Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 23 de junio de 2007

Espalda

Para mañana, algunas versiones en positivo de este negativo.


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viernes, 22 de junio de 2007

Extraña forma de terminar...

El aspecto de su miembro era normal, la tenía oscura, ni larga, ni corta, ni gruesa ni delgada y la cabeza puntiaguda, podría trabajarlo muy bien porque no tenía nada extraordinario salvo el hecho que probablemente en su juventud se había cogido a la señora.

Se paró frente a mí para después hincarse, sabia lo que quería hacer así que abrí las piernas, me agarró de las nalgas y paso su lengua por entre mis labios vaginales, en esa posición el hombre no llega a fondo, por lo que tuvo que conformarse con lamer mi clítoris, lo hizo un par de minutos y se puso de pie, me abrazó susurrándome al oído que quería saber a que sabía, sonreí y chupo mis pezones sosteniendo mis caderas. Para acelerar mi trabajo le tome el pene y se lo jale, así se le pararía rápido y mi oral sería leve y rápido.

Con eso se le paró por completo y me pidió que se la mamara, se dirigió a la cama y apoyó su cuerpo sobre de costado y yo me recosté dándole la cara a la altura del ombligo, bajé y la punta de su verga quedó frente a mi boca, antes de chapársela me preguntó si lo había hecho antes, le respondí que si con la cabeza, me pregunto si sólo a mi ex novio y le contesté ahora negando con la cabeza, repreguntó si se la había mamado a muchos teniendo su verga en mi boca, asentí y dejó de preguntar. Preferí que pensara que se la había chupado a varios porque si me sentía experta pensaría que le había mentido en las otras cosas.

La tenía muy caliente, sentía la calidez en mi boca, así que empecé a salivar mucho y se le paró más, la cabeza de su verga parecía que iba a explotar y con mi saliva brillaba como si estuviera encerada, de común acuerdo se la dejé de mamar y le puse el condón, me dijo “ponte”, había olvidad que la señora le dijo que me lo hiciera de perrito, así que me acomode para hacerlo de misionero cuando me interrumpió y dijo, “no, no, en cuatro, ponte en cuatro”. Me volteé y levanté las nalgas para que se colocara atrás de mí y exclamó palabras de sorpresa, algo así como “que buen culo me recomendó” y mencionó un nombre que no era el de la señora.

Como me estaba preparando para recibirlo sus palabras me tomaron por sorpresa y no escuché el nombre que menciono, como no le tenía confianza ni era el momento, no quise pedirle que repitiera la frase, y esto quería decir que si sabía el verdadero nombre de la señora era porque eran muy amigos, seguro era de e esos hombres que primero son clientes y luego amigos e intiman más, era mayor la responsabilidad para mí.

Estando en cuatro tomó mis caderas y antes de penetrarme me dio un beso en cada nalga alabándolas de nuevo. Siempre que es tu primera vez con un hombre hay un nervio especial, no sabes como lo va a sentir dentro, ni como la usa, si es considerado o salvaje, así que ni siquiera pude responder con una sonrisa a su halago, solamente bajé mi torso y elevé las nalgas abriendo más las piernas para facilitarle el acceso y evitar dolor. A pesar de su cunnilingus y sus chupadas de pezón no me había podido excitar por la responsabilidad que sentía, sin embargo el aceite y mi lubricación ayudaron para una penetración sin dolor, sólo dolió cuando metió la punta, comenzó a moverse diciéndome que me sentía estrecha, que notaba que era mi primer trabajo, no podía concentrarme en lo que me hacía pero vino a mi mente que con esa verga se había cogido a quien me daba trabajo. Mientras empujaba me preguntó si me gustaba de ranita y le respondí que no sabía, sí sabía pero no recordaba que así se le llamaba, dijo que me iba a gustar y me pidió que me recostara sobre la cama hasta que mi estómago quedara plano en ella, cuando alcancé esa posición me dijo “sólo levanta un poco el culo m’hija”, hice lo que pidió y comenzó a moverse con rapidez, con sus manos comenzó a acariciarme el busto a la altura del pectoral, no pudo llegar más lejos porque mis senos estaban oprimidos por la cama, sus movimientos se hicieron más acelerados y súbitamente la sacó poniendo sus rodillas a lado de mi espalda.

Siguió temblándose aunque ya no sentía nada hasta que emitió un grito sonoro, volteé y vi que me estaba echando las últimas gotas de su semen, pasé mi mano por el cabello y me traje en la palma una gran cantidad, eso me molestó porque no es parte del servicio y menos donde el tiempo es oro y que eyaculen en tu cabello te obliga a lavarlo y eso quita mucho tiempo.

Le hice mala cara y me despedí educadamente, fui a bañarme y a lavarme el cabello, una vez que termine pensé reclamarle a la señora, pero mi duda radicaba entre volverme a arreglar, pasar por el ritual de higiene y maquillaje para seguir trabajando o ponerme la ropa con la que había llegado, me decidí por lo último para que viera que estaba molesta.

Corría el riesgo de que me corriera con mi reclamo pero no dejaría que abusaran de mí, me habían pagado por sexo normal no por eyacular en mi cabello, con lo difícil que es quitar el semen, pero me dirigí con ella a jugarme el todo por el todo...





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jueves, 21 de junio de 2007

El hijo, el amigo, ella era muy compartida...

Después de bañarme y hacer el ritual de limpieza que empezaba a disfrutar, me retoqué el maquillaje y me dirigí con la señora quien me dijo que era bueno que no me vieran para seguir diciendo que era nueva en la casa, que de todas las chicas que había sólo quedaba una disponible y que tenía prioridad en cuanto llegara un cliente y después yo, y me preguntó cuanto tiempo más estaría ahí y le respondí que unas dos horas mas. Asintió y me dijo que era probable que alcanzara a dar un servicio más y que los gays avisarían a los clientes que había una nueva, recién llegada y sin experiencia.

Mientras me decía esto estaba a gusto ya que me acababa de bañar por sentir y oler el perfume, y claro el desodorante fresco, pero me preguntaba en cuantos trabajos puedes bañarte y perfumarte después de cada servicio amen de traer maquillaje que levanta el ánimo que te hace voltear al espejo para preguntarte si eres tú la que se refleja.

La señora volvió a mencionar que esperaba que su hijo y yo coincidiéramos para que le diera un servicio, trague saliva al escucharla, lo dijo como dándome a entender que no era opcional, lo entendí y empezaba a hacerme a la idea, era como una de las reglas de la casa y no me quedaba más remedio sacando el mejor provecho. Después de unos minutos tocaron y la señora salió a ver, no cerró la puerta por completo, me levanté y me acerqué a escuchar de qué hablaban, era un hombre que la trataba con mucha confianza, ella le decía que tenía a una chica nueva y que la tratara con cuidado. Él en son de broma preguntó que si se trataba de una virgen y le respondió que no, pero que era una chamaquita mal cogida por algún noviecillo pendejo, así que no esperara una virgen sino una primeriza inexperta y él exclamó “entonces es casi de un estreno”, haz de cuenta que la vas a estrenar dijo ella y le repitió que me tratara con mucho cuidado que lo conocía y a veces era muy brusco, él respondió con risa agregando que ya no tenía energía de juventud. La señora le dijo “cógete a la nueva de perrito para que no la lastimes, hazlo con suavidad”, y por su inexperiencia te dará “una mamada pelona”. “Mejor” exclamó él.

Me regresé rápidamente al sofá y presentí que la conversación entre ambos estaba por terminar y que me llamaran para unirme a ellos, después de unos segundos la señora regresó y me dijo que ya tenía otro cliente y le había dicho lo que habíamos quedado, se acercó y revisó mi maquillaje y me preguntó bajando la vista “y de abajo como andas” refiriéndose a mi higiene íntima, le dije que bien, entonces fuimos para que me lo presentara. En el trayecto me dijo que lo conocía de mucho tiempo, que me trataría bien y guiñó un ojo, por lo que dijo y lo que escuche concluí que se conocían desde que ella trabajaba como yo, aunque no sabía si había sido prostituta, de hecho simplemente lo intuía.

Salimos y ahí se encontraba el cliente, era un hombre de complexión regular, de piel aperlada, cabello corto canoso con corte de cepillo. Nos presentó y le repitió que era nueva y que me tratara bien, en broma se dirigió a mí y diciéndome que si no lo hacia se le dijera a ella para ajustar cuentas, yo solo sonreí. Antes de irnos le dijo que me pagara a mí para que aprendiera las cosas del oficio, que yo sabía que hacer. Nos dirigimos a donde estaba gay2 quien nos llevó a la recámara lista para ser usadas. Por cierto cada vez que los gays llevaban a la chica y cliente a una recámara les daban propina, luego supe que era costumbre, les daban entre veinte y cincuenta pesos, no parece mucho pero sumando todo el día ganaría entre ochenta y ciento cincuenta dólares diarios sin contar que algún cliente se los cogía por lo que les pagaban el equivalente al 20% de lo que cobraba una mujer.

Llegamos a la recámara y el cliente me dio el dinero, fui con gay1 y le pagué y le di a guardar lo mío, regresé y para variar ya estaba en calzoncillos, sólo que esta vez aun no se quitaba los calcetines, mientras me acercaba me preguntó si ya lo había hecho, le respondí “sí” y me cuestionó si lo había hecho con muchos hombres, le dije que no, que sólo con mi novio, quiso saber si lo había hecho muchas veces con el y le respondí que unas cuatro o cinco veces, en tono de reproche y broma me dijo que seguro no sabría ni mamar. Guardé silencio mientras pensaba que decirle, y se me ocurrió comentarle que lo que más le había hecho era oral, más que tener sexo completo, y me pregunto si quería mucho a mi novio, le dije que ya no andaba con él, que lo había mencionado por su pregunta de con quien lo había hecho.

Mientras hablamos quedamos desnudos y miré su miembro, era una verga que había estado dentro de la mujer que me daba trabajo algunas décadas atrás en su vagina y su boca, quizá también en su recto…

Es difícil de explicar, para mucha gente no signifique nada pero para mí lo era, además era importante dejarlo satisfecho, era su amigo y si no le gustaba mi trabajo la señora lo sabría inmediatamente, era un cliente especial con una verga especial...


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miércoles, 20 de junio de 2007

“El gordito sabia como”

Se movía con habilidad, la metía y sacaba son fluidez, su peso no me fastidiaba, su bajo vientre ayudaba para que no me la ensartara hasta topar, el único inconveniente fue que al ser tan ancho tenía que abrir más las piernas y me dolía un poquito las ingles. Estando en la posición de misionero se enderezó sacándomela con gentileza y me pidió que me moviera, se recostó y me pidió que lo montara dándole la espalda, lo vi como un reto porque su panza me estorbaría, sin embargo la sumió y yo empujé lo que sobraba de carne, fui ensartándome poco a poco hasta que mis nalgas quedaron en su bajo vientre, sentí suavecito como un colchón de hule espuma, al bajar sentía la piel como se pegaban mis nalgas a su panza con la ventaja de que no me dejaba ensartar todo mi peso en su verga, era un bloqueador para evitar dolor innecesario.

Ya había estado con hombres llenitos y con panza pero no tanto, la de este era definitivamente un plus, obtenía la sensación de estar con un hombre sin recibir dolor por la posición, no importaba que la tuviera larga, su panza me detendría cuando se me pasara la mano al darme sentones. Comencé a jadear y gemir, él a su vez hizo lo propio, empecé a sudar y a lubricar más, lo que no había logrado con los otros dos. Sin decir nada me jaló para sí hasta quedar mi espalda en su barriga, me arqueé para que se amoldara a la curvatura de su barriga, apoyaba mis movimientos con los pies sobre la cama dejando mi trasero libre permitiéndome hacer movimientos de péndulo de adelante hacia atrás y viceversa.

Me encontraba demasiado lubricada y lo había mojado mucho, cada vez que mis nalgas pegaban en su vientre lo sentía pegajoso. Como estaba tan excitada en una posición que nunca había hecho me encontraba cómoda haciéndola y empecé a acelerar mis movimientos con los cuales sentía como su miembro sacándome líquido vaginal, él me cubrió mis senos con sus manos y me dijo “más despacio, más despacito...”. Obedecí y bajé la velocidad pero recordé que él pagaba sólo media hora y que al cumplirse llegarían los jotos a tocar la puerta y romperían el hechizo, así que con un movimiento de cadera levante el brazo discretamente y miré mi reloj.

Cuando estás penetrada por un hombre y tu cuerpo y mente sienten que lo están haciendo bien, pierdes la noción del tiempo, no sabes si ha pasado un minuto o un día, así que me llevé una sorpresa al ver que no habían pasado ni quince minutos desde que entramos y unos más desde que me penetró, eso me relajó y seguí con mis movimientos cadenciosos hasta que me dijo que me volteara, que lo cabalgara dándole la cara, esa posición la conozco como “a caballo”, “a caballo de frente” o “a caballo de espalda”. Me la saqué y me puse de pie sobre la cama, le agarré la verga para que no se desviara y doble las rodillas hasta que la punta entró en mi vagina, me deslice hacia abajo, en esta posición nada me protegería. Quedé sentada viéndolo, tomo mis brazos y me jaló para recostarme sobre su panza, puse las rodillas en la cama, me pidió que estirara los brazos y rodeara su cuello, debido a su volumen no pude abrazarlo.

Con su ayuda comencé a salirme y ensartarme de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante, vi su cara como se desfiguraba aún más, síntoma de que la eyaculación estaba cercana, bajó sus manos a mis nalgas y las abrió para hurgarme, intento meter un dedo en mi ano pero por la posición sólo logró meter la yema, me dijo que acelerara el paso, lo hice, además con su ayuda con la mano que me quedaba libre me agarró con fuerza una nalga y me ayudaba jalándome hacia arriba.

Su eyaculación fue muy sonora, es decir, el grito que emitió al eyacular, hasta me dio pena de que lo escucharan afuera aunque recordé lo que me había dicho la señora que ahí no era Disneylandia y que sí se oía era síntoma de mi buen trabajo. Me vio con ternura, sin lujuria ni desprecio por lo que yo representaba y me dijo que qué era muy buena, trató de besarme en la boca pero con la diferencias de estatura y su panza me beso en la cabeza, esto lo incomodó y me dijo que doblara las rodillas, puso sus manos en mis nalgas y me jaló hacia arriba, gracias a lo sudorosos de los cuerpos y a que había mucho líquido vaginal en ambos, mi cuerpo se deslizó hacia su cara con facilidad, sentí como si no pesara nada y como se deslizaba su verga hacia afuera de mi vagina hasta que salió por completo poniéndome la piel de gallina.

Cuando mi cara quedó con la suya tomó mi cabeza y me beso en la frente, no pensé, ni tenía edad, ni era el momento, pero intuí que era un hombre sensible y después del beso me dio un apretón de nalgas, seguía siendo hombre pero sensible. Estaba sudada y sucia para ponerme la ropa así que le dije que me permitiera bañarme rápido y cuando saliera él podría bañarse tranquilamente.

Tiempo después me enteré que a ese cliente en la casa lo llamaban “Ditogor” que dicho en repetidas ocasiones y rápidamente se escucha “gordito”. Con él se rompió la rutina y no es recomendable romperla de esa manera en el oficio, sin embargo con él fue una buena experiencia...



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martes, 19 de junio de 2007

“El peso completo me sorprendió...”

No había atravesado la segunda salita cuando apareció un hombre que iba al baño, me hizo una seña para que me detuviera, se acercó y me miro de arriba abajo, me dijo que en la primera pieza había unas chicas haciendo sala y que no se había decidido por ninguna, pero al verme tomó su decisión, preguntó si estaba trabajando porque se le antojaba un servicio completo, le respondí que era nueva pero… Encogí los hombros aceptando el servicio y después de una pausa le dije que debía de pagar por adelantado al igual que lo de la recámara porque así me habían instruido.

Mientras se llevaba la mano a la bolsa lo pude ver mejor con más calma, tendría unos 45 años, de 1.80 de estatura, bastante gordo y de piel muy oscura. Me pagó y me acompañó hasta el pasillo, le pedí que me esperara mientras iba a la oficina de gay1 para entregar el dinero. Gay2 nos guió a la recámara ya preparada, mientras nos conducía le comentaba al cliente que era nueva y que me tratara bien, respondió que sí. Una vez que dentro le dije que me esperara un minuto pues iría al baño, me dijo que en la recámara había baño, no supe que responder pensé que al limpiarme barrería con mi lubricación natural y con el aceite y podría ser que este tuviera el miembro muy desarrollado y me rozaría de nuevo, así que cuando me limpié lo hice de manera superficial, únicamente quité el exceso de humedad, ni modo si me hubiera permitido ir al vestidor estaría en mejores condiciones, pero él lo quiso así.

Cuando salí del baño ya se encontraba en calzoncillos esperándome, a pesar de que parecía que ya había ido en otras ocasiones me preguntó cuanto duraba la recámara y le respondí que media hora, me dijo que me quitara la ropa y me la fui quitando prenda por prenda, él no me quitaba los ojos de encima, cuando me quité el calzón, él se quitó el suyo, no se la alcancé a ver bien porque la panza estorbaba pero noté que la tenía muy negra, era de esperarse, era lógico que su pito fuera igual de oscuro. Se acercó y me tomó de la cadera recorriendo sus manos de arriba abajo, se hizo un lado para agacharse y chuparme los senos, mientras lo hacía posó una mano entre mis nalgas recorriendo toda la línea hasta detenerse en el ano, y con la otra comenzó a dedearme los labios menores teniendo como meta el clítoris. Si bien no es aconsejable que una prostituta se excite con un cliente en ese momento agradecí que me hiciera todo eso, temía que al limpiarme me hubiera secado de más y me pudiera rozar.

Después de chupar y lamer cada seno comenzó a darme mordiditas en los pezones, cuando dejó de hacerlo dirigió su boca a mi oído y me preguntó si era virgen, como pude respondí de modo negativo, su reacción fue preguntarme con cuántos había estado y como pude le dije que sólo con mi novio, me repreguntó si tenía novio y balbuceando le contesté, “no… mi… ex…novio”.

Ya me había hecho presa de sus caricias, me tenía muy excitada y felizmente húmeda para aguantar lo que viniera, no quería perder el control como con mis tres amigos, así que lo que hice fue ponerme de hinojos para mamársela ahí mismo, me dijo que así no que esperara, se dirigió a la cama y se recostó boca arriba y por fin se la pude ver, era tan negra como me la imaginaba, al igual que sus huevos que eran todavía más oscuros.

Como se suponía que era primeriza se la tenía que mamar sin condón, así que lo saqué de su envoltura y lo estuve preparado mientras se la comenzaba a chupar, fue difícil porque su bajo vientre era voluminoso, era muy panzón y ancho de la cintura y la parte baja de su barriga me pegaba en la frente y nariz mientras se la chupaba.

Con el tiempo aprendí a tratar a hombres igual de voluminosos o más, no me molesta ni me desagradan los hombres corpulentos aunque en ese momento si estaba encontrando dificultad para mover mi cabeza con fluidez, le comencé a acariciar los huevos en la parte baja del saco escrotal donde se une con el perineo, con eso se le paró más rápido y me dijo que me detuviera y le pusiera el condón para recibirlo.

Cuando me acosté y lo vi no me preocupó el tamaño de su pene que era bastante largo, sino que se iba a acostar sobre mí y me aplastaría como si me pasara una aplanadora en mi. Me sujetó con fuerza las corvas y levantó las piernas hasta que la espalda quedaba sobre la cama y mi cuerpo en el aire, respire profundamente porque pensé que no podría respirar hasta que terminara y todavía ni me la metía, se hincó y puso sus rodillas bajo mis muslos para que no bajara las piernas, me penetró con facilidad porque estaba bastante lubricada y porque no lo tenía gruesa. Se inclinó poniendo sus manos en la cama y su panza sobre mi estómago, todo su peso recaía en sus rodillas dejando el tórax libre para respirar. Evidentemente era un hombre con experiencia, sabía como estar con una mujer sin que fuera pesado para ella a pesar de su complexión. Se recostó y aún así no sentí presión sobre mi cuerpo, tenía habilidad y experiencia, conocía bien su cuerpo.

Fue una sorpresa, cuando lo vi sobre mí antes de penetrarme pensé que me dejaría como hoja de papel, pesaba el doble que yo, pero aún me esperaba una sorpresa inesperada y de lo más agradable, cuando pensaba que terminaríamos de misionero se detuvo para decirme algo sorprendente...

Nota:

A Raydigon:



Estoy profundamente alterada con la noticia que me acabo de enterar. Bajo estas circunstancias sé que mi redacción no será la mejor. Quiero pedirte que recapacites en tu decisión, es desmoralizante.
No puedo continuar con este post, mejor copiaré y pegaré lo que te comenté en tu blog, en el post de despedida:

"Tina Marie dijo...

Venía de mi blog simplemente para agradecer tu visita y me encuentro con esta bomba...
¿Como que te vas? Nooooooooo.. te lo dije allá y ahora te lo digo aquí. No te vayas, no cierres tu blog. Es el punto donde convergen muchas miradas diarias, muchos lectores ¿Que te pasa? Noooo
Un caballero a carta cabal como tu hace falta... este pinche mundo y este pinche internet está lleno de pelafustanes y mandriles. Los caballeros como tú evitan que internet sea una jungla de monos bananeros.
Tu blog es necesario en la blogosfera, me niego a despedirme de ti. Te pido que continúes.

Pd. perdón por las malas palabras, sólo se me salen en momentos de stress o de nervios o cuando ocurre algo tan desagradable e inesperado. "


Te repito caballeros como tu evitan que internet se convierta en una jungla de mala fe y malos deseos repleta de seres subevolucionados. Recapacita por favor.

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lunes, 18 de junio de 2007

Al salir de su oficina me esperaba otra sorpresa...

Seguí a gay2 a la segunda salita adonde se encontraba la señora con algunas chicas, dos de ellas habían estado cuando hice lo propio con mis dos clientes anteriores, junto con ellas se encontraba un hombre canoso, alto, blanco y muy ancho del cuerpo, era un cliente había llegado únicamente para ir a la recámara y había pedido le mostraran a las chicas disponibles en ese momento. La señora le dijo que escogiera la que más le gustara y le habló cosas buenas de nosotras, nos pidió que diéramos una vuelta para que el señor nos viera mejor.

Desde que entré en el oficio pensé, primero por intuición y después por consejos que no es bueno excitarse, es algo que hay que omitir al máximo, no puedes excitarte con cada cliente, te desgastas y envejeces muy pronto, la que lo haga quedará demacrada y decaída en poco tiempo, sin embargo hay algo extraordinariamente excitante y que quizá sea el máximo chiste del oficio, y consiste en no escoger al cliente, sino que el cliente te escoja a ti, es una sensación loca, se siente un cosquilleo en el estómago incomparable, no se parece a nada. Cuando haya chicas junto a ti al momento de ser escogida y el hombre señala y observa una por una, es el momento cumbre en esta profesión, de acuerdo a mi sentir. Si tuviera que desearle lo mejor a alguna mujer le pediría que por lo menos una vez en su vida pasara por esa situación.

Supongo que sudé y lubriqué más, fue muy excitante para mí por ser la primera vez que lo vivía, no me importó ni molestó que escogiera a otra, la temperatura de mi cuerpo ascendió, estoy segura que la sangré se agolpó en mi cara. Al retirarse el cliente con la chica elegida vi a la señora preguntándole que debía de hacer y me dijo que la siguiera, me dijo que recordara que unos días“hiciera sala”, que quiere decir que me sentara en el sofá para ser vista y pedida por los clientes, mencionó de nuevo que unos días les diríamos que era nueva, recién llegada y que nunca antes había trabajado en el oficio. Le pregunté por qué me había parado junto a las chicas y me dijo que me faltaba mucho que aprender, que a veces es mejor una cosa y a veces otra, que ese hombre quería variedad, que hubiera mucho de donde escoger y que ella quería que comprobara que en su negocio había calidad y cantidad sin importar la hora, que la imagen del negocio era muy importante para todas no sólo para ella, para las chicas también, ya que a mejor reputación, mejor calidad de clientela y mas dinero al cobrar y recibir propina.

Me preguntó como me sentía al haber atendido a dos clientes casi al mismo tiempo, le contesté que bien, que el aceite me había evitado problemas, me interrumpió diciéndome que gay1 y gay2 le habían comentado que los clientes les habían dicho que los dejé muy contentos, terminó felicitándome y que desde las primeras veces me había dicho que me iría bien en especial con ella, pregunté el porqué había pensado eso si apenas me conocía y me respondió que si yo tuviera el tiempo que ella tenía en el negocio y su edad lo comprendería, hay cosas que se aprenden con experiencia, se rió con fuerza diciéndome que ciertas cosas se vuelven rutinarias y se olvida lo emocionantes que eran y que a mi edad también se ponía nerviosa en especial de novata. Me retiré al baño y casi en el oído me dijo que me limpiara bien, que sabía lo que era excitarse y ponerse nerviosa por lo ocurrido, y que si no a todas les ocurría, a ella a mi edad le pasaba, me pregunto sí tenía toallitas húmedas y le respondí que sí y me dijo que procurara que no dejar huella de mi excitación anterior, la miré y asentí mientras ella me guiñaba un ojo tratando de provocar empatía entre nosotras, me volvió a tomar los hombros diciéndome que caminara más despacio y que me contoneara más, “muévelo, muévelo, muévelo” me dijo con énfasis como maestra a su alumna, se refería claro a mi colita, sonreí y seguí su consejo aunque los nervios no desaparecían, era muy joven y además era la primera vez que trabajaba formalmente.

Al salir de su oficina me esperaba otra sorpresa...


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domingo, 17 de junio de 2007

Pocas versiones

Ahora, a petición, coloco menos versiones de la misma foto a diferencia de otros fines de semana.
Durarán hasta la noche del Domingo. -06:00 G.M.T.


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Daguerrotipo


Blanco y Negro Alto Contraste


Color Antiguo



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Actualización:

Ya las quité.


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