Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 26 de julio de 2008

Detallito

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Para mañana la imagen completa y, como últimamente ha sido, muy, muy reciente...
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jueves, 24 de julio de 2008

Ahora si que... "Hasta el infinito y mas alla..."

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Con la misma gentileza que me penetró, comenzó a moverse. Siempre suave, sólo que esta vez, recuerdo que después de metérmela hasta donde podía, la sacaba casi toda, quizá sólo dejando la punta dentro. Era obvio que lo que buscaba era sacarme todo el líquido que pudiera desde el fondo de mi vagina.
Su pene siempre tan cómodo, (esto sí que no creo que haya sido factor para conquistar a Ross. Mi amiga jamás se quejó de los penes descomunales, estoy convencida que el tamaño del miembro de PonchI le era cien por ciento indiferente). Ya lo he mencionado en ocasiones anteriores, no muy largo pero, lo suficientemente grueso para llenarme la vagina por completo. En este momento tengo a la vista un plumón marcador de tamaño corto y creo que es del mismo que la verga de mi amigo.
Algo más que lo caracterizaba casi siempre, era que mientras entraba y salía, me besaba, como muchos otros, pero más que lujuria o líbido, me transmitía algo que parecía ser cariño. Yo negaba que lo fuera puesto que su amor, evidentemente era Ross, así que me decía que simplemente era cariñoso y muy considerado.
Después de haberse movido bastantes veces, repito, siempre con suavidad, se detuvo, se hincó entre mis piernas, y por lo que pude ver entre mis senos, tal pareció que inspeccionó mi entrepierna para ver que tan húmeda me encontraba.
Regresó encima de mí y comenzó a hacer un movimiento, con su pene dentro de mi vagina que, en este preciso momento, no recuerdo que él o alguien más me lo hubiera hecho antes. Era desesperante lo que me hacía. Comencé a gemir a todo pulmón. Alguno que otro cliente, tiempo después, que me hicieron exactamente lo mismo, me explicaron que se trataba de describir con la punta del pene en el fondo de la vagina, el símbolo del infinito, un ocho acostado (∞) . De verdad que es una sensación de locura, que no podré describir y que aquellas que la hayan experimentado me comprenderán perfectamente.
Cuando te humedeces, realmente no sientes cuando tu cuerpo produce esa humedad, o quizá no te percatas, sin embargo, en ocasiones sí sientes cuando sale al exterior, y se te irriga toda tu intimidad, y si tienes a un hombre metiéndotela y sacándotela, sientes cuando te escurres por las ingles y sus alrededores. Ese era el caso, en que PonchI, volvía a detenerse, me la sacaba y se asomaba para revisarme. En una de esas veces, le pregunté si quería que me volteara, “¡No! ¡No!”, me respondió, argumentó que de hacerlo, me mojaría yo y no la sábana. Así que seguimos en esa posición de misionero, él haciendo sus ochos acostados y yo gozando ese enloquecedor suplicio, por un rato más.
En la última ocasión que se detuvo, mientras se encontraba hincado entre mis piernas, Se inclinó ligeramente hacia adelante para que su verga me entrara un poquito más, y me pidió que cerrara ambas piernas. Primero la izquierda. Él levantó su derecha para no bloquearme. Luego, por supuesto, la otra. Así que con mis piernas y los labios de mi vulva, le aprisioné con bastante fuerza la verga. Dejó caer dulcemente todo su peso sobre mí y volvió a moverse, esta vez, como en el principio, de atrás hacia adelante, sacándomela casi toda y metiéndomela hasta donde podía. Con él, sí me topaba pero sin llegar a lastimarme como con muchos otros.
Para esos momentos, cada vez que me la sacaba y la volvía a meter, se escuchaba un ruido de humedad, como cuando metes un objeto sólido y alargado en un orificio inundado.
Esa posición estimuló mucho mí clítoris y mis labios menores, volví a gemir, incluso con más fuerza que antes, me preguntó si me estaba viniendo, como pude, quizá con un movimiento de cabeza, le respondí afirmativamente, y entonces, aceleró su metida y sacada, haciéndome lograr el orgasmo con un gritó. No fue un simple grito y ya. “Grité algo así como, “¡Ayyyy que ricoooooo!” Su reacción fue la de pedirme que apretara más las piernas para que hubiera mayor fricción. Lo obedecí y continuó con mi calvario…
Después de unos momentos, quizá habrían sido un par de minutos de movimiento incesante de su parte, volvió a detenerse, de nuevo no pude verlo bien debido a mi posición y, con una voz entre agitada y sonriente me dijo: “Yo sé bien cual posición te gusta mucho… Je je je…”



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martes, 22 de julio de 2008

“Planeado de antemano=Muy deseado”

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Hay que recordar que yo seguía atrapada por su abrazo, con mis brazos pegados al cuerpo. Lógicamente, sus palabras me intrigaron, de hecho, yo diría que hasta se me bajó la calentura por la curiosidad. ¿Qué cosa podría ser más fácil conmigo que con mi loca amiga, siendo ella la maestra en tener criterio amplio y ver con naturalidad las cosas naturales de la vida? Me limité a preguntarle, “¿Qué?”. PonchI sonrió ligeramente y volvió a darme besitos, esta vez un poco menos profundos, aunque de cuando en cuando me metía la lengua en la boca. Al mismo tiempo, comenzó a moverse haciendo que su pubis topara con el mío. Este movimiento, hizo que yo, instintivamente, abriera las piernas, a pesar de que no había penetración. Aún así, con las piernas bien abiertas y hacia arriba, cuando mi boca quedó libre por un instante le volví a preguntar, “¿Qué?”. Su boca estaba casi pegada a la mía, así que la volvió a unir. Fue entonces cuando me contestó: “M-jrrl a ca…mhhh…”. Desde luego que no pude entenderle, así que mientras sus labios oprimían los míos le pregunté de nuevo, “¿Kkk…hghg?”. Ahora me respondió: “Kkk..mnch-sl a…cam…hhh”. Comprendí que debería de esperar a que nuestros labios se apartaran para repreguntar. Afortunadamente, PonchI me soltó para empezar a besar mi cuello, cuando volví a preguntar de nuevo. Mientras me lo lamía me respondió algo como: “Que…mo…jes…la…cam…a… Que…man…chesl…a…ca…mhhh.”. Por fin le entendí y me tranquilicé. Mojar o manchar la cama, nunca ha sido difícil para mí en realidad. El problema siempre ha sido el evitarlo.
Mi amigo se quitó de encima de mí, bajó su mano y comenzó a dedearme la vulva. Como pude, entre gemidos y sollozos, le dije que no era necesario tanto, que con que me penetrara sería suficiente para lograr lo que él deseaba. Antes de soltar mis genitales me dijo que desde que planeó esa cita, tuvo la idea de hacerme mojar la sábana y que no sólo nunca la lavaría sino que recortaría el pedazo húmedo y después de haberse secado, lo guardaría. Recuerdo esa conversación porque me volvió a decir lo mismo después de que habíamos acabado. De algo sirvieron mis palabras porque, recuerdo que tenía los ojos cerrados y las piernas flexionadas, cuando sentí que me abrió las nalgas y los labios, supongo que para inspeccionarme si ya estaba lo suficientemente húmeda y que ya no hubiera necesidad de dedearme más.
Por fin desistió y pude enderezarme para bajarme y empezarle a hacer oral. Él se colocó sobre su costado, yo sobre el mío y mi cabeza a la altura de su verga. La traía, como siempre, simplemente engruesada, no parada por completo, así que se la empecé a chupar suavecito. En segundos estaba lista para que me la metiera sin problemas. Se la dejé de chupar y rápidamente me moví más al centro de la cama, abrí, flexioné y levanté las piernas para recibirlo. Me penetró con la gentileza que siempre le caracterizó y que casi nunca perdió, salvo algunas ocasiones en que, supongo que se desesperaba y se movía con mayor violencia.
Me sentía algo aturdida por las ideas locas de PonchI. De nuevo, no parecía ser PonchI, sino Ross con el cuerpo de PonchI. Dicho de otra manera, quizá si Ross hubiera sido hombre, se le habrían ocurrido “disparates” (Para mí, a esa edad y con esa poca de experiencia, eran disparates. Después aprendí que a muchos hombres les gustan ciertas cosas que, ahora, simplemente considero especiales…) así. Y como siendo mujer, no podía, es decir, ¿Para que quiere una mujer guardar una sábana que ella misma manchó? Hacía que PonchI lo hiciera por ella, o eso pensaba yo…




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lunes, 21 de julio de 2008

"Engullida viva..."

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PonchI comenzó a lamerme la vulva suavecito. Le gustaba detenerse ahí por buen tiempo. Siempre traté de imaginar si eso era parte de lo que le encantaba a Ross de él. Me la imaginaba con las piernas bien abiertas y hasta arriba y gimiendo como loca, tal como él me hacía gemir a mí. Aunque siempre he reconocido que el mejor cunnilingüista de los tres amigos, que como he dicho antes, para ese entonces eran más, era GusG. Éste casi nunca se conformaba con el cunnilingus en sí, sino que pasaba la raya y lo transformaba en analingus, dándole mucha más intensidad y llevándolo a otra dimensión… Cuando menos así era conmigo.
Cuando puso la punta de la lengua por primera vez (en esa ocasión) entre uno de mis labios menores y mayores, exclamó con agrado algo referente al sabor de cereza que traía. Recuerdo que algo me preguntó al respecto, a lo cual me limité en broma a contestarle que así era mi sabor natural. No había mucho espacio para la risa puesto que su boca seguía en mi vulva.
Yo ya estaba muy mentalizada para mi oficio, o quizá simplemente ya estaba muy acostumbrada a los servicios comunes y corrientes, así que cuando PonchI dejó de lamerme la vulva, casi de manera automática, por instinto, quise bajarme para proceder con la felación. Sin embargo, PonchI me detuvo de los hombros y se acostó encima de mí. Me abrazó aprisionándome de los brazos y comenzó a besarme. No, PonchI no podía ser tratado como un simple cliente, era demasiado considerado y caballeroso para eso.
Me tenía atrapada e inmóvil, plantándome besos profundos. Su lengua exploraba las profundidades de mi boca y esta vez, me tenía tan rendida que la mía no opuso resistencia, ni intentó empujar a la suya hasta el fondo de su boca, como en ocasiones anteriores o simplemente, con otros hombres. Realmente me tenía rendida. Algo de la magia que había idiotizado a Ross, estaba funcionando conmigo. Y sin percatarme, yo estaba comprendiendo un poco mejor a mi loca amiga. Días después, recordando este momento, en que PonchI se encontraba encima de mí, me pregunté si esa extraña sensación de confianza, comodidad, de estar a gusto, y rendida, se debía al sabor a cereza que emanaba de su boca, y que a su vez había recogido de mi intimidad. Lo normal es que después de que te hacen cunnilingus y te besan, la boca les sepa a vulva. Luego me dije que me parecía un argumento débil, que tenía que ser algo más.
Con ese Don que caracterizaba al amor de Ross, haciendo que primero llegues a desear las cosas, a veces hasta desesperar, y luego darte lo que deseas, dejó de besarme para chuparme los senos. Una vez que lo hizo con ambos, me preguntó, “¿Te muerdo?”. Le respondí gritando que “¡Sí!” con fuerza. Incluso con más fuerza de la que me mordía, hasta que yo misma se lo dije, de nuevo con otro grito: “¡Más fuerte!”. Se limitó a obedecerme sin alegar. Me mordió los senos en sí, para luego meterse un pezón en la boca y, entonces bajé la vista y con voz de mando le grité: “¡Fuerte!”. Y sí que me obedeció, me los mordió e incluso me los masticó, primero uno, luego el otro, y así sucesivamente, hasta que me dolió mucho y le pedí que cesara. No quería obedecerme, hasta que me hizo que se lo pidiera por favor y hasta se lo suplicara.
Entonces, una vez que por fin me había obedecido, levantó su cara y con una mirada más pícara de lo que él podría regularmente lograr me dijo: “Vamos a hacer algo que con Ross es difícil de lograr pero contigo siempre es muy fácil…”.




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domingo, 20 de julio de 2008

Lo mas reciente que se puede...

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Bueno, pues como dije ayer, llegué raspando pero logré subir las imágenes para no perder la tradición. Si bien esta semana no me fue posible avanzar mucho en la cronología, por lo cual ofrezco una disculpa, cuando menos si metí las imágenes tradicionales de fin de semana, que, como verán, no tienen muchos efectos, ni tienen realmente una pose bien pensada y planeada. La premura de tiempo me asfixió para poder realizar algo más elaborado y digno del blog. No me gustaron las imágenes de esta semana, sé que me veo gordísima, pero cuando menos no fallé...

Las imágenes durarán hasta la noche del Domingo. -05:00 G.M.T.

Y como siempre, gracias a todos por su comprensión.




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Daguerrotipo.



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Blanco y Negro Alto Contraste.




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Color Antiguo.



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Actualización:

Ya las quité.




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