Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 16 de junio de 2007

Negativo

Sin más. Aquí el negativo cuyo positivo subiré mañana. Quizá sean unas tres o cuatro versiones.
Gracias a todos.


-




-

viernes, 15 de junio de 2007

“De dos, dos... Misión cumplida”

Cuando pie quedó en calzoncillos traía el pene lo suficientemente parado como para sobresalir por la abertura que tienen los calzoncillos. Para una mujer es una visión interesante ya que jamás verá nada parecido en uno misma, no es importante si el hombre es atractivo o no. Por fin se los bajó y procedí a ponerle el condón, al contacto con mis manos se le paró al máximo, no me dejó que se la mamara, traía mucha prisa. Me dio miedo se notaba que la tenía más larga que el otro, era de esos que si no saben usarla te pueden lastimar, desde luego que yo había visto más grandes, por eso intuía lo que una verga así me haría sentir, sólo verla imponía respeto, ver penes así puede evocar muchas cosas en la psiquis femenina.

Pensé en preguntarle si quería que hiciera lo mismo que le hice a teta, o sea moverle mi colita como péndulo, pero se me adelantó pidiéndomelo él. Me dio risa lo directo de sus palabras y me puse en cuatro, comencé a moverlo de un lado a otro más despacio que antes porque me estaba asentando, este cliente me inspiraba mas confianza, me hacía sentirme relajada y comencé a escuchar palabras que me motivaban a seguir adelante, como “que rico, que bien lo mueves”, así que continué con mis movimientos unos segundos más, me dijo que me detuviera porque lo estaba enloqueciendo, no le obedecí y continué, el siguió pidiendo que cesara y yo cada vez lo hacía de manera más sumisa. Su voz entrecortado a punto de la súplica me motivó a levantar y abriera más las nalgas, no sé si lo logré pero quería que viera más allá que mis nalgas, quería enloquecerlo, no pensé en las consecuencias, podía ser una penetración salvaje de empujones como con el anterior, yo hacía mi trabajo y lo estaba realizando bastante bien.

Sentí sus manos temblorosas en mis caderas, se le resbalaban de mis nalgas, arrecié el movimiento, estaba tan excitado que no podía sujetarme con fuerza como lo hizo su amigo, empezó a gritar de forma suplicante que no moviera mas el culo (sic), yo simulaba no escucharlo soltando risas contenidas para no enervarlo demasiado, excitarlo sí pero no demasiado, no sabia las consecuencias que podría acarrear, así que me contenía.

Por fin pudo asirme de las caderas utilizando su fuerza varonil, una vez que pudo inmovilizarme colocó la punta de su verga en mi orificio vaginal y me penetró de golpe, recuerdo que la sacaba dejando únicamente la cabeza dentro, hacía una pausa y arremetía con fuerza hasta topar ejerciendo presión con la punta en el fondo de mi vagina, con sus manos en mis caderas volvía a sacarla para repetir el mismo movimiento, era sistemático para hacerlo, era su manera de no perder el control, pero no le valió ya que minutos después empezó a moverse con mayor rapidez y es cuando sabes que el hombre está por terminar, los pujidos, lamentos y gemidos de ambos se aceleraron y subieron de volumen, hizo el movimiento de maquinita electrizante como si recibiera un tiques eléctrico síntoma inequívoco de que estaba a punto de eyacular, segundos que parecieron siglos terminando con un sonido seco del fondo de su garganta. A pesar de haber terminado su verga seguía gruesa y tuve que arquear la espalda para que mi vagina quedara recta con relación a su miembro, de esta manera sería más fácil y menos dolorosa sacármela, aunque de todos modos lo fue.

Quedé recostada para reponer energía, tomar aire y esperar a que pasara el dolor, mi vagina punzaba, afortunadamente el aceite para bebé y mi líquido vaginal remanentes del servicio anterior que no removí ayudo a que no tuviera excoriaciones. Había cumplido con ellos en privado y en la recámara, había ganado el dinero y después de despedirme de pie me iría a los vestidores a bañarme. Mientras lo hacia la vagina seguía punzándome, era como seguir sintiendo el pene dentro, a la vez que me preguntaba si lo ganado ese día era suficiente o sería bueno quedarme un rato más, aunque no trabajara podría irme ambientando y conociendo más el negocio, además de que estaba cerca el mediodía. Decidí quedarme para hacer el ritual de higiene con el talco y el aceite y tratar de maquillarme sola.

Lo primero era fácil no tiene ciencia aunque sea la primera vez, me disponía a maquillarme cuando llegó gay2 a decirme que me llamaba la señora, cuando vio que apenas me iba a pintar dijo que me ayudaría para terminar pronto y vi el “producto” que de nuevo me fascinó, ese que parecía mujer y se veía de mi edad, tuviera la sapiencia para maquillar tan bien y que muchas mujeres no teníamos, al quedar lista fui con la señora.

Esperaría situaciones de las que me producen más adrenalina en este oficio...




-

jueves, 14 de junio de 2007

“La nueva controlaba con placer, quien lo diría...”

Con mis movimientos teta siguió expresándose, grito ¡ya! A todo pulmón, me sujetó muy fuerte las caderas para que dejara de moverme y de un solo golpe me empujó el pene hasta el fondo diciéndome que me lo había advertido, que me cogería sin piedad, comenzó a darme empujones con mucha fuerza, me sujetaba con firmeza sacando y metiendo con furia hasta que topaba.

En varias ocasiones me arrancó alaridos de dolor, entre más gritaba más se enervaba haciéndome levantar la cabeza de dolor hasta que me tensionaba la nuca y los hombros.

Después de doce o quince empujones con toda su fuerza comenzó a moverse con mayor rapidez, de nuevo metía y sacaba, no estaba interesado en causarme placer, tampoco estaba interesado en su propio placer, por la forma en que empujaba y las palabras que decía sentí que su mayor interés era causarme dolor con su verga, hacer que me quejara y gimiera y si el dolor me causaba placer que bien, y si no, no importaba, simplemente quería cumplir su amenaza, cogerme sin piedad y lo estaba logrando.

Fueron minutos muy intensos, me hizo lubricar profusamente, hasta cierto punto me excité, no como cuando iba preparada, pero la sensación era imposible omitir, se detuvo y me la sacó, me empujó para que levantara más las nalgas y me dio cuatro o cinco nalgadas con mucha fuerza descargando su coraje causado porque lo había excitado con mi movimiento de nalgas. Las nalgadas fueron tan fuertes que el sonido rebotando en las paredes y explotaba en mis tímpanos con la misma fuerza que el contacto de sus manos.

Logró arrancarme un grito por nalgada pero no me moví, estaba lista para que terminara, cuando terminó de nalguearme volvió a tomar con fuerza mis caderas enterrándome sus dedos y la volvió a meter de un solo golpe para moverse rápido como pistón hasta que eyaculó con un gritó ahogado como muchos hombres mientras me decía; “que buena estás, que buen culo tienes, que rico coges hija de la chingada...”

Terminé cansada y adolorida pero no rozada, el aceite de bebé había surtido efecto, las arremetidas y nalgadas aun cobraban efecto en mi cuerpo así que me recosté boca abajo unos minutos. No podía descansar mucho tiempo porque me esperaba cliente-pie, le dije que se podía bañar ahí mismo y yo lo haría en los vestidores. Mientras lo hacia aproveché para reposar en la cama y vestirme, le pedí que le dijera a su amigo que lo atendería en un momento, sólo iría a bañarme.

Cliente-teta me dio las gracias y volvió a halagar mi cuerpo, en especial algunas partes, y diciéndome que hacía muy bien mi trabajo, me pidió que a su amigo le hiciera el mismo “movimiento de culo” y que mientras lo hacía se tomaría una copa a nuestra salud, riéndose por imaginar que volvería loco a su amigo, sonreí y le agradecí, se despidió y al abrir la puerta me dijo, “aquí te hablan”, me levanté de la cama y fui a ver de quien se trataba, era cliente-pie y gay2 quien empezó a hablar diciéndome que cliente-pie ya había pagado y que “le urgía conmigo”, que no me preocupara, que le dejaría el dinero a gay1 para que lo cobrara al salir, abrí más la puerta para que pie entrara, pero gay2 me dijo que no podía atender a dos clientes en la misma cama porque las sábanas se cambiaban después de cada servicio, pero que ya había otra recámara lista para el servicio a cliente-pie.

Mientras gay2 hablaba, los dos hombres conversaban en voz baja a unos pasos, vi como teta movía las manos como si tomara una pelota invisible, seguramente le describía mis movimientos con él o le estaba aconsejando como sujetarme hasta que mostraron una ligera risa. Cliente-pie se acercó y se dirigió a la recámara preparada para el servicio, regresando al privado teta dijo alguna picardía que hizo a pie soltar la carcajada y a mí me sacó una sonrisa ya que comento; “cómetela viva”, “mátala”, “que no quede viva”.

Llegamos a la recámara y gay2 abrió la puerta donde me esperaba una sorpresa…



-

miércoles, 13 de junio de 2007

“Empezaba a ser la que controlaba...”

Regresé al privado donde los clientes me esperaban con ansía, me pidieron que me sentara entre ellos y comenzamos a platicar, después de un rato les pregunté quien sería el primero como siempre sucedía, me dijeron que escogiera, les respondí que el que fuera estaría bien, y dijeron que el que me gustara más, para no meterme en problemas y pensaran que uno me gustaba les dije que el que anduviera más caliente, y pensé que no debía haberlo dicho así, ya que me podrían responder que los dos lo estaban y se alargaría el tiempo, afortunadamente no fue así, lo que hicieron fue levantarse e irse hacia la pared, como estaba oscuro y había una bocina con música no escuche lo que hablaron.

Una vez que se pusieron de acuerdo regresaron junto a mí, uno de ellos me rodeó y comenzó a hablarme al oído, comprendí que el sería el primero, decía que le gustaba y como se transparentaban mis pezones bajo la ropa, yo simplemente sonreía sin contestar nada pero lo dejaba hablar y hacer...

A los pocos minutos empezó a tocarme los senos, me pidió que me volteara de espalda recargándome en su hombro, de esa manera podría manipular mejor, doblé mi rodilla y levanté la pierna para descansarla sobre el sofá, el otro veía mi entrepierna ya que el calzón era transparente, lo que buscaba era que ambos se excitaran rápido para ir al cuarto y terminar cuanto antes, mientras jugaba sopesando mis senos y pellizcando mis pezones el otro comenzó a acariciarme el pie, el tobillo y la pantorrilla, dude cuanto tiempo dejarlo acariciarme, pero no me correspondía detenerlo, estábamos en el tiempo que le permitía acariciarme el pecho y si le decidía tocarme la pierna no pondría objeción, a fin de cuentas para mí era mejor que se calentara rápido. El que agarraba mi pierna pasó de la rodilla al muslo y le dije que hasta ahí lo dejaría, el problema era que si llegaba a mi entrepierna me excitaría y eso en el negocio no es conveniente.

No recuerdo sus nombres así que al que estaba en mis senos lo llamaré cliente-teta y al otro cliente-pie. En el momento en que pie rondo mi vulva le exclamé a su amigo:

“Mira teta, pie quiere agarrar mi parte”.

A lo que teta respondió:

“Déjalo, no te haces nada tocando tu panochita”.

Y le contesté:

“Pero se supone que estoy contigo”

El diálogo los hizo recapacitar, en especial a pie que descendió su mano hasta mi muslo interno, no sin antes rascar los pelos del labio mayor colindando con la ingle. Pie reculaba al momento que teta descendía y avanzaba por mi vientre y pubis para anidarla en mi vulva, decidí que no sería malo obtener un poco de excitación para lubricar y trabajar mejor a ambos, lo dejé explorar mi cuerpo un rato, cuando calculé que había pasado media hora les iba a sugerir que fuéramos al cuarto pero teta se adelantó, me dijo que ya no se aguantaba, le pedí el dinero y corriendo fui a dejarlo a gay1 al que le pedí un condón y antes de que me regañara le dije que se lo reponía puesto que ya tenía los míos, mientras tanto gay2 llevó al cliente a la recámara y cuando me dirigía hacia allá me dijo que me estaba esperando.

Me volvió a llamar la atención que gay2 parecía mujer hasta en la cara, mientras gay1 tenía cara flaca y alargada, gay2 tenía la tenia chiquita y redonda como de chica de quince años. Gay1 era flaco y se veían los ángulos masculinos, mientras que gay2 tenía las caderas redondas cono muchas chicas que conocía, incluso era más nalgón.

Le di las gracias por la información y preparación del cuarto y me dirigí pensando en si teta ya la tendría parada y estirada para ponerle el condón con la mano. Entré y estaba terminando de desnudarse, solo le faltaban los calzoncillos, me desnudé frente a él que me miraba como si nunca hubiera visto una mujer, sentí su lascivia que transmitía de manera clara haciendo que se despertara mi coquetería y sentido de manipulación a los hombres, intente excitarlo parándosela pronto, me daba flojera mamársela.

Ya desnudos frente a frente trato abrazarme, sin embargo me fui a la cama y me puse en cuatro con los codos y barbilla sobre el colchón, moviendo mi colita como péndulo o badajo con ritmo suave. Al principio no captó el mensaje y de forma hosca exclamó, ¿para que te pones así, quieres que te mame el culo o qué?. Reí para que me oyera y seguí haciendo el mismo movimiento, volvió a exclamar esta vez tono más amigable, ¡ay cabrón es hipnótico, me estás hipnotizando con el pinche culo!. Mi respuesta fue una risa clara y sonora. Ya párale me estás volviendo loco dijo, yo seguía moviéndome como si no escuchara nada, entonces me dijo que si seguía así me cogería sin piedad, por nervios y por estar teniendo éxito solté una carcajada.

Todavía estaba controlada, muchas cosas pasaban por mi mente mientras movía mi trasero, pero no me daba miedo su amenaza, lo que quería era orillarlo al orgasmo de tal manera que el acto no fuera prolongada pero que quedara plenamente satisfecho.

Mientras tanto mi colita seguía de un lado al otro…



-

martes, 12 de junio de 2007

"Mi primer duo de manera profesional"

Antes de irme le dije a la señora que si me podía vender una caja de condones o si me la conseguía porque el gay1 me había regañado y me dijo que no le hiciera caso, que él sabía que yo estaba empezando y no había ido preparada pero que a veces así se ponía, me regaló una caja a la mitad en el entendido que cuando llegara quien se los vendía me separaría una caja porque veía que trabajaría mucho. Le volví a preguntar si ahí abrían las veinticuatro horas y me dijo si, le pregunté si podía ir muy temprano a eso de las siete u ocho de la mañana y no al mediodía, me contestó que sería muy bueno porque a esa hora todas las chicas estaban apenas durmiéndose porque les gusta trabajar más en la noche y eran pocas las que daban servicio mañanero, que si bien no había muchos clientes, los que hubieran serían todos para mí, y me mando con el gay1 a cobrar mi dinero.

El resto del día lo pensé bien, en la mañana iría con la señora con horario de escuela, después iría a casa a comer y por la tarde a mi trabajo, todo encajaba bien. Si bien este trabajo no me daba la satisfacción sexual que me daban mis tres amigos sí los alejaba de mi mente con cierta satisfacción sexual y me distraía, con el tiempo serían indiferentes.

A la mañana siguiente fui muy temprano y me dirigí al vestidor a buscar al gay1 quien me dijo que había dos clientes que se habían pasado la noche de juerga y todavía no terminaban y le habían pedido mujeres, en ese momento sólo había dos chicas dando servicio por lo tanto me apuró a cambiarme, me apliqué talco y aceite para bebé y me ayudó a maquillarme con la misma maestría de una mujer. Me puse el baby doll con tanguita, los zapatos excéntricos y seguí al gay1 hasta la sala principal. Me presentó con los clientes y vi en sus miradas de aprobación e inmediatamente me pidieron ir al privado.

El gay1 nos llevó a la zona VIP que como ya conté eran salitas pequeñas igual de oscuras que la principal, en todo el local no entraba el sol pareciendo que siempre fuera de madrugada. Comentaron que durante la noche habían visitado varios prostíbulos pero que los habían cerrado y por eso habían preferido ir ahí, que no habían tenido sexo y tenían ganas, les dije que si querían estaba lista para atenderlos a los dos pero uno por uno, me dijeron que no fuera tan aprisa que platicáramos un momento, pensé en lo raros que son algunos hombres, insinuaban estar frustrados por no haber tenido sexo durante la noche y el sol ya había salido y aún así querían platicar…

Les informe que cobraba por tiempo y que si querían que estuviera en el privado les iba a costar, no podía comportarme como novata, era una situación distinta a la del día anterior. Se vieron entre ellos y me preguntaron cuánto llevaba trabajando en eso, les respondí que seis meses, y me convencieron de quedarme al decirme que me darían lo del servicio de una hora por estar con ellos, les dije que habrían de saber que en ese negocio todo se pagaba por adelantado, hicieron mala cara pero me dieron el dinero el cual fui inmediatamente a dejárselo al gay1 quien me dijo que la señora estaba terminando de desayunar y me advirtió que ya que habían pagado sólo por estar en el privado no me portara “mamona” explicándome que habían pagado no sólo por conversar sino que los dejara hacerme todo exceptuando penetración, felatorismo y cunnilingus, le respondí con un ¡claro! Coqueto y burlón. Ya regreso al privado sonó una chicharrita, había un foquito que se encendía cada vez que sonaba, me dijo que provenía del privado y lo estaban llamando, me dijo que esperara que quizá querían decirle algo a solas, y se trataba simplemente que habían ordenado algo para tomar y le habían dicho al gay1 que me preguntara que iba a pedir yo, por la hora pedí un jugo de naranja.

Sabía que no debía demorarme más, no había pretexto así que me dirigí a atender a mi primer dueto de manera profesional.



-

lunes, 11 de junio de 2007

“Productivo, fácil y con buen horario, era un buen trabajo...”

Después de bañarme fui con la señora a decirle que había hecho el servicio y me dijo que el cliente había quedado maravillado, dándome a entender que estaba muy contenta con mi trabajo, le dije que tenia excoriación y me molestaba al caminar y al sentarme, me llevo a la recámara y tuve que quitarme el trajecito, mi ropa y la otra que me había dado estaban en mi locker, de nuevo me espolvoreó talco en el pubis y labios mayores diciéndome que ese truco servía para las que no se rasuraban porque el talco se quedaba en los pelos, hizo que me abriera y me aplicó aceite para bebé en el orificio vaginal, sentí alivio riquísimo, dijo que además de ser humectante era especial para excoriaciones y rozaduras, y neutralizaba olores lo cual era de importancia en el negocio.

La señora sabía como tratarme y no darme tiempo a pensar, solo quería despedirme de ella y sin darme cuenta ya me tenía sentada maquillándome de nuevo y dándome consejos, me dijo que incluyera entre mis cosas talco y aceite para bebé y que viera como me maquillaba para hacerlo yo sola, me recordó que por un tiempo les diría a los clientes que era nueva y les haría creer que con ellos era mi primera vez, y que había pensado que en vez de que fuera a la sala principal esperara en la sala de su casa y que ella los iría trayendo y presentando y agregó que me tenía listo a uno que me estaba esperando, que este sí pagaría, no pude negarme. Si me había dado como límite tres horas aun me sobraba tiempo, por eso no me opuse.

A los pocos minutos me llevó y presentó al cliente, le dijo que era nueva que me tratara bien, él profirió palabras halagadoras diciendo que sería un placer “estrenarme”, lo apropiado era guardar silencio y sonreír. La señora llamo a otro chico gay que no había visto antes, era un “muchacho” bajito y moreno con cabello largo y ropa de mujer, con la poca luz que había pasaba como mujer, nos llevó a la recámara que ocuparíamos, cuando lo veías de espalda podrías jurara que se trataba de una mujer, era el encargado de esas cosas mientras que el otro gay era el administrador. El gay administrador usaba nombre de hombre y el pequeño de mujer, desde ahora los llamaré gay1 y gay2.

En la recámara el cliente me dio mi dinero del servicio y el del uso del cuarto, lo dejé solo y fui a la oficina del gay1, le pagué y le di a guardar lo mío, le pedí un condón y me lo dio reprochándome que no trajera los míos, le dije que no había ido preparada y que si me había quedado era porque la señora lo había pedido, ese cliente como el anterior los había atendido a petición de la señora, que no pensaba trabajar hasta una semana después, no le gustó mi actitud, al regresar al cuarto mi cliente ya se encontraba en calzoncillos, se lo bajé después de haberme quitado la ropa, iba a practicar ponerle el condón con la boca, pero como se suponía que era mi primera vez no lo hice, con una seña lo invité a que se recostara boca arriba, era moreno, bajito y medio calvito, con pancita y su pene y huevos los tenía muy negros, en el futuro me tocaría ver muchos así, de hecho ya me había tocado en el pasado.

Me coloqué entre sus piernas y se la chupe, a pesar de que le arrancaba gemidos no se le paró mucho, después de un rato me dijo que hiciéramos el sesenta y nueve, tenía tiempo de no practicarlo, no se me olvida que cuando acomodaba mis piernas a los lados de su cabeza exclamó algo que me llamó la atención, dijo ¡mhmhhh que rico panochito!, y se dirigió a mí repitiendo que le gustaba mi “panocho”, me extrañó porque nunca había oído hablar de la vulva en masculino, siempre me ha parecido que es en femenino el llamarle a las partes íntimas de la mujer, de hecho pocas veces volví a oír el término en masculino en voz de un hombre. Una vez que se la paré y me penetró con problema, ya que no me cabía bien, volvió a exclamar sorprendido que estaba muy apretado “el panocho”.

Como lo recuerdo, me cogió metiendo y sacando, se cansaba o sentía que se venia y se detenía, hasta que comprendió que se le iba a terminar el tiempo y me abrazó para inmovilizarme y me besó en la boca moviéndose rápido, un hombre que se mueve así no dura, sin embargo parece largo tiempo para quien lo recibe, pero por fin terminó y al sacármela por mi estrechez medio condón se quedó dentro de mi, él lo sacó y me lo dio, estando hincada en la cama para ponerme de pie me abrazó desde atrás, hizo a un lado el caballo y besó la espalda, lo dejé hacer, bajó su cabeza y me dio besitos en las nalgas, me puso una mano en la vulva y otras en medio de las nalgas, lo dejé explorarme hasta que le dije que se había terminado su tiempo y entonces dijo las palabras que en este oficio quería oír, “pronto regresare para estar de nuevo conmigo”, sonreí y le dije que si se quería bañar estaba ahí había regadera, que yo me bañaría en otra parte .

Para ese momento ya era un día muy productivo, dos cambios de ropa bonita, sexy, difícil de conseguir y cara, y el pago de un servicio completo, nada mal para una novata. Y además seguía siendo temprano...



-

domingo, 10 de junio de 2007

Domingo de muchas versiones

Esta semana no me pude decidir por una de las versiones. Así que, preferí mostrarlas todas.
Durarán hasta la noche del Domingo. -06:00 G.M.T.

-
Daguerrotipo

Cámara de cajón

Platinotipia


Albúmina


Color Antiguo


Colorizado

Blanco y Negro


-

Actualización:

Ya las quité.

-