Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 26 de mayo de 2007

Negativo de Sabado

Como siempre, mañana coloco el positivo, que en esta ocasión serán varias versiones





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viernes, 25 de mayo de 2007

Mientras se la mamaba me alarme...

Esa misma noche mientras estudiaba sonó el celular que me había regalado ÁngelU, lo contesté pronto para no llamara la atención, era Perla quien me dijo que me había buscado, le dije que era peligroso que siguiéramos hablando, que cortara yo le llamaría desde un teléfono público, me dijo que era importante, que no la dejara de llamar.

Salí de casa y para no perder tiempo la llamé desde mi celular personal, me dijo que había hablado con el cliente, el que me había mencionado, y que le interesaba el trío para la semana que estaba por empezar. Le dije que tendría que ser al día siguiente, de lo contrario seria hasta el fin de semana porqué estaría indispuesta de martes a jueves, y que el viernes vería a nuestros tres amigos, así que no había más opciones. Quedamos que me llamaría al día siguiente para decirme lo que había resuelto.

Ella sabía la hora de mi salida de la escuela y me llamó al día siguiente, me dijo que el cliente se había mostrado dispuesto, sin embargo ese día le era incómodo, pero que no quería esperar hasta el fin de semana. Perla me dijo que él no estaba preparado con la cantidad de dinero para ambas en un trío, ya que se cobraba un precio alto pero que si yo aceptaba podía ir “casi como simple mirona”, la palabra que me retumbó fue la de “casi…” y se la repetí con duda, me aclaró que no pasaría de que me desnudara y acaso él me daría unos besos en los pezones y quizá algunas caricias y agregó que el hombre me daría “algo”, puesto que ella haría todo el trabajo pesado.

Me quedé pensando y ella aprovechó para recordarme que sería una oportunidad para ver como ella ponía el condón con la boca, su idea me animó, le pregunté la hora y que como no lo esperaba ese día, sería en la tarde-noche y no pasarían de dos horas. Le dije que aceptaba con la condición de que fuera la única vez que lo haría a esa hora ya que todo lo hacía de día o en la tarde. Más tarde volvió a llamar para decirme que estaba arreglado y que me esperaba en un lugar.

Asistí nerviosa, sin embargo lo que tenía en la mente era aprender a poner el condón con la boca, técnica indispensable conocer ya que no se nace sabiendo, no es como chupar y chupar hasta que te vuelvas experta.

Perla y yo llegamos al lugar casi al mismo tiempo, caminamos un par de calles y en el trayecto me recordó el plan, me repitió que al llegar debería desnudarme, cuando le pregunté a donde iríamos respondió que a un hotel, que era lo más seguro. Llegamos y ya nos esperaba, él traía una camioneta familiar de esas que no son pick ups, ni mini vans pero sirven para todo terreno. Perla nos presentó y me vio de arriba abajo, nos invito a subir a su camioneta. Perla iba adelante con él, era evidente que lo conocía lo suficiente por el trato que se daban. En ningún momento pregunte a donde iríamos, después de unos minutos Perla lo hizo y él le respondió, pero con el volumen del radio y mi ignorancia no entendí nada.

Cuando llegamos al hotel lo primero que hice fue mirar a Perla, que con un movimiento de cabeza me indicó que podíamos empezar a desnudarnos, él al vernos comenzó a hacer lo propio. Al estar desnudos el se me acercó y pasó sus manos por mi perfil, por mis caderas y mis hombros, fuimos los tres a la cama e hincados me comenzó a mamar una teta, por instinto llevé mi mano con la intención de amarrarle el pene pero la mano de Perla se interpuso, volteé a verla y me hizo la señal de “no”.

En instantes comprendí que de amarrársela y jalársela se le pararía y Perla no podría demostrarme como poner un condón con la boca, cuando un pene está erguido es de lo más fácil colocar un condón, sin embargo para que esté duro hay que chapársela primero, en ese oficio hay que aprender a ponerlo con la boca es indispensable.

Perla traía el condón en la mano, le pidió que se recostara boca arriba, la lección empezaría, me acerqué lo más que pude, tanto que coloqué mi cabeza encima del vientre del hombre que era delgado y moreno, lo agarré de almohada.

Inmediatamente comenzó a pasarme la mano, doblé las rodillas para acercarme más y comenzó a acariciarme las nalgas. Perla se colocó entre sus piernas, sacó el condón y se lo puso en la boca, y me dijo con voz imperceptible; “Mira” me dijo viéndome a la cara y mostrándome su boca rodeando el condón con sus labios sin oprimirlo para que no perdiera su figura redondeada, con las yemas oprimió la raíz del pene para que se saltara lo más posible, bajó su cabeza, dirigió su boca al miembro hasta que entró un poco por la abertura del condón.

Una vez que Perla sintió que parte del pene estaba dentro del condón, cerró la boca, succionó fuerte y movió su cabeza hacia arriba y atrás para estirarlo lo más que se pudiera, repitió la maniobra unas veces y en un momento ya estaba erecto y duro.

Quedé sorprendida, no sabía esa técnica, sin exagerar puedo decir que me maravilloso, en especial por la vista tan cercana que disfruté en esos momentos. Perla se la siguió mamando y luego se detuvo y me dijo, “así se pone el condón en una verga dormida” y me dijo que le diera unas mamadas para irme acostumbrando.

Perla se quitó y la remplacé, a las primeras chupadas me detuve porque sentí la boca escaldada, me dijo que era mejor que me fuera acostumbrando, que eran gajes del oficio porque no siempre iba a encontrar condones de sabores, que lo normal era eso. Perla tenía razón, la lengua escaldada serían “gajes del oficio” así que se la seguí mamando.

En un momento comenzó a gemir y dijo que qué rico mamábamos las dos, dirigiéndose a Perla pero señalándome dijo “me la quiero coger”. Al escuchar sus palabras me dije que ya no sólo era mirona sino que hasta cogida saldría…

Mientras se la mamaba me alarmé...

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jueves, 24 de mayo de 2007

Completo no, una mamada si...

Contrario a lo que temía, y acostumbrada a los viajes en auto con mis amigos, el trayecto transcurrió sin contratiempos ni acciones libidinosas de parte de los señores. Llegamos a la casa de campo, que no estaba lejos de la carretera como la de los papás de la Oruga y lo primero que hicimos fue meternos a la alberca, nos facilitaron una recámaras, mis amigas por no ir preparadas tuvieron que desnudarse completamente, yo traía el traje de baño bajo mi ropa.

Ya nos estaban esperando, cuando salimos y vimos una alberca no muy grande pero limpia, inmediatamente nos metimos, ya adentro note que la Oruga y su acompañante se tenían más “confianza”, se abrazaban y acercaban mucho, el acompañante de la rusa intentaba lo mismo y ella le daba facilidades sin darle luz verde por completo.

El hombre que me acompañaba era bastante mesurado, supongo que vio en mi actitud de ese día y las ocasiones anteriores, no estaba dispuesta y receptiva como para dar un paso importante. Afortunadamente el agua les cubría la parte inferior del cuerpo hasta arriba del ombligo, cuando baje la vista vi entre las ondulaciones del agua algunas erecciones cuando sumergía mi cara las erecciones eran notorias, quizá hayan sido el efecto del agua, pero eso no le pasa a las chicas.

Accedí a jugar un juego que consiste en que los participantes se toman de las manos y va quedando fuera hasta que quedan sólo dos, a decir verdad no recuerdo quien ganó, lo menciono porque fue el momento en que de manera inocente hubo tocamientos de cadera con cadera, nalgas en las rodillas, muslos o caderas de los hombres.

Cuando llegó la hora de comer entramos al cuarto y les dije que lo que fueran a hacer lo hicieran antes de comer, ambas protestaron porque decían tener hambre, les repliqué que en todo caso lo hicieran después de comer, de nuevo protestaron argumentando que después de comer no se podía hacer, les respondí que a final de cuentas ellas sabían si lo hacían en el carro de regreso pero que no se nos fuera a hacer tarde.

Comimos y ellos bebían cerveza, como sabían que no era afecta a esa bebida mis amigas les pasaron el chisme y llevaron una botella de whiskey y varias botellas de agua mineral. Así pues, mis amigas se adhirieron y empezaron a tomar whiskey. Comimos y comenzamos a beber en una mesa al aire libre para no atraer mosquitos y bichos que se te acercan cuando detectan comida, conversamos muy a gusto, después se metieron a la alberca por parejas, primero la de la oruga y después la rusa, yo me quedé platicando con mi acompañante, minutos después me disculpé para entrar a la casa y cuando salí ya no había nadie en la alberca, únicamente mi nuevo amigo se encontraba ahí.

Comprendí que sería mejor no preguntar donde estaban, simplemente tome mi lugar en la mesita, el calor se intensificó y me invitó a entrar a la alberca, accedí con gusto, la temperatura era agobiante, el sol pegaba directamente en la mesita. Para ese momento el sabía bastante de mí por mi propia boca, tanto en las cenas como ese día, me había hecho todas las preguntas que hace un hombre cuando te quiere conocer. Así que en la alberca comenzó a ser inquisitivo con preguntas dirigidas a mi persona, preguntas que quieren saber no sólo el “que”, sino el “porqué” y de ser posible hasta el “cómo”.

Después de un rato me invitó a una mecedora tipo columpio a la cual ya no le daba el sol y comenzó a decirme que le gustaba y le interesaba, que quería tratarme más y de ser posible vernos a solas. Mientras esto sucedía seguíamos dando sorbos a nuestras bebidas y aligerando nuestras mentes, olvidando el calor.

Le respondí que no era el momento para que yo entablara una relación, porque tenía exámenes en puerta, me contestó que no habría problema, que nos podríamos ver en ratitos en esos días. Para ser sincera no me gustó su respuesta, pensé que me diría que nos veríamos hasta que terminaran las clases. Su respuesta me hizo tomar la decisión que necesitaba, lo ocupado de mi vida, mis tres amigos, mi nuevo trabajo, mi antiguo trabajo y la escuela, me hacían estar reacia a él, pero su respuesta me pareció egoísta. Pensé que un hombre de buen corazón y de buenas intenciones como aparentaba me diría que esperaría a que terminaran mis clases e incluso se ofrecería a ayudarme en lo que pudiera. Claro que me lo dijo pero después de sus segundas o terceras respuestas, se lo tomé en cuenta. Y llegué a la conclusión de que lo mejor era relajarme, no escucharlo y por qué no, dejarlo llegar a algún lugar mientras llegaba la hora de regresar, concluimos que pasando los exámenes me volvería a buscar, prefería dejarlo con esa idea, pero me abrazó y lo dejé mientras columpiaba la mecedora. Intentó besarme y lo esquivé, solo quería beber más y ver que me pedía mi organismo, lo volvió a intentar y esta vez lo dejé llegar, me besó en la boca, era un beso de hombre a mujer, sin embargo no sentí lascivia o morbo, lo recuerdo bien, quizá lo sentí así por estar acostumbrada a mis tres amigos con los que ya había rebasado obstáculos mentales. Después de varios besos hacia pausas para tomar unos tragos de su bebida y me volvió a invitar a la alberca.

Esta vez hubieron toqueteos, se paraba tras de mí y me abrazaba, me llegó a cargar incluso, se encontraba tras de mí y sentir el bulto de entre sus piernas en mis nalgas y cintura, me colocó pegada a la orilla y puso su cuerpo junto al mío y comenzó a besarme, volví a sentir su bulto oprimiendo mi cuerpo a la altura de mi pubis. Me dijo que entráramos a la casa para prepararme otro trago, preparó el trago frente a mi y me orilló hasta quedar junto a una alacena que nos ocultaba de la vista de quien pasara por la cocina. Comenzó a besarme y me sacó un seno era difícil tener sexo con el traje puesto, al verme el seno abrió los ojos con sorpresa y comenzó a chuparlo, tomó mi mano y la llevó a su entre pierna para que le agarrara el pene, lo hice sin oponerme, me convenía, así que comencé a jalársela mientras no despegaba su boca de mi pezón, me pidió que fuéramos a la parte trasera de la casa donde había un cuarto sin puerta, sabía que los otros cuartos estaban ocupados.

No me opuse, pero en el camino pensé que decirle que no iba preparada con el truco del tampax, titubeé hasta que se me ocurrió lo opuesto, le dije que no podía hacerlo ese día por estar en uno de mis días más fértiles y era un riesgo, me dijo que iría a la casa y traería un condón, le respondí que no estaba preparada para hacerlo, me cuestionó que si era virgen y le dije categóricamente que no pero que no estaba preparada. Se me quedó mirando y me dijo que quizá era muy inexperta y que lo había hecho pocas veces.

Entonces con una expresión de desencanto me dijo que me acercara a él a la vez que me jalaba hacia sí, de nuevo hubo besos y me pidió que me hincara, entre sorprendida y confusa, esa fue la imagen que le quise proyectar y le pregunté “¿qué?”, me repitió la orden y refiriéndose al pene me dijo que le diera un besito. Seguí con mi cara atónita y sorprendida, me preguntó si había hecho oral, encogí los hombros tratando de darle una respuesta afirmativa, se bajó el pantalón y apareció ante mi vista, me pidió de nuevo que lo besara, eso hice, le di unos cuantos besos en el tallo y empezó a temblar, noté que tenía un hilo de semen considerable, me pidió que me la metiera en la boca y una vez que lo hice, ya no pude fingir y se le empecé a chupar, que sin ser una mamada maestra era lo suficiente para disfrutársela, empezó a gemir de forma típica hasta que terminó en el fondo de mi boca, fingí con cara de susto y desagrado que se creyó por completo, dijo algunas palabras tiernas y me ayudó a levantarme.

Le dije que sería hora de irnos y respondió que en cuanto salieran nuestros amigos me apoyaría, fuimos otro rato a la alberca a esperarlos. El resto del tiempo dentro y fuera del agua no pasó más allá de algunos toqueteos y sus manos en la cintura. No hubo sexo propiamente dicho, pero en mi opinión hacerle oral a un hombre es parte del acervo sexual de vida, por eso lo menciono aquí.

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miércoles, 23 de mayo de 2007

Los conocidos nos llevaron al campo como conejos

De mi casa fui a la de Oruga adonde también llegaría la Rusa, de ahí iríamos al restaurante para encontrarnos con los tres maduros. Ambas estaban ajenas a mis actividades sexuales con mis tres amigos, y del trabajo que recién desempeñaba, por consiguiente no se notaba que esperaban la misma emoción que ellas tenían por encontrarnos con los señores.

Cuando eres joven y entablas una relación con una persona mucho mayor y del sexo opuesto te emocionas, sientes una especie de cosquilleo por todo el cuerpo. Por eso mis desinformadas amigas suponían que yo me emocionaría igual que ellas. No me molestaba salir con ellos, sin embargo no era el momento, mi cabeza giraba en torno a lo que me estaban ocurriendo y en especial a lo que estaban por ocurrir.

Todo el camino al restaurante la única conversación fue en torno a que ellos mostraban interés en nosotras, no me extrañaba ya que estaba consciente del atractivo de mis amigas, no concebía que hubiera hombres a quien no les gustara las dos, a pesar de ser físicamente distintas pero con rasgos comunes como sus caras muy bonitas de facciones finas, delgadas, rubias y de ojos claros. Era lógico que un par de hombres con buen gusto y experiencia se interesara en ellas.

La velada transcurrió sin incidentes, cada uno mostraba interés por una de nosotras. No sé si se pusieron de acuerdo ya que marcaban su territorio, sin ser evidentes y conversaban con todos, pero aún así se notaba interés especial en una de nosotras. En algún momento uno de ellos nos invitó para el día siguiente a su casa de campo, ye dije, “ya va a empezar el matadero”, para el día siguiente habría sexo. Volví a pensar en lo que me rodeaba y decidí que me haría bien salir además de que en un par de semanas no volvería a divertirme por la cercanía de los exámenes, todas aceptamos ir con ellos y con eso termino la reunión.

Al salir del estacionamiento la Oruga desvió su camino al auto junto con su “amigo”, mientras que los otros nos acompañaron hasta que regresó la parejita que estaban más “adelantados” que los demás.

Algo que me gustaba de nuestros amigos era que cuando decíamos que era tarde y nos teníamos que ir, no insistían ni se oponían a nuestros deseos, cuando encuentras personas así deseas que haya más así. De cualquier forma cuando acepté ir al día siguiente les aclaré que tendría que volver temprano para estudiar. Cuando veníamos de regreso, presintiendo que al día siguiente se cogerían cuando menos a una de ellas, les dije que lo hicieran temprano y no esperaran al final, ya que en unas semanas estaríamos libres y surgió la idea de un viaje durante las vacaciones, viaje que a futuro me ayudó mucho a disipar mis dudas y seguir adelante con mi vida.

Al día siguiente más relajada y pensando en las cosas que atañían a mis amigas y sus conquistas aliste mi traje de baño, aproveché y me rasure el área del bikini, decidí que ese día no tendría sexo, seguía irritada y escoriada de la piel y no tenía idea de cómo la tendría ni como la usaría el que me tocara a mí. Antes de que pasaran por mí recibí llamadas de mis amigos diciéndome que tenían ganas de verme y yo les conteste que seguía en lo que habíamos quedado y que a partir del lunes estaría indispuesta, que esperaran al jueves o viernes. Me hicieron prometerles que les avisara cuando estuviera lista para “saludarlos en persona”, ya que pasaría una semana sin tener relaciones, no me caería mal un cuarteto al final de ese periodo.

Para evitar riesgos con los amigos de la Oruga, y en especial con el que se interesaba en mí, me puse el traje de baño debajo de la ropa y mi ropa interior me la llevé en la maletita, de esta manera no quedaría desnuda en ningún momento. Llegaron por mí y me subí al auto, a medio camino les recordé que lo que fueran a hacer lo hicieran rápido porque quería llegar con luz a casa y ponerme a estudiar.

Llegamos a donde nos habían invitado y ya nos esperaban, nos saludaron de beso en la mejilla y sentí “diferente” el que me dio el que “me tocaba” a mí.

La carretera podría ser un camino más largo de lo acostumbrado...

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martes, 22 de mayo de 2007

Ya socializaba y con mucho placer...

Fui a mi casa y me bañé nuevamente y literalmente inundé el contorno de mi orificio vaginal con pomada para piel reseca y agrietada, me cambié de ropa y me dispuse a llamarle a Perla para ponernos de acuerdo. Salí a llamarla a gusto cuando sonó mi celular, era de nuevo la Oruga que me invitaba a cenar con la Rusa y sus amigos. Como mi mente estaba en lo que me había ocurrido mi primera reacción fue negarme pero pensé en la conveniencia de tener más personas con quien conversar además de que le había agradado a uno de esos hombres, así que le dije a la Oruga que no quería desvelarme pero que asistiría.

Terminé con ella y de inmediato le hablé a Perla, me dijo que estaba vistiéndose y a punto de salir de la casa, que nos veríamos en media hora. Tomé un taxi que me llevo a una zona céntrica cerca donde Perla y yo nos veríamos, hice tiempo y me dirigí al restaurante, vi que todavía no llegaba así que salí a esperarla en la calle, cuando llego le propuse que fuéramos a donde pudiéramos hablar con calma porque teníamos mucho que conversar. Caminamos un par de calles y llegamos a un bar, por la hora se encontraba vacío, escogimos una mesa de las “booths” para tener mayor privacidad, vi mucho brillo en sus ojos de Perla, estaba contenta por haber pasado la prueba más difícil, me refiero a la primera vez, comenzó a hablar con rapidez en voz normal respecto a que la señora, me dijo que había quedado muy contenta conmigo y mi trabajo, me dijo que me veía muy bien con el atuendo por traer las nalgas a la vista, además de que todo lo demás se me transparentaba, que era evidente que hacía mucho ejercicio, que al salir de la sala todos preguntaron quien era yo ya que nunca me habían visto.

Me pidió que no dejara de ir, que me iría muy bien, que todo era cuestión de agarrar la onda al negocio, que incluso hasta por las copas o refrescos nos daban una comisión siempre y cuando nos las invitaran los clientes.

Tenía dudas en general, le pregunté si ese era a lo que llamaban “prostíbulo”. Se quedó callada meditando la respuesta y me dijo que sí, pero que los prostíbulos eran otra cosa, que ahí se les pedía a las chicas que tomaran e hicieran tomar a los clientes antes de ir al cuarto pero que a cambio de eso el dinero que ellas cobraran era íntegro para ellas y cada mujer ponía sus tarifas, incluso podrían cobrar diferentes tarifas según el cliente, mientras que acá todo era fijo y se prestaba a menos confusión. Le dije que ya que estábamos hablando de negocios me explicara como poner un condón antes de hacer oral, me dijo que en un pene dormido el condón se ponía con la boca, que había técnica para eso y tenía su chiste, sin embargo no era difícil, le insistí que me dijera como, y respondió que podríamos hacer sería un trío con un cliente y que ella se encargaría de ponerlo para que yo observara.

Le pregunté si el cliente era conocido de nuestros amigos, me respondió no, le recordé que había mencionado a otro clientes, que hay quien se inclinan por chicas nuevas y otros por tríos. Me volvió a mencionar que tenía un grupo de clientes con un ambiente parecido al de nuestros amigos, sólo que con ellos si era más abierto todo, que acostumbraban a preguntar tarifas y pagar por adelantado, y más claramente son relación cliente-mujer (sic). Le pregunté si se trataba de un lugar como el de la señora y respondió que en lo absoluto, que las reuniones eran en la casa de alguno de ellos, que por lo pronto nos aventáramos a ese cliente y que fuera cuando pudiera con la señora. Agregó que por lo que le había comentado lo que necesitaba era “conocer mucho caballeros” tan pronto como fuera posible y que para eso estaba ella con sus clientes y la casa de la señora, sin olvidar a los que pudiera conocer por mi cuenta, que no dejara de frecuentar a nuestros tres amigos debido a que el arreglo de cuartetos en forma de rapidín me iban muy bien, que los quickies me sentaba bien.

Le pregunte como había empezado, como se había conectado con tanta gente y lugares, me respondió así como tú, por medio de otra chica conocí a otras que me hablaron de más lugares y maneras de trabajar en esto, le cuestioné si había muchas y emitió un sonido como de aullido de lobo bajito con una “u” larga y concluyó diciendo que había una cantidad incontable, más de los que pudiéramos imaginar.

Durante el transcurso de la conversación se nos acercó un hombre, nos dijo que si se podía sentar, que nos invitaba algo. Estaba tan inmersa en la platica que no lo vi bien, ni le di importancia, en otra circunstancia se lo hubiésemos permitido, en esa ocasión le dijimos que estábamos ocupadas, se disculpó y se retiró con respeto. En un futuro hablaré de él.

Nos despedimos en el entendido de que me hablaría pronto y que yo no iría con la señora debido a mis exámenes en puerta. Me fui a casa a cambiarme ya que cenaría con mis amigas y sus amigos.

Mi vida se estaba volviendo demasiado agitada…

lunes, 21 de mayo de 2007

Me plazearon y hasta regalo me dieron

Ven me dijo sin soltarme del antebrazo, me sentó en el sillón y se sentó junto a mí, Y me dijo que si me atrevía a salir con uno de los atuendos que tenía me lo regalaría, y recalcó que quería uno de las más sexy. Trató de convencerme al mencionar los altos precios a los que los vendían que eran el equivalente a un servicio aproximadamente.

Mientras lo decía pensaba que tendría dos atuendos y no me preocuparía por mi vestuario en caso de regresar ahí. Aún así era difícil decir “sí.”

Seguía dubitativa mientras que la señora se puso de pie y fue por la ropa, me trajo una batita celeste totalmente transparente que llegaba a la cadera y un calzón del mismo color que hacía juego. Era vistosa y cara, me ahorraría dos servicios en caso de aceptar. Alguna señal de aceptación vería en mí la señora que sin dejarme contestar me dijo que me los probara, por algún impulso inconsciente me llevé la ropa a la nariz y percibí el inconfundible olor a nuevo, no me pude resistir ponérmela.

Ya puesto la señora me miró y abrió los ojos como si se le hubiera ocurrir algo, me tomo de la mano y me pidió que la acompañara. Recuerdo que pasamos por un comedor muy bonito y otra pieza como estudio hasta llegar a una recámara, ahí me dijo que me sentara en la cama y de un cajón sacó unas tijeras, me dijo que abriera y levantara las piernas, adiviné sus intenciones y obedecí, me dijo que me iba a trasquilar los pelos que salían, terminó de hacerlo y me dijo que después rasurara los que me había cortado, que por lo pronto con eso sería suficiente, me dijo que me pusiera de pie y le diera la espalda, que me empinara como si hablara al oído de una persona, se paró atrás de mí e inspeccionó como me veía desde atrás.

Escuché un sonido de aprobación y me pidió que me volviera a sentar en la cama, fue por cosméticos y comenzó a maquillarme repitiéndome que había que usar mucho y muy cargado.

Una vez que terminó me hizo una cola de caballo en el cabello y me preguntó si me había bañado después del servicio que había dado, le respondí afirmativamente, del buró tomó un frasquito de perfume y roció mi cuello, el busto y brazos.

Me trajo de nuevo a la salita y me dijo que fuera a buscar a Perla, que si estaba con alguien me disculpara y que para nada me sentara, que me quedara de pie hablándole al oído y me empinara lo más que pudiera mientras le decía lo que tenía que decirle. Me dio una nalgadita a lo pelón, el calzón de la bata era totalmente transparente y de hilo dental. Atravesé la segunda salita con piernas tambaleantes, me dirigí a la puerta, la abrí y busque a Perla que estaba en un sofá hablando con un hombre y supuse que estaría con él, entre y todos voltearon a verme, me sentí el blanco de las miradas, el centro de atención, con una sonrisa me acerqué a Perla, le dije con permiso al hombre que la acompañaba e hice lo que la señora me había dicho, sin doblar las rodillas bajé la cabeza a la altura del oído de Perla y le dije en voz baja que ya me iba y que quería hablar con ella pronto para intercambiar impresiones. Me preguntó que como me había sentido, alcancé a contestarle que en general bien pero que quería irme, que no quería sentirme presionada para dar un segundo servicio.

Me interpeló diciendo que con la ropa que traía iba a parecer circo porque dejaría muchas carpas y que en ese momento todos miraban la luna llena. Expresiones picarescas que se usan en ese ambiente y que todavía no alcanzaba a comprender, pero sabía a que se refería.

Reiteramos que nos veríamos lo más pronto posible, me dijo que pensaba estar ahí tres horas más y que si me parecía nos veríamos esa misma tarde, me gustó la idea así que acepté. Nos dimos un beso en la mejilla y cuando estaba dando la media vuelta me tomó del brazo y me susurró que cuando atravesara el salón era posible que alguno de los clientes me pidiera quedarme, que fuera amable y que le dijera que sí con alguna palabra afectuosa para no ser brusca con él, fue un gran consejo.

Atravesé el salón entre las miradas de todos con una sonrisa en la cara, tratando de esconder mis nervios y excitación. En uno de los sofás estaba un señor me hizo una señal para que me acercara, me dijo que si quería acompañarlo y manera amable le dije que con todo gusto, que tenía que salir por un momento pero que regresaría inmediatamente. Me dijo que ahí me esperaba, le sonreí, al llegar a la puerta volteé a ver a Perla quien me guiñó el ojo en señal de que había manejado bien la situación desde que llegué hasta ese momento.

Atravesé la puerta y encontré a la señora que me había observado para ver como me comportaba en esa situación. Estaba sonriente y feliz me puso sus manos en mis hombros y me dirigió a su salita particular, una vez ahí me dijo que iba a haber “reventadero” de pantalones gracias a mi atuendo y postura al hablar con Perla, picardía que entendí más claramente que las que me había dicho mi amiga.

Me llevó a su recámara, no me había visto maquillada hasta el momento en que me vi al espejo, me pareció ver a otra chica, parecía Cleopatra y no yo misma, me gustó porque cambiaba mucho, de la imagen que di en la sala a la imagen en la calle había diferencia, era como usar máscara, un disfraz, mi herramienta de trabajo era la ropa, el peinado y el maquillaje.

Me desmaquillé, me puse mi brassiere y calzón y me dio mi dinero, me pidió que regresara lo más pronto posible, que ya tenía la ropa, sólo necesitaba condones, maquillaje y alguna cosita más ya que tenía futuro en ese oficio. Me dijo que la salida era por una puerta trasera, que cuando me hubiera cambiado buscara al gay para que me dijera por donde salir.

Salí y atravesé el pasillo rápido, no quería que me viera algún cliente y me detuviera. Llegué al vestidor donde había una chica acicalándose, nos saludamos y mientras me vestía para irme, ella se desnudaba para trabajar, en ese oficio el falso pudor estorba, le hable al gay y me mostró una puertecita, atravesé un pasillo largo y angosto con paredes rústicas, mitad sin techo y con piso de tierra, pasillo que me condujo a la calle trasera de la casa, todo el terreno era de la señora que lo mantenía rústico y desarreglado para no llamar la atención.

Era mediodía y el sol brillaba en la calle, el día recién empezaba y si físicamente me sentía muy bien, sentía como si hubiese atravesado un desierto o terminado una larga y difícil misión.


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domingo, 20 de mayo de 2007

Otro Positivo

De nuevo quiero recordar a todos que ya terminé de colocar la cronología completa para quienes deseén leerla.
La pueden encontrar aquí.

CRONOLOGÍA COMPLETA.

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Por otra parte, aquí coloco el positivo del negativo de ayer.
La foto durará hasta la noche del Domingo. -06:00 G. M . T.





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Actualización:

Ya la quité.
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