Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 25 de octubre de 2008

Otro detalle mas...

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No voy a adelantar nada, mas que el detalle en sí...



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Mañana a primera hora subiré alguna imagen.

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jueves, 23 de octubre de 2008

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Espero mañana poder continuar con la cronología... Gracias por su comprensión...



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miércoles, 22 de octubre de 2008

“Excepto Ross, todas sorprendidas…”

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No puedo explicar exactamente como reaccionaron ambas amigas. A lo más que me podría referir es a cuando por algún motivo te dan a desear algo y te hacen salivar abundantemente. Ahora, a la distancia del tiempo me parece natural su reacción. Después de todo, ¿A que mujer no se le antoja profundamente, digamos, estar con tres o cuatro hombres de a uno por uno, pero seguiditos? O como en el caso que Ross les contaba, estar en el centro de una doble penetración; Y más que nada, diría yo, ser el centro de atención de varios hombres.
Quedaron inmóviles y pensativas, era notorio que se les agolparon tantas ideas en la cabeza que ni siquiera sabían que preguntar primero. Esta conmoción duró varios segundos que les han de haber parecido años. Este silencio se rompió cuando una de ellas comenzó a balbucear titubeante preguntas más bien incoherentes. Ross se les quedó viendo esperando que pudieran formular preguntas mejor elaboradas, con mejor dicción y con mejor estructura para que ella pudiera responderlas.
Por fin pudieron hacerlo en mayor o menor grado. Le cuestionaron cosas más lógicas como cómo los habíamos conocido, con qué frecuencia los veíamos, si quedábamos adoloridas al final de las sesiones. Incluso, creo que ambas preguntaron casi al unísono y con un fuerte dejo de temor si en las sesiones había alcohol o sustancias ilegales. Le respondimos que lo primero sí había aunque a nadie la obligaban a tomar, que simplemente era para relajarse mejor y, que por supuesto, de lo segundo, nada, ni lo más mínimo. Esto pareció tranquilizarlas un poco. Les doy la razón de temer que hubieran cosas ilegales en nuestras reuniones puesto que, para mucha gente ignorante, lo que hacíamos podría ser considero un “exceso de sexo”, el cual se podría relacionar con otro tipo de excesos, éstos sí, realmente nocivos, por ello su ilegalidad. Para acrecentar su tranquilidad abundé en la materia. Les dije que se notaban que no eran gente que consumiera ese tipo de cosas, que quizá ni en su juventud lo habrían hecho, mucho menos en ese entonces que rebasaban los cuarenta; y que por si eso fuera poco, también se notaba que eran gente próspera, con negocios o con buenos empleos; que ese tipo de gente difícilmente se arriesgaría. También agregué que si, en lo personal, yo les viera algo sospechoso al respecto, simplemente ya los hubiera evitado desde haría mucho tiempo. “Entonces, ya tiene tiempo que los conocen…” dijo alguien con un ligero tono de reclamo. Ross y yo asentimos con la cabeza. “Y, ¿Por qué no nos habían dicho?” Reclamó, si mal no recuerdo, Ojitos Azules. “Ahora se los estamos diciendo…” respondió Ross en tono tan festivo que casi no pudo terminar la frase, y cuando lo hizo, soltó una carcajada bien sonora, mientras casi se retorcía de la risa, se tapaba la boca con una mano y se tocaba el vientre con la otra. Honestamente, no pude evitar una ligera sonrisa, mi loca amiga me contagió, además que el verle los rostros al par de ingenuas chicas era algo muy simpático.
Las chicas superaron el momento, dejaron que pasaran los segundos con la consiguiente risa burlona de Ross, y entonces preguntaron, (No recuerdo quien de ellas), “Y ¿Cuantos son? ¿Cuántos se las cogen?” Me adelanté a Ross e inmediatamente respondí, “Cuatro”, a la vez que volteé a ver a Ross. Ésta por su parte, quien estaba ligeramente delante de mi sentada en la cama, volteó hacia atrás, me miró y respondiendo a mis palabras exclamo en voz atenuada, “Menos de los que quisiera pero son más de los que dice Tina Marie…”

martes, 21 de octubre de 2008

“Si te sacas la loteria… ¡Gozala!...”

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“Para eso es mejor que sean maduritos”, añadió Ross. “Sí… pero ¿para encontrarlos?...” La interpeló la Rusa. A lo que Ross exclamó, “Y si… Por una de esas cosas los encuentras… ¿Qué? ¿Qué harías?”. Se formó un silencio. Las chicas titubearon, ya que en la escena hipotética que nuestra loca amiga les había planteado, les proporcionaba en bandeja todo lo que podría ser deseable faltando solamente el valor de decidirse. Después de ese par de segundos, agregó, “¿No te animarías? ¿No te aventarías sabiendo que son discretos y te saben tratar bien como mujer y en la cama fueran expertos para lo que mencionó Tina Marie?”. Encogiendo los hombros la Rusa le repeló, “Ya sería demasiada suerte…” Abriendo los ojos al máximo y haciendo bailar sus cejas Ross le cuestionó, “¿Y si así fuera?”. Ojitos Azules, en un tono algo sarcástico le reprochó, “Sería como sacarse la lotería…” Ross atacando con más vigor le repreguntó, “¿Y qué? ¿Apoco nadie se ha sacado la lotería nunca? Y si te la sacaras conociendo a un grupito de hombres que reúnan todas esas características, ¿Qué?” La Rusa repitió que sería mucha suerte, con un tono de incredulidad. Con un dejo de fastidio, Ross le increpó, “Entonces, si voy y compro lotería, me la saco y te lo digo, ¿No me creerías sólo porque uno en un millón se la sacan?”. La Rusa se empecinó a repetir que sería mucha suerte conocer a un grupo de hombres así y que, incluso, es más fácil sacarse la lotería, ya que, cada semana, mucha gente la gana, que conocer a ese hipotético grupo de hombres. “Por eso”, la interpeló Ross, “Si conocieras a un grupo de hombres que reuniera todos esos requisitos, ¿Qué harías?”. Tanto la Rusa como OA, reaccionaron ruborizándose, bajaron la cabeza, sonrieron pícaramente y se miraron entre ellas. Entonces La Rusa respondió, ruborizándose aún más sin poder ocultar una sonrisa de entre deseo y vergüenza, “Pues… a disfrutar”. Su sonrisa se acrecentó semejando uno de esos emoticones que vemos con frecuencia en la red. “Entonces…” añadió Ross, “¿Qué me dirías si te dijera que tanto Tina Marie como yo conocemos a un grupo de hombres así?”. Los ojos de las chicas se abrieron al máximo con una simpática mezcla de incredulidad y sorpresa. Su gesto se incrementó cuando Ross agregó: “¿Qué me dirías si te dijera que Tina Marie es chingona para aventarse de a tres y cuatro cabrones de uno por uno y hasta está reconocida como tal? Y… ¿Que me dirías si te dijera que yo también lo he hecho pero también he estado en muchas dobles penetraciones?...” Ojitos Azules la interrumpió preguntándole sin intentar en lo más mínimo disimular su sorpresa, “¿Por el culo y el panocho (Con frecuencia, entre nosotras, masculinizábamos esta palabra, incluso a veces la sustituíamos por alguna otra)?” “Yo sí”. Respondió Ross demostrando que no se arrepentía de haberlo hecho y, que incluso, se sentía satisfecha por lograr cosas que casi todas las demás sólo se conformaban con verlas en un video y, en muchos casos, simplemente tenerlas como una de sus fantasías sexuales más añoradas y deseadas. “¿De…Veras?” la cuestionó una de ellas. “Sí.” Respondió Ross con toda la seguridad que se pueda tener. Entonces ambas chicas, con incredulidad voltearon a verme con mucha curiosidad, como buscando en mis ojos la verdad y me preguntaron, “¿Sí?”. Me limité a asentir con la cabeza de manera casi imperceptible. Vi como se miraron entre sí, denotando sorpresa e incredulidad a la vez que tragaban saliva.
Alguna de ellas nos preguntó a Ross y a mí con quienes lo hacíamos. Ross soltó una carcajada limitándose a responder que no los conocían. En ese momento traté de ver mi película mental buscando recordar si en alguna ocasión alguna de mis ingenuas amigas hubiesen llegado a conocer a alguno de nuestros ahora cuatro amigos. No encontré ningún registro en mi memoria, así que quedé lista para responderles negativamente en caso de que trataran de corroborar conmigo la idea de que no los conocían. No fue así, la siguiente pregunta fue para Ross, le cuestionaron qué se sentía (refiriéndose a la doble penetración), ésta reaccionó con una gran carcajada para después decirles que eso no se podía contar, que había que vivirlo pero que lo que sí les podía comentar era que se sentía “muy rico”. “¿Más que con un solo hombre?”, una de ellas cuestionó. Ross soltó de nuevo otra carcajada abierta y exclamó, “¡Claro! Mucho más…”




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lunes, 20 de octubre de 2008

“Introducción a un nuevo mundo…”

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En unos momentos regresaron. Ross mañosamente volvió a tocar el tema. Enfatizaba en cosas extra-ordinarias como las piras o las DP’s. Una de nuestras ingenuas amigas le increpó diciendo, “Por favor, esas cosas solo suceden en los sueños o en las películas porno. Una mujer como nosotras jamás podría vivir algo así…” Ross volteó a mirarme de nuevo, con una sonrisa más maliciosa aún y con un brillo en los ojos, que a mí en lo personal me pareció macabro. Entendí con esa mirada y esa sonrisa que me preguntaba “¿Se lo decimos?” o ¿Se lo digo?”
Sentí que me empecé a congelar cuando nuestra loca amiga les replicó que no era necesario ser artista porno para experimentar algo así. Agregó que ni siquiera se necesitaba obligatoriamente ser puta para ello, aunque el serlo facilitaría mucho las cosas. Otra de las chicas, creo que la Rusa exclamó que ni las putas, ya que con ellas, sería de a uno por uno, quizá muchos pero, uno a la vez. La sonrisa de Ross creció, enseñando más de su blanca dentadura, mientras exclamaba un sonido cuya onomatopeya sería una especie de “Ejé”; Algo como una risa contenida.
Yo seguía impávida, inmóvil, fría en mi lugar, cuando Ross les preguntó algo así como, “¿Qué dirías si te dijera que yo ya lo he hecho?”. “¿Hecho qué?” Repreguntó la Rusa. “Tríos, Gang Bangs y la chingada”, respondió Ross. “Pues que lo soñaste… Dormida o despierta pero, lo soñaste. Le contestaron casi al unísono y casi con las mismas palabras, OA y la Rusa. Una de ellas agregó, “¿Cómo? ¿Con quien? No somos alemanas, o suecas, o… ¡gringas! Etc.… Aquí no se puede eso…” Reapareció el “Ejé” de risa contenida por parte de mi loca amiga, quien, a manera de sembrar duda y curiosidad se limitó a decirles, “Sí se puede…” Con un tono de autoconfianza y de saber a ciencia cierta de lo que hablaba.
“¿Apoco tu lo has hecho?”, le preguntó una de ellas. “Bueno…” Respondió Ross, “… ¿Que me dirías sí te dijera que sí pero que ustedes me creyeran, no que pensaran que lo había soñado?” Los gestos festivos y sonrientes en los rostros de las muchachas, empezaron a transformarse por unos de gravedad, de bastante gravedad, denotando que empezaban a tomar en serio a Ross; Abriendo un poco la boca y dejando ligeramente abajo la mandíbula inferior. Y todo ello mientras yo seguía como una estatua de piedra escuchando y observando y, la sonrisa de Ross aumentaba hasta casi morderse las orejas. Juntando ambas manos y luego separándolas describiendo una línea horizontal imaginaria, a la vez que encogía los hombros, la Rusa le contestó titubeante: “Pues… me… sorprendería… yo creo…”
Tratando de terminar con el suplicio de mis amigas, con su incertidumbre y, a la vez, aligerar un poco la tensión comenté, “Bueno, el hecho de que algo sea difícil de hacer y, que sea poco común, no quiere decir que sea imposible”. “¡Claro!” exclamó Ross, con cierto aire satisfacción por que yo haya intervenido. “Pero…” Interrumpió Ojitos Azules, “¿Te imaginas si lo haces y se llega a saber?... La quemadota que te das…” “Por eso hay que saberse buscar bien a los hombres adecuados”. Interpeló Ross, quien agregó; “Por eso es mejor que sean hombres maduros, con experiencia…” Entonces la interrumpí agregando, “Con experiencia en el sexo en sí y en cosas especiales como los tríos y las piras…”


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domingo, 19 de octubre de 2008

La Mas Fuerte...

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Ya que en semanas anteriores he ido subiendo la intensidad de las imágenes y podría decir que he recibido una aceptación absoluta y, que en esta semana me fue imposible tomarme una, decidí mostrar ésta. Se las dejo a su consideración a ver si no les parece demasiado fuerte... Como en estos casos, no les diré quienes son los protagonistas de la misma. aunque, quienes deséen, podrán adivinar...




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Daguerrotipo.




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Color Antiguo.




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Blanco y Negro Alto Contraste.




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Filtro.



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Para quienes me han estado preguntando por correo, les diré que ésta no es la mejor posición para un trío. No recomiendo que se haga de manera transversal a la cama porque uno de los hombres puede quedar en el aire, o casi, como en el caso del de la izquierda. Lo mejor es colocarse a lo largo de la cama. Aquí se hizo de esta manera para efectos de la foto. El de la izquierda programó la cámara, mientras que el de la derecha ya estaba dentro y no se movió mucho, sólo lo suficiente para no perder la erección. Y cuando el de la izquierda regresó, lo succioné un poco para que lograra la dureza que se ve, antes de que se autodisparara la cámara. Por cierto, la imagen original salió bastante mala, sin chiste, deslavada, casera... Gracias a los efectos no se nota mucho aquí.

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Actualización:


Ya las quité.


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