Para el sexo siempre hay lugar...

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Le di su comisión a DonRa e insistió que fuera con Tontón, en el trayecto pase por la farmacia y Don Farma atendía a un cliente, movió sus cejas a manera de saludo y me detuve a comprar lubricante vaginal, a pesar de que los servicios habían sido cortos estaba sintiendo molestia al caminar, entre y se lo pedí a Don Farma, siempre amable e interesado en mi persona, me dijo que le gustaría verme en unos días y quedamos que pasaría y cuando quisiera mis servicios me detuviera.

Llegué al negocio de Tontón, había personas y me pidió que fuera al cuarto trasero y que esperara, como quería sexo le pedí el baño para aplicarme el lubricante y olvidé la conversación de las chicas respecto al baño a Tontón, me preguntó si quería hacer pipí y le explique la verdadera razón y dijo que “me ayudaría”, sus palabras me cayeron como bomba por alguna razón me inquietaba pero no tuve más remedio que callar, entramos al baño y pidió el gel, me dijo que me bajara los pantalones, haciéndome fuerte lo obedecí y le di la espalda, cuando vio mis nalgas hizo una exclamación de placer, las abrió diciendo “me lo tengo que comer”, en ese momento se encendieron las alarmas temía que quisiera penetrarme sin condón pero no fue así, preguntó adonde quería que lo aplicara y le respondí que alrededor del agujero, supongo que para sentirme más lo aplicó en toda la vulva incluso en mi culito, me tranquilizó que a pesar de tenerme indefensa no abusó, solo pasó sus dedos por mi vulva y ano sin meterlos, de haber querido no hubiera podido impedirlo, al subirme la ropa sentí alivio por el gel y olvidé que no es bueno lubricar como otras sustancias ya mencionadas en mi historia, se pueden aplicar horas antes, pero por mi falta de experiencia le regalé un agasajo a Tontón.

Regresamos al cuartito y me dijo que esperara, volvió diciendo que había un hombre que le pregunto si trabajaba en la placita y que pedía “conocerme”, Tontón dijo que me lo iba a presentar y acepte, antes de salir se dirigió al sofá y lo convirtió en cama, comprendí que ahí daría servicio. Regresó con el hombre al que llamaré “Sapito”, era del tipo de Tontón, de piel muy oscura, baja estatura y panzón, menos gordito, tenía bigote largo y ralo, su cabello era entrecano y por su cuerpo abombado y ojos saltones es que le llamare “Sapito. Tontón nos dejo solos para que nos “entendiéramos”, con timidez y voz baja, Sapito pregunto la tarifa y el servicio, le dije todo y sin titubear se llevó la mano a la bolsa y me dio el dinero, mientras lo guardaba y sacaba un condón Sapito se quitaba la ropa, estaban tan acostumbrados a llevar chicas de la placita ya sabían lo que tenían que hacer, me dio gusto, sería fácil y rápido. Cuando vi a Sapito desnudo me provocó una extraña sensación, su piel oscura como un pedazo de carbón, su panza protuberante cubría su pene, sus piernas ni delgadas ni gruesas así que decidí “que al mal paso hay que darle prisa”, para acelerar el proceso y tocara mi cuerpo lo menos posible me hinqué con condón en mano, me dijo que no repetidas veces que mejor en la cama, se recostó en el sofá-cama con las piernas bien abiertas y me coloqué entre ellas, su pene era muy oscuro, empequeñecido con dobleces como acordeón, parecía más un botón que una protuberancia como cualquier pene, se lo puse en la punta y acerqué mi boca, sus pelos se metieron en mi nariz y comencé a succionar, en segundos la tenia estirada y se comenzó a endurecer, era de tamaño y grosor normal, podía recibirlo sin complicaciones.

Se la mamé sin chiste, unas cuantas mamadas y quedó listo, lo único es que hacía mucho ruido, gemía y gritaba profiriendo halagos, yo temía que se escuchara hasta el depósito o que entrara Tontón a llamarnos la atención, siempre es incómodo que una mujer sea vista teniendo sexo sin estar preparada para ello, no transcurrió mucho tiempo y me pidió que cesara y me pusiera en cuatro, me penetró sin consideración y comenzó a moverse, su peso me venció así que recargué mi pecho en el mueble, no se coloco encima porque su panza estorbaba, la sentía en mi espalda, sus movimientos fueron bruscos, torpes y desconsiderados pero logró arrancarme algunas quejas mientras la metía y sacaba con fuerza y yo lubricaba hasta escurrirme, sentí el sudor de su panza en mi espalda y nalgas. Cuando pensé que terminaría se detuvo y me la saco pidiendo que lo recibiera de misionero, me penetró y recargó su panza en mi vientre succiono mis pezones, quería desquitar lo pagado y mis senos no los había tocado, aceleró sin soltar un pezón, emitía sonidos nasales y guturales mientras eyaculaba, una vez que la sacó y para no perder tiempo saqué papel higiénico para limpiarme mientras sapito seguía recostado, había quedado exhausto, me vestí rápidamente para que se fuera. Cuando salió me quedé en el cuartito unos minutos, sabia que ahora no tenia escapatoria, seguía Tontón sin duda alguna...

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