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No tengo muy claro en mi memoria el día que hablé con Ross, es decir, como nos pusimos de acuerdo para vernos y en que circunstancias. Lo que sí recuerdo es que me dijo que nuestros tres amigos la habían estado acaparando mucho y que además, por medio de una chica que había conocido en la casa de la señora, había conocido a un trío de clientes con los que estaba haciendo piras frecuentemente. Ya tenía dos grupos para piras, no se daba a basto y estaba teniendo una fuente importante de ingresos, sin tener la necesidad de hacer “espera”, que es de lo más engorroso en ese oficio. Una chica preferiría estar todo el tiempo en la cama, con las piernas abiertas, con un pene hasta el fondo de su vagina y con billetes en una mano. Aquí lo que importa no es tener el pene dentro, sino los billetes en la mano pero, para obtenerlos, hay que tener un pene dentro.
Supongo que al día siguiente, no lo recuerdo con exactitud, coincidimos en la placita y continuamos la conversación. Como ya era costumbre, hablamos de las ventajas y desventajas de todo eso. Estuvimos de acuerdo, en que una situación así era más cómoda y más ventajosa en el corto plazo, mas no en el largo. Si te limitas a un pequeño grupo de clientes, no conocerás más y los que ya tienes, cualquier día los puedes perder.
También, se volvió a tocar el tema de que nuestros tres amigos le insistían mucho en que querían verme y, que además, ya no eran “tres” porque ya le habían presentado a uno más, haciendo que las piras fueran más numerosas y, según ella, “más interesantes”.
Otra cosa que mencionó fue que entre PonchI y ella se había establecido alguna especie de “vinculo”. Que PonchI para ella era especial y, que sentía que había reciprocidad; A lo que le respondí preguntándole entonces porqué ella prácticamente me estaba echando con él, en vez de guardarlo para ella sola. A lo que me resp0ndió con uno de sus geniales, limpios, sanos y bienintencionados razonamientos, desprovistos de morbo y mugre, que muchos otros tenemos: Que él la había conocido a ella siendo para los tres hombres y que poco a poco, ambos se habían estado dando cuenta de que sentían muy bien juntos y por lo mismo, habían a empezado a coger por separado. La interpelé diciéndole que ella cogía separado con los tres, a lo que agregó que era mejor, así ella podía comparar lo que sentía, no sólo sexualmente sino emocionalmente. Añadió que “Si quieres a alguien, tratas de hacerlo sentir mejor. ¿Por qué no darle la oportunidad de que tenga dos o tres culos al mismo tiempo? Incluyendo el mío, claro está”. Dijo.
En ese instante pensé: “¡¿Tres!?”, mas no dije nada, esperé que continuara. Y lo hizo: “No voy a ser menos que nadie si lo dejo que nos coja, al contrario, lo voy a hacer más feliz, eso me hará sentir más feliz a mí y llevaremos mejor la onda. Él no me hace sentir menos por tener sexo con sus propios amigos. ¿Por qué he de hacerlo yo?”. Concluyó.
Entonces sí le pregunté porqué había dicho “tres” si nosotras nada más éramos dos. Me respondió: “Tú sabes que Perla es bien puta, no agraviándonos (risitas). Es mi amiga y la estimo pero, hay que reconocer que es tan puta como nosotras. Ella por dinero sí estaría dispuesta a un cuarteto con PonchI. De todos modos, aunque seamos sólo tú y yo con él”. Callé por un par de segundos mientras pensaba como decirle lo que ya tenía en la mente. Desde ese entonces y hasta la fecha, no sé exactamente porqué, prefiero estar yo sola con un hombre, o con varios, mas no me gusta mucho que haya otra u otras mujeres. Lo puedo hacer y, lo he hecho muchas veces pero, dista mucho de mi ideal. Así se lo dije, agregando que a pesar de lo dicho, si hubiera que hacerlo lo haría, más que todo, por ella, mi amiga, además que de los tres amigos, los tres caballeros, el que me era más agradable era PonchI.
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