarme a su casa.

En el trayecto llamó un de sus primos para decirle que lo esperaba afuera de su casa, MemoT le respondió que estaba ocupado y no podía ir a verlo, supusimos que se nos habían estropeado la salida, pensé que MemoT pospondría todo para otro día, pero las “ganas” de vernos eran mayores. Viajamos sin rumbo unos minutos pensando que hacer, dijo que no tenía dinero para un hotel, yo sí tenía pero no me pareció correcto pagarlo, una cosa es que evitarle gastos y la otra que yo pagara, así que simplemente hice mutis.

Nos alejamos del área céntrica de la ciudad y fuimos a parar a la periferia, lotes baldíos, llanos, pequeñas colinas y algunos bosquecillos, descubrimos una vereda sin pavimento y nos internarnos en ella unos metros con el auto, nos miramos a los ojos diciéndonos “ya estamos aquí y si no aprovechamos no lo haremos”.

Ninguno quería dar el primer paso, nos quedamos en silencio, MemoT miraba el retrovisor vigilando que no se acercara nadie, nos bajamos a “estirar las piernas”, caminamos por una vereda angosta hasta que llegar a un pequeño claro entre matorrales, espinales y árboles silvestres. Teníamos que regresar pronto, lo que fuéramos a hacer debería ser en ese momento, así lo comprendimos ambos, nos empezamos a besar, me abrazó aun con la ropa puesta me desabrochó la blusa, lo ayudé sacándome los senos los que chupó por un largo rato. Me moví para quedar a la sombra de un árbol, el sol molestaba, había cerca una piedra grande, cuando bajó su pantalón para mamarle el pene me senté en ella, se la chupé sólo para parársela, se la “jalaba” para estirarla, ya endurecida me la metí toda y la succioné fuerte para que mi mucosa bucal - parte interna de las mejillas - lo envolvieran y al moverme se la frotara, de nuevo mis técnicas en el oral fueron demasiado para él, al poco tiempo me pidió que cesara.

Del pantalón sacado un condón sin que lo viera, me pidió que se lo pusiera, no sabía como, él lo sacó de la envoltura y se lo puso frente a mis ojos, no tarde mucho en aprender como colocarlo, pidió que bajara mi pantalón y calzón hasta los tobillos y que me volteara, apoye las manos en la piedra apuntando mis nalgas hacia arriba y hacia él. Traía tacón alto y soy alta, no me alcanzaba su pene, quedaba debajo de mis ingles, me pidió que doblara las rodillas para que mi orificio vaginal quedara abajo y pudiera penetrarme.

Una vez que quedamos en la posición más cómoda hizo lo que hacen todos, me tomó las caderas para acariciarme las nalgas y abrirlas, la eterna curiosidad de ver en medio de las nalgas de la mujer. Tomo mis caderas y sentí la punta de su verga, empezó a dar empujoncitos, primero suavecitos sintiendo como apretaba para hacer palanca, estaba batallando para penetrarme.

Su miembro era muy grueso y mi vagina muy estrecha, estaba lubricada pero no como otras veces, cuando por fin entró la cabeza solté un grito ahogado, ahí no podía gritar con confianza estábamos al aire libre y no sabíamos quien podía pasar. Poco a poco me penetro más, me iba abriendo la carne por dentro, no sabía en que concentrarme, si evitar gritar, superar el dolor, o gozar. Por fin pudo moverse con más de libertad, cuando empezó a meter y sacar rápido le pedí que lo hiciera despacio, dijo que ya se estaba viniendo y no podía detenerse, quedé callada pensé que si contestaba se perdería la magia y si no decía nada terminaría más pronto.

En esos últimos movimientos salvajes logró lubricarme más haciendo más fácil la relación, empecé a excitarme mucho y como acto reflejo me moví rápidamente, él se queda quieto, yo las moví tanto que terminé sólita. Sin haberse venido y sin sacármela me preguntó si me había venido, dije que sí y volvió a los movimientos muy rápidos y duros, al final temblaba como si se estuviera electrocutando, aun con el condón puesto sentí su eyaculación, sentía como “palpitaba” su verga dentro de mí.

Nos quedamos quietecitos, esperamos que se le bajara para sacarla, pero era gruesa y yo estrecha, aunque se bajara batallamos para que saliera, empujo hacia delante y jaló sacándola de golpe, el condón quedó atorado en mi vagina, sentí escurrirme más y vi como el semen quedaba en la punta, siempre he tenido la impresión de que es transparente pero cuando se concentra en un mismo lugar es blanco, así se veía no como leche, la leche es muy líquida y este es como pegamento blanco.

Nos colocamos la ropa en su lugar y fuimos al auto con intranquilidad, lo habíamos dejado en despoblado, afortunadamente no había nadie, recorrimos el camino de regreso hacia la civilización con cara de satisfacción y libres de culpa, para entonces deseaba que en futuras ocasiones MemoT planeara mejor las cosas, no siempre salen las cosas como uno quiere…

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jueves, noviembre 02, 2006

Son mis amigas hasta hoy.

Pasaron varias semanas, MemoT y yo no nos veíamos con frecuencia, en ocasiones teníamos relaciones sexuales en su recámara cuando su familia no estaba, la frecuencia de estas era de una vez por semana, a veces hasta dos cuando entre semana teníamos algunos minutos libres.

ÁngelU se estaba convirtiendo en un recuerdo, la tentación de llamarle disminuía, al grado de quedar bien controlada, no había necesidad ni motivo para hacerlo.

Se acercaba el fin de semana, MemoT me llamó para invitarme a salir, no acepte porque había quedado de ir con mis amigas a la casa de campo de una de ellas. Lo tomó de buena gana y deseó que nos divirtiéramos, sólo iríamos mujeres y se lo dije, me conocía lo suficiente para saber que no miento. Todavía vamos con frecuencia a ese lugar, a algunas de las chicas las sigo frecuentando y hemos ido infinidad de veces, es difícil recordar con exactitud quienes fuimos en esa ocasión.

De todas las chicas recuerdo a dos de ellas, por cierto “Don Q” las conoce bastante bien, de ahora en adelante las llamaré por los apodos con que él las bautizó. Ambas son muy guapas y rubias, una de ellas es “la oruga” de ojos azules, la otra es “la rusa” su color de ojos todavía no lo interpreto, son como verde avellana o azulados.

“La oruga” parece muñeca, odio decirle así pero “Don Q” me pidió que así la llamara en este texto, odio llamarla de esa manera porque puede evocar ideas erradas respecto a su físico y a su gran corazón. Su cabello es rubio de tonalidad áurea, es dorado no muy amarillo, su cara es muy bonita y pequeña con relación a su cuerpo, mide 1.72

En esa época era menudita, delgadita sin mucha cadera ni mucho busto, sus glúteos no eran tan redondos, hoy ha embarnecido se le desarrolló la espalda y los brazos, sus piernas engrosaron, sus caderas se ensancharon y sus pompis se redondearon más, sigue teniendo la misma cinturita sin el más mínimo sobrepeso, pues bien, ella es la hija de los dueños de la casa de campo.

A “La rusa”, “Don Q” la bautizo así porque dice que lo parece, este apodo me parece menos feo, es menos alta sin dejar de serlo, mide 1.70 y es delgadita, su cabello es rubio claro muy amarillo, su carita es chiquita, redondita y al igual que “oruga” de facciones muy finas y estilizadas. Está muy bien proporcionada, aunque todo en pequeño, su cintura es muy breve, sus caderas no son muy anchas, se ven amplias por la estrechez de su cintura, sus senos son bien delineados y redonditos y van con su complexión, sus glúteos redondos, firmes y levantados muy vistosos, con el contexto de su cuerpo son elegantes, su aspecto de rusa al parecer lo trae de familia.

En una ocasión le presenté a “Don Q” a la hermanita menor de ella y “Don Q” reaccionó exclamando ¿otra rusa? Cuando supo que era su hermana rió y dijo, “con razón”, hoy día “Don Q” no recuerda a la hermana, supongo que de tantas amigas que le he presentado se ha de confundir. Son buenas amigas y las quiero mucho, Don Q dice que las quiero tanto que las defiendo de todo y siempre hablo bien de ellas, créanme no estoy exagerando, respecto al físico de ambas así son, muy guapas. Las menciono porque son las que recuerdo que iban en el grupo que pasamos el fin de semana en la casa de campo.

Ambas son menores que yo por meses, de hecho somos de la misma edad, su experiencia sexual era mínima, si la comparo con la mía, en cuanto a penetración era similar, su experiencia lésbica era nula hasta entonces. Cuando estamos juntas y vamos en carretera conversamos y reímos, aturdimos a quienes no están acostumbrados, comúnmente hablamos al mismo tiempo y no falta quien suelte alguna carcajada larga por cualquier motivo. Don Q que se alegran cuando nos ve y se contagian del ánimo y energía que proyectamos, aún cuando discutimos “oruga” y yo, es motivo de celebración para Don Q. Todo esto lo cuento porque intento recordar quien llevaba el volante y en que carro íbamos, podría haber sido “la rusa” porque manejaba mejor en carretera, aún a esa edad.

Todo el trayecto nos reímos, empujamos y jugamos, todas llevábamos pantalón corto (“shorts”), al detenernos a comprar la gente nos miraba como si vieran al diablo, con el tiempo te acostumbras a que no es la misma mentalidad la de la gente de la ciudad que la de los pueblos pequeños o del campo, era la segunda vez que íbamos a la casa de “oruga”, tenía unos meses de conocerlas apenas. En la casa había alberca y ya nos habíamos dado un chapuzón en el viaje anterior, pero esta vez se les ocurrió la idea de que nadáramos “en pelotas” (desnudas). Algunas, entre ellas yo, preferimos no decir nada, alguna se rió y otras le dijeron a quien lo propuso que ella sería la única que nadaría así.

Seguimos nuestro camino determinadas a pasar un fin de semana alegre y en buen plan, lo que pasara en esa casa, se quedaría en esa casa…

miércoles, noviembre 01, 2006

Los días de campo no son solo para comer

Ambos trabajábamos y estudiábamos no nos veíamos todos los días, de hecho, a veces no podíamos ni siquiera hablar, cuando nos veíamos era para conversar y hasta el final nos besábamos.

En una ocasión MemoT me llamó diciéndome que tenía “ganas” de verme, por el tono de su voz entendí a que se refería, yo también tenía “ganas” de verlo, ya habían pasado mis días más fértiles y habían transcurrido casi tres semanas desde la última vez de que lo habíamos hecho, no había visitado antros así que la ocasión era ideal. El problema era la falta de tiempo, era entre semana y no teníamos mucho tiempo, se lo hice ver y me pidió que aunque fuera un ratito lo hiciéramos, accedí por mis ganas de verlo y hacerlo con él, quedó de pasar para llevarme a su casa.

En el trayecto llamó un de sus primos para decirle que lo esperaba afuera de su casa, MemoT le respondió que estaba ocupado y no podía ir a verlo, supusimos que se nos habían estropeado la salida, pensé que MemoT pospondría todo para otro día, pero las “ganas” de vernos eran mayores. Viajamos sin rumbo unos minutos pensando que hacer, dijo que no tenía dinero para un hotel, yo sí tenía pero no me pareció correcto pagarlo, una cosa es que evitarle gastos y la otra que yo pagara, así que simplemente hice mutis.

Nos alejamos del área céntrica de la ciudad y fuimos a parar a la periferia, lotes baldíos, llanos, pequeñas colinas y algunos bosquecillos, descubrimos una vereda sin pavimento y nos internarnos en ella unos metros con el auto, nos miramos a los ojos diciéndonos “ya estamos aquí y si no aprovechamos no lo haremos”.

Ninguno quería dar el primer paso, nos quedamos en silencio, MemoT miraba el retrovisor vigilando que no se acercara nadie, nos bajamos a “estirar las piernas”, caminamos por una vereda angosta hasta que llegar a un pequeño claro entre matorrales, espinales y árboles silvestres. Teníamos que regresar pronto, lo que fuéramos a hacer debería ser en ese momento, así lo comprendimos ambos, nos empezamos a besar, me abrazó aun con la ropa puesta me desabrochó la blusa, lo ayudé sacándome los senos los que chupó por un largo rato. Me moví para quedar a la sombra de un árbol, el sol molestaba, había cerca una piedra grande, cuando bajó su pantalón para mamarle el pene me senté en ella, se la chupé sólo para parársela, se la “jalaba” para estirarla, ya endurecida me la metí toda y la succioné fuerte para que mi mucosa bucal - parte interna de las mejillas - lo envolvieran y al moverme se la frotara, de nuevo mis técnicas en el oral fueron demasiado para él, al poco tiempo me pidió que cesara.

Del pantalón sacado un condón sin que lo viera, me pidió que se lo pusiera, no sabía como, él lo sacó de la envoltura y se lo puso frente a mis ojos, no tarde mucho en aprender como colocarlo, pidió que bajara mi pantalón y calzón hasta los tobillos y que me volteara, apoye las manos en la piedra apuntando mis nalgas hacia arriba y hacia él. Traía tacón alto y soy alta, no me alcanzaba su pene, quedaba debajo de mis ingles, me pidió que doblara las rodillas para que mi orificio vaginal quedara abajo y pudiera penetrarme.

Una vez que quedamos en la posición más cómoda hizo lo que hacen todos, me tomó las caderas para acariciarme las nalgas y abrirlas, la eterna curiosidad de ver en medio de las nalgas de la mujer. Tomo mis caderas y sentí la punta de su verga, empezó a dar empujoncitos, primero suavecitos sintiendo como apretaba para hacer palanca, estaba batallando para penetrarme.

Su miembro era muy grueso y mi vagina muy estrecha, estaba lubricada pero no como otras veces, cuando por fin entró la cabeza solté un grito ahogado, ahí no podía gritar con confianza estábamos al aire libre y no sabíamos quien podía pasar. Poco a poco me penetro más, me iba abriendo la carne por dentro, no sabía en que concentrarme, si evitar gritar, superar el dolor, o gozar. Por fin pudo moverse con más de libertad, cuando empezó a meter y sacar rápido le pedí que lo hiciera despacio, dijo que ya se estaba viniendo y no podía detenerse, quedé callada pensé que si contestaba se perdería la magia y si no decía nada terminaría más pronto.

En esos últimos movimientos salvajes logró lubricarme más haciendo más fácil la relación, empecé a excitarme mucho y como acto reflejo me moví rápidamente, él se queda quieto, yo las moví tanto que terminé sólita. Sin haberse venido y sin sacármela me preguntó si me había venido, dije que sí y volvió a los movimientos muy rápidos y duros, al final temblaba como si se estuviera electrocutando, aun con el condón puesto sentí su eyaculación, sentía como “palpitaba” su verga dentro de mí.

Nos quedamos quietecitos, esperamos que se le bajara para sacarla, pero era gruesa y yo estrecha, aunque se bajara batallamos para que saliera, empujo hacia delante y jaló sacándola de golpe, el condón quedó atorado en mi vagina, sentí escurrirme más y vi como el semen quedaba en la punta, siempre he tenido la impresión de que es transparente pero cuando se concentra en un mismo lugar es blanco, así se veía no como leche, la leche es muy líquida y este es como pegamento blanco.

Nos colocamos la ropa en su lugar y fuimos al auto con intranquilidad, lo habíamos dejado en despoblado, afortunadamente no había nadie, recorrimos el camino de regreso hacia la civilización con cara de satisfacción y libres de culpa, para entonces deseaba que en futuras ocasiones MemoT planeara mejor las cosas, no siempre salen las cosas como uno quiere…

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viernes, noviembre 03, 2006

Cosas que pasan en el agua

Llegamos a la casa y seguíamos con risas y relajo, lo primero que hicimos fue cambiarnos de ropa y enfundarnos en los trajes de baño y correr a la alberca, yo no aguanté mucho, el sol estaba muy fuerte y preferí verlas jugar, me criticaron por hacerlo, yo hice caso omiso.

Algo que nunca he tolerado es que otros quieran que hagas lo que ellos quieren, algo muy común en nuestra cultura y que detesto, les di la vuelta con bromas para no enfrentarlas, espere a que bajara el sol para meterme a la alberca. No me gusta lo que provoca el sol ni las consecuencias de sus quemaduras, detesto el bronceado, me fascina el blanco rosa pálido de mi piel y el de otras personas.

Es difícil definir el color de piel de “oruga” y más el de “la rusa”, oruga es muy blanca, lo que algunos llaman “blanca de leche”, me parece elegante ese tono de piel y un desperdicio que la bronceé además de que no le dura nada, en pocos días regresa a su color original. “Rusa” es blanca a secas, su tono dorado le queda un tiempo y se va tornando en dorado-blanco que a muchos hombres les llama la atención, las morenas pueden estar bajo el sol por horas y no tienen problema. A todos nos gusta y deseamos lo que no tenemos, por eso a los europeos les gusta broncearse y viajan miles de kilómetros para hacerlo, les ves en todas las playas felices de la vida bajo el sol, por mi parte que bien que vengan, son bienvenidos. Aquí en mi ciudad es lo más fácil de hacer, basta subirme a la azotea de casa o salir al patio unos minutos para obtener el tan anhelado bronceado que en otras latitudes tanto buscan.

Una vez que los árboles rodearon la alberca cubriéndola con su sombra me reintegré al grupo para juguetear con ellas. En el agua pasan cosas y bajo el agua aún más, toqueteos naturales a los cuales no les damos importancia. No recuerdo como empezó, la que me “toqueteaba” era la rusa, lo había notado desde la primera vez que habíamos estado ahí, empujaba mis caderas con las suyas y me daba “pesada” nalgada bajo el agua, las llamo pesadas porque bajo el agua no se puede dar con la velocidad normal ni produce el sonido “típico”. La rusa es muy bonita si fuera hombre me la cogería hasta por las orejas, pero ese es el problema, ninguna de las dos es hombre y es un “pero” muy grande.

No le daba importancia al toqueteo, lo consideraba cosas que pasan en el agua, cuando estábamos en el club de natación se comportaba distinto, me parecía natural ahí no tienes margen para juguetear, aunque al final del entrenamiento es una tradición jugar un poco. El caso es que la rusa me pegaba más el cuerpo que las otras, afortunadamente nadie lo notó me hubiera dado pena que las demás se burlaran o nos dijeran picardías.

Esa noche no cené, preferí nadar para reponer lo que no había nadado antes, me gusta nadar de noche o en albercas techadas, me bañé y cambié el traje de una pieza por un bikini, empezaban a conocerme y a entender que no me gusta nadar bajo el sol, les llevó tiempo acostumbrarse, a esa edad “exigen” que seas como ellas y que te adaptes a todo sin usar tu mente.

Cuando les dije que no cenaría y mejor nadaría la rusa decidió acompañarme, encendimos los focos bajo la alberca y jugamos carreras, dimos varias vueltas poniendo estilos, como siempre el estilo mariposa lo poníamos para ver quien se cansaba primero, la alberca era pequeña tenía unos siete metros de largo así que nunca nos cansamos de darle la vuelta, nos detuvimos por aburrimiento y recargue los brazos en la plancha de cemento, la rusa se puso junto a mí en la misma posición, sin decir palabra pasó su brazo por mi cintura y me abrazó como hombre, no dije nada, sentí como apretaba mi cadera desde el nacimiento de la nalga, no supe que hacer, consideré que podía ser normal entre mujeres una nalgada o un beso en la mejilla, pero me gustó y simulé no sentir nada dejándola continuar.

Comenzamos a charlar, puso sus manos en mis nalgas y siguió la conversación, después de varios apretoncitos algo le dije de su mano en mis nalgas, y respondió que estaba amasando el pan en tono de broma, después metió la mano bajo el calzón y pasó su dedo a lo largo de la raya de las nalgas en plan descendente, le dije que no fuera cochina y respondió con un lacónico “pérate”, me estaba desesperando la sensación de su mano abajo del calzón y un dedo en medio de mis nalgas y el peligro de que cualquiera saliera y nos viera. La sensualidad de su dedo bajo el agua pudo más que la prudencia, le permití continuar un rato mas, entonces comenzó a hurgar buscando mi ano preguntándome “¿ahí es?”, Y yo respondiéndole un seco “no sé”, no pensaba ayudarla para su propósito.

Alguna de las chicas salía de la casa y sin acercarse nos preguntaba si queríamos que nos dejaran cena, o si la metían al refrigerador, la rusa contestaba hablando por las dos, para mí era difícil hablar en voz alta. Por fin encontró su objetivo y comenzó a empujar su yema en mi ano diciéndome “no lo frunzas, ábrelo”, la obedecía a medias porque no estaba muy convencida de lo que pasaba, aun no lo aceptaba, sin embargo ya no tenía voluntad para impedirlo. La rusa sumergió su cabeza bajó el agua y me dio besos en el nacimiento de la raya de las nalgas, sus besos me empezaron a electrizar, el frío del agua y la calidez de sus labios me provocaba corrientes eléctricas en todo mi cuerpo, sus besos se convirtieron en mordidas en la parte interna de mi nalga izquierda, justo en el nacimiento de la raya.

Sacó su cabeza para respirar sin quitar su yema de mi ano, cuando lo hizo me dijo que yo la sumergiera y por curiosidad lo hice, bajo y me beso en la boca, me sorprendió y de inmediato saqué la cabeza del agua, la rusa seguía con su yema en mi ano, estaba obsesionada en no sacar su dedo de mí, hasta que sucedió algo inesperado…

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sábado, noviembre 04, 2006

Seis meses

Hoy cumplo sies meses con este blog.

Cuando lo empecé no sabía si duraría seis semanas o incluso seis días.

Gracias a todos aquellos que se han tomado la molestia de leerme y más aún a quienes se dignan dejar un comentario, coherente y sin la intención de ofender.

Hasta el momento han sido 227 comentaristas diferentes, desafortunadamente no he contado la cantidad de comentarios. Con éste, con 181 posts o entradas.

No sé cuanto tiempo más dure, aunque la idea original era la de terminar mi cronología hasta que me retiré. De hecho, esa sigue siendo la idea.

Tampoco sé si seguiré en este blog o me cambie a otro. Una cosa si es más o menos segura, de cambiarme no sería muy pronto. Todavía tenfo muchas cosas que averiguar.

Tengo algunas ideas para el blog, que quisiera ir implementando en meses futuros, si es que Don Q no se opone.

En fin, Gracias de nuevo por aguantarme medio año, muy en especial a aquellos que han sido asiduos casi desde el principio. Una cosa interesante es que los que comentaban en un principio, de repente dejaron de hacerlo y después llegaron otros, quue tambièn se han ido, y ahora tengo un amable grupo de personas que me hacen el honor de visitarme con frecuencia.

Y para terminar, aquí dejo el negativo de una foto, espero que se vea y que me avisen por favor.


http://photos1.blogger.com/blogger/7086/2893/1600/TinaMarieCostBralev8Neg.jpg

domingo, noviembre 05, 2006

Seis meses más un día

La verdad, me siento muy halagada por los comentarios del día de ayer respecto al blog cumpliendo seis meses. Les agradezco mucho a todos quienes comentaron.

La foto de hoy es a color. No es la primera vez que meto una a color y en anteriores ocasiones decía que lo hacía porque en blanco y negro parecía bruja. Bueno pues ahora hasta a color salí como bruja pero en b y n era peor. Ni modo.

Espero que se vea y desde luego, que me hagan favor de hacérmelo saber via sus comentarios.

La foto durará hasta la noche del domingo.
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lunes, noviembre 06, 2006

Palabras de mujer

Las chicas salían y entraban de la casa sin acercarse a la alberca, ya había oscurecido y sólo nos iluminaban los focos subacuáticos. La rusa seguía con su obsesión de tener el dedo en mi esfínter y me dijo algo que hasta me hizo reír, “te voy a sacar burbujitas como en el chiste de pepito que nos contó una amiga mutua. Solté la carcajada y al volver a la normalidad le pedí que quitara su dedo, a lo que me respondió simple “no”, me hacia sufrir y gozar, vimos una silueta acercarse a nosotras, era la oruga que venía a acompañarnos, como había cenado no podía solo se sentó en la orilla con los pies adentro.

Me sentí aliviada, la rusa tuvo que retirar su mano aunque la dejo bajo el agua un momento más. La rusa y la oruga se quieren mucho, son grandes amigas y hasta la fecha se frecuentan, pero en ese momento no le agradó a la rusa la presencia de oruga, fue evidente.

Yo trataba de hacerle conversación para que se integrara a la platica y no regresara a la casa, al mismo tiempo abría discretamente las piernas para que el agua me refrescara lo que la rusa me había estado friccionando. Después de unos minutos salimos de la alberca y nos dirigimos a la casa, puedo decir que me escapé de la rusa, comimos algo ligero y a dormir, para mi fortuna la bendita y noble oruga siempre estuvo con nosotras.

Al día siguiente antes de desayunar y bañarme decidí ir a correr a la montaña, la casa está enclavada en una montaña muy alta, aun no despertaba nadie, cuando me ponía la ropa deportiva hice ruidos que despertaron a la rusa y a otra amiga, me preguntaron que adonde iba, se los dije. Inmediatamente la rusa exclamó ¡voy contigo!, invité a la otra chica y ésta se rehusó alegando que ella había ido ahí a descansar. No me quedó más remedio que aceptar que solo la rusa me acompañara, la quiero mucho pero mis tendencias no son lésbicas, ni siquiera bisexuales en realidad.

Primero caminamos para luego correr siempre de forma ascendente, después de unos minutos encontramos un pequeño claro y nos detuvimos a respirar, estábamos jadeantes y sudadas al máximo. Cuando nuestras pulsaciones se normalizaron platicamos de cosa en general, me sentía intranquila de que quisiera tomarme ahí mismo, así que deseaba que no tocara el tema, pero no se cumplieron mis deseos, dijo algo que ha vuelto a decirme muchas veces. Cuando se lo cuento a Don Q se excita, le causa placer esa situación.

La rusa me dijo, no recuerdo si estas fueron las palabras exactas en aquella ocasión, pero como me lo ha dicho otras veces, puedo reconstruir las frases aun con otras palabras y dijo;

“No soy lesbiana pero tu ejerces una gran atracción para mí, te encuentro un atractivo que me impulsa”.

“Daría todo lo que tengo por ser hombre cuando menos por una hora y poderte disfrutar al máximo aunque después vuelva a ser mujer”. “Me atraes demasiado, tu imán es más fuerte que yo y que me atrae hacia ti”.

Tal vez todas las frases no las dijo ese día pero es su forma de sentir para conmigo. Don Q disfruta que le cuente esto, le gusta que la rusa en ocasiones haya aprovechado los momentos que estamos solas para tocarme e ir por todo si la situación se presta. La rusa es heterosexual aunque haya tenido experiencias lésbicas, pero yo le produzco esa locura que le da en ocasiones. Hablamos del lesbianismo y resultó que nunca lo había experimentado, le pregunté que como era posible que sin vivirlo antes tuviera esas reacciones para conmigo y fue cuando menciono las frases que cito líneas arriba. Ahora sí que era lo opuesto a la canción conocida que dice; “Con ninguna, sólo contigo”.

Me invadió la confusión, la rusa era y sigue siendo una muchacha educada y refinada, tan refinada en sus modales y presencia que cuando Don Q la conoció exclamo; “Ah Que porte tiene”, es de buena familia y muy buena amiga. Por eso no sabía que pensar y contestar, a esa edad estereotipaba a la gente y hubiera pensado que esas proposiciones me las haría una mujer del bajo mundo con otro aspecto físico, y otros modales, era falta de experiencia y el nulo conocimiento del mundo en que vivimos.

Me preguntó si había tenido relaciones lésbicas y le respondí afirmativamente, me dio a entender que como yo sabia de eso lo podíamos hacer como si nada, incluso yo podría guiarla, me negué y ella preguntó si me había gustado con otra mujer, le respondí que sí, cuestionando el porqué me negaba, le respondí diciéndole que “eso” estaba mal y a la chingada, “mal porqué, apoco te salió cola o te volviste perro o que” me dijo, respondí no, “pero no esta bien”. Siguió nuestra dialéctica a ver quien convencía a quien, se me acercó más rodeándome con sus brazos y besándome, lógicamente no es lo mismo un beso bajo el agua que un beso sobre la tierra, reconozco que me gustó, tiene boca muy sensual con labios carnosos, fue un beso de los llamados aguados pero gracias a esa “trompa de hule” sus besos son sensuales aunque sean de pico, estábamos sentadas en la piedra, se paró frente a mí abriendo sus piernas para colocarlas a lado de mis rodillas y acercarse más, me tomó por la quijada para que la mirara a los ojos, lo que vi nunca se me olvidará, vi una güerita (rubia) con aspecto de princesa y un rostro que envidiarían muchas artistas de cine, de ser hombre ahí mismo la hubiera tomado y no dejarla regresar a la casa hasta que quedara tan rozada que tuviera que caminar parada de manos, pero la realidad es que ninguna de las dos era hombres. Su carita angelical me desarmó, no podía decirle no en ese momento, sin soltarme la quijada inclinó su cabeza y me volvió a besar, esta vez sí se lo correspondí.

Tomaba con ambas manos mi quijada mientras seguía besándome, sus dedos acariciaban mis mejillas, su instinto gracias a eso que le provoco la estaba haciendo comportarse y reaccionar como hombre, de hecho así es conmigo, siempre toma la iniciativa de otro modo no ocurriría nada. Intentó quitarme la blusa pero me negué rotundamente argumente que era peligroso, le dije que podría salir algún animal, un oso, un puma o algún cabrón de los pueblos de abajo de la montaña, dijo que solamente quería chuparme los senos un instante y que después nos iríamos, es difícil negarse si estás en eso y te dicen que será un instante, lo permití. Me quitó la blusa y sacó mis senos al verlos exclamo, “tienes unas chiches preciosas y unos pezones gigantes”, ya nos habíamos visto desnudas por la natación. Comenzó a chuparme, lo hacia con delicadeza aunque sin destreza, era su primera vez, cuando terminó con el segundo le dije que nos fuéramos, teníamos que bañarnos y desayunar. Le pedí un minuto para “enfriarme” sus besos y chupadas excitan a cualquiera aun a la edad que teníamos.

Empezamos el descenso, habíamos subido más de lo previsto, quizá mis nervios habían presentido las pretensiones de la rusa, eso me hizo correr mas y forzarla a mi paso. El descenso lo hicimos caminando a buena velocidad, en algún momento me detuve, ella se paró tras de mí tomando mis caderas para presionar su pubis contra mis nalgas. Le dije, “ves, no se siente nada por que eres vieja”, diciéndome al oído, “tú no sientes pero yo sí” y prosiguió, “si no quieres cogerme no hay pedo, conque té coja yo a ti tengo”, le dije que estaba loca, seguimos descendiendo y no perdía la oportunidad de apretarme las nalgas. En un momento me rodeó el pecho y me dijo que me esperara, que no caminara, que no hablara, metió su mano bajo el pants, el calzón y me dio unos apretones en las nalgas. Cuando quería hacer lo mismo en el pubis interpuse mi mano y evité que metiera la suya, sin embargo no me escapé de un pellizco en el monte de Venus sobre mi ropa, así lo hizo varias veces aprovechando las pausas que hacíamos en nuestro andar. Por fin llegamos a la casa y encontramos con mucho movimiento, el día apenas comenzaba…

martes, noviembre 07, 2006

Inexperta pero intuitiva

Debido a los jugueteos sáficos de la rusa y mi debilidad ante ellos, llegamos un más tarde de lo previsto, ya todas se habían bañado y desayunado, planeaban visitar la montaña, rumbo a la autopista comprarían artesanías y víveres que faltaban, volverían en de 2 horas. Nos invitaron pero todavía no nos bañábamos y no habíamos desayunado, declinamos la invitación.

Entramos a la casa y las vimos alejarse, la rusa se paró tras de mí para ver como una de las chicas abría la verja para perderse por el camino empedrado. Apenas desaparecieron de nuestra vista sentí el pubis y vientre de la rusa en mis nalgas y espalda baja, después sus manos se posaron en mis caderas, hice un movimiento para alejarme de ella, le dije que me iba a bañar porque estaba sudada, me dijo ¡no, espera! Me tomo de la mano para que me alejara, al no saber que otra cosa hacer le pregunte que qué quería, y apretando más mi mano dijo con una voz trémula que no olvido, “ven, vamos a hacerlo”, no supe como reaccionar a sus palabras, lo único que se me ocurrió fue decirle sí, pero después de bañarnos, me apretó más la mano acercándose a mí, me dijo “así como estábamos, no perdamos tiempo”.

Traté de decirle no varias veces, le argumente que estábamos sucias, hasta que me calló con un beso en la boca, de nuevo sentí sus carnosos labios y me desarmó, era el “ahora o nunca”, el sexo lésbico en menos fácil de realizarlo por obvias razones. No es lo mismo ir a un hotel y que el hombre lo pague y la mujer espere en un segundo plano con un bajo perfil, tras bambalinas, a que vayan dos mujeres a un hotel y una de ellas haga los trámites en cuestión. Inconscientemente pensé en eso y correspondí a sus besos, además de que me tenía bastante excitada. Después de algunos besos bien dados me tomó del codo y caminamos a la recámara, opuse resistencia mínima.

Me ayudó al quitarme la blusa y pants y por último la ropa interior, quedé desnuda, al verme las órbitas de sus ojos crecieron, me veía como si me fuera a comer. Se desnudó en un segundo y me abrazó, pegamos nuestros senos y ombligos, es difícil describir la sensación de unos senos sobre los tuyos, son como bolas de carne sensible que chocan y oprimen con delicadeza de terciopelo. Sus senos eran y siguen siendo más pequeños que los míos, aunque en esa época la diferencia era menos evidente.

Seguíamos de pie, despegó su cuerpo mientras bajaba sus manos a mis nalgas se afianzó bien de mi cuerpo y bajó su cabeza a la altura de mis senos, comenzó a chuparme, por alguna razón la gente siempre empieza por el seno izquierdo, cuando menos esa es mi experiencia, por su falta de práctica fue directamente al pezón succionar para succionarlo. Su técnica no era muy sofisticada, se notaba que era su primera vez, para serlo lo hacía muy bien, estando en la montaña cuando me propuso tener sexo lo primero que vino a mi mente fue que se acobardaría debido al asco, una cosa es que te gusta una chica para verla y otra es que tengas intimidad con ella. Las fotografías e imágenes de TV no tienen olor ni sabor, nos encontrábamos sudadas, su mérito era muy grande, por instinto o por lista no me dio la oportunidad de bañarme para no enfriarnos, esto es lo que quería y estaba teniendo su recompensa.

Continuó con su trayecto descendente y se detuvo en mi abdomen, me besó cada centímetro cuadrado de piel, lo caliente de sus labios y besitos suaves y en momentos tímidos hicieron que me excitara mas, como estaba de pie sentí como me empezaba a escurrir. Empezó a invadirme la desesperación, la humedad que tenía en mi entrepierna me incomodaba, un liquido viscoso recorriendo los pliegues de tu intimidad que se expande fuera de los límites es incómoda aunque excitante, los besitos de rusa me estaban calentando, se hinco diciéndome que abriera más las piernas, traté de rehusarme pero me interrumpió, con una voz suave y enérgica dijo, “abre las pinches patas”, no pude negarme y abrí más el compás, la rusa buscó su camino entre mis piernas hasta encontrar mi vulva, pensé que se limitaría a lamerme, rodeó mis caderas para sujetar mis nalgas formando un paréntesis que me envolvía, le dije, mitad broma y mitad serio, “que cochina eres”, ni caso hizo y comenzó a hacerme el cunnilingus.

Me abrió las nalgas totalmente mientras me hacía oral, intentaba meter su dedo en mi ano, pero supongo que por su inexperiencia no lo logró, pero me abrió tanto que en el ano me causo dolor, y en vez de excitarme más causó una reacción imprevista, me dieran ganas de orinar. Le pedí que esperara porque quería orinar, en vez de hacerme caso se prendió con más dureza y comenzó con movimientos rápidos diciéndome que no, sus movimientos me enloquecieron haciéndome doblar las rodillas con un vaivén especial. Intenté tomarla de los hombros para retirarla, las fuerzas físicas como volitivas me habían abandonado, no pude empujarla aunque lo intenté, ella seguía con sus movimientos bruscos y faltos de técnica, al tiempo la depuraría y perfeccionaría, le gritaba pidiendo que se detuviera, la llamaba por su nombre y parecía sorda, debido a la perturbadora sensación empecé a gemir y a gritar advirtiéndole que mi necesidad de orinar ya era imperiosa, no pude más y grité con fuerza ¡yaaaa! . Con mis manos, muslos y rodillas la aparté y caminando como pingüino me fui hacia la puerta de la habitación, la rusa abandonó su posición de hinojos y fue tras de mí.

Estaba escrito, la rusa no me dejaría ese día ni para orinar.

miércoles, noviembre 08, 2006

La pasión supera los ascos

La habitación se encontraba más cerca del patio trasero, por así llamarlo, veía la cocina y el baño, mi urgencia era eso, una verdadera urgencia y no llegaría a donde se supone que la gente civilizada va a hacer sus necesidades, así que me dirigí a la parte trasera de la casa, iba corriendo con las rodillas juntas como pingüino, abrí la puerta y pude avanzar unos metros hasta que sobre el césped descargue el líquido superfluo de mi cuerpo.

Por las prisas no noté que la rusa fue tras de mí, o si lo noté, supongo que por mi urgencia no le di prioridad, el caso es que cuando volteé hacia la casa y doblé las rodillas tenía frente a mí esa estatua de marfil y oro y de complexión menuda frente a mí. Me recorrió una ligera sensación de hartazgo y fastidio al verla, supongo que se me notó en la cara, le dije que no fuera curiosa que se metiera a la casa y me esperara, y como ya se estaba haciéndose costumbre, hizo caso omiso a mi petición. No le di importancia a su presencia, ni al hecho que me viera en un acto tan íntimo, después de todo qué podía ver la rusa que no viera o viviera ella misma cada día en su blonda y elegante vida.

“Se ve bien rico como cae el chorro” me dijo, “parece una cascada”, “se parece a la cascada de…” y mencionó el nombre de una cascada que ambas conocíamos y continuo explicándome con detalles como veía desde su punto de vista el efecto de mi micción. Le dije que estaba bien loca y que me parecía que sí era “tortillera” (lesbiana), replicó diciendo no, pero contigo todo se me antojaba, “hasta verte miar”, insistí en su locura diciéndole que ni a los hombres se les antojaría verme a sí, pero volvió a decirme que a ella si se le antojaba.

Tardo más en escribir y narrar que lo que tardé en terminar, como andaba desnuda y no fui preparada estiré las piernas y las abrí más, ya de pie le pedí que me trajera papel para limpiarme, la rusa se negó diciéndome que le gustaba verme “gotear”. Le hice una mueca de fastidio y aún escurriendo yo misma fui por el papel, diciéndole “bueno ni modo, aprovechare para bañarme”. Fue tras de mí y al salir de la cocina me tomó del brazo llevándome a la recámara, me alarmé, sabía la razón de quererme tener en el cuarto, me parecía inconcebible que lo deseara dadas las condiciones. Lance un largo ¿¿qué?? y un mas largo ¡¡¡no!!! Le volví a recalcar que ella estaba loca y yo sucia.

Ante mis exclamaciones reaccionó como poseída y ahí mismo comenzó a besarme, me volvió a excitar con facilidad, cuando andas sucia te sientes incómoda pero si la otra persona no muestra rechazo y por el contrario te da señales de que te desea así es una sensación de excitación que reemplaza inmediatamente a la incomodidad.

Me besó y abrazó, me rodeó la espalda, subía y bajaba sus manos delicadamente, las yemas de sus dedos provocaban corrientes eléctricas en mi espalda, la rusa estaba convirtiendo mis genitales en un pantano, no recuerdo como fuimos a la recámara, lo que recuerdo es que estaba en ella con las piernas abiertas y la rusa a punto de hacerme oral, reaccione un instante y levanté mi torso para ver mi entrepierna, vi que en los pelos habían abundantes perlitas amarillentas y otras de color blanquecino - transparente como miles de collares apilados en un cajón. Le pedí que se abstuviera, no sé si lo hice por compromiso social o solo buen gusto, aunque sabía que no me obedecería.

Tal como lo presentí hizo caso omiso de mi advertencia de higiene, empezó a lamerme de nuevo sin destreza pero con deseo, sentía su lengua recorrer mi vulva sin llevar un patrón de movimientos, sin ninguna dirección preestablecida, yo sentía y escuchaba sus “mhmhmh” como el de la persona que degusta lo más delicioso que haya probado en su vida. Hizo una pausa y dijo, “orita la traes más amarga”, “y que esperabas pendeja” le respondí, no lo dijo como un reproche o crítica, sino con una sonrisa y un tono festivo. “Pensé que te iba a saber como miel o vainilla” exclamó, “estás bien jodida y pendeja” le respondí. Cerré los ojos y escuché una ligera risita como reacción a mis palabras y volví a sentir su inexperta lengua por unos minutos más.

Por su inexperiencia no me llevó al orgasmo, ni se lo pedía ni lo esperaba. Terminó y se recostó a mi lado, me dejó bastante limpia haciendo que la incomodidad ahora sé extinguiera, me beso de nuevo, al principio no los recibí con agrado por el sabor a pescado orinado que tenían, pero gracias a la saliva que va “barriendo” todo rasgo de sabor al cabo de un corto lapso me acostumbré al sabor que ya no era tan fuerte y se los contesté. Llevó su mano a mi vulva y la acaricio sin brújula y dirección, si lo que ella quería era conocer mujer tenía que recorrérmela toda, tenía que saber como se sentía tener una vulva en sus manos, ella estaba en buena edad para conocerse a sí misma, saber si le gustaban las mujeres, los hombres, ambos o los hombres y yo.

La dejé que me dedeara un buen rato, me estaba causando mucho placer, no como el de algunos dedos expertos pero placer al fin, mi excitación la había causado ella lo cual era a su favor, en las artes amatorias no importa el sexo de la persona con la que estés si lo sabes excitar es un triunfo para ti, ella había sembrado así que era justo que cosechara.

Después de un rato me desesperé y pensé en darle una lección de que hacer, no pensaba darle una cátedra, yo no era su maestra, ni ella mi alumna, además de que el lesbianismo no me interesa en el temario sexual de mi vida. Llevé mi mano al pubis y la coloqué sobre su mano, la tomé con fuerza e hice que sus dedos quedaran justo en mi clítoris y con voz autoritaria y desesperada le dije: “¡Ahí!”, ella sólo respondió, “ah…” Reconoció y sintió mi clítoris y comenzó a darle masaje de forma más suave y diestra que antes, me excite más y ella respondió con una sonrisa. Me dijo en son de burla que me había cambiado el gesto de la cara, que se notaba que el clítoris era mi talón de Aquiles, “el de todas, pendeja” le respondí.

Siguió acariciando mis genitales, yo la dirigía, “ahí, ahí, no ahí no, ya te pasaste, no lo quites de ahí” ella con expresiones de primeriza me decía “que rica se siente, es una bolita de carne”, dentro de mi delirio erótico no podía dejar de reaccionar con fastidio respondiéndole, “eso es lo que es idiota, una bolita de carne”. La rusa comenzó a besarme la cara, las mejillas, la boca, como cuando un hombre te quiere comer a besos y exclamó “ay cabrón como me gustas, como me atraes”, no supe que contestar ni como reaccionar.

Siguió profiriendo exclamaciones, me dijo que daría lo que fuera por ser hombre para poseerme, miró al techo y a todo pulmón gritó con su voz tan femenina; “Aladinooooo hazme hombre una hora para poder cogerme a esta cabrona y verás que hasta le saco…” Por buen gusto no escribo lo que la rusa gritó.

Su ocurrencia me hizo reír y pensé que daríamos por terminada la dosis de sexo por ese día, una vez más estaba equivocada.

jueves, noviembre 09, 2006

Hoy va de pepito…

Antes de continuar con la cronología quiero abrir un paréntesis para contar un chiste que anteriormente mencioné y que una amiga nos contó a la oruga, la rusa y a mí. En mi país existe un personaje imaginario que es mencionado en muchos chistes y se le conoce como “pepito” un niño extremadamente listo y pícaro que siempre sale ganando.

Se encontraba pepito con su hermanita menor y un perico, cotorro, chocoyo o loro en la alberca de su casa siendo vigilados por la mamá.

La señora estaba consciente de la sucia de mente de su hijo, así que no perdía detalle de lo que lo que hacían mientras chapoteaban en la alberca.

La señora recibió una llamada y tiene que salir de urgencia dejando a los niños encargados con el perico al que le enfatizo que cuidara especialmente a pepito para que no se fuera a coger a su hermanita.

Y a pepito le advirtió firmemente con palabras muy claras que por ningún motivo se la fuera a coger, pepito le dijo que no se preocupara, que se portaría muy bien. Su mamá se fue dejándolos al cuidado del perico.

Pepito al ver la oportunidad de inmediato intento penetrar a la niña, el perico le gritaba que no lo hiciera, pepito ni caso le hizo logrando su cometido y tirándose a su hermanita. De inmediato pepito amenazó al perico advirtiéndole que no dijera nada a nadie y menos a su mamá.

Cuando su mamá volvió a casa todo estaba en aparente orden, le preguntó a pepito que como se había portado, y él le dijo bien mamá,

ella insistió que si no se había cogido a su hermanita, pepito lo negó.

Luego le preguntó a la hermanita, “m’ijita no te cogió pepito", "no mamá” respondió la niña, pero el perico exclamó "¿¿¿no??? ¡Si hasta te sacó burbujitas!”

Es un chiste que es más gracioso hablado que leído, pero en su momento nos causó mucha gracia a las que lo escuchamos.

Se los cuento ahora porqué tiene relación con lo que seguirá…

viernes, noviembre 10, 2006

Regadera, alberca y desayuno, estaba atendida

Seguimos en la cama, continuó frotando el clítoris a su manera poco experimentada, me empezó a invadir la desesperación, sentía rico que frotara como cualquiera, pero no me estaba conduciendo al orgasmo, no sabía como llevarme y que camino usar, sé que es difícil, por eso los hombres que conocen el secreto son de admirar.

Le dije que me quería bañar para que cuando llegaran las chicas ya estuviéramos vestidas y desayunadas, la rusa pretextó que tardarían en llegar, bajó su mano y metió la falange de su dedo en mi vagina, me hizo bullir, a quien no, así que la dejé metérmelo más…

“Y ahora qué hago, preguntó”, se refería a que una vez que se mete el dedo en la vagina que procede, le dije que lo metiera y sacara suavemente poniendo énfasis en que tuviera cuidado porque sus uñas largas podían cortarme por dentro. “Se siente como hules espuma o algodón” me dijo mientras su dedo entraba y salía, su voz se escuchaba en tono de sorpresa, “pareciera que tuvieras piquitos de hule o de carne por dentro” dijo nuevamente.

Estaba descubriendo algo nuevo para ella, sus palabras me recordaron la primera vez que le metí los dedos a Marthis y la sorpresa que experimenté, fue como descubrir un nuevo planeta o un nuevo mundo, no contesté nada, me volvió a excitar su dedo delgadito y novicio en mi vagina, dijo algo que para mi no era novedad, si me lo hubiera dicho un año antes probablemente hubiera estado interesada como ella y compartiendo impresiones, sentí rico pero no como con una mano experta y ni se diga con un pene de grandes dimensiones y poderío, en un momento de lucidez le pedí que lo sacara para bañarme.

En esta ocasión obedeció dejando su mano sobre mi vulva, la tomé y retiré de mi cuerpo, tome ropa limpia y me dirigí al baño, a mitad de camino vi que no me seguía, pensé que por fin me desharía de ella, cuando abrí la puerta del baño gritó “pérame” mientras corría hacia mí, le dije que me dejara bañar y pero me pidió que nos bañáramos juntas, no tenía humor de discutir y accedí. Bañar a otra persona es un arte, en especial si es otra mujer, nadie conoce mejor tus recovecos que tú misma, debajo de la regadera lavo mi espalda, después de todo es más agradable que te bañen a que te bañes tu sola, yo sabia que eso tendría un precio y no se conformaría sólo lavar mi espalda ya me estaba resignando a su terquedad y perseverancia, cuando me empezó a tallar las nalgas sabía que no se detendría ahí, me pidió que me inclinara para lavarme el culo (sic), hice cara de fastidio como diciendo “que remedio”. Intentó meterme su dedo enjabonado en mi ano, al sentirlo le pedí que tuviera cuidado con las uñas, la desventaja de estar con otra mujer siempre es el riesgo de las uñas, con los hombre no hay ese problema afortunadamente.

Y dijo, “por dentro se siente bien diferente (en comparación de la vagina), se siente bien lisito”, cuando al fin pudo meterlo en mi ano dijo “ay wey lo tienes caliente por dentro wey” y de nuevo pensé en mí y la impresión que tuve cuando le hice lo mismo a Marthis. Al meterlo fue el detonante para que por ese momento no viera nuestro encuentro sáfico como algo “malo” o como “que no estaba bien”, lo que me preocupaba era que llegaran las chicas y se enteraran, así que cuando sacó el dedo y dijo, “voltéate para lavarte la cosa”, lo hice sin oponer resistencia, me enjabono el pubis y sorprendida exclamó que se hacía mucha espuma, más de la que se le hacía a ella, y sola se respondió “es que tú la tienes más peluda”.

Un punto positivo de que otra mujer te lave los genitales es que conoce la técnica de cómo tallar para que queden limpios y sin lastimar, talló los labios y los intersticios que se forman entre ellos, siempre con cara de asombro por la espuma que se formaba, se notaba su asombro e interés en los ojos que se le salían de sus órbitas mientras mordía sus labios en señal de deseo.

Por fin terminó y siguió con mis pechos, los enjabonaba cuando me dijo que tenía una idea, quería saber si era cierto que bajo el agua de la alberca se hacían burbujitas como en el chiste de pepito, le dije “eres una pendejada y me vale madre si se hacen burbujas o no”, insistió diciendo que faltaba un buen rato para que volvieran y además podíamos llevarnos los bikinis, así que al verlas llegar nos los pondríamos y argumentaríamos que se nos había antojado un chapuzón antes de desayunar.

Como había tapado todas las salidas no me quedó más remedio que aceptar siempre que hubiera sombra en la alberca de otra manera conmigo no comprobaría el asunto de las burbujitas, se sonrío casi mordiéndose las orejas, sin secarnos y desnudas con los bikinis en la mano nos pusimos unas sandalias y nos dirigimos hacia la alberca, el sol estaba tendido y la casa reflejaba su sombra en la alberca, no tuve excusa y nos metimos, el agua nos llegaba al pecho, se acercó y me beso, se alejó para verme y dijo, “que buena estás chingá”, me causó gracia y no pude evitar una sonrisa, se acercó de nuevo, esta vez no se conformo con besarme, puso una mano en mi cóccix y la otra en mi pubis, me tallaba el cóccix con furor hasta llegar al ano, no tuvo consideración de mí e introdujo su dedo ejerciendo fuerza, haciéndome lo mismo por delante.

El buen gusto me impide decirles si lo de las burbujitas es verdad o no, sólo diré que al bajar la vista veía la mano de la rusa en mis genitales y como se perdía su dedo dentro de mí, después de unos momentos y deseando que de una vez por todas terminara la sesión lésbica le dije que me dejara o le haría exactamente lo mismo, su reacción me atolondró y me hizo sentir que el piso se movía, levantó la vista y con carita de niña dócil dijo, “si tu quieres…”

Acabé con la sesión empujando sus muñecas para que sacara sus dedos, fui a la orilla de la alberca y me enfundé en mi bikini, me siguió e hizo lo mismo, al entrar a la casa le dije que como me había jodido mucho tendría que preparar el desayuno para ambas, la rusa no dijo palabra y asintió con la cabeza, me fui a vestir y a acostarme mientras hacía lo que le “ordené”.

Ahí estaba yo acostada viendo al techo y teniendo a una verdadera walkiria de alta sociedad cocinando para mí, empezaba a comprender que el sexo paga y muy bien…

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sábado, noviembre 11, 2006

Fin de semana relajado.

Este fin de semana estaré con Don Q.

Un lector me ha pedido que escriba 100 cosas sobre mí y varios me lo han pedido por correo. Espero mañana poder meterlas o si no, el otro fin de semana.

Por lo pronto, dejo el negativo y mañana coloco el positivo, espero que se vea y me avisen, por favor.



http://photos1.blogger.com/blogger/7086/2893/1600/TinaMarieSemiClose1kNeg.jpg

domingo, noviembre 12, 2006

Cincuenta cosas de mí.

Como anuncié ayer, hoy pondré algunas cosas sobre mí, aunque dudo llegar a las 100. El próximo fin de semana continuaré en caso de no hacerlo hoy.

1. No sé por donde empezar. Solo quiero decir cosas que guarden mi identidad.
2. Mido 1.76
3. Peso 54 kgs.
4. Mi cabello es castaño oscuro aunque en las fotos salga muy negro.
5. Me lo he pintado de rubia, negro y pelirroja.
6. De rubia me veo muy mal.
7. Lo que para mí mejor me queda es de pelirroja o natural.
8. Calzo del 25 1/2 o 26
9. La última vez que me tomaron medidas eran 92-56-94 Muy lejos de la perfección estética que marcan los cánones sociales actualmente.
10. Dependiendo de la marca y estilo, uso brassieres talla 34 b, 34 c o 36 b.
11. Estudio una maestría.
12. Tengo 2 trabajos.
13. Por lo mismo casi no veo televisión
14. Voy muy poco al cine.
15. Me gustan los deportes pero más practicarlos que verlos. Aunque no me molesta verlos.
16. He corrido marathones de 5 y 10 k
17. Nunca gané ni uno.
18. En competencia, lo más que he nadado son 800 metros. Hice buenos tiempos pero tampoco gané.
19. Siempre supe separar el trabajo de la vida personal.
20. Por lo mismo, nunca he sido infiel.
21. Detesto la infidelidad en ambos sexos.
22. Creo en el matrimonio, tener hijos, formar una familia.
23. Bebo muy poco pero no soy abstemia.
24. Fumo muy poco también. Sólo los fines de semanas o de vez en cuando.
25. Mi bebida favorita es el agua.
26. No tengo una comida realmente favorita.
27. Evito la decadencia del hedonismo, en especial en el comer y el beber.
28. Antes leía mucho, además de los libros de texto, ahora ya no tengo tiempo.
29. A pesar de haber tenido un buen número de experiencias lésbicas, me considero totalmente heterosexual.
30. Lo más lejos del mundo donde he estado es estambul.
31. Lo más al norte es Toronto y Montreal.
32. Lo más al sur es Chetumal y Can Cun.
33. Tengo preferencia por algún tipo de música pero aquí no la mencionaré.
34. Sé bailar de todo o casi todo.
35. Uno de los momentos más intensos y con mayor descarga de adrenalina en mi vida, fue mi primer desnudo fotográfico.
36. Hoy en día, me es tan cómodo posar desnuda que vestida. A todo se acostumbra uno.
37. Otro momento muy intenso fue mi primer baile desnuda ante un público. Aunque se llega a hacer rutina, siempre hay adrenalina y nervios.
38. Para mí la prostitución es un trabajo como cualquier otro. Lo malo es cuando las mujeres, por placer, se vuelven esclavas de uno o varios hombres, que se vuelven sus padrotes. Es cuando la prostituta se convierte en puta (esa es mi opinión). Muchas mujeres tienen su pareja pero conocen a otros hombres que les saben causar placer y empiezan a regalar su trabajo.
39. Siempre evité eso.
40. No creo ser supersticiosa. Paso por abajo de cualquier escalera o si veo un gato negro, no me asusto.
41. En un principio, el objetivo de este blog era el de contar mi vida sexual hasta el momento de haberme retirado de la prostitución. Lo sigue siendo pero no se cuando terminaré o si después continúo con lo que siga.
42. Nunca había escrito nada tan largo en mi vida.
43. Ya había escrito ensayos y otro tipo de redacciones que me encargaban en las escuelas. Todos mucho más cortos.
44. Conozco chicas que les gustan los hombres feos. A mí me gustan los guapos.
45. Entre las prostitutas, el vicio más común además del alcoholismo, es el crack. Siempre evité irme por ese camino, creo que no podría escribir como escribo en caso de estar enganchada.
46. No recomiendo ninguna droga.
47. De niña me gustaba jugar con las barbies.
48. También de niña me gustó jugar con los video juegos.
49. En mi barrio llegamos a hacer competencias donde participábamos muchos de ambos sexos. Llegué a ganar algunas veces.
50. Desde mi adolescencia no los juego. Por lo tanto, no conozco los nuevos sistemas.

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Bueno pues no hice 100 pero sí hice 50. El resto lo dejo quizá para otro día. Me fue difícil empezar porque no tenía un patrón a seguir. Me empezaron a llegar muchas cosas a la cabeza pero tuve que desecharlas por ser muy reveladoras.

Abajo metí el positivo que había dicho ayer. Espero que se vea y me hagan el favor de decírmelo.

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-La foto durará hasta temprano por la noche del domingo.


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lunes, noviembre 13, 2006

Por la boca también se coge, como no…

Regresé a mi vida cotidiana, tenía los sentimientos encontrados, por una parte me sentía bien, no me consideraba con novio y eso me daba libertad de hacer cualquier cosa, siempre he pensado que una mujer no puede engañar a su pareja con otra mujer, al no haber un pene de por medio que te penetre no hay traición cuando menos no tan grande e imperdonable como con un hombre. Cuando vi a PR fornicando a Marthis y lo humillante que me pareció el sexo para la mujer, el meter y sacar rápidamente del pene como estaca, y la mujer sometiéndose ante el placer, es muy humillante aunque cuando eres tú quien recibe “el castigo” no te sientes humillada, sino como una reina.

Es esa imagen de “humillación” de entrega, es la que hace que al hombre le duela un engaño por parte de su mujer, y que una mujer con la mínima sensibilidad comete el error se sienta de lo más bajo, pero con otra mujer es diferente, hay empatía, igualdad y ninguna de las dos viene equipada para “humillar”, aún así creo que teniendo pareja no lo haría con otra mujer.

Continué viendo a MemoT, nuestras relaciones eran intensas por su juventud y lo bien dotado que estaba, conmigo fue aprendiendo respecto al sexo, sin embargo no llegó a tener una habilidad aguda como estilete que algunos maduros llegan a tener, pocas veces lo hicimos fuera en su casa, ahora no recuerdo una.

Lita mi amiga por la que conocí a su novio y a MemoT nos invitaron a un día de campo, nos transportaríamos en una camioneta Pick-Up con “camper”, la camioneta era bien pequeña, MemoT y yo nos fuimos en el camper, adelante iban Lita y su novio que era el que manejaba, todo el trayecto me fue tocando, yo bloqueaba sus manos como podía, había una ventana cerrada que permitía ver de la cabina al camper, por pena traté de detenerlo cuanto pude, aun así MemoT llegó a tocarme fugazmente, no recuerdo la blusa que traía, llevaba pantalones de mezclilla y/o “jeans”, además de zapatos tenis.

Cuando me descuidaba me daba pequeños apretones en el pubis, mi reacción era voltear a la cabina deseando que nadie viera las aventuras dactilares de MemoT en mi orografía corporal, después de tanta intimidad lo que me preocupaba no era lo que me hiciera en ese momento, sino que nos vieran, él argumentaba que ellos también cogían, yo le respondía que una cosa era que cogieran, y otra que lo hicieran delante de la gente, mis argumentos ganaban y no hacían mella en su mente.

Cuando llegamos a nuestro destino MemoT había logrado darme varios pellizcos de la vulva, cuatro o cinco apretones de senos y alguno que otra nalgada, y desde luego muchos besos, supongo que el novio de Lita hubiera no querido manejar para hacerle lo mismo a ella. Hicimos nuestro picnic de manera tradicional, nos sentamos en el césped, servimos la comida y comimos, las mujeres tomamos muy poca cerveza, los hombres mucha, a más cerveza la conversación sé hacia más fluida y las risas más frecuentes.

Después de comer nos separamos, MemoT y yo no nos alejamos, me recargué en un árbol y me comenzó a besar, me dijo que me aflojara el pantalón para meterme la mano, como siempre mi reacción fue negativa, de rechazo, aunque después de unos minutos me convenció diciéndome que fuéramos atrás de los árboles que había a mi espalda y repitió que me aflojara el pantalón porque quería sentirme, caminamos unos metros hacia la vegetación que impedía la vista del sendero, desabroché mi pantalón y el bajó el cierre, pasó la mano sobre el calzón diciendo “qué rico se siente”, yo pense, ¿rico el calzón?, se lo pregunté y dijo que sentía rico que se me pegara al cuerpo, quiso meter la mano bajo el calzón diciendo que sólo pondría su dedo en mis labios para “olerme”, argumento difícil de rechazar, no sabes que contestar porque te excita que te digan algo así…

La que calla otorga, guardé silencio en señal de aceptación y el “ni tardo ni perezoso” metió la mano poniendo su dedo cordial en medio de mi parte íntima para que se lo “abrazara”, cuando quiso dedearme me negué enfáticamente y no le quedó más que sacar su mano llevándosela a la nariz y exclamando con enorme gusto un “mhmhmh” que aun recuerdo. Trató de llevar su mano a mi nariz para compartir la “delicia” que lo volvía loco, le dije que no me diera oler, que no me gustaba, siguió aspirando con el dedo pegado a la nariz, bajó el cierre de su pantalón y me mostró su pene completamente erecto, duro, apuntando hacia mí y dijo; “mira lo que lograste solo con tu olor”, me pidió que fuera de él ahí mismo, me negué, dijo que regresáramos y lo hiciéramos en el camper, su idea me pareció peor, me dijo que no podía quedarse así y yo pensé que no debía desaprovechar su pene tan duro y jugoso, que gracias a “mi fisiología” estaba así de rico…

Acordamos que lo haríamos de pie ahí mismo entre los árboles, le di la espalda bajando mi ropa hasta los tobillos, me recliné sobre el tronco del árbol, ya estaba lista para recibirlo aclarándole que con condón o nada, el muy pícaro lo traía en la bolsa del pantalón, lo saco estirando su brazo para mostrármelo. Para no perder la costumbre antes de penetrarme me abrió las nalgas para ver en el interior, como si pudiera haber algo diferente desde la última vez que me había inspeccionado. Le pedí que entrara despacito por temor a la magnitud de su miembro, me dijo que ya estaba muy mojada, que no tuviera miedo, antes de penetrarme le pedí que no se fuera a tardar que estábamos a la intemperie y cualquiera podría vernos o escucharnos, “por fin que quieres, despacio o que termine rápido” pregunto, le dije “métemela despacito pero termina prontito”, así lo hizo dejándome sentir como abría mis carnes, sentía dolor que se convertía en placer a cada centímetro que avanzaba, empecé a quejarme y a gemir, me pedía que no hiciera ruido, le respondí que entendiera, que no podía permanecer en silencio.

Cuando por fin la metió hasta dentro para sacarla y meterla con facilidad me preguntó si quería que se viniera rápido, respondí que sí, me afianzó más fuerte las caderas y acelero sus movimientos, no aguante, gemí y gruñí más fuerte soltándome del árbol para taparme la boca como pude, por más que pedía que terminara y él lo intentaba se tardaba mas, sus movimientos eran de sacármela toda y enterrarla nuevamente hasta el tope con la mayor velocidad que podía, sus movimientos me hicieron alcanzara el orgasmo y grité muy fuerte ahogando el grito con mi mano, me solté del árbol y se doblaron mis rodillas quería tirarme al suelo, MemoT sostenía mis caderas cargando todo mi peso, para entonces ya me estaba cogiendo, fue tanto el dolor en mis caderas y en la entrada de mi vagina que comencé a llorar, esto lo enardeció más y comenzó a empujarme más fuerte como si me quisiera levantarme solo con la verga, seguí llorando y llegando nuevamente al éxtasis, al no abrir mas las piernas provocaba más fricción en mis genitales, así alcancé un segundo orgasmo, le pedí que terminara, me dijo que si terminaba ya, sería en mi boca, me encantó la idea para concluir con el sometimiento y le grité un alargado y agudísimo ¡sí!.

Me depositó en el suelo con mis nalgas a lo pelón en la tierra y mis piernas entre las de él, puso su verga en mi boca y se la comencé a chupar, tomó mi cabeza y empezó a hacer movimientos como si me estuviera cogiendo, es decir, me estaba cogía por la boca…

Era desconocido para mí, me cogía por la boca sin piedad, la metía toda, casi me hacia vomitar la comida, mi saliva escurría por su verga manchándome la blusa hasta que por fin descargó todo en el fondo de mi garganta, fue una cantidad muy grande, con eso note que me era fiel y tenía acumulado su semen por varios días. Ni hablar, es rico el precio de la fidelidad de tu hombre a pesar de que en el momento puedas entrar en pánico cuando sientes que la situación te rebasa. Tragué su engrudo en partes, lo ultimo quedó en mi paladar en la mucosa bucal, hubiera querido un vaso de agua pero no había, le dije que recogiera el condón para no dejar basura, y me contestó que ya lo había pensado.

Me dio la mano firmemente para levantarme, casi me carga, me volteo para sacudir la tierra de las nalgas con otros apretones y volvió a abrirme como si cambiara algo adentro de mí antes de cogerme, sentía mis nalgas abiertas y el fresco en el ano, alcé la vista a la copa de los árboles y vi que el sol radiaba, era temprano aun y conociendo la energía sexual de MemoT me pregunté si esa sería toda la dosis de sexo que tendría para mi ese día…

martes, noviembre 14, 2006

De ranita y en carretera, memorable...

Había quedado tierra húmeda como parches sobre mis nalgas, con cuidado las sacudió y comencé a sentir la sensualidad de sus manos en mis nalgas que volvió a abrir, hice gesto de fastidió que no vio porque le daba la espalda, para mi sorpresa sentí la fresca humedad de su lengua en mi ano, primera vez que me lo hacía, siempre lo pasaba por alto cuando me hacía oral, él había establecido una barrera psicológica, una división mental, una línea imaginaria en mi área perineal, ahora me sentía reconfortada y excitada con su actuar.

Pasó su lengua unas cuantas veces, se incorporó y dijo “vamos” sin decir a donde, sin darme tiempo a subir mi ropa me cargó y nos internamos más entre la maleza y los árboles, llevándome cargada sentía las ramas acariciar mis muslos y nalgas desnudas, no pregunté a donde me llevaba ni para qué, después de todo para qué hacer una pregunta tan obvia si ni tiempo me dio le levantar mis pantalones, llegamos a otro claro más profundo, me colocó sobre mis pies y pidió que me pusiera en cuatro, supuse que me tomaría de nuevo pero no fue así, me puse y se colocó tras de mí para continuar con el analingus que había comenzado minutos antes.

Como cualquiera tengo zonas erógenas, algunas de ellas muy vivas y dentro del sexo hay cosas que me gustan mucho y es poco común que ellos las realicen, una es que me hagan el analingus, tengo tanta suerte que afortunadamente me las hacen con frecuencia. Siguió lamiendo, me abrió las nalgas tan fuerte que me dolió, no le di importancia y me limité a gemir, me preguntó si me gustaba, dije que sí y siguió preguntando, ¿mucho, mucho? Respondí tratando de dar un tono normal y casual a mi voz.

Continuó y no pude contenerme, empecé a mover las nalgas, él pedía que no me moviera porque le hacía despegar su lengua de mi esfínter pero yo no podía contenerme, me excitó más ese analingus que todo lo anterior que me había hecho, preguntó si quería que me cogiera nuevamente, asentí con la cabeza y emití un sonido gutural de aprobación, me informo que tendríamos que hacerlo sin condón porque no traía mas y los que me había dado a guardar estaban en mi bolsa en la camioneta, siguió lamiendo mi ano abriéndolo más diciéndome que intentaría meter su lengua lo más posible, de nuevo con un sonido gutural le di mi aprobación, la frescura y humedad dentro de mi no tiene descripción, me hacia flotar, volar, caminar entre nubes, hasta aullar, no sé cuanto duró pero quedé muy satisfecha y contenta.

Nos sentamos en la tierra para descansar, me preguntó si en verdad me gustaba tanto lo que me acababa de hacer, mirándolo a los ojos y con voz grave le dije que sí, preguntó porqué nunca se lo había dicho y le respondí que esas cosas el hombre las debe de averiguar por sí mismo, hoy no pienso igual, pero en ese momento así lo sentía, me advirtió que sin falta lo haríamos de regreso en el camper de la camioneta, le dije que nos verían y me interpeló argumentando que para entonces sería de noche y estaría muy oscuro que no se vería para adentro del vehículo, se sacó su miembro y me hizo que se lo agarrara, no la jalé, sólo la apretaba y soltaba, la tenía media parada, era cosa de dos o tres chupadas bien dadas para dejarlo listo, pero como no había condón nos quedamos sin volverlo a hacerlo. Esperamos a que se enfriara y se le bajara, para emprender el camino de regreso, Lita y su novio tenían poco tiempo de haber llegado así que seguimos conviviendo los cuatro tranquilamente.

En algún momento los chicos se separaron de nosotras, no sé que hablaron, con el tiempo he llegado a pensar que MemoT le dijo al novio de Lita de sus intenciones de tener sexo conmigo en el camper en el trayecto de regreso a la ciudad, por esa razón en lugar de regresar con buena luz esperamos a que oscureciera. Recogimos todo y nos fuimos a la camioneta, MemoT y yo nos subimos al camper, la otra pareja empezó a conversar y a besarse, nosotros hicimos lo propio, MemoT colocó unos cojines y obstruyó parcialmente la visibilidad desde la cabina, su acción es la que me hizo pensar que la conversación entre ellos trató de eso… Pasaron algunos minutos y sentimos que la camioneta se movía, comenzó a besarme con más intensidad al vaivén del vehículo que iba por camino de terracería, nos movíamos como péndulos sin dejarnos de abrazar y besar.

Al llegar al pavimento se sacó el pene y se lo agarré un instante, me pidió que se la mamara, con inseguridad y temor volteé a la ventana para cerciorarme que no nos veían, estaba totalmente oscuro y dentro del camper no se distinguía nada, solo la luz de otros autos como luces fugaces en las paredes del interior, MemoT se quito el pantalón y ropa interior diciéndome que hiciera lo mismo, a pesar de que recién había volteado a la ventana volví a hacerlo con recelo y desconfianza, comencé a desnudarme de la cintura hacia abajo, él colocó dos cojines para que me recostara, si lo hacíamos en la posición del misionero al levantar las piernas verían mis pies, le dije que de esa manera no lo haría, se quedo pensativo y me dijo entonces de perrito, le dije que de esa manera lo verían a él cada vez que un auto pasara en sentido opuesto y las luces se filtraran al interior, me pidió que confiara en él, lo hice y me puse en cuatro, ya se había colocado el condón, sentí sus manos en mis caderas y el vaivén de la camioneta, me dijo que no desesperara que no veía nada y con el movimiento se le dificultaba entrar en mi…

Al sentir su punta en mi vulva comencé a guiarlo hasta mi orificio vaginal, cuando llego se lo notifiqué, era cosa solo de empujar, así lo hizo y me penetro despacio, pero con un movimiento brusco de la camioneta me penetró hasta el fondo, me dolió muchísimo, traté de no emitir ningún sonido estridente, aspiré por la boca con fuerza y me preguntó si me había lastimado, le dije no, se asió de mis caderas con mayor fuerza para asegurarse de que no se saliera su pene, me pidió que fuera bajando mi tronco hasta que mi vientre y pecho reposaran en los cojines, lo obedecí, fui bajando hasta que sentí su pecho en mi espalda y su verga en el fondo de mi vagina, por la posición de su verga y mi vagina se formó una palanca en mi interior como si lo estuviera succionando que no lo dejaría salir de mí, intentó sacarla y no pudo, después lo logro menos de la mitad, y ese “menos de la mitad” lo volvía a meter, era más que suficiente los movimientos de la camioneta en carretera se encargaban del resto.

Como sus movimientos eran leves aguantó todo el trayecto, pasábamos sobre algún bordo saltábamos al unísono, al caer su peso sobre mi cuerpo se ejercía la palanca en el fondo de mi vagina haciéndome gemir de placer, cada que ocurría sentía diferente su embestida, era una experiencia muy diferente a lo que había vivido hasta ese momento. Perdí la noción del tiempo, no alcanzaba a ver por las ventanillas polarizadas del camper, desconocía si estábamos ya en la ciudad, le pedí que se apurara en terminar porque quería que al llegar a nuestro destino cuando Lita y su amigo abrieran las puertas no nos vieran en esa posición tan comprometedora.

No te preocupes mamacita yo se cuando terminar, así que lo dejé seguir “meciéndose” dentro de mí unos minutos más, luego escuchamos el sonido de un anillo sobre la ventanilla, MemoT comenzó a moverse con rapidez, sin sacármela, se movía tan rápido que me hizo estremecer hasta llegar al orgasmo al mismo tiempo que él, fue literalmente simultáneo.

El sonido del anillo era la señal de que se habían puesto de acuerdo y posiblemente Lita se habría enterado de lo que pasaba atrás, tuvimos tiempo para limpiarnos, vestirnos y retomar posiciones como si nada hubiera ocurrido, empezamos a ver calles y lugares conocidos ya estábamos en la ciudad, cuando llegamos a nuestro destino el novio de Lita abrió la puerta, MemoT me tenía abrazada y nada más, no había nada que nos delatara aunque ellos sabían lo que había ocurrido…

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