Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 13 de octubre de 2007

Mosaico de detalles

Esta vez sobran las palabras. Mañana colocaré la imagen completa en varias versiones.
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viernes, 12 de octubre de 2007

Dos gratis, dos pagados, vaya debut...

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Después de que Don Farma cerro la farmacia entró y vi su cara de lujuria, algo me dijo que había sido bueno obedecerlo y esperarlo desnuda, se quito la ropa con desesperación y se acostó sobre mí, ni siquiera vi su pene, besó mis mejillas y cuello que lamió por completo, siguiendo a mi clavícula estacionándose en mis senos, mientras se concentraba en los pezones extendí la mano buscando el condón, lamió mis muslos hasta las rodillas pasando por alto mi monte de Venus como si fuera zona prohibida, cuando cesó su actividad lingual se reclinó y comprendí que quería oral, descendí hasta su pene y utilice la técnica que me había enseñado Perla para hacerlo con condón y en un momento la tenía bien parada, sin decir nada dejé de chuparla y me coloqué para recibirlo en posición de misionero, se coloco entre mis piernas, batalló para encontrar mi orificio vaginal aunque sentí la punta de su pene presionando mi clítoris y de esa manera llegó a su objetivo, a pesar de que gemí y grité fue un coito rápido y rutinario logrando que quedara satisfecho, mi jornada laboral continuaría y no me quería dejarme llevar por el momento, me zangoloteó con sus empujones y no logro excitarme demasiado aunque la excitación que traía aumentó pero no al grado de desbordarme o perder el control y mucho menos de llegar al orgasmo, sus últimos segundos fueron sádicos, se apoyó en la cama y la metía y sacaba hasta sentir su pubis en mis ingles, su eyaculación fue estruendosa, afortunadamente no había nadie, el sabía cuando podía meter mujeres y a que hora.

Cuando terminó se recostó y comenzó a hacer preguntas como cuanto tiempo tenía en el oficio, que quien me había llevado, a esta última le respondí que había sido Ross ( sin mencionar el nombre que usaba ahí) me incorporé mientras preguntaba dándole a entender que tenía prisa por volver al trabajo, lo entendió y preguntó si quería “aventarme” otro trabajo, con quien sería le dije y contestó que con su amigo el de la casa, repregunté que cómo sería si ese hombre no me conocía y dijo que mientras cerraba la farmacia le había llamado para contarle de mí, que si yo quería le volvería a llamar para que me esperara, me encogí de hombros y acepte, fuimos al teléfono y le llamó, alcancé a escuchar que le dijo que era un culo muy bueno que ya lo había probado y le preguntó si quería que fuera, se llevó la mano a la boca, cuando terminó de hablar me pidió que me metiera a la recamara para abrir la farmacia, me hizo esperar después de reabrir, era obvio que no quería que lo vieran levantar la cortina y que dentro estuviera una chica, me repitió cómo llegar a casa de su amigo, salí con lentes oscuros volteando a todas partes con sentimiento de culpa, era un barrio bastante tranquilo, algunos locales estaban vacíos y mientras no escandalizara nadie no habría problema, eso me dio tranquilidad y bajo la tensión y pude concentrarme en el trabajo siguiente, recorría mentalmente los detalles dados por Don Farma de cómo llegar y cuando llegué a la esquina vi un rostro conocido...




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jueves, 11 de octubre de 2007

En una farmacia y sin repartir ganancias, que bien...

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La farmacia estaba a media calle al doblar la esquina, distancia suficiente para pensar que decir al dueño y lo único que pensé fue en comprar cigarros, traía pero no se me ocurrió nada mejor, llegué y confirmé que era la que Melgas me había dicho, entré de manera casual, había un cliente así que deambulé un momento y cuando se fue me acerqué y pedí los cigarros, me dijo que no vendía y que si lo hiciera no los vendería a menores y que no debería fumar, sonreí y le dije que no era menor de edad, reaccionó con un “emm” y comento de manera juguetona que eso decían todos para que les vendieran alcohol o tabaco.

A él lo llamaré “Don Farma”, por la descripción era el hombre en cuestión así que no estaba perdiendo mi tiempo, además se veía accesible, lo que me había dicho había sido en tono ligero, se me ocurrió comprar condones, se los pedí con voz casual sin darle importancia, como si fuera algo de todos los días y a toda hora, a lado de la caja estaban así que estiré la mano y tomé un paquetito, aparenté leer la envoltura y lo regresé a su lugar, hice lo mismo con otros de diferente marca mientras me veía, tenia unos cuarenta años, las sienes canosas y el resto del pelo entrecano, pregunto si era de las chicas de “la placita” inclinándose y bajando la voz como haciéndose de delito y sentí que había “clic” y se entablaba comunicación, con una ligerísima sonrisa asentí y de manera imperceptible casi susurrando le dije que sí, me dijo que nunca me había visto pasar o en la placita, le dije que era nueva, recargó su panza en el mostrador y me formuló una pregunta con tan bajo volumen que no escuché, se lo dije, me hizo acercar y pegando su boca a mi oído como en las discos y repreguntó si estaba trabajando, dije que si que por eso compraría condones, de manera nerviosa vio al interior del local como buscando que alguna persona lo estuviera viendo y me dijo que pasara dentro del mostrador para verme mejor, lo hice y me miró de arriba abajo, pidió que me volteara y fingiera tomar algún producto del estante porque quería verme de espalda, cuando salí del mostrador me dijo algo nuevo y que Ross no me lo había comentado, dijo que se reunía con las chicas sin que Melgas y los del hotel se enteraran, de esta manera se ahorraba el hotel y la chica se quedaba con la comisión, me puse nerviosa y acerté a preguntarle como lo hacía, respondió que a unas calles vivía un hombre solo y que ahí se veía con las chicas, despertó mi curiosidad y le pregunté como llegar si el hombre no me conocía, me pidió que esperara ya que su esposa había ido a dejarle de comer y estaba por salir, fui al estante de revistas a hojear algunas y escuché una voz de mujer hablando con Don Farma, esperé a que saliera y la vi alejarse.

Una vez que se sintió “libre” su semblante cambió y su tonó de voz aumentó, pidió que me acercara al mostrador, cuando lo hice le pregunté que pasaría con el hombre de la casa, respondió que nada, que en todo caso si le gustaba yo tendría dos servicios seguidos, pero que con él era seguro, guardamos silencio un momento y dijo que había cambiado de opinión, no tenía idea de que hablaba, dijo que tenía tiempo y que sería mejor ahí mismo que incluso lo podíamos hacer rápido que me le había antojado tanto que no quería ir hasta la casa del amigo, me quedé atónita pero salí del paso al asentir, me dijo que fuera al pasillo del mostrador y entrara por una puerta que señaló, tomé dos paquetes de condones y le dije que era uno, me calló con fuerza e hizo que bajara la mano con la que le mostré los paquetitos y me metí lo más rápido que pude al otro lado de la pared donde había una cocina con su pequeña estufa y un refrigerador de escasas dimensiones, una mesita con cuatro sillas y unas vasijas con olor agradable a comida caliente, supuse que era la que le había llevado su esposa.

Esperé unos segundos hasta que llegó y me pidió que fuera a otra habitación, le dije que eso implicaba dinero y que no daría un paso más si no me pagaba, "espérame” dijo y regresó a la farmacia, momentos después volvió con el dinero, “ahora sí ve para allá que te quiero encueradita en la cama cuando llegue, ¿ok?" me dijo con voz firme de quien está pagando por algo, “ok” respondí con la voz sumisa de quien recibe dinero por sus servicios y se le exige que lo lleve al pie de la letra, me dirigí a la pequeña recamarita donde descansaba y llevaba a las chicas de la placita, la cama era pequeña y en malas condiciones, cuando me senté rechinó como en película antigua, mientras me desnudaba recordé que Ross sí me había dicho lo de dar el servicio en los locales, lo que no me había dicho es que era clandestino sin el conocimiento de Melgas y de DonRa.

Una vez desnuda me acosté boca arriba y puse mis manos en mi cabeza, me relajé para dar el mejor servicio, era importante ganarme bien el dinero y tener promoción de boca en boca en el vecindario.



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miércoles, 10 de octubre de 2007

DonRa y su lengua maestra...

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Salí del cuarto recordando las instrucciones de Melgas, la farmacia a donde me dijo que fuera y quizá tendría mi primer servicio, cuando bajaba la escalera me tope a DonRa quien me dijo que necesitaba hablar conmigo, lo seguí y entramos al cuarto donde comenzó a hablar diciéndome lo mismo que su “socio”, siempre supe lo que quería así que una segunda plática era pérdida de tiempo, lo interrumpí diciéndole que ya me lo había dicho Melgas y que iba en camino de un prospecto de cliente, me dirigí a la puerta diciéndole que no tenía caso que me instruyera, se paró frente a mí y dijo “es que…” y tomo suave y tímidamente mis codos para detenerme, Ross me había dicho que con DonRa era gratis así que no opuse resistencia y me detuve, lo dejaría hacerme lo que quisiera, pasó sus manos por mi cintura y las subió a mi espalda, cuanto terminó de “agasajarme” me quite la ropa y al quedar desnuda se acercó, era bajito y su quijada la escondió entre mis senos, si yo bajaba la vista veía su calva y coronilla.

Sabia que de cualquier manera tendría que hacerlo con el hombrecillo que me inspiraba ternura y lástima, así que pondría todo de mi parte para terminar rápido, rodeé su espalda para que sintiera mi disposición, tomó mis brazos y me pidió que girara para darle la espalda que beso descendiendo hasta mis nalgas escuchando varios “muá” que exageraba en señal de empatía, me estaba tomando gratis aprovechando su posición y esperando simpatía de mi parte, todo se acentuó cuando me inclino para no dejar espacio de mis nalgas sin ser besado y mordido, a pesar de su timidez hizo lo que muchos hombres, aprovechó para abrirme las nalgas y observar lo que tengo entre ellas, dejó de besarlas y se quito la ropa, cuando lo vi desnudo tuve que hacer un esfuerzo para no reír, era pequeñito, enjuto, delgadito, muy peludo en sus piernas y pubis, su pene era proporcional al tamaño de su cuerpo, muy delgado, sentí ternura y compasión, supuse que quería que se la mamara pero me recostó sobre la cama, yo ya tenia un condón listo, mientras besaba mis senos dedeaba mi vulva, algo que excita a cualquier mujer, no me quedó más remedio que abrir más las piernas para que me lo hiciera a su gusto, lo hacía bien y sabía desear a una mujer, con tantas chicas había adquirido práctica, me excito mucho, no dejaba de dedearme, cesó de mamar mis tetas y beso mi boca y le correspondí para que se excitara más, para que viera mi disposición estiré mi mano buscando su pene, por su escaso tamaño batallé para encontrarlo, la primera vez que lo toqué sentí raro, era pequeño y delgado pero duro como cilindro de madera, me preguntó que si era mi primera vez ahí y le respondí que sí, me preguntó si había trabajado en eso en otro lugar, no tenia caso mentir así que respondí afirmativamente, me dijo que no importaba y descendió hasta mi monte de Venus, abrí las piernas mientras apartaba mis pelos para lamer mi vulva de arriba abajo con su lengua horizontalmente moviéndome los labios de un lado a otro excitándome aun más en muy poco tiempo, como no era atractivo tenia que desarrollar otras habilidades para complacer a una mujer y el cunilingus era su fuerte.

Poco a poco logro que mis exclamaciones fueran sinceras y audibles, se concentró en mi clítoris cubriéndolo con su lengua presionándolo hacia dentro y moviéndolo de lado a lado logrando que tuviera un orgasmo solo con su boca, me hizo venir dos veces hasta que le pedí que dejara de hacerlo porque me desgastaría y tenia que trabajar por dinero y lo que estaba haciendo en ese momento era pagar un impuesto antes de comenzar a trabajar. Cuando cesó su oral me dio paso y se la mamé con facilidad por el tamaño, recuerdo que era muy dura la sentía muy caliente en mi boca, me pidió que me pusiera en cuatro y cuando lo hice me metió un dedo o dos y empezó a cogerme con ellos, no dije nada, lo dejé hacerlo hasta que me di cuenta de que no eran sus dedos sino su verga y me estaba cogiendo “formalmente”, la sensación era extraña y no me satisfacía, me daban cosquillitas calentándome, yo dejaba escapar gemidos y sollozos para halagar su ego y para que repercutiera en el futuro en su trato a mi, me calentó tanto que comencé a mover mi culo de un lado a otro aumentando las cosquillitas y sensación en él, intentó detenerme tomando con firmeza mis caderas pero no lo logró, tuvo que conformarse con pellizcar mis nalgas con fuerza, aunque estaba muy empinada no me sentía sometida, con su verga adentro terminé sometiéndolo yo, la sensación de cosquilleo no duró ya se vino con rapidez, recuerdo sus agudos gemidos con su vocecilla tipluda y chistosa, voz de silbato que emitía su pequeño y poco intimidante gemido de eyaculación, después se prodigó en halagos y alabanzas a mi cuerpo y lo que sabía hacer con él, el hombrecillo me había dejado muy excitada.

Con su poco físico destacaba otras virtudes, probablemente su fuerte era la boca y dedos, uso que lleva mucho tiempo disfrutar y en este oficio no puedes dedicárselo, Melgas y DonRa sabían que cada vez que se cogían a una chica dejaban de ganar dinero, así que gracias a que me había dejado “encarrilada” salí a la calle para hacer lo que me había sugerido Melgas, que era ganar dinero para todos, cuando estas excitada es más fácil superar la timidez…

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martes, 9 de octubre de 2007

Seria cuando el quisiera, cuando gustara...

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Llegamos al segundo piso y entramos a la recámaras, adentro volvió a mirarme y me dijo que ya que Ross me había llevado suponía que sabía de qué se trataba el negocio, asentí encogiendo los hombros y dije “anjá”, insistió si sabía bien a bien de que se trataba y asentí esta vez de forma notoria, me dijo que si estaba consciente de que tendría que desnudarme ante él, que ese era el “procedimiento”, me puse nerviosa y sin decir palabra le señale la puerta indicándole que no estaba segura de si estaba cerrada, me dijo que si, que me despreocupara que le había puesto llave, nada me impidieran cumplir su petición y comencé a desnudarme quedando en ropa interior, se acercó a mirarme con atención, observo mis senos y mi vientre hasta el pubis, al terminar la inspección se colocó tras de mí, me quedé inmóvil y volvió a pararse frente a mí pidiéndome que me despojara del resto de mi ropa, quede pasmada por temor y excitación, me quite el calzón y brassiere quedando desnuda, acercó su cara a mis senos para olerlos u oler mi piel no lo sé, los tomó y levantó como si quisiera pesarlos y preguntó si eran naturales, respondí afirmativamente, me pregunto mi edad y comento que tenía los senos bien desarrollados para mi edad pero que le sorprendía el tamaño de mis pezones, sonreí y preguntó si me lo habían dicho antes, de nuevo dije si, se agachó y su cara quedo en mi monte de Venus, acaricio los pelos exclamando asombrado, “sí, muy desarrollada”, pasó un dedo entre mis labios mayores y talló mi vulva, no pude contener una exclamación por la sensación, cuando sacó su dedo se lo llevó a la nariz y a pesar de no haber hecho mi ritual de limpieza asintió en señal de aceptación, se colocó tras de mí y agarró mis nalgas dando exclamaciones de agrado.

Fue entonces que hablo del negocio, era excitante escucharlo en un cuarto de hotel, sola con un hombre vestido yo completamente desnuda, habló de la tarifa que debía cobrar y de la comisión de él, dijo que el cliente pagaría lo mío y el hotel, que una vez terminado el servicio lo dejara ir solo y bajara a la administración a entregar el dinero completo a quien estuviera a cargo, que me darían una ficha y cuando decidiera irme pasara al depósito de Tontón y a cambio de las fichas me daría el dinero que me correspondiera, que para evitar problemas con las familias del vecindario me dirigiera al hotel siguiendo la ruta establecida y que cinco minutos después de que se haya ido el cliente fuera de regreso a la plaza usando dos rutas, asentí a todo, era fácil entender y nada me pareciera inaceptable, dijo que hasta ahí todo estaba bien que notaba que estaba dispuesta a trabajar pero que faltaba lo más importante y era ver si “sabía” hacer las cosas, traté de esbozar una sonrisa que no me salió pero debía mostrarle que estaba dispuesta, sin mediar palabra se despojo de su ropa hasta quedar en calcetines, no recuerdo mi primera impresión al ver su verga, me pidió que me acercara y lo hice, me hinqué, su verga no era impresionante comparada a otras que había visto y sentido lo cual fue un alivio para mí, la tenia casi parada y ya escurrida semen, comencé a chuparla sin condón como debía ser, fue fácil parársela sin esfuerzo, con cinco o seis mamadas parecía que le iba a explotar, me pidió que me pusiera en la cama y como impulsada por un resortes me dirigí a mi bolsa y saque un condón, “chin traes” me preguntó con una sonrisa, le dije si, y dijo ni modo pónmelo y luego te pones en la cama, procedí y volteé a verlo para que me indicara en que posición me quería, en misionero boca arriba, sin más me penetró con fuerza, cuando la metía y sacaba lo hacia de lado rozando la parte externa de mi vagina, eso hizo que me doliera y me excitara más, mordía mis senos y pezones y sólo dejó de hacerlo para decirme, “lo vamos a hacer cuando yo quiera”, yo solo sentía su verga salir y entrar y únicamente moví la cabeza afirmativamente, eso no le gusto y de forma contundente preguntó si lo había escuchado, le respondí que sí, de forma “tiránica” preguntó si estaba de acuerdo, dije si nuevamente, esta era una muestra de poder del macho sobre la hembra que lo excitó mas, comenzó a moverse con rapidez terminando de la misma forma, quedó agotado y reposó su cabeza en mi pecho me beso en la boca eso era una buena señal aunque segundos después volvió a ser el hombre menos salvaje que había conocido minutos antes.

Dijo que me asear en el baño del cuarto que el iría a otro, antes de irse me dio un consejo para empezar a trabajar, me dijo que pasara por la farmacia rumbo a la plaza y entrara, que si estaba el dueño al frente y detectaba que era una chica de la plaza pediría servicio, le agradecí el consejo y mientras me bañaba imaginé que lo más difícil ya había pasado, pero nuevamente estaba equivocada, no había pasado nada aún…



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lunes, 8 de octubre de 2007

“A punto de firmar mi contrato... en una cama”

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¿Trajiste condones? Me preguntó, por las prisas y nervios a lo desconocido olvidé hacer lo de siempre, había pasado por alto mi ritual de higiene al que estaba acostumbrada, en la casa de la señora tenía mi casillero para guardar mis efectos personales incluyendo los condones, así que negué con la cabeza, ella abrió su bolsa y los sacó y me dijo que si necesitaba más los comprara en alguna tienda cercana, le dije que me daría pena comprarlos en el vecindario porque daría a entender mi papel de prostituta de barrio, pero no era el lugar ni el momento de aclaraciones.

Estábamos paradas a unos pasos del hotel y me dio las últimas instrucciones, me aclaró que el oral con el dueño del negocio, con el administrador del hotel y con Tontón era sin condón, me advirtió que ellos no harían nada por usarlo, que si pedían servicio sería a “lo pelón” que así se acostumbraba, que era una regla no escrita, dicho de otra manera, si yo no les ponía el condón, ellos no se lo pondrían por sí mismos y su última pregunta fue que nombre usaría, le dije que el mismo que usaba en casa de la señora y nos dirigimos a la administración, estaba nerviosa y no recuerdo la impresión que me dio el hotel pero confirmé que era de poca monta sin ser un pulguero, en la administración estaba un sujeto y Ross le preguntó por “el dueño”, momentos después apareció un hombrecillo delgado que se le saltaban los pómulos y se le hundían los huesos de las sienes, con cabello ralo y bigote muy bien recortado, de piel aperlada, era insignificante pero no vulgar como Tontón, lo llamare “DonRa”porque era Don Raúl, traía camisa de vestir, saco y corbata que siempre usaba. Ross nos presentó preguntándole por el dueño y DonRa nos dijo que lo esperábamos en la sala donde había chicas por si llegaban clientes con ganas de mujer, en el trayecto le pregunté a Ross si se había acostado con él y con una mueca me dijo que era obvio, le pregunté que qué tal y contestó con otra mueca doblando los labios en “u” invertida y con las palmas de las manos hacia arriba, diciéndome que no tenia nada especial y que siempre había sido “un trabajo fácil”, entramos a la sala que estaba vacía porque las pocas chicas que había estaban ocupadas y además la mayoría prefería salirse a la placita, comentamos la forma mórbida en la que me habían visto Tontón y DonRa y me dijo que quizá ese mismo día“pasaría por sus armas”, ya estaba decidida, no haría nada que no hubiera hecho antes, estaba dispuesta a esa nueva opción durante unos días por conocer algo nuevo y después volver con la señora o simplemente retirarme del oficio, así que solo levanté las cejas por toda respuesta esperando que llegara el dueño.

No pasó mucho tiempo y llegó una chica recién bañada, delgadita, morena de nuestra edad, traía ropa casual poco llamativa como la que cualquiera de nosotras usaríamos en la calle, nos dijo “buenos días y se sentó a ver televisión, de cuando en cuando comentábamos lo que aparecía en la pantalla como detalle de etiqueta social, minutos después un empleado aviso que el dueño había llegado, era un hombre más joven que Tontón y DonRa de aspecto común, no era ni feo, ni guapo, ni oscuro, ni blanco, ni bajo, ni alto, era robusto sin ser gordo, tenía pancita, era de espalda ancha quizá en su juventud había practicado deportes, andaría en los treinta, su ropa era sport de buena calidad, las chicas le hablaban de tú y lo llamaré “Melgas”, Ross nos presentó y él le ordenó que fuera a la plaza, mi amiga le comentó que tenía “un pendiente”, un servicio con cliente del vecindario y le respondió que estaba bien, se despidió deseándome suerte y le dijo “te la encargo es su primer día aquí”, él con voz pícara que tantas veces había escuchado le respondió que me daría "trato especial" y se fue dejándome con él que me vio de arriba abajo y diciéndome que lo siguiera para explicarme el negocio, subimos la escalera y comprendí que los “pormenores” me los daría en la cama y que probablemente “me pasaría por las armas”, tenía miedo pero más curiosidad de cómo me lo iba a plantear, no tenía idea de las preguntas que le podía formular, Ross por ser tan vaga y ambigua y que cuando responden no transmiten nada no me lo había dicho, así que tenía que vivirlo sola...



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domingo, 7 de octubre de 2007

Ross,TinaMarie y seis versiones.

Con la debida autorización y aprobación de mi amiga Ross, hoy me permito mostrar seis versiones de una foto donde aparecemos ambas. Mi amiga a la derecha de la imagen, sentada, esta bloguera a la izquierda, boca abajo.
Cabe la aclaración que en contra de lo acostumbrado, las imágenes o la foto en sí, no es nada reciente. Ya tiene mucho tiempo, años. Y como siempre, estas imágenes durarán aquí hasta la noche del Domingo -06:00 G.M.T.

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Daguerrotipo.


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Blanco y Negro. (Me falló el alto contraste).

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Platinum.

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Albúmina.

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Cámara de Cajón.

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Van Dyke.




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Actualización:

Ya las quité.

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