Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 11 de agosto de 2007

Detalle de Negativo.

No sé si se vuelva costumbre pero, hoy de nuevo coloco un detalle del negativo cuyo positivo en algunas versiones mostraré mañana. Por cierto, la de esta semana, me parece más aceptable que la de la anterior, sin haber llegado a alguna que me guste especialmente.

-

viernes, 10 de agosto de 2007

“Me atreví sin condón y sin pago...”

Levanté la cabeza para respirar y vi que Ricitos de Canela tomaba una copa y hablaba con un hombre ya habían terminado su servicio, yo volví a bajar la cabeza para seguir jalando aire y “sobrevivir” a las lengüeteadas y pequeñas mordiditas en la parte baja de las nalgas que Pitro me daba que sólo se detenía para tomar aire y recargar energías, me soltó y me pidió que siguiera pegada a la pared de la alberca, pegué mi pecho, abdomen y muslos mientras miraba hacia la casa y me percaté que las sillas estaban vacías, eso me hizo voltear por encima del hombro y vi que en la alberca estaban Ricitos de Canela y su cliente conversando con Don Chebocho y Perla.

Seguí indiferente hasta que sentí calor en la cara, metí la cabeza al agua para refrescarme y volví a voltear, ahora sí noté que el primer grupo conversaba de una manera alegre, mientras que Pitro y el otro lo hacían de forma sigilosa, casi sospechosa, como tramando algo, no le di importancia, el agua hasta el pecho y el oleaje hasta el cuello me tenían muy relajada, además ya tenía tiempo de estar bajo la sombra así que dejé que las cosas siguieran su curso. La presencia de Perla y verla relajada y sonriente me dio tranquilidad, los hombres exigían que a cambio de dinero les diéramos algo específico y yo ya se los había dado y se lo seguía dando y estaba dispuesta a darles mas, algo que los hombres inteligentes, cultos y expertos saben apreciar, así que no tenia nada que temer, el problema hubiera sido si alguna se hubiera arrepentido o encaprichado a la mitad de la tardeada, pero las tres teníamos claro que estábamos ahí para trabajar y estábamos cumpliendo.

Mientras pensaba escuché que alguien se acercaba caminando o flotando en el agua, no le di importancia hasta que escuché a Pitro que me dijo que el tercer hombre quería hablar conmigo, intenté voltear para escuchar lo que me diría, pero uno de ellos, no recuerdo quien, me pidió que no lo hiciera, para evitar algún conflicto obedecí y seguí con la frente hacia la orilla de la alberca dándoles la espalda, pero escuché que se alejaba de mí y sentí la presencia del tercer hombre atrás de mí y me preguntó si podía estar un ratito conmigo ahí en la alberca y que antes de que me fuera me pagaría, no le respondí sólo asentí con la cabeza, sabía que lo notaría desde atrás. Inmediatamente sentí sus manos en mis caderas, su pubis en mis nalgas y su pecho en mi espalda, supuse que si no me volteaba seria porque quería tenerme de espaldas, buscando causarle más placer empujé mis nalgas hacia atrás y eso le facilitó pasar sus manos bajo de mis brazos para apretarme los senos, segundos después los fue soltando para besar mi espalda hasta la cintura, luego sentí sus manos en mis caderas para impulsarse hacia arriba con una aspiración profunda, yo seguía inmóvil dejándome hacer y ganándome el dinero que me daría más tarde. Sentí sus pies en los míos como dándome una ligera patadita para que me abriera más y quedé con las piernas bien abiertas, me empujó en la espalda de tal modo que mis nalgas quedaron levantadas, quedé tan empinada que el nivel del agua quedo por encima de mi cabeza tapándome la boca y libre la nariz, el oleaje rozaba mis fosas nasales y me favoreció mucho, no pude concentrarme en lo que me hacía, me estaba lamiendo toda el área genital-perineal-anal pero no me estaba excitando y aprendí que sin aire suficiente no te excitas, tenía que mover la cabeza para buscar aire y respirar, mientras él seguía recorriendo toda mi intimidad con su lengua bajo el agua.

Por instantes se detenía para jalar aire y regresar a mí, en un momento sentí que trataba de soplar en mi interior quizá para meterme agua, recuerdo el sonido de los borbotones y la enorme cantidad de burbujas ascendiendo desde mis nalgas y por la espalda hasta la superficie, lo hizo varias veces y en todas sentí las cosquillitas que producían las burbujas, me pidió que me volteara y abriera los brazos, los coloqué en la banquetita de la orilla, una vez que lo hice comenzó a besarme los senos los cuales emergían como flotadores, pasó un tiempo besándolos hasta que acercó su cara a mi oído y me dijo que quería cogerme y que me pagaría al final, le respondí que sin condón no lo permitiría, y me dijo que se saldría antes de terminar y acepté para no causar alguna conmoción en el grupo, además de que me pagaría ya que se veía que cuando fuera a eyacular se saldría de mí y era su palabra. Me incliné y dejé caer mi peso sobre el agua sin soltarme de la orilla, abrí las piernas tanto como pude, mi vulva bajo el agua quedó totalmente expuesta e indefensa y quedé lista para ser empalada por este tercer hombre de la tarde y cerrar con broche de oro.



-

jueves, 9 de agosto de 2007

“En la alberca las dos trabajamos”



Conversaba con Perla fui a la cocina y vi que había una recámara, me asome y la vi que estaba muy arreglada a pesar de ser el cuarto de servicio, al volver le dije que hubiera sido cómodo si nos hubieran facilitado esa recámara y comento que cuando hacían fiestas donde se tenían confianza todos lo usaban e incluso los hombres se desnudaban ahí y que ese día no lo usaron para que no nos sintiéramos menos porque querían darnos igualdad y respeto y vaya que lo lograron.

Pitro y Don Chebocho nos llamaron diciendo que el agua estaba muy rica, Perla dijo “vamos a que nos nalgueen y nos dedeen un rato”, con su experiencia sabia lo que pasaría, nos metimos a la alberca y Pitro me tomó de la cintura, Don Chebocho hizo lo propio con Perla, cada uno estaba resuelto a quien tomar, quedamos una pareja frente a otra y mientras platicábamos sentía la mano de Pitro descender de espalda a nalgas y vi que la mano de Don Chebocho que rodeaba a Perla desaparecía llevabando una ruta similar, entre risas cada uno apretaba el culo de su dama. En la orilla había sombra y Pitro consciente de mi molestia al sol me invitó a ese refugio, sentí alivio cuando los rayos de sol ya no caían sobre mis hombros, Pitro me pidió que camináramos hacia lo más hondo que nos llegaba al cuello arribita del pecho, me recargué y abrí los brazos sobre el borde, fue una invitación no planeada para que comenzara a tocarme el cuerpo, sabía que el agasajo sería gratis pero lo permití porque ya había trabajado y cobrado y podría incitar a otro servicio o cuando menos lo dejaría contento, además quería seguirme viendo. La otra pareja estaba a varios metros también en la sombra, Pitro empezó con el cachondeo físico y verbal, algo que no hizo ni cuando fuimos a la recámara y empezó a explayarse sobre mis senos, mis brazos y otras partes, lo escuche con sonrisa de aceptación dándole luz verde para que me hiciera lo que quisiera a excepción de otra penetración a menos de que pagara, con sus manos en mi cintura beso mis senos que flotaban en el agua y ocasionalmente los soltaba para jalar aire y regresar a mis pezones acariciando mis nalgas, yo abrí las piernas con la facilidad que da el flotar como estando en gravedad cero, Pitro aprovechó para pasar su mano hasta encontrar mis labios vaginales y le llamó la atención porque en mi monte de Venus se habían formado burbujitas, cosas que le llaman la atención a los hombres, le regale una sonrisa imperceptible y lo dejé que continuara, dijo que quería darme un agasajo fuerte y me ofreció la mitad de un servicio completo y que me pagaría antes de irme, si por un agasajo no me daba nada valía la pena cobrar medio servicio y acepté moviendo la cabeza.

Tenía los pies casi en la superficie , volteé a ver a la otra pareja y noté que estaban “jugando rudo” como nosotros, mi cliente se colocó frente a mí para sumergir poco a poco la cabeza, plantó su boca en mi vulva y comenzó a lamérmela, miré entre mis senos y vi que sus cabellos se ondulaban por el agua, de su nariz y mis pelos salían burbujas hasta mis senos. Ahora recuerdo que una vez la Rusa en la casa de campo de la Oruga me sacó burbujitas similares que ahora provenían de la boca de Pitro. La conversación que tuvieron Don Chebocho y Pitro fue crucial porque llegaron a la conclusión de que yo no era una puta de bajo nivel y por eso me hacia oral, me puse boca arriba y sentí que su lengua tenia más espacio para accionar, así pudo lamer mi vulva de abajo hacia arriba, volteé para ver que hacían los otros pero el oleaje me lo impedía y escuchar menos. Pitro me dio mordiditas en mis nalgas y simplemente aprovechó, no me dolía pero si me excitaba, bajaba la cabeza y veía hacia el piso de la alberca, la subía y veía que el sol comenzaba a ceder, señal de que la tarde estaba llegando a su fin, no sabía cuanto faltaba pero el balance seguía siendo muy positivo.



-

miércoles, 8 de agosto de 2007

“Tarde de maduros potentes y atentos”


A pesar de las atenciones tenía que ser objetiva y le dije a Don Chebocho que tenía que pagar primero y le pedí que me dejara bañarme, respondió que fuéramos por dinero pero que no me bañara porque ya le urgía, eso me convenía ya que estaba mejor lubricada de lo que estaría después de bañarme y la mezcla de crema y aceite para bebé mas mi lubricación natural se fundiría en mi cuerpo, la verga de Pitro q había sido como batidora de chocolate, sin contar que Don Chebocho estaba a punto y al bañarme perdería la erección presente.

Fuimos a la recámara y me dio el dinero que guardé de inmediato, al acercarme me tomo de la cintura, yo puse mis manos en sus clavículas pero hizo que le rodeara el cuello para que el abrazo fue cercano e íntimo, mientras me restregaba la punta de su pene en mi pubis embarrando el hilillo de semen que estaba brotando y logrando meterlo entre los labios vaginales haciéndome saltar y gritar, encorvó la espalda para besar mis senos y apretar mis nalgas, yo no sabía si acabar pronto o que se tardara lo que quisiera en los juegos preliminares. Cuando me pidió que se la mamara ahí y pasaron mil cosas por mi mente, su pene seguía erguido, estando de pie era difícil ponerle el condón, podría ceder y mamársela después de todo se veían personas limpias, sin embargo a Pitro sí le había puesto condón y el problema consistía en que tuvieran comunicación y que Don Chebocho le comentara y me reclamara en el futuro, o que lo perdiera como cliente.

Decidí pedirle que se recostara para hacerle oral y pregunto si no podía hacérselo estando hincada, le dije que así era difícil ponerle el condón y me preguntó si nunca lo había hecho hincada, le dije que sí pero que debía ponerle el preservativo, al final cedí y use la técnica para parársela rápido y desesperarlo, me hinqué con el condón en la mano y lo así por las caderas, busqué la punta con la boca y cuando la sentí en la lengua cerré sin “abrazar” el tallo para succionar con fuerza moviendo y dándole masaje a la parte baja, se le paró instantáneamente mientras emitía suspiros como desquiciado y fue cuando aproveché para ponerle el condón mientras seguía chupando y me pedía que me detuviera, hice caso omiso y seguí para asegurarme de que el coito no fuera muy largo, me molestó que no quisiera cooperar y se recostara, cuando sentí que estaba dura cesé, de haber seguido treinta segundos más se viene en mi boca y quien sabe como hubiera reaccionado.

Me levanté y fui a la cama para ponerme en misionero pero Don Chebocho tomó mis caderas inmovilizándome, quedé en cuatro y relajada, descansé la cabeza en la cama y sentí que me abría las nalgas, segundos después llego la punta de su verga horadándome el orificio vaginal, estábamos muy excitados así que comencé a mover mis caderas mientras él sacaba y metía, por momentos me sujetaba para que no me moviera pero me soltaba y volvía a contonearlas de un lado a otro, me pidió que me volteara y se subió sobre mí, me penetró con rapidez, era evidente que necesitaba terminar había aguantado bastante, mientras la sacaba y arremetía me beso en la boca hasta terminar, antes de que eyaculara llegue al orgasmo que fue ahogado, dentro de su boca soplé todo mi aire y saliva, segundos después cuando sus movimientos eran sincopados “me mordió” el labio inferior sin usar los dientes emitiendo un gemido animal, llegaba la hora de la verdad en mi oficio que es cuando el cliente termina y no sabes como va a reaccionar. Seguía dentro de mí y sentía como se deslizaba hacia fuera, con sus manos tomó mis mejillas y volvió a besarme, yo sonreí y en ese momento sentí que había hecho bien mi trabajo y me estaba dando el visto bueno, así que no me sorprendí cuando me pidió mi teléfono para llamarme otro día, le dije lo mismo que a Pitro y estuvo de acuerdo.

Al salir para bañarme en la recámara de mujeres vi que estaba cerrada, pegué mi oído a la puerta y escuche gemidos de mujer, alguna de mis compañeras estaba dando servicio, me retiré y pensé que podría llenar una tina con agua y darme cubetazos en el jardín, así lo hice y así lavé mi cuerpo, vi que en la alberca estaban Pitro con Perla tranquilos sin cachondeos conversando, me acerqué y me invitaron a que me sumergiera, estuvimos ahí hasta que fui por otra copa, el sol que caía me provocaba sed, Perla me siguió y le pregunte que si no iba a trabajar, me apenaba que siendo ella la organizadora no fuera a ganar nada, me respondió que no había problema que ya “se desquitaría”, que lo importante era que Pitro estaba encantado conmigo y mi trabajo y que me había seguido hasta la mesita para dejar a los varones intercambiar opiniones y que más tarde averiguaría la opinión de Don Chebocho, le pregunté que si siempre era así, “con estos cabrones nunca hay pedo” respondió, siempre es lo mismo, copas, sexo muy erótico, sin cosas raras.

Hasta el momento era una tarde casi perfecta, todo hubiera sido ideal si la alberca hubiera estado bajo techo, por lo demás no había queja…



-

martes, 7 de agosto de 2007

“Iba por el doblete y lo que viniera...”

Seguíamos en posición de misionero, Pitro detuvo su movimiento brusco y me tomó de las corvas levantando mis piernas hasta que mis rodillas quedaron a lado de mi busto, comenzó a mover sus caderas de un lado al otro describiendo líneas horizontales con su pene dentro de mi vagina, esto era lo que necesitaba para llegar al clímax y no tardó mucho tiempo Pitro para terminar, sus movimientos fueron acelerándose hasta que llegó a eyacular haciendo que su cuerpo temblara como gelatina, veían mis senos que tenía cerca de la cara temblar como dos montañitas de crema.

Entre gemidos y pujidos mutuos Pitro eyaculó soltando mis corvas y permitiéndome bajar las piernas, se quedó dentro de mí hasta que su verga saliera sola, me beso en la boca y no quise rechazarlo porque sentía que seria un buen cliente a futuro, así que respondí su beso que fue leve, no de pico ni intrusivo de los que los labios se pegan y las lenguas se rozan, se recostó y después de sacármela me preguntó donde me localizaría para otra ocasión, no sabía si decirle que por medio de Perla o darle el número del celular que me había regalado ÁngelU, le pregunte adonde nos veríamos y me dijo que ahí mismo en su casa porque no le gustaba ir a moteles, me gustó, su casa era bonita y agradable pero le comente de mis actividades, que trabajaba y estudiaba y si acaso podría al medio día por una hora y media máximo, se quedó pensativo y me dijo que era suficiente, que podría ser en fin de semana y le comente que esos días hacia tareas y que no podría mas que el tiempo fijado a menos de que se tratara de una fiesta como en esa ocasión y quedamos de acuerdo con lo pactado.

Pitro se metió a la ducha y lo esperé para no salir desnuda y sola a la “recámara de las mujeres” donde era el lugar para bañáramos después de “trabajar”, cuando termino salimos y nos topamos con “Don Chebocho” y vi que Pitro le hizo una seña cerrando el puño y doblando el codo dándole a entender que estaba muy buena, simulé no ver nada, el encuentro no me permitió bañarme. Pitro nos dejo conversar y regreso a la alberca, Don Chebocho traía un vaso en cada mano y uno lo traía para mí con el pretexto de que hacía mucho calor y supuso que tendría sed, le agradecí y me invitó a la barra del desayunador para seguir la conversación, los pasos que dimos sirvieron para ver su verga que como la de Pitro era cómoda y supuse que me ocuparía más tarde, lo cual no me molestaba, presentía que seria otro trabajo cómodo y además Pitro ya me había excitado.

Nos recargamos en la barrita dando tragos a las bebidas, Don Chebocho pasó su mano por mi espalda y me pregunto si me gustaba el ambiente, la casa, a todo le respondí afirmativamente, incluso tengo idea que me preguntó si me gustaba él y también le respondí que sí, era una pregunta engañosa si se le hace a una prostituta, es para saber si estas dispuesta a trabajar y no si le gusta el hombre, que prostituta va a decir no y perder el dinero. Cuando nuestras bebidas se terminaban pegó su cadera a la mía y acaricio mis nalgas, me preguntó si quería ir “allá” viendo hacia la recámara adonde había estado ya. La excitación que Pitro me provoco y las dos o tres copas que había tomado y el buen ambiente me hicieron decir que sí con una sonrisa en tono más abierto que cuando Pitro me llevo, aún así bajé la cabeza y le dije “sí”, sus leves caricias se habían convertido en abiertos apretones de nalgas y pensé que mejoraría mi desempeño si bajaba mi mano a su verga y se lo apretaba.

No perdimos la compostura, la barra cubría la mitad de nuestros cuerpos y si alguien pasaba no vería lo que hacíamos, cuando Don Chebocho tenía su dedo en mi ano y mi mano en su verga sintiendo su semen entre mis dedos pasó Perla hacia el baño, se acerco a platicar con nosotros y nos dijo de que la estaba pasando muy bien y preguntó si nosotros también, fue una conversación casual a pesar de que ambos estaban en extremo excitados, Perla se fue y Don Chebocho se coloco tras de mí, y ya la traía medio parada, no intento metérmela sólo quería “esconderla” entre mis nalgas y me incliné para facilitarle su accionar haciendo lo posible para efectuar mi trabajo de la mejor manera y que los clientes quedaran contentos y con ganas de volverme a ver, mi amiga pasó y al vernos abrió los ojos, arqueó las cejas y nos mostró su dentadura con una sonrisa, solo se limitó a mostrar la palma de su mano y saludarnos.

Mientras su pene hurgaba mi intimidad sus manos sondeaban mis senos, me pidió que terminara mi bebida, tomé el vaso y di el último trago, “ estás lista” preguntó y le respondí que si, era tan amable que me ofreció algo más, y claro que se me ofrecía aun no me pagaba y no me había bañado después de atender a Pitro, pero nada sería obstáculo para que Don Chebocho obtuviera lo que quería...


-

lunes, 6 de agosto de 2007

¿Seria una tarde tranquila hasta el final...?

Estando juntas llegó unos de los señores que iban a asistir a la fiesta, todo el camino fue tranquilo y Perla llevaba el peso de la conversación, arribamos a la casa que como la anterior era grande y bonita con un jardín posterior más pequeño, la alberca era menos grandes y comprendí que cuando las fiestas eran en grande las hacían allá. Llevaba un bikini pequeño como Perla me lo sugirió, tuve la precaución de rasurarme la línea del bikini y me sentía cómoda, a la gente le gustó como me veía, al llegar al jardín me senté en la jardinera ya que ninguno de los árboles daba sombra a la alberca y el sol pegaba a plomo, vi que había bebidas preparadas con jugos o gaseosas tropicales con alcohol y tomé una para relajarme y acostumbrarme al lugar.

Todos estaban en la alberca y yo en la silla de la jardinera, sólo me levantaba para darme un chapuzón y regresar, en algún momento Perla me invito a que me uniera y le respondí que en poco tiempo lo haría, minutos después antes de que entrara a la alberca alguien dijo ¡fuera ropa! y me quité el brassiere y el calzón y todos, hombres y mujeres voltearon a verme y como ellos estaban sumergidos su desnudez era menos evidente, el sol caía a plomo y el calor era tremendo, el piso en torno la alberca estaba hirviendo, quemaba así que me apresuré a entrar al agua, una vez dentro la actitud de los hombres cambio, como no queriendo pasaban cerca de las chicas y les daban nalgaditas o les hacían sentir sus genitales en las nalgas, para ellos era la manera de ver con quien se decidían para ir a la recámara.

Uno de los clientes al que llamaré “Pitro” le pregunto a Perla en voz alta si yo era tímida o por que me había quedado en la silla tanto tiempo y le respondió que mi problema era el sol no la desnudez, que no tendría problema en andar desnuda por toda la casa pero que si hubiera una alberca bajo techo no saldría de ella y Pitro dijo que sería capaz de hacer una para mí sola, lo vi y le regale una sonrisa, con Pitro se encontraba un señor que pasaría de los cuarenta y que llamaré “Don Chebocho” quien escuchaba y comento que él cuando menos haría un jacuzzi en su casa para mí. Antes de que el sol quemara mi piel salí de la alberca para tomar otra copa, al sacar mi trasero del agua escuché expresiones como “guau” a lo cual no hice caso, quizá para animar a los clientes hubiera sido mejor que agradeciera los piropos pero al haber más mujeres, entre ellas Ricitos de Canela de la que no conocía nada y Perla le tenía algo de confianza decidí hacerme la sorda para evitar molestias o disgusto con ellas. Mientras me tomaba mi bebida vi a Pitro dirigirse a mí y pude ver su pene que no era espectacular, ahora sé que el pene bajo el agua se contrae y se hace más chiquita de lo que es, también se que un hombre gasta energía en la alberca y su deseo sexual es menor y pensé, si me toca a mi será perfecto. Se sentó y me pregunto si la estaba pasando bien, le contesté que me gustaba mucho el agua, aunque odiaba el sol y que nadie me presionaba para estar mucho tiempo en la alberca y que disfrutando mucho las bebidas, y para quedar bien le dije que estaba disfrutando de la compañía, fue entonces que me preguntó que si podríamos ir al cuarto, mientras daba un sorbo bajé la vista como buscando algo dentro del vaso y con un ligero e imperceptible movimiento de cabeza le respondí afirmativamente, cuando vacié el vaso me preguntó si estaba lista y sin hablar asentí. Ya Perla me había instruido que cuando me invitaran al cuarto primero me dirigiera a la recámara donde habíamos dejado la ropa, ahí tomé un monedero y aproveché para aplicarme crema sólida en el orificio vaginal, incluso me metí en la vagina, para la vulva usé aceite para niños mientras que para el cuerpo sólo perfume en el cuello y brazos con una ligerísima rociada en el monte de Venus.

Al salir me esperaba Pitro que me llevó a otra habitación, al cerrar la puerta y quedarnos solos me abrazó y me besó el cuello, bajo para chuparme los senos y tomo mis nalgas, era de esos hombres que se eternizan mamando tetas. Procuré no calentarme y no tuve éxito pero no perdí la cabeza, el me veía literalmente como una puta, así que no intentó ni besarme ni hacerme oral, por consiguiente la excitación que logré fue controlable, a pesar de la poca excitación comencé a lubricar, yo diría que mi lubricación ha sido mi mejor amiga y me ha sacado de muchos apuros. Pitro se recostó, me coloqué entre sus piernas y se la mamé como Perla me había enseñado, no se le había parado así que le puse el condón en la punta y succioné, inmediatamente se le paró, chupé un poquito más y ya estaba listo para la penetración, me puse boca arriba con las piernas abiertas, entre la crema sólida que estaba bien fundida y mi lubricación natural hicieron que su penetración fuera tranquila y rico, sentí como se deslizó sin problema, el tamaño de su pene ayudaba, sólo cuando metió la cabeza experimenté un ligero dolor, sus movimientos eran gentiles y constantemente preguntaba si me había lastimado, en especial cuando empecé a gemir, esos detalles me parecieron muy agradables, hay clientes, y lo viví en carne propia, que quieren desquitar cada centavo que pagan aun causando dolor a la mujer, es parte de “su manera”.

Mientras la fiesta seguía yo estaba siendo empalada por un señor de buenos sentimientos, mi servicio no había terminado, estaba concentrada en hacer bien las cosas, eran buenos clientes y buenas personas, en especial Pitro con el que estaba intimando, pero la pregunta que flotaba en el aire era si todo seguiría igual de agradable para todos, en especial para las mujeres...


-

domingo, 5 de agosto de 2007

Primer aniversario de la tradición.

Creo que es buen momento de hacerle la aclaración a algunas personas que me han escrito al correo e incluso me han comentado aquí mismo. Al Señor G no lo conocí trabajando. Simplemente le confesé, por decirlos de alguna manera, a que otra cosa me dedicaba además de mi trabajo ortodoxo.
Han sido varios los que por sus palabras, al parecer pensaron que a esa persona la conocí ejerciendo mi antiguo oficio. No fue así.

Por otra parte, como dije ayer, durante la semana no tuve la oportunidad de tomarme una foto especial para el blog, así que muestro una de las que me tomo para Don Q, que son de otro estilo, más a su gusto.
En honor a la verdad, ninguna de las versiones me gustó, quizá porque la foto en sí no me agrada demasiado. De cualquier manera, no quise romper la tradición y aquí están. Las imágenes durarán hasta la noche del Domingo -06:00 G.M.T.
Por cierto, hoy cumplo un año en que establecía la tradición de colocar una imagen en fin de semana. Ya lo había hecho pero no como una base regular.
-
Daguerrotipo

-
Color Antiguo

-
Van Dycke



-


Actualización:

Ya las quité.
.