Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

viernes, 20 de abril de 2007

Tina Marie 5

martes, julio 18, 2006

Cuatro manos y dos bocas para mí

Dejé que hicieran una pausa y giré la perilla de la puerta para salir a la recámara. Ahí estaban los dos como acechándome con los ojos bien abiertos, casi desorbitados, esperando que saliera.
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Hice el intento por dirigirme a la puerta del cuarto y alcancé a decir, "Bueno, ya me tengo que ir porque…" No terminé la frase cuando Raúl1 me tomó del brazo atrayéndome hacia él y de nuevo me empezó a besar.
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Mientras nos besábamos, atrás de mí, JManuel me bajaba el cierre del vestido, traía un vestido sin manga de vuelo amplio y largo, un poco arriba de la rodilla.
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No recuerdo como, pero el vestido ya estaba en el suelo, me desabrochó el brassiere mientras Raúl1 no dejaba de besarme, siguió el calzón, no opuse resistencia.
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Quede desnuda en medio de ellos. Raúl1 me besaba y me tomaba por la cintura mientras JManuel me acariciaba las nalgas con sus manos dándome masaje en el pubis enmarañándome los pelos,.
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Me hicieron girar quedando frente a ambos, me chuparon un pezón cada uno, puse mis manos en sus hombros, hice la cabeza tan atrás como pude, me dejé llevar, me dejé hacer lo que quisieran ellos.
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Estaba hirviendo, no puedo describir la sensación de tener dos bocas en mi cuerpo, no es como tener una boca multiplicada por dos. Esto se lo digo a las chicas que me lean y que han tenido una boca chupándoles un pezón, el seno en sí y luego el otro, no existe punto de comparación, lo digo por lo que sigue.
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Estando de pie los tres, yo en medio de ellos mientras me mamaban los senos, me tomaron de las corvas, atrás de las rodillas y me cargaron, así me llevaron hasta la cama.
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Una vez en la cama recostados los tres me siguieron chupando los senos, se sacaron el pene y me tomaron de las manos para que agarrara uno en cada mano, tenía a JManuel en la derecha y a Raúl1 en la izquierda.
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Tener una boca en cada pezón no tiene comparación, tener un pene en cada mano es de locura, no hay manera de explicarlo, ni a mujeres, mucho menos a hombres.
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Siguieron lamiendo y chupando mi cuerpo, establecieron una línea imaginaria que me dividía en dos, cada uno, parte de mi cuello, un seno para cada cual, un hombro y una axila para cada uno, el vientre que estuviera de su lado, la excepción fue el ombligo, lo ganó Raúl1. Los besos en la boca eran turnados, el que estuviera más cerca era el que me besaba.
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Sin mencionar palabra o quizá uno me lo dijo, me pusieron en cuatro, empezaron besándome las nalgas, cada uno la que tuviera de su lado, ahora tenía a JManuel a mi izquierda y a Raúl1 a mi derecha.
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Estaba tan excitada que no se limitaban a lamérmelas sino hasta mordérmelas y lo soporte, aquí sí las mujeres me entenderán, cuando estás excitada aguantas y recibes con gusto dolores de este tipo.
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Seguía siendo temprano, ¡cuántas cosas se pueden hacer durante el tiempo que dura una sesión de vídeo!
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Cualquiera sabe que estando en cuatro y un hombre te besa y muerde las nalgas, no se limitará ni se conformará solo con eso…
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miércoles, julio 19, 2006

Como si lo quisieran romper

A partir de este momento, no supe quien hacía qué, uno me empezó a hacer oral, a lamerme la vulva y pasaba hasta el ano, mientras el otro seguía besándome, lamiéndome y mordiéndome una nalga y pellizcándome la otra, cambiando posiciones, ya era de ellos…
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Escuché que se decían en voz baja “¿vez qué te dije?” y el otro contestaba “síííí” alargando el sonido de la “i” sin elevar el volumen, supongo que se referían al diálogo que sostuvieron mientras estaba en el baño.
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Segundos después reaccioné, pensaba decir ya no, hasta ahí, pero volvieron a salir con otra de las jugadas masculinas que nos desarman y dan al traste con nuestras intenciones.
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Uno de ellos, fue Raúl1, me metió un dedo en el ano, sé que fue él porque en mi mente recuerdo la voz de JManuel decir, “yo también”.
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Me metió el dedo, ¡Tenía dos dedos de hombre diferente en mi ano!, dentro de mi excitación y obnubilación estaba consciente de que muy pocas mujeres han experimentado en su vida, por largas y fecundas que hayan sido.
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No fue tan “satisfactorio o excitante” como tener dos dedos de Jesús H, él los sabía mover mejor o quizá sea más fácil lograr la sincronía con dos dedos de una misma persona que dos dedos de dos personas diferentes.
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Aún así lo hacían bastante bien, metiendo y sacando ambos al mismo tiempo, luego,mientras uno sacaba el otro metía hasta el fondo, este último movimiento fue de locura, se convirtieron en dos pequeños pistones. Una desventaja que tenemos las mujeres es que en la mayoría de los casos relativos al sexo sentimos pero no podemos ver, me hubiera gustado saber como se veía ese movimiento.
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Sus movimientos siguieron aumentando, ya no sólo eran sus dedos dentro del ano, me mordían las nalgas, me dedeaban el clítoris y eventualmente acariciaban los senos que colgaban dada mi postura.
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Al final alcanzaron una velocidad tremenda, no los vi pero supongo que no se les veían las manos, evidentemente logré un orgasmo, Mordí la almohada y salió un grito ahogado, casi lloré de la explosión en la parte trasera de mi cerebro.
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Tuve que recostarme boca abajo haciéndoles imposible seguir con sus dedos dentro, los tuvieron que sacar, cuando tomé aire camine a gatas para alejarme de ellos, me senté cruzando las piernas tapándome los senos con una almohada y les dije, “ahora sí chavos, tengo que irme.
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Ya había tenido demasiado por un día, quería irme a casa y olvidarme del sexo por el resto del día, que equivocada estaba…
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jueves, julio 20, 2006

Que hablen pero que me atiendan

Me levanté de la cama, pensé en vestirme e irme, sabía que si entraba al baño a asearme no me dejarían salir de esa casa ni de ese cuarto.
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Recogí mi vestido y mi brassiere, no encontraba el calzón. Lo traía Raúl1 en la mano, al verlo me dijo con voz tierna y como pidiendo perdón que si se lo regalaba, que lo quería de recuerdo.
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No quise alegar me puse el brassiere, no me interesaba asearme a pesar de tener necesidad de higiene, cualquiera puede caminar una cuadra sin calzón, quería regresar a casa.
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No digo que no hubiera estado a gusto, ni que no hubiera disfrutado lo que hicimos, lo disfruté muchísimo pero tenía miedo de perder mi virginidad, no lo deseaba. Segundo, y si llegaba a la casa algún familiar de Raúl1 tardaríamos en vestirnos y nos descubrirían.
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Al llegar a la puerta Raúl me tomó como de costumbre, me abrazó y besó en la boca como siempre, yo lo rodeé del cuello.
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JManuel puso un dedo en mi vulva, frotando el clítoris y otro dedo en medio de las nalgas hasta meterlo en el ano.
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Al separarme de Raúl1, JManuel dijo, “¿qué yo no merezco beso de despedida?”, sonreí y se lo permití respondiendo sus besos.
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Al besarme JManuel me abrazó con fuerza sin usar las manos, me presionaba la espalda con las muñecas para no ensuciar mi vestido, fue un acto de caballerosidad, aprecio siempre la cortesía de un hombre, se me quedó muy grabado, lo disfruté, me trató con consideración.
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Sabía que no debía regresar a casa con manchas de ningún tipo y me regaló ese pequeño gran detalle. Hay mujeres que no lo toman en cuenta, yo sí.
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No me importó que hablaran a mis espaldas de esa manera, todos los hombres lo hacen después de todo, cuando menos parte de la conversación fue halagadora, me sentí valorada.
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Cuando bajaban la escalera se quedaron atrás unos escalones, uno murmuró en voz casi inaudible que se oliera las manos y le contestó casi riendo, “sí” medio burlón. ¡Son hombres y jóvenes!. No los vamos a cambiar, ni tampoco nuestra realidad, ni nuestra fisiología. Hay muchos chistes respecto al olor de la mujer, probablemente inventados por hombres. Lo que se puede hacer es reírse, si no puedes vencerlos, úneteles.
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Raúl1 me abrió la puerta, les dije que me iba porque era peligroso en caso de que llegara algún familiar, reaccionaron a mis palabras volteándose a ver.
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Al salir de esa casa sabia que había sido una gran experiencia pero qué bueno que había terminado el maratón sexual, estaba agotada, pero de nuevo estaba equivocada…

viernes, julio 21, 2006

Casa sola + información = Mucha reata

Rumbo a mi casa escuché que gritaban mi nombre, voltee, era JManuel caminando de aprisa para alcanzarme, al hacerlo me toma del brazo diciéndome, “Ven vamos", ¿A donde?" Pregunté.
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Caminamos media cuadra hasta donde había una camioneta pick-up del papá o del hermano. Nos subimos preguntando a donde me llevaría, en el camino te lo digo…
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En el trayecto me dijo que unos amigos foráneos estudiantes o trabajadores tenían una casa, que por ser verano estaban de vacaciones, que estaría vacía por semanas y se la habían dejado para que la cuidara.
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Entendí, lo que no sabía era si uniría Raúl1 a nosotros o solamente a él, me gustó la idea de fuera una casa sola y ajena, podría asearme mejor que en la casa de Raúl1, donde siempre lo hacía con prisas por miedo a que llegara alguien.
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Solo tenía que dejarle claro que era virgen y quería seguir siéndolo, que no permitiría penetración vaginal, lo mejor era decirlo en ese momento y no al llegar.
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Se lo dije y respondió que como yo dijera hasta donde yo quisiera, lo único que me pedía era que no lo dejara “a medias”, comprendí y le di la razón, a los hombre no se le deja a medias jamas, eso es de mal gusto, pense…
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Al llegar, lo primero que hice fue ir al baño, era pequeño y limpio con todo lo que se pueda necesitar, no traería shampoo ni acondicionador, así que no me lavaría el cabello, pero si traerme desodorante y perfume, junto con mis cosméticos que siempre cargo, era la última semana de verano y estaba por dejar mi ciudad.
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JManuel quería que nos bañáramos juntos, me negué y entre más me negaba, el insistía, le pedí que me dejara bañar primero y luego él, no le quedó más remedio que aceptar.
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Cuando terminó de bañarse salió envuelto en la toalla por la cintura, se sentó junto a mí, le pregunte que a quien había llevado ahí, me contestó que a sus amigos a oír música y tomar cerveza, sonreí y le dije que no se hiciera tonto, "¿A que chicas has traído aquí?" Insistí.
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Sonrió y se volteó, le dije que no creía ser la primera, volvió a sonreír con más fuerza, entonces cambié la pregunta, le pedí que me contestara a quien le había hecho lo que a mí momentos antes y me haría ahora.
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Me dijo que no fuera preguntona, que los caballeros no tienen memoria, se levantó y pidió que me quitara la ropa, se quitó la toalla y me dijo que le mamara la verga.
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Le dije que sé la mamaria si me decía a quien le había hecho lo mismo, me respondió juguetonamente “Quítate la ropa y te lo digo”.
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Quedé desnuda diciéndole, “¡Dímelo!”. Me contestó “¡ A Alma D!” En ese momento volví a ver su verga tocándome la nariz, la tenia medio dormida como quería verla, la tenía gruesa con venas saltadas, por fin pude ver la capucha, no tenia circuncisión, tenía muy largo el pellejo que cubría su pene, parecía gorro del Ku-Klux-Klan, se la agarré y antes de meterla en mi boca pregunté, “ya te cogiste a Alma D?”. “Sí, después la traigo y me las cojo a las dos”, se la empecé a chupar haciéndole la señal de “No”, agitando las manos rapidamente en alusión a sus últimas palabras.
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Cuando le puse la verga dura con la boca me dijo que me acostara y volteara, me puse de perrito, me abrió las nalgas totalmente, me metió la lengua en el ano profundamente, la bajaba a la vulva y volvía a subir al ano, a pesar de lo exhausta me hizo venir una vez mas, ya no quería, yo había obtenido la información que me interesaba…
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Él seguía, me empujo fuerte las nalgas diciéndome que me recostara bocaabajo, me puso la verga entre las nalgas llegando a la vulva y pasando por el área perineal, se movía como si me cogiera diciéndome palabras que se dicen como piropo en la intimidad.
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“¡Que rica panocha, que sabroso culo, tu panocha es la más apetitosa, estás bien buena, eres la mejor de todas las que conozco!”
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Le pregunte si lo mismo le decía a Alma D, respondió que sí, pero que fue antes de estar así conmigo, su honestidad me dejó sin palabras.
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Termino de venirse, se hincó a lado de mis muslos y poniendo la verga entre mis nalgas se masturbó eyaculando sobre mí, el semen recorrió la vulva deteniendo su caida en los pelos, se sentía ardiente escurriendo hacia abajo.
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Al final me volví a bañar, hablamos respecto a seguirnos viendo, pensé que era mejor unir a Raúl1, él me llamaría sin que nadie sospechara nada, JManuel estuvo de acuerdo, yo iría a la casa de Raúl1 y él pasaría en la camioneta por nosotros para ir a esa casa sola.
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Por fin terminado el día en lo sexual, había salido mejor de lo planeado, hasta llegaría a casa limpia, me gusta mucho andar limpia siempre.
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sábado, julio 22, 2006

De besos normales, francés y posiciones

Esta semana recibí varios comentarios y correos que me parecen dignos de mencionar en este fin de semana.
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Para hoy escogí un correo de un chico que me autoriza a usar su nick: "everyared". Su carta dice lo siguiente:
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"Soy ya un lector habitual de tu blog, asi que te escribo para hacerte dos consulta:

Yo sabía de antemano que las prostitutas no daban besos en la boca a sus clientes, la respuesta mas satisfactoria que obtuve fue "es para que no se enamoren" pero no la creo, cuando necesite de los servicios de una linda señorita de esta profesión el unico beso que recibí de ella fue en la mejilla comprobando el dicho, asi que agrandó mas mi duda ya que en los nervios del momento olvidé preguntarle a ella, así que esperó puedas responderme ¿el por que no lo hacen?

La otra es, que signnifica "frances y posiciones"
Lo busque en google y no hay respuestas, hice una consulta casi nacional a muchos de mis compas en la chamba y no saben exactamente que es por lo que deduzco que el que lo sabe, no lo publica.

Por cierto, se ve en tus fotos que eres bellisima."

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Bueno, lo que te puedo decir respecto a eso es lo siguiente. Una mujer, independientemente de su oficio o su criterio, mentalidad o cultura, muy dificilmente podrá enamorarse de más de un hombre a la vez.

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Quizá para el hombre sea más fácil pero, para una mujer es casi imposible. Aunque claro puede haber algunas excepciones. Además es sólo mi opinión personal.
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Por lo mismo, ¡¡¡imagina a una prostituta besando a todos sus clientes!!! O se enamoraría de todos, lo cual ya dijimos es poco factible o no se enamoraría de ninguno.
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En mi particular opinión, el no besar se hace por hacer una distinción. Para no darle a un cliente algo tan íntimo que sólo se lo darías a una pareja. Por ejemplo, conozco chicas que no tienen sexo anal con los clientes pero si con su pareja. Lo consideran tan íntimo que lo guardan para el hombre que aman.
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Hay veces que se pueden hacer excepciones, pequeñas, eso sí, para ayudar al cliente a excitarse o terminar.
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Con respecto a que esa chica te dio un beso en la mejilla, es porque probablemente le caiste bien. Hubo química y si se hubieran conocido en otras circunstancias, quizá hubieran llegado a algo.

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Ahondando un poco más en el tema, te digo que también se evitan los besos para que tanto la mujer como el cliente no olviden que se trata de un servicio que ella otorga a cambio de un pago. No se está haciendo por amor ni por gusto. La chica, por lo general, no escoge al cliente, sino lo contrario. El único requisito que pone ella, es que el hombre traiga en su poder la cantidad que ella cobra y esté dispuesto a dársela.
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En cuanto a "frances y posiciones". Te diré lo que sé. Según entiendo el "beso francés" se refiere al sexo oral, no sé si en ambos sentidos o sólo de hombre a la mujer o viceversa. Eso es lo que entiendo por "el francés o beso francés". Si hay más acepciones, no las conozco.
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Y por último, en cuanto a "posiciones", supongo se refiere a las posiciones sexuales que puede llevar a cabo la pareja en la relación sexual y que, si bien se considera hay cientos, para mí sólo hay tres o cuatro básicas.
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Fuera de eso, no tengo idea a que más se pueda referir el término "posiciones".
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Gracias por escribir y por tus palabras.

domingo, julio 23, 2006

¿Al natural, o no?

Hace unos días, me escribió al correo una chica tocando un par de temas del cual quisiera comentar respecto al primero.
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Por cierto, ayer me repitió su carta en los comentarios.
Un extracto de su correo es el siguiente:
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hola tina
se ve que eres una persona muy joven pero con mucha experiencia en todo. te queria preguntar tu que opinas como se ve mejor una mujer o como debe de andar una mujer
totalmente rasurada ? rasurada del area del bikini? rasurada dejandose una linea algo gruesa o mas delgada? o totalmente al natural? tu que opinas?
que le gustara mas a los hombres?

besines.
Paola

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Paola:
Este es un tema que está totalmente relacionado con los gustos individuales. Lo primero que te puedo decir es que es muy importante andar al gusto del hombre que nos interesa. No andar al gusto de los demás. NO. Sólo de áquel que nos es importante en nuestra vida.
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Recuerda que es el hombre el que lleva la voz cantante en la cama. Es él el que hace el mayor gasto de energía y a final de cuentas es él el que va atener que lograr una erección para llevar a cabo la relación sexual. SIN ERECCIÓN, NO HAY RELACIÓN SEXUAL SATISFACTORIA Y COMPLETA. Así que hay que poner todo de nuestra parte. Es como sembrar para después cosechar. Esa es mi opinión respecto a eso.
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Ahora bien. Mi sugerencia es la siguiente:

Si no tienes pareja, no te rasures, ándate tan al natural como te sea posible. La razón es la siguiente:
De todos los hombres que he conocido y con los cuales se tocó el tema, alrededor de un 85 a 90% prefieren las mujeres totalmente al natural. Son poquísimos los que conocí que las prefirieran con cualquier tipo de rebaje en el pubis.
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Pero esa no es la razón principal. Si andas al natural y conoces a un hombre que les gusten al natural. Perfecto, no hay problema. Si andas al natural y conoces a algún hombre que prefiera que la mujer se rasure total o parcialmente, pues te rasuras para él, o quizá hasta le permitas que él te rasure y con frecuencia, convirtiéndose eso en juegos muy íntimos y recurrentes de ustedes.
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Pero ¿Que pasaría si andas rasurada y conoces a un hombre que le gusten totalmente al natural? ¿ Sabes lo que tardarías para andar a su gusto? ¡¡¡Meses!!!
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Así que mi recomendación es que no te rasures nunca a menos que tu hombre te lo pida. Así no hay márgen de falla y no tendrán que esperar ambos mucho tiempo, en el cual las cosas se pueden enfriar por una falta de previsión tuya.
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Desde luego que todo ésto es mi opinión y en ningún momento quiero decir que es la verdad absoluta. Cada quien vive de acuerdo a lo que le gusta y a como se sienta mejor.

lunes, julio 24, 2006

Casa nueva y ahora tres…

Limpia y satisfecha, no sólo por la sesión a cuatro manos y dos bocas que había recibido sino porque satisfacía mi curiosidad.

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Después de que JManuel había eyaculado quedó encima de mi espalda, hizo a un lado mi cabello, dejó sus manos bajo mis brazos y colocó su quijada entre mi clavícula, mentón y mi oído.

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Aproveché su vulnerabilidad para volverle a preguntar si todo esto también se lo hacía a Alma D, reiteró su respuesta, también aproveché para preguntarle si a ella sí la penetraba a lo cual contestó con una respuesta afirmativa.

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Para saciar mis dudas por completo, le pregunté si habían hecho un trío con ella y Raúl1 y me contestó con un rotundo “No”, para finalizar pregunté si Raúl1 se la había aventado y me respondió no tener idea, no saber nada al respecto.

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Después de escuchar la conversación entre ellos me fue fácil sacar conclusiones. Le creí parcialmente que no habían hecho un trío, pero era obvio que ambos la conocían bastante bien en la intimidad.

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Que si le olía, que si tenía pelos, esas cosas se saben si se ha tenido mucha intimidad, até cabos y entendí que ambos se la cogían por separado y nunca formaron un trío.

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Estaba en casa y recordé que no me había despedido de Jesús H. Pensando en lo que había ocurrido ese día y que en la casa vacía se hacían las cosas con mayor comodidad le hablé a una amiga, cuya familia estaba fuera de la ciudad, ella y su hermano se quedaban en la casa de unos familiares y de día ella iba vigilar su casa, su hermano andar en la calle con los amigos.

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Le llame y conté someramente todo lo que me acababa de ocurrir y le pregunté si sería posible que me prestara la casa al día siguiente para despedirme de Jesús H.

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Si ella aceptaba y Jesús H no se oponía lo vería al día siguiente posponiendo la cita con el dueto “cachondo” para dos días después, era el martes ultimo de mi estancia en casa, a ellos los vería el jueves.

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Pero pensé, “¿y si veo a Jesús H temprano y al otro al terminar con el primero?. Esto me vino a la mente mientras hablaba con ella.

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Mi amiga me dijo que no había problema, “que padre, qué rico, qué envidia, te admiro por aventada”, confirmando que me esperaba al día siguiente.

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Después de agradecerle, inmediatamente le llame a Jesús H, teníamos días de no vernos y me pidió que aunque fueran cinco minutos pero que me quería saludar personalmente. Acepte advirtiendo que solo serían de cinco a diez minutos, nada más, no podía estar fuera de casa muy tarde. Pedí permiso de salir y fui su encuentro.

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Lo vi en un lugar cercano a mi casa, estaba muy efusivo, le dije que por ser la última semana tenía muchas cosas que hacer y solamente lo podía ver al día siguiente a cierta hora. Le expliqué que mi amiga nos prestaba su casa por un rato para poder estar con más tranquilidad y hablar más a gusto, le hablé respecto a mi virginidad, le dije que por ningún motivo quería perderla, que no estaba preparada y que debía prometerme que no intentaría quitármela.

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Lo prometió y me tranquilicé, cuando extendí mi mano para despedirme la tomó y me beso un momento, nos despedimos y en el camino a casa pense. “Hoy me besaron 3 hombres, me hicieron oral, tuve dos penes en las manos, dos lenguas recorriéndome, y dos vergas en mi boca, ¡ qué rico, y mañana serán tres…!

martes, julio 25, 2006

Se me quiso salir el corazón

Ajuste los horarios, los hombres cuando les conviene son flexibles, pones la hora y ellos aceptan.

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Llegué a casa de mi amiga donde vería a Jesús H una hora después, ella me recibió casi tan emocionada como yo.

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Nos pusimos de acuerdo en como hacerlo, ella saldría a la tienda a comprar algo y yo aprovecharía para llevarlo a la recámara.

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Mi amiga me pidió que no pusiera el cerrojo a la puerta que podría llegar su hermano. De ser así, ella subiría y nos avisaría para que nos escondiéramos.

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Jesús H llego, se lo presenté a mi amiga, nos sentamos unos minutos, ella se excusó argumentando que tenía que salir de compras, “se quedan en su casa” nos dijo y desapareció.

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Traía un Tampax en mi bolsa, no lo iba a usar porque la semana anterior había usado ese argumento, no lo creería, pero sí lo usaría con Raúl1 y JManuel, había más riesgo con ellos, no confiaba en y menos en mí misma.

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Subimos la escalera, entramos al cuarto y nos sentamos en la orilla de la cama. Después de un momento me abrazó de la cintura, nos besamos todavía vestidos.

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Me quito la blusa y el pantalón, no me resistí, tenía el tiempo en contra, deseché la idea de hacerme la interesante, deseaba lo que pasaba ahí…

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Cuando estaba en ropa interior metió sus dedos sacándome los senos, me puse de pie, me bajó el calzón quitándomelo.

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Ya desnudos nos recostamos, nunca había estado en la cama con él y menos desnuda, con sus manos me acariciaba deteniéndose en mi cadera, todo sin dejarme de besar.

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Me apretó mis nalgas, todavía lo recuerdo, con sus dedos en mis nalgas me recorría de arriba a abajo.

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Bajó su mano hasta mi rodilla, me jaló la pierna, puso la planta del pie en la cama para que su rodilla quedara hacia arriba, abrió mis piernas descansándolas sobre su rodilla, en esa posición quedé bastante abierta dejando el camino libre para su actividad manual.

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Como mis nalgas y muslos bastante separados Jesús H no sólo recorría la separación de las nalgas, seguía a la vulva hasta el clítoris.

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Me frotaba los labios mayores, los menores, me hacía cosquillas en el clítoris, me pellizcaba las nalgas hasta que me metió su dedo en el ano. Emití sonidos con garganta y nariz, tuve que dejar de besarlo, para aspirar aire el dolor y excitación lo requerían.

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Al ver mi reacción enardeció metiéndome un dedo más, tuve que jalar mucho aire por la boca moviendo mi cabeza para atrás como símbolo de excitación.

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Al volverme a besar tenía la boca fresca por haber jalado tanto aire, él dijo “que qué sabroso que la traigas fresca". Algo que aprendí, a muchos hombres eso les agrada.

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Movía sus dos dedos en mi ano, como sólo él sabia, metiéndolos y sacándolos como si estuviera cogiéndome, lo dejé de besar y rodeé por el cuello muy fuerte. Ya no podía más, estaba por llegar al orgasmo, me empezó a morder y chupar un pezón, así siguió hasta que terminé, me tapo la boca con la mano para que no hiciera mucho ruido. Me sacó los dedos del ano, como estaba encima de él quedé recostada sobre su cuerpo.

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Me siguió acariciando, me apretaba las nalgas, las abría como si las quisiera arrancar de mi cuerpo, la yema la deslizaba hasta el ano y lo frotaba. Ahora era yo la que le daba pequeños besos en la boca mientras él no dejaba de atenderme el culo, me pidió que me volteara para hacer el 69.

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Me volteé y su pene quedo en mi cara, dos detalles llamaron mi atención. El primero me dio risa, al quedar mi trasero en su cara dijo, “¡mhhhh que rico culo!”. El segundo me dio pena en la raíz de su pene tenia líquido vaginal, estando sobre él me escurrí y lo mojé.

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Empecé a chupársela mientras recorría mi vulva con sus dedos, recogió líquido vaginal para lubricarme el ano y meter los dedos con mayor facilidad, creo que fueron los mismos.

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Los metía y sacaba, después hizo un cambio de movimiento, empezaron los movimientos circulares, me estaban enloqueciendo, estaba siendo difícil chupársela.

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Disfrute la sensación anal sin perder la atención del placer oral. Las mujeres sabrán de qué estoy hablando, hay que gozar lo de arriba y lo de abajo… Los movimientos circulares que me hacían mover las nalgas también de forma circular, mientras se la chupaba hasta la raíz como debe ser… Cada que subía hasta la punta de su verga, quedaba la cabecita adentro, veía la pared y la puerta de la recámara.

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Era un momento de ensoñación, mi ano masajeado desde dentro, en vez de dolerme me aturdían de placer, saboreando en mi boca la suave textura de la verga de Jesús H.

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Cuando movía la cabeza rítmicamente de abajo hasta arriba dándole la gran mamada de agradecimiento, se abrió la puerta de la recámara, se me quiso salir el corazón...

miércoles, julio 26, 2006

Para mamadas, las mias

Era mi amiga con cara de asustada, a mi se me salía el corazón y a ella los ojos por la razón que la había llevado a la recámara, y por lo que estaba viendo, que era muy aparatoso.

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Jesús H todavía tenía los dedos en mi ano y su pene totalmente erecto y lubricado por mi saliva, la punta tocándome el mentón, yo mirando a mi amiga.

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Trató de simular indiferencia ante lo que veía y darle más importancia al hecho de que su hermano acababa de llegar. Nos dijo que nos metiéramos al closet y que no hiciéramos ningún ruido, cuando su hermano se hubiera ido ella tocaría la puerta como señal.

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Traté de no hacer ningún gesto llamativo mientras Jesús H me sacaba los dedos del ano. Nos incorporamos totalmente desnudos y seguimos a mi amiga que nos mostraba la puerta del closet.

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Al entrar Jesús H entro primero, yo me quedé en el umbral de la puerta con mi amiga la cual me vio a arriba abajo y con una sonrisa superlativamente burlona y picaresca me dijo; “se ve que la estas pasando muy bien”.

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Luego repitió que no saliéramos del closet y que ella nos avisaría tocando la puerta cuando su hermano se hubiese ido.

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Dentro del closet recordé aquellos días de mi prepubertad “jugando” con Raúl1 a quien en un par de horas más vería.

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Caminé por entre las blusas y vestidos como lo hacía entonces, al llegar a un rincón vi a Jesús H sentado en una especie de caja con el miembro parado y duro como madera.

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Me dijo “siéntate en mis piernas”, titubeé, no lo quería hacer de entrada. Si no quieres ser penetrada, lógicamente no te sientes en las piernas de un hombre desnudo que la trae paradísima.

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Me convenció diciéndome que me sentara casi en su vientre, dejando el pene entre mis piernas, así lo hice y su miembro quedó exactamente entre mis labios vaginales.

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Pasó su mano por delante de mi cuerpo hasta llegar al clítoris, alcancé a decirle no, inmediatamente me tapó la boca con su mano.

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No ejercía demasiada fuerza sobre mí, si lo dejé fue porque no tuve voluntad de detenerlo mientras me frotaba el clítoris. Quitó la mano de mi boca y me empezó a acariciar los senos diciéndome al oído que yo misma tapara mi boca.

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Estaba muy excitada por todo lo que había pasado en la cama, no necesité de mucho estímulo digital para empezar a mover mis caderas. Luego con mi mano tomé su miembro y lo pegué fuertemente a mi vulva sin dejar de mover las caderas hacia delante y atrás, era como masturbarlo con mi vulva, así lo llamaría yo.

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Jesús H empezó a pellizcarme con fuerza los pezones, de nuevo, estaba al borde de la desesperación y con locura frenética. El closet estaba totalmente cerrado y hacía un calor de verdad bochornoso. Estábamos empapados en sudor, su pene empezó a resbalrse, ya no lo podía sujetar, lo había embarrado con mis líquidos vaginales.

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Al ver que se seguía resbalando él perdía sensibilidad, Jesús H me dijo que me hincara para mamársela y dejarlo limpio, se le estaba bajando, perdiendo su dureza.

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No me entusiasmaba la idea de hacerle oral cuando su miembro estaba lleno de mis líquidos vaginales, busqué a mí alrededor a ver si había papel del baño u otra cosa que me ayudara a limpiarlo. No encontré nada que me sirviera. Únicamente ropa limpia de la persona que generosamente me estaba ofreciendo su casa.

Sería incapaz de hacer una canallada como tomar alguna prenda limpiar para limpiar el pene de Jesús H. Esa sí que sería “una mamada”, y no las que yo les daba a Jesús H, Raúl1 y JManuel.

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Afortunadamente estaba muy oscuro, y como dicen, “Ojos que no ven corazón que no siente”, me hinqué y me dispuse a hacerle oral, para dejársela limpia.

jueves, julio 27, 2006

Intercambio de fluídos ardiente

Me hinqué poniendo mis codos en sus rodillas, le tomé el miembro que estaba muy resbaloso, lo que se me ocurrió fue frotarlo con mis manos para tratar de quitarle el exceso de humedad. Le quité lo que pude, el resto se diseminó por todo el tallo, empecé a jalarla para ver si se secaba un poco más.

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Hice lo que pude y me dije, “ni hablar, voy a tener que tragar mis propias babas. Como mujer muchas veces me va a tocar hacerlo, directamente del dedo o de la verga de mi hombre, está bien mientras no tenga que ser directamente de mí misma.”

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Se la chupé con cierta desconfianza, afortunadamente mi propia saliva empezó a diluir el lubricante que quedaba, y se me empezó a olvidar ese inconveniente.

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Seguí haciéndole la felación, mientras mi cara subía y bajaba me acariciaba el cabello, las mejillas con el dorso de su mano y de vez en cuando me apretaba la nariz, lo cual yo lo sentía como un acto muy cariñoso y muy bonito.

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Me pidió que me pusiera de pie y que le diera la espalda. Puse mis pies a los lados de sus piernas y mi trasero a la altura de su cara, estando así volví a chupársela.

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Jesús H estaba reclinado hacia atrás, lo cual me ayudaba a no tener que agacharme demasiado. Aún así, mi trasero estaba más arriba que la línea de mi cabeza. Sentí unas cuantas caricias de su lengua en mi parte íntima y luego de unas lamidas, pasó al ano.

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Ya que como digo este diario íntimo es sin tapujos ni mentiras, tendré que ser tremendamente honesta y sincera en lo siguiente, de antemano me disculpo por lo que muchos podrían considerar una falta al buen gusto:

Cuando me lamió atrás, fue muy obvio que no le gustó, el mismo me había ensuciado con su juego erótico de dedos, que era mejor que los que me hacían Raúl1 o JManuel.

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Fue muy evidente, inmediatamente dejó de lamer y se concentró en darme mordidas en la parte más baja de las nalgas. Estando tan excitada y con 14 años no reflexioné al respecto, hasta tiempo después.

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Además de morderme las nalgas metió un dedo en el ano moviéndolo en círculos, como solía hacerlo. Después metió un segundo dedo, supongo que el índice y el cordial de su mano derecha.

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Siguió con ese movimiento que me enloquecía como si quisiera limpiar las paredes del recto, metí todo su pene en mi boca hasta tocar con mis dientes la raíz, se los clavé.

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Estábamos compenetrados en nuestro intercambio de placer dentro de ese pequeño sauna improvisado, algo nos sobresaltó, oímos que tocaban la puerta del closet….

viernes, julio 28, 2006

Hoy empecé a aprender como y cuando terminar…

Ambos dejamos de hacer lo nuestro, me quedé estática y con mis dientes en las raíces de su pene, sólo levanté los ojos a ver si la puerta no se abría. Estaba tan oscuro que no alcanzaba a ver la chapa de la puerta, pero sabía que si empezaba a ver luz se estaba abriendo.

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Me atormentó la idea de que mi amiga volviera a vernos en medio de tanta intimidad, no porque ya nos hubiera visto me era más leve la idea de que nos volviera a ver.

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Lentamente levante la cabeza para sacar el pene de la boca, al sentir esto con la misma lentitud Jesús H comenzó a sacar sus dedos de mi ano, diciéndome que fuera a ver si podíamos salir.

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Me enderecé y sorteando la ropa colgada en el closet me acerqué a la puerta, la abrí y me asomé, no había nadie, le dije que iba a ver, que me esperara dentro.

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Con sigilo, caminando en puntitas por los nervios quizá, primero fui a ver al cuarto de baño, no había nadie, de la misma manera sigilosa, errática y nerviosa me aproximé a la puerta de la habitación que daba a un pasillo en el segundo piso de la casa.

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ME asomé y vi a mi amiga, le hice una seña con la cabeza como preguntando ¿qué?, ella pícaramente me hizo una seña con la mano, cerrando el puño y moviéndola horizontalmente imitando el movimiento de un pistón. Para los que han visto a Adal Ramones es el movimiento de manos cuando dice: “Hasta arriba, arribotota”, haciendo alusión a la supuesta relación sexual que estaba teniendo con Jesús H. Con otra seña me dio a entender que terminara lo que estaba haciendo porque ya no había peligro.

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Cerré la puerta y fui a buscar a Jesús H para decirle que podía salir, el calor adentro era tal que se podría deshidratar, al salir me jaló caminando rápido hacia la cama, solo alcancé a decirle “¿qué?” Y sin mediar palabra me empujó y caí en cuatro en la cama (no sé como describirlo).

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Metió un dedo en mi ano una vez más, en esta ocasión hubo una variante, metió otro dedo de la otra mano, tenía dos dedos en mi ano, uno de cada mano…

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Empezó a moverlos como martillos, uno arriba, otro abajo, incontables veces, seguía muy excitada, llego el orgasmo muy rápido, me tapé la boca con la mano tratando de que el sonido que emitía no llegara al pasillo.

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Le pedí a Jesús H que se detuviera, no me puso atención, con la experiencia del día anterior bajé mis caderas hasta la cama obligándolo a sacarme los dedos, caminé a gatas por la cama para alejarme de él pero vi en sus ojos que quería más, vi que lo que quería no era sentir placer, sino subyugarme, dominarme con placer.

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Si bien seguía siendo temprano todavía me faltaba el platillo fuerte, la faena más dura, mi prueba de fuego del día, la cita con el dueto caliente.

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Pensé tan rápido como pude, me levanté de la cama y me dirigí hacía él, pensó que quería más, lo abracé y besé en la boca, me tomó de las nalgas, las abrió todo lo que pudo, intentó meterme de nuevo un dedo pero como estábamos de pie sólo consiguió insertar la yema.

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Sin dejar de besarlo fui girando como si estuviéramos bailando, hasta que su espalda quedó frente a la cama, lo fui empujando hasta que sus pantorrillas quedaron en el borde, lo empujé con un poco más de fuerza y caímos en la cama, yo quedé encima de él, me soltó las nalgas como era mi propósito, no pude disimular una sonrisa que broto de mis labios.

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Era mi momento de dominarlo y lograr que de una buena vez se viniera para terminar la sesión. Sin dejar de sonreír con un dejo de picardía, lo admito, empecé a besarle el pecho, seguí bajando a su vientre, que por cierto me gustaba mucho por lo blanco y plano y que incluso se le alcanzaban a marcar los músculos.

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Aproveché para lamer esas marcas, esas comisuras en los músculos y disfrutar de su blancura, me quedé en su zona ventral un buen tiempo, lo lamía, lo besaba, alcancé a dar algunas mordiditas y chupaditas a sus abdominales.

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Afortunadamente tenia el pene duro, me lo clavó debajo de mis senos, haciéndome recordar cual era mi meta que no era embelesarme y eternizarme en su vientre de Apolo, mi meta era hacerlo terminar. Al sentir su pene clavado en mis senos empecé a bajar hasta llegar a mi objetivo.

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Empecé a chuparla cómodamente, estaba hincada en el suelo, él sentado en la orilla de la cama recostado.

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Posición muy cómoda para mi cuello y mi garganta, se la mamé muy a gusto, haciendo lo que a esa edad ya sabía hacer, la metí hasta la garganta clavándole los dientes para darle más placer, me saqué la mitad y empecé a mover mi cabeza con rapidez atrás y adelante.

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Era tal su excitación desde antes de meterla en la boca que ya se escurría, la había lamido desde la puntita para no desperdiciar semen, con unos cuantos movimientos de cabeza y boca, chupando como se hace a una paleta se vino a borbotones…

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Me atraganté, retiré mi cabeza y mi cuerpo, me tomó un tiempo tragarme todo su espeso obsequio.

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Levantó la cabeza para mirarme, atrás de su pene estaba mi cara, con sonrisa muy pícara. Era la primera vez que realmente había tomado el mando y había decidido cuando terminar.

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La parte ligera de la sesión sexual para mí ese día había terminado, seguía lo más pesado del día…

sábado, julio 29, 2006

Respecto a tríos

Ayer mismo recibí en los comentarios, una pregunta de una chica que me parece interesante y que juzgué que era mejor que la contestara dentro de un post.
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La chica vino dos veces, ya que yo le había contesttado la pregunta que me había hecho en su primer visita.
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La pregunta fue la siguiente:

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Sensitiva dijo...
Hola! Tengo pareja y quisieramos experimentar un trio, las profesionales siempre estan dispuestas a eso o no>?. como debo de actuar como mujer?
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A lo cual le respondí así:
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" sensitiva:
Vamos por partes.
Primero, no todas las profesionales están siempre dispuestas. Se puede decir que hay "especialidades" en eso. Algunas dan ese servicio y otras, no. Es cosa de buscar y preguntar.
Segundo. ¿De quien de ustedes fue la idea? ¿Quien tuvo la iniciativa en esa idea? ¿Quien está más interesado en realizar el trío? ¿Él o tú?
Te lo pregunto porque casi siempre que trabajé en tríos, la idea era del hombre, con algunas excepciones, aunque siempre fuera el hombre el que me contactara y me ofreciera ese trabajo.
Te lo digo porque de ser él, probablemente lo que más va a querer es que tú intervengas mucho con la mujer.
Que seas tú la que tomes la iniciativa sobre ella, que la beses le hagas oral etc... Aunque ella también deberá corresponderte.
En la gran mayoría de los casos en que hice un trío, las mujeres accedían a la petición del hombre siempre y cuando éste no me penetrara, sólo a ellas. Esa era la condición que las perejas de los hombres ponían. Aunque claro está que a veces el hombre nos penetraba a las dos.
En eso no puedo sugerirte nada. La penetración puede ser solo a tí, o solo a la otra chica o a ambas.
Pero lo lógico es que si ya contrataron a una chica y le están pagando, tú trabajes mucho su cuerpo, como dije, besos, hacerle oral, besarle los pechos etc... Y claro, ella a tí.
espero haberte aclarado algunas dudas.
Gracias por tu visita"
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Ella me visitó una segunda ocasión y me preguntó:
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" Sensitiva dijo...

Gracias por tu explicacion... La idea es de ambos, la fantasia es mutua, me gustaria que el la penetrara a ella tambien, me gusta mirar... Ahora bien, al contactar a la chica tendremos que decirle que somos una pareja cierto, para ver si ella accede... por otro lado, se que muchas no se dejan besar es asi con otras mujeres, o sea tienen la misma regla???"

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Muy bien, aquí trataré de responder tus dudas.

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Como te dije, cada prostituta es diferente y no todas dan los mismos servicios. Todas tenemos nuestros límites en algo, así que es simplemente cuestión de buscar bien.

Me dices que es una idea mutua y que tu también deseas hacer el trío. Te diré que eso facilitará mucho las cosas. Hay ocasiones que el hombre se empecina y la mujer lo hace por darle un gusto pero en la cama se nota a incómoda y con asco hacia la otra mujer.

Como te había dicho, sugiero que tu hombre sea el que vaya a buscar a la chica y una vez que encuentre una que da ese servicio, que le diga CLARAMENTE y exactamente el servicio que busca y los detalles que desea en la cama. Por ejemplo, que le diga que quiere que esa chica se bese en la boca con su mujer; Que esa chica le haga oral a su mujer y viceversa y sobretodo, que le aclare si él piensa penetrar a la prostituta o no. Porque si hay penetración del hombre a esa chica, es posible que el servicio sea más caro.

Todo ésto se especifica de antemano porque hay prostitutas muy mañosas y desconsideradas y ya estando en la cama son capaces de romper la magia y el esto mental que se busca argumentando que ella no había acepado tal cosa de antemano. Así que hay que ser claros de más en eso con ella.

Como les puede tocar una chava muy buena onda, les puede tocar lo contrario, Así que hay que prevenirse y hablar super claro.

Por otra parte, No esperen llegar a las nubes en su primera sesión de tríos. Es como todo. La práctica hace al maestro y después de 4 o 5 veces que hagan un trío, se sentirán como pez en el agua.

Lo ideal sería que si encuentran una chica con la que se sientan bien, no la dejen. Vuélvanla a llamar para la siguiente ocasión. Es mejor a experimentar con otra que no saben si se sentirán tan a gusto.

Todo ésto viene a que me preguntas si las prostitutas besan a clientes mujeres. Lo más común es que si una chica acepta trabajar con mujeres, es posible que se sobreentienda que sí besará pero de nuevo, es mejor que de antemano tu pareja se lo específique muy claramente.

Me parece que les va a ir bien en esta aventura de mènage à trois porque por lo común, es la mujer-cliente la que pone más obstáculos e inconvenientes al momento de realizarse el trío. Si en tu caso, tu misma estás interesada en realizarlo, incluso deseando ver a tu pareja penetrando a otra mujer, les auguro tríos de explosión. Creo que cada vez van a querer más.

Recuerda que probablemente será un servicio caro, te sugiero que aproveches la oportunidad de explorarte a tí misma en tu interior para concerte mejor y ver si tienes tendencias bi o les y hasta donde. Si se te da, no la desperdicies y te conocerás mejor.

Si una de tus metas es complacer a tu hombre y no sabes que hacer, les sugiero que entre la otra chica y tu le hagan oral a él. Ambas lamiendo el tallo, lugo una lame la punta y la otra el tallo y viceversa y también, una lo chupa como si estuviera sola con él mientras que la otra le lame con cuidado los testículos.

Y otra cosa que creo que le podría gustar sería que ambas se pongan de a perrito lado a lado a la orilla de la cama y el , de pie atrás de ustedes, penetre a una, empuje unas veces, se la saque y se la meta a la otra, con condón por supuesto, hasta que se venga dentro de alguna. Siempre es interesante como mujer saber quien será la "afortunada" que le toquen los últimos empujones del hombre, que son los más energéticos.

Tina Marie

lunes, julio 31, 2006

Pick Up + minifalda + Coca-Cola = Tremendo placer

Al terminar se metió al baño a lavarse mientras que yo tomaba mi blusa y con ambas manos me cubría el pecho, me asomé al pasillo y vi que estaba mi amiga a la que le dije que ya habíamos terminado.

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Me dijo que estaba bien frunciendo la nariz y con una sonrisa pícara que tenemos las mujeres me pregunto si me hacía falta algo. “Cabrona” pensé… Aunque le tomé la palabra después de que salió Jesús H.

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Estando en la sala se despidió de mi amiga, lo acompañé a la puerta, nos dimos un beso de despedida y esperé a que se alejara de mi vista perdiéndose por las calles, a pesar de que quedamos de vernos antes de mi partida, nunca lo volví a ver.

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Le agradecí a mi amiga su hospitalidad, ella a cambio quería satisfacer su curiosidad. Tardé en hacerle entender que no había habido relación sexual completa, me dijo que el cuarto olía “raro” como si la hubiera habido y muy intensa.

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Pasaron unos cinco minutos y salí rumbo a la casa de Raúl1 donde me había quedado de ver con él. Conforme caminaba aumentaba mi desasosiego, pensaba en todo lo que había hecho, en especial ese día. Aun sentía los dedos de Jesús H en mi ano, me punzaba a cada paso que daba. Cualquier hombre o mujer que lo hayan hecho me comprenderá, se siguen sintiendo tiempo después.

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A la mitad del trayecto recordé que no me había puesto el tampón, solo tenía tres opciones.

1) - Seguir a casa de Raúl1 y dejar las cosas al destino, confiar en ellos, lo que no era prudente, y confiar en mí, lo cual era lo menos prudente.

2) - Regresar a casa de mi amiga y correr el riesgo de llegar tarde a la cita, no lo quería para no regresar tarde a mi casa, además eso me forzaría a caminar más y por mi larga sesión estaba debilitada.

3) - Ir a mi casa y ponérmelo ahí.

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Por la cercanía de la casa de Raúl1 a la mía, escogí la última.

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En mi casa decidí bañarme a conciencia, un gran problema que tenemos las mujeres es la inseguridad, creemos que todos nos puede oler, sin saber que lo que abajo huele, abajo queda hasta que se acercan y abrimos las piernas.

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Me bañé, tallé y restregué mucho sin mojarme el cabello, me coloqué el Tampax y me cambié de ropa, la que traía estaba limpia, me la había puesto antes de salir, escogí una minifalda no muy corta, a la mitad del muslo y una blusa de tirantes.

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Bañada con ropa limpia, bien perfumada, maquillaje fresco y ligero, salí a casa de Raúl1. Me cercioré de llevar un jabón, desodorante, perfume y mis cosméticos. Nerviosa, pero gracias a la higiene, con más confianza en mi misma.

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Rodeé la calle mirando hacia la casa de Raúl1, no había nadie afuera, se me ocurrió voltear al lado opuesto y vi la camioneta que manejaba JManuel que con una seña me dijo, quédate ahí.

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Al acercarse vi que venia también Raúl1, se detuvieron, bajó para ayudarme a subir, era una camioneta pickup muy alta.

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Me senté en medio de ellos, apenas nos habíamos alejado unas cuadras de nuestro barrio, cuando cada uno como robots programados me pusieron una mano en cada rodilla.

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Raúl1 me ofreció una Coca-Cola, hacía mucho calor, era de lata, cerrada, él sería incapaz de hacerme una chingadera así que la acepté.

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Abierto la lata y a punto de dar el primer sorbo, las manos de ambos, subieron por mis muslos. Ellos hablaban, no recuerdo de que, quizá de deportes, yo tomaba coca mientras sus manos seguían subiendo lentamente por mis torneados muslos.

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Pensar que hubiera sido mejor ponerme el pantalón que traía antes, pero por otra parte así me sería más fácil al llegar a la casa sola, llegaría más desinhibida.

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La Pick Up tenía los vidrios oscuros, polarizados, era muy alta, así que los demás automovilistas no veían nada.

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En un semáforo llegaron a su objetivo, al centro de su atención, abrieron mis piernas, hicieron a un lado el calzón y empezaron con movimientos digitales en mi vulva y en mi clítoris.

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Ambos dijeron algo que se me quedó muy grabado:

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JManuel: “¿Qué crees?”

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Raúl1: “¿Qué?

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JManuel: “Me acabo de encontrar un pedacito de cielo”.

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Raúl1: “Ah, yo me encontré sin querer con un pedacito de ángel, lo estoy tocando, ha de ser un pedacito de paraíso que cayó a la tierra.

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Disimule lo más que pude, se me escapó una sonrisa al tiempo que pensaba. “Cabrones, con halagos así ¿quien les va a negar a lo que quieran?”

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El clímax fue cuando dijeron:

Raúl1: “Si me porto bien toda la vida, cuando me muera esto es lo que voy a recibir como premio.”

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JManuel: “No vas a poder entrar porque las puertas del paraíso están aquí y las tengo en mi mano.”

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No pude contenerme, solté una carcajada y a pesar de lo halagada que me sentía pensé. “Cabrones, después de que se mueran, entran antes no”.

martes, agosto 01, 2006

Trayecto inolvidable

Antes de que cambiara la luz del semáforo Raúl1 acercó su lengua a mi oído, me lo lamió un par de veces y preguntó, “¿qué se siente tener un pedacito del cielo entre las piernas, chiquita?”

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Sonreí sin emitir ningún sonido y me dispuse a relajarme, tenía las manos de dos hombres en mi parte íntima, no lo podía evitar, el vehículo estaba en movimiento, nadie nos podía ver, lo mejor era dejarse llevar, dejarme hacer.

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Cuando se tiene una actividad tan fuerte como la que había tenido con Jesús H, con el calor del closet como sauna, da mucha sed, cuando se hace oral da muchísima sed. Así que les pedí que se detuvieran en alguna tienda para comprar agua embotellada. Raúl1 se bajó, JManuel y yo nos esperamos en la camioneta.

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Volvió a colocar su mano en mi vulva haciendo movimientos circulares con su dedo. Me preocupaba el hecho de estar en el estacionamiento de la tienda y que alguien que pasara, aunque sólo podían vernos si se asomaban a través de alguna de las ventanas, debido a la altura del vehículo.

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JManuel arreció sus movimientos, mi excitación creció al grado de hincarme en el asiento, lo abracé del cuello mientras nos besábamos y me dedeaba la vulva.

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En un momento de respiro se había sacado el pene que estaba sin erguirse, movió las cejas de arriba hacia abajo como diciendo “mira la sorpresa que te tengo”.

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Entendí que quería que se la chupara pero arriba de la camioneta no me agradaba la idea. Aún que al verle la cabecita sin la circuncisión, y el pellejito cubriéndola terminando en pico como un gorro del klu-klux-klan se me antojó tanto que no pude resistir la tentación.

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Cabezona, bien cubierta, pellejito terminando en pico, dormidita, demasiada tentación, imaginé su sabor y textura dentro de mi boca, empecé a salivar y sentí como si una fuerza superior empujara despacito mi espalda hasta que mis labios la rozaran.

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Me la metí en la boca sin tocarla con las manos, chupé fuertecito para retraer el pellejito hacia atrás y dejarle la cabecita pelona, se la lamí debajo de la cabeza, que es donde los hombres guardan un ligerísimo sabor tenue de hombre.

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La lamí tres o cuatro veces nada más, le di otras tantas chupadas y antes de que se le pusiera muy dura la metí dentro de la trusa y le subí el cierre y dije “¡ya!” Con una sonrisa en los labios.

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Antes de darle tiempo a que se quejara por la brevedad de mi felación, volví a hincarme y en broma abriendo los brazos, le dije “¡ahora bésame!”. Me beso, yo sé lo había dicho en broma le acababa de lamer el pene y pensé que sentiría asco pero no fue así.

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Me besó mucho, no se conformó con eso, como estaba hincada, pasó su mano por debajo de mi falda y me agarró las nalgas. Ahora sí había alto riesgo de que nos vieran las personas que bajaban o subían a sus autos, o que realizaban compras en la tienda.

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Lo dejé hacérmelo, después lo quité y me alejé sentándome en el otro extremo del asiento junto a la puerta.

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Me dijo que era una princesa, bla bla bla, le dije que no quería que me fueran a ver, contestó que si me hizo eso fue porque él vio que no venía nadie y estábamos lejísimos del barrio donde nadie nos conocía.

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Vi salir a Raúl1 de la tienda con dos botellas de agua y una bolsa con coca colas y comida chatarra. Le abrí la puerta y tomé mi lugar en el asiento. Después de encender la camioneta, ambos como autómatas colocaron sus manos en mis rodillas. No pasamos más de dos calles cuando ya estaban hurgando las cavidades y pliegues de mi vulva, enloqueciéndome y minando mi voluntad.

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Era tal mi furor que le pedí a Raúl1 que sacara de mi bolsa una toallita de papel para limpiarme, no quería ensuciar mi vestido ni el asiento de la camioneta, el calzón no me importaba gran cosa.

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Raúl se ofreció a limpiarme, acepté y el efecto fue contraproducente, me excité mucho más y me hizo lubricar más, entre más me limpiaba más lubricaba. Tuvo que sacar varias toallas para quedar relativamente seca.

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JManuel tuvo la ocurrencia de que levantara mi trasero para meterme la yema del dedo en mi ano, me negué rotundamente alegando que era peligroso, Raúl1 me apoyó diciendo que tenía razón pero aprovechó la idea para hacerlo él, me dijo que levantara el culo, no lo hice pero metió su dedo entre mi ano y el asiento, tuve que levantarlo para que me doliera menos.

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Tenía las manos de JManuel y de Raúl1 en mi vulva y en mi ano, faltaban 10 minutos de trayecto, con el bamboleo, las curvas y los pequeños saltos y movimientos de la camioneta, no sé como no me estalló el cerebro antes de llegar a nuestro destino.

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Cuando por fin arribamos me ayudaron a bajar tomándome por los codos, mis piernas temblaban como gelatina, mis rodillas se doblaban. JManuel llevaba mi bolsa y Raúl1 los refrescos y las botellas de agua.

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El calzón había quedado mal acomodado, traía la vulva de fuera que cubría la falda, al caminar me escurría hasta la parte interna de los muslos.

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Por las atenciones que tuvieron pensé que tendrían más consideración de mí al momento de desatar sus deseos sexuales cuando estuviéramos dentro de casa.

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No fue así…

miércoles, agosto 02, 2006

Tarde muy dulce

Al entrar a la casa mientras ellos hablaban lo primero que hice fue sentarme en el sillón. Estaba exhausta, seguía excitada, tome un poco de aire sabiendo como se las gastaban estos estando juntos. Se sentaron a mi lado como veníamos en la pick up.

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Ambos me rodearon con sus brazos y Raúl1 me dio en la boca la coca cola sin que metiera las manos. De la bolsa de las compras sacó una paleta de dulce en forma de cono que aquí conocemos como pirulí, la chupo y me hizo chuparla.

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JManuel me levantó la falda y vio que traía el calzón por un lado y la vulva de fuera dijo, “mh pedacito de cielo a la vista…” Raúl1 bajo la mirada a mi entrepierna al oír las palabras de JManuel.

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Estábamos en la tranquilidad de la sala y podían dirigir su vista con atención a mis partes íntimas. Al hacerlo notaron el cordón que salía del Tampax, preguntaron que qué era eso, solo respondí que andaba en mis días y tenía que usarlo.

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Raúl1 no pareció darle importancia y seguía dándome de chupar el pirulí retirándolo de mi boca para chuparlo él, JManuel empezó a acariciarme la pierna. Me pidieron que me quitara la ropa, no quise decir no, quedé desnuda en medio de ambos. JManuel pidió otra paleta de esas, y yo tenía dos paletas para chupar…

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En unos minutos me encontré acostada en la cama del día anterior, con los dos desnudos a mi lado chupando paleta, dándome a chupar la suya después de hacerlo ellos.

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Uno de ellos se le ocurrió pasar la paleta por mi vulva y chuparla, en un instante ambos la chupaban y me la daban en la boca. Alguno de ellos dijo, “mh le da un saborcito amargo a lo dulce verdad”

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La fricción en mi vulva y clítoris y que pasaran los pirulís y los chupáramos me excitaba, no quería decir no, me sentía halagada, un halago más que se agregaba a todo lo que habían dicho de mí.

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Cada vez estaba más pegajosa, cada que frotaban la paleta en mis labios vaginales dejaban dulce pegado en ellos, a esa edad no sabía que la saliva masculina es diluyente, es mejor solvente que el agua.

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Estaba relajada dejándome hacer todo muy a gusto, a uno se le ocurrió ir a la cocina a buscar mermelada para embarrármela y lamerla directamente de mi vulva.

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Lo curioso es que lo dijeron como si yo no estuviera o no tuviera ni voz ni voto, dieron por hecho que estaba dispuesta a hacer cualquier pendejada que se les ocurriera.

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Cuando iban a la cocina a buscar la mermelada les dije sobresaltada y levantando la cabeza para mirarlos: ¡¡¡¿¿¿Queéeee???!!!

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Se habían levantado como disparados por un resorte, les había gustado la idea de la mermelada, y dejaron “ancladas” sus paletas en mí, una sobre mi Monte de Venus, la otra “abrazada” por mis labios mayores y menores. Me dijeron que no me pasaría nada, que ellos retirarían los residuos de mermelada que quedaran en mi cuerpo.

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Uno de mis defectos es que en vez de tomar una actitud seria ante lo que no deseo siempre digo alguna tontería, y por eso les dije que si era de uva aceptaba, sino, no. Les dije que los pirulís no eran coches y ahí no era estacionamiento, no me oyeron ya estaban en la cocina y pensé, “chingado, cuando me los quiten me van a arrancar algunos pelos y me va a doler…”

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Regresaron trayendo un frasco o botella en la mano, no había mermelada pero si había chocolate líquido. “Este par de cabrones me quieren congelar la matriz”, y pensé que el chocolate líquido sería más fácil de quitar.

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Me pidieron que me quitara el Tampax para que el cordón no estorbara, me negué argumentando que podría haber un accidente desagradable, uno dijo que había que cortarlo, le dije si lo cortan será difícil sacarlo.

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Me dijeron; Abre bien las piernas, levántalas y pega las rodillas en los hombros, lo que seguía era saber quien sería primero…

jueves, agosto 03, 2006

Fui plato de repostería por primera vez

Primero me retiraron las paletas con cierta consideración. Tal como lo esperaba, algunos pelos se pegaron y arrancaron, hubo dolor pero no como esperaba. Luego jugaron un volado para saber quien sería el primero, ganó Raúl1.

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JManuel se hincó a los lados de mi cabeza tomándome de los talones para que mis piernas estuvieran muy levantadas. Desde esa perspectiva lo primero que veía eran mis senos pendiendo hacia mi cara sin tocármela y más arriba los testículos y pene de JManuel.

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Raúl1 dijo que quería que mis piernas estuvieran tan levantadas para poder aplicarme el chocolate en toda la raya. Así sentí el frío desde el nacimiento de mis nalgas en la parte más alta, que por mi posición era la parte más baja, hasta donde se juntan los labios arriba del clítoris.

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Empecé a sentir como su lengua recorría todo el camino sin detenerse, una y otra vez, me aplicaba más chocolate y lo volvía a lamer. Noté como los residuos del chocolate se calientan con la temperatura corporal y el aliento del hombre, sin llegar a quemar si se siente bastante caliente…

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En una de sus incursiones “sagitales” de mi cuerpo Raúl1 usando muy bien su lengua me dejó bastante limpia. Lo recuerdo porque lo sentí. JManuel le dijo que se quitara porque era su turno y que me ayudara a tener las piernas bien arriba.

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“Levántaselas hasta arriba hasta que el fundillo apunte al techo” le dijo a Raúl1, se colocó en la misma posición que había estado JManuel y me levantó las piernas todo lo que pudo, mi trasero señalaba hacia arriba.

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JManuel me aplicó el chocolate en la raya de nuevo como Raúl1 lo había hecho, sólo que ahora mi posición era menos relajada, con él siempre las cosas eran relajadas, bruscas y hasta forzadas.

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Me empezó a lamer, no sé como decirlo, como si fuera un chacal hambriento o como si me quisiera comer mis nalgas y los pliegues vulvarios.

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No niego que a pesar de mi cansancio y debilidad me empezó a excitar muchísimo. La sensación de que te coman la vulva cubierta por una sustancia espesa que al principio es fría y en minutos casi hierve me estaba trastornando y excitando de verdad…

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Empezó a exagerar, trató de meter en mi ano el pivote de la botella buscando lanzar el chocolate hacia adentro de mi recto para después succionarlo. Obviamente no lo logró, lo único que consiguió fue que el chocolate se esparciera por las nalgas, cayera en mi pubis embarrándome el monte de Venus y los labios mayores siguiendo al ombligo, desistió de su intento y empezó a lamer donde el chocolate había llegado, en especial mi vientre y ombligo.

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La rayita de mis nalgas se inundó, cualquier pequeño movimiento de piernas se oía un splash característico.

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JManuel empezó a absorber, no a lamer de la pequeña alberca de chocolate que se había formado en medio de mis nalgas. Cuando había desaparecido todo el exceso y sólo quedaba lo embarrado se prendió de mi ano succionando como si quisiera sacar algo desde dentro. Llegué a sentir la fuerza de succión aunque por supuesto no logró sacar nada de ahí.

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A esa edad no sabía que algo tan espeso como el chocolate no es recomendable meter por el ano por lo espeso es difícil de lograr. Es más recomendable algo más líquido como coca cola o agua y aún así se requiere de una técnica especial, de la cual tal vez hable, cuando toque el momento.

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La mejor posición es hincada en un sillón dando la espalda al hombre etc.… todo lo que tenga que ver con comida y sexo requiere de una técnica especial, como cuando hacen que te sientes en una pizza o pasan una rebanada de pizza por tu parte íntima y quedan residuos de queso, salsa, anchoas o camarones y el hombre se la come delante de ti. Es mucho erotismo para ambos y lo más recomendable es cuando la mujer no esta rasurada.

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Al ver que no podría lograr su objetivo le dijo a Raúl1 que me soltara y me pidió que me acostara normal con las piernas abiertas para que me hiciera oral, había mucho chocolate en mi vulva y en mi Monte de Venus. Al ver lo que JManuel me hacía Raúl1 le dijo “dame el chocolate yo le mamare las tetas”. Me dijo que levantara los brazos y empezó a aplicarlo en las areolas, me empezó a succionar los pezones y su boca se empezó a llenar de chocolate.

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Sin mirarme me dijo “que ricas chichitas…” Siguió lamiéndome y embarró todo el busto con su boca, ya no sólo los pezones.

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A decir verdad lo hizo hasta las axilas, empecé a sentir todo pegajoso, hizo mala cara le había llegado el sabor del desodorante en la lengua. Solté una carcajada, le dije que yo no le había pedido que llegara tan arriba.

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Seguían atendiéndome con sus bocas hasta que en un momento JManuel señalando mi Monte de Venus le dijo a Raúl que lo viera, éste contestó, “qué rico pastelito de panocha en chocolate”. JManuel le dijo que se imaginara como se vería cubierto de crema batida, Raúl terminó diciendo y “con una cereza arriba.”

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Me vine un par de veces, fueron orgasmos muy álgidos y eufóricos, tenía la confianza, estabamos en una casa vacía, solos éramos los tres. Cuando pensaba que me pedirían hacerles oral o me montarían para terminar JManuel dijo; “Ah no, pero de que le meto chocolate por el culo, se lo meto.”. Yo no tenía la mínima idea de lo que pretendía.

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Me aplicó un poquito más de chocolate en el orificio anal y con los dedos empezó a hacer movimientos circulares hasta que los introdujo, volvió a pegar la punta de la botella y la apretó para que saliera, ahora sí sentí como entró en mi cuerpo, sacó sus dedos, recolectó el chocolate de mi área perineal y genital y los volvió a meter con toda la carga que había colectado, sentí más cantidad dentro de mí…

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Nuevamente usando sus palabras fuertes le pidió a Raúl1 que me levantara las piernas para que mi ano apuntara al techo, pegó su boca a mi ano diciéndome; “¡puja …!”

viernes, agosto 04, 2006

Como muñeca de chocolate

Sentí frío dentro de mí y luego caliente, la boca de JManuel como una aspiradora en mi ano, así que no me quedó más que pujar y gemir. Escuché un sonido característico de salida, después de todo, no era mucha la cantidad, pero sí era totalmente líquido.

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JManuel lamió un poco más y no me dejó limpia. Sentía el chocolate en las nalgas, a ninguno de los dos se le ocurrió atenderme el monte de Venus que seguía inmerso en chocolate.

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Me pusieron de pie, me hicieron sándwich, JManuel frente a mí y Raúl1 atrás. Me tenían abrazada con fuerza. JManuel sugirió que así como estábamos nos acostáramos en la cama pero Raúl1 le dijo que no era buena idea porque la ensuciaríamos.

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Después de un rato en que ambos se movían pegando sus pubis en el mío y en mis nalgas, A JManuel se le ocurrió que fuéramos al baño, al bañarnos nos limpiaríamos.

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Raúl1 aceptó, yo no dije nada, sólo caminé junto a ellos, en vez de tomarme del brazo o rodearme pusieron sus manos en mis nalgas.

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Estaba aturdida y excitada, no noté que JManuel se había llevado la botella de chocolate consigo. Llegamos al baño que era bastante estrecho para tres personas, JManuel empezó a besarme en la boca y a frotarme el pubis embarrándose con el chocolate que aun había.

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Quitó su mano de ahí y la empezó a pasar por mi vientre y pecho, embarrándome toda. Raúl1 me frotaba el ano con uno o dos dedos, no recuerdo y sentí que los pasaba por mi espalda.

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Sabía que no podía, ni quería detenerlos, mientras me manoseaban, me recogí el cabello haciéndome un nudo, no había traído shampoo ni acondicionador y no me lo podría lavar.

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Estando en medio de ambos vi como se aplicaban más chocolate en sus manos. Me empezaron a frotar la vulva y el ano, como cuando se bañan y se tallan bien.

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Había más cantidad de chocolate en mi cuerpo, empezaron a embarrarme toda con ambas manos. La espalda, las nalgas, el vientre, los senos, las axilas, los hombros, las piernas, la cara.

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JManuel me dijo que me mirara, salí de la ducha y me vi en un pequeño espejo que había. Parecía como si hubiera nadado en una alberca de lodo o de chocolate. La cara la traía como los soldados de las películas que se embarran betún oscuro para camuflarse.

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Debajo de la regadera, me sentía más tranquila, intuía que ahí les sería más difícil intentar penetrarme o no se les antojaría.

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Además de que por consideración a las personas que habían prestado la casa, quienes fueran, no les ensuciaríamos la cama.

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Como siempre el de las ideas y el de la iniciativa era JManuel. Me pidió con voz determinante que me empinara, a Raúl1 le ordenó que recogiera todo el chocolate de mi cuerpo y lo dejara en mi trasero.

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Les di la espalda, me agaché hasta tocar las puntas de mis dedos, sintiendo los suyos recorrer mi espalda y vientre para depositar el chocolate en el destino que JManuel había establecido.

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JManuel consideró que era suficiente, le dijo a Raúl1 que me abriera las nalgas todo lo que se pudiera, le contestó que estaba resbaloso, contestándole que hiciera lo que pudiera.

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Sentí que me abrieron, JManuel volvió e introducirme chocolate, metió un dedo, luego dos, los empujaba hasta el fondo con fuerza buscando que el chocolate no regresara por donde había entrado. Sacó sus dedos, me recorrió las piernas y las nalgas hasta volver a meter los dedos. Tuve una ligera sensación como cuando quieres ir al baño, no muy grande en realidad, simplemente había un cuerpo extraño dentro de mí.

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Después de tres o cuatro inserciones, JManuel me volvió a decir que pujara, que gimiera, siempre con voz de mando. Lo hice y escuché decir a Raúl1: “Ah, son puras burbujas”, JManuel le dijo que se esperara, con voz más intimidante me dijo que volviera a pujar a gemir.

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Lo hice escuchando el sonido del líquido saliendo de mi cuerpo. Por mi posición tocándome la punta de los pies, no veía mucho, sólo los pies de ellos. Oí que Raúl1 decía “qué rico”, mirara como cuelga, se habían hecho más burbujas.

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JManuel se aprestaba a hincarse detrás de mí cuando Raúl1 le dijo que no fuera ojete, que lo dejara a él, que hace rato ya lo había hecho el.

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Temí que surgiera algún conflicto, los hombres pelean por cualquier cosa. Afortunadamente JManuel le cedió el turno a Raúl1 y no pasó nada.

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Primero sentí que lamió el exceso de humedad, luego clavo los dientes alrededor del ano y sin quitarlos escuché graciosamente lo me decía, no recuerdo qué fue en ese momento, algo como “qué rico, si tienes algo adentro dámelo”, algo así.

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Recuerdo su respiración alterada y su aliento al hablar. No retiraba su boca mientras lo hacia, me quemaba, su aliento era caliente de por sí, pero con el chocolate quema.

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De aquí en adelante hay una pequeña laguna en mi mente. Estuve tocándome los dedos de los pies un buen rato, ambos se turnaron por atrás, supongamos que sí, pero no lo recuerdo.

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Algo que se me grabó fue que con el chocolate se les paraba y se les bajaba, no era como otras veces que se les paraba y llegaba el momento que necesitaban eyacular con furor.

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Me pidieron que me hincara teniendo una experiencia poco común, como la tenían medio parada se me acercaron mucho y pude tener la punta de ambos penes en mi boca por momentos. Se las chupaba para alargárselas entrando ambas cabecitas en mi boca al mismo tiempo. Me sentí afortunada y todavía me siento así… No fue una sensación tremenda por sí misma, pero sí poco común. Al final batallé muchísimo para hacerlos que se vinieron, creo que el chocolate los insensibilizó. Ellos me hicieron terminar, no sé cuantas veces, muchas diría yo.

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Raúl1 se sentó en el suelo recargado en la pared, yo me hinque entre sus piernas para hacerle oral. Atrás de mi JManuel “cogiéndome” por el ano con 2 dedos, metiéndolos y sacándolos con rapidez y energía sin ninguna consideración, provocando que por el placer y dolor que sentía dejara de chupársela a Raúl1 y tardara más en ayudarlo a terminar.

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Por si fuera poco todavía seguía JManuel. Raúl1, era más “piadoso” para meterme los dedos, lo cual no significa que no me siguiera excitando hasta llegar a un orgasmo más.

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Fue una combinación de “martirio-placer” muy extraña pero placentera. Momentos antes mi cuerpo ya no quería más, aún así, reaccionaba de forma receptiva.

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Los últimos días habían sido largos, en especial éste. Fueron de preparación para las largas jornadas profesionales que en la prostitución me tocaron.

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Esto fue una carrerita, en la prostitución a veces, no siempre, hay maratones sexuales. La diferencia, es que una prostituta que conozca su trabajo procura al máximo no excitarse, aunque no siempre se logra, uno no es de palo…

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Por fin terminaron ambos, no les di tiempo a pensar, me adelanté y les dije que tenía que regresar a casa ya.

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Pidieron bañarse conmigo, esta vez si acepté, debido que podrían quedarme residuos de chocolate en la espalda o atrás de los brazos, en los omóplatos y yo no darme cuenta.

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Les dejé que me bañaran, me pidieron que me tallara mis partes íntimas para ver como lo hacía. Con gusto lo hice luego ellos mismos con torpeza lo hicieron, fue como bañarme y limpiarme dos veces. Eso me dejo más complacida.

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Me vestí, me peiné, me puse ligerísimo maquillaje y con el desodorante y perfume, quedé igual que como había salido de mi casa. No había huellas de la batalla.

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Eso me hizo sentir muy bien y empecé a comprender a esa edad que con coger nadie se muere por más terrible que haya sido la batalla en la cama o donde hubiera tenido lugar. Mi cuerpo hacía unos minutos era un campo de batalla, una zona minada y ahora el de una señorita que iba a su casa.

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Antes de empezara vestirme JManuel con mi calzón en la mano me pidió que se lo regalara, se lo di para evitar discusiones, además de que un día antes, le había regalado el que traía puesto a Raúl1.

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Me pidió que besara el calzón para dejar mis labios pintados en el, me negué, le dije que me daba asco pero me convenció diciéndome que se lo diera por fuera donde van las nalgas, no los genitales. Me pinté la boca y se lo di, dejé mis labios bien pintaditos, lo recuerdo bien.

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Raúl1 me dijo que eso hubiera hecho el día anterior con el que le di. Encogí los hombros como diciendo que no era mi culpa y que a él no se le había ocurrido.

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En el trayecto de regreso a casa volvieron a manosearme, pero ya no les quedaban muchas ganas, ni a mí, se enfocaron a concertar la cita para el día siguiente.

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Mientras me decían que nos veríamos yo iba diciéndoles que sí y pensando en como cambia el hombre después de una eyaculación tremenda como la de ese día, no les quedan ganas de nada.

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Había o habíamos llegado demasiado lejos, el siguiente paso era la penetración, mi vulva me decía que sí, mi corazón y mi mente decía no…

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A pesar de que les dije que al día siguiente nos veríamos, no nos vimos. En unos días más regresaría a estudiar y mis vacaciones habrían terminado. Así cerraba otro capítulo del inicio mi vida sexual.

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lunes, agosto 07, 2006

No fui su primer chica-jamón-sándwich

Después de que todo terminó, me quedé con sensación de duda y curiosidad. No era posible que hicieran las cosas tan bien, eran muy jóvenes y de por sí el hombre requiere de experiencia con una mujer, con mayor razón si la hacen sándwich. No era normal, se requiere de mucha práctica, casi sin hablar sabían cual era el próximo movimiento por hacer.

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Ese meter y sacar de dedos en el ano tan sincronizado, ese lamer la mitad de mi cuerpo cada uno “respetando” su terreno, ese acariciarme en la pick up, ese hacerme hincar frente a ellos poniendo el pene para que se lo chupara uno a uno, tan “armoniosamente”… No era normal.

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Cuando me fui a Estados Unidos no lo comprendía, pero después de meses dando vueltas en la cabeza, llegué a la conclusión de que yo no fui la primera a la que hacían sándwich.

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Era muy probable que así como JManuel me había confesado haberse cogido a Alma D, también la hubieran incluido en sus tríos. Luego pensé que todo el año que había estado ausente, probablemente lo habían aprovechado con ella.

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Alma D estaba en secundaria, salía al mediodía, iría a su casa a comer y de ahí a convertirse en la chica-jamón-del-sándwich.

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Pensé que todo lo que me hicieron a mí, lo habían aprendido y practicado con ella primero. Después de todo, cuando menos JManuel había reconocido que sí la penetraba. Me dije que no había motivo por el cual no la penetraran ambos al mismo tiempo, lo cual debe ser mucho más difícil que meter dos dedos en el ano al mismo tiempo.

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Al año siguiente en una reunión encontré a Alma D. Estaba más alta, más guapa, y más de todo, en fin, más mujer. Me estaba quemando por preguntarle respecto a Raúl1 y JManuel, sólo sabía lo que él me había dicho. Yo seguía con la duda si Raúl1 también, y en especial si habían hecho trío con ella.

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Me le acerqué para platicar, lo hicimos mucho tiempo, no pude sacarle nada, no tuve las agallas, ni la inteligencia de cómo preguntarle lo que quería saber.

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¿Cómo le preguntas a alguien si fulano y zutano ya se la cogieron? Oh ¿sí solamente fulano o solamente zutano?, Oh peor aún, ¿cómo le preguntas si ellos la hicieron sándwich?

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Era vecina y amiga, pero nunca habíamos hablado de sexo explícitamente como con otras amigas, no había manera de tocar el tema, tenía confianza con ella pero no de ese tipo. Así que me quedé con esa duda para siempre.

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Durante mucho tiempo me corroía por dentro, soy bastante curiosa, si bien no me afectaba en nada lo que le hubieran hecho a ella o a otras, la duda permanecía. Hoy en día me importa un rábano pero en esos tiempos sí, y me afectaba.

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También pensé lo difícil que lo que sabían lo hubieran aprendido con ella, la cual verían algunas veces a la semana puesto que ella tendría que estudiar y llevar una vida normal, ver a sus amigas, salir a pasear, convivir con su familia, lo que hace cualquier chica de su edad.

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Así que llegué a la conclusión de que habría más mujeres con las cuales hacían tríos. Pero mi pregunta era, ¿quiénes eran, serían del barrio, serían de otros barrios?

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Me quede con la duda hasta hoy…

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martes, agosto 08, 2006

¡Impone!

Siguió un año de estudios para mí con poca actividad sexual, había ido a estudiar y aprender, no a divertirme, para divertirme y aprender de cosas no académicas, para eso estaban los veranos cuando regresara a casa.

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Tuve un par de novios de poca importancia en mi vida y conocí algunos chicos y chicas. Fue un año en que incursioné por primera vez en la bisexualidad, ya tenía 15 años y unas cuantas incursiones en el terreno de la sexualidad.

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La cultura americana ve de forma muy diferente el sexo, son muy sanos, respecto a eso, lo ven bastante más natural que nosotros, pero por lo mismo carecen del erotismo que los latinos tenemos.

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No tienen nuestra malicia, ni concepto de pecado sucio que tenemos aquí, haciendo que seamos muy eróticos y pícaros, mientras que ellos atacan el punto con mayor naturalidad.

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Esto puede hacer que rayen en lo desabrido, el estar tres años consecutivos en su país empapándome de su cultura y perfeccionando su idioma me ayudó a ampliar mi mente y mis horizontes. No es lo mismo ir los veranos a un “Camp”, que estar tres años consecutivos con las excepciones de los veranos.

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Hay unos muchachos gringos guapos, algunos parecen muñecos, muchos de ellos muy buena onda y bien intencionados, tienen atisbos de picardía cuando te proponen algo como cualquiera, pero en general ven el sexo como lo que es, algo tan natural, son muy sanos al referirse y/o proponerte algo al respecto.

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Cuando menos así lo viví y así lo vi.

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Pícaros y cabrones los latinos y latinas que viven allá, en especial los que nacieron en un país latino y van a estudiar o trabajar.

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Mi primera experiencia sáfica fue con una chica mexicana de mi edad, que estudiaba allá como yo.

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No fue muy agradable pero sí contundente, ahora mismo puedo adelantar que cuando dije que ver un pene a unos centímetros de la cara es impactante, eso no es nada cuando tienes una vulva a la misma distancia.

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Desde mi punto de vista es más fea, tantos pliegues y líneas, además del olor que es diferente, mucho más fuerte y a esa distancia se percibe perfectamente.

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Aún así, lo hice.

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1 Comentarios:

  • A la/s agosto 29, 2008 6:31 a.m., Blogger Angelus dijo...

    No tiene derecho a desinformar. Si le preguntan y no sabe, no responda, o reconozca su ignorancia. Un beso francés es un beso con lengua, en la boca.

    Siento curiosidad por qué podía hacer tantas cosas y quería seguir siendo virgen. ¿Cuál es la diferencia? ¿Es más "pura" si no ha habido penetración vaginal, incluso habiendo tenido actividad sexual con tres hombres? No me queda claro.

     

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