Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 8 de marzo de 2008

De nuevo sin pixeles.

Mañana mostraré la imagen completa.


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viernes, 7 de marzo de 2008

"Dos sorpresas..."

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Yo pienso que el tema le despertó más aún el morbo o la líbido o no sé que porque todavía seguíamos con lo mismo cuando se puso a mi lado y me pidió que me sacara un seno. Ya me estaba hartando tanto sexo pero pensé que, como había dicho, tenía que sembrar para cosechar y hasta el momento, todo iba bien, así que lo obedecí. Me dijo que me quería probar recién bañada. Me chupó ambos senos y luego me pidió que me bajara de nuevo los calzones y repitió que el motivo era por estar recién bañada. Me hartó más pero de nuevo le di gusto. Me lamió toda la vulva, como si quisiera conocer a qué sabía en esas condiciones. Lo hizo sin mucho erotismo, como dije, quería simplemente conocer el sabor. Cuando terminó volvió a su lugar y me dijo que “estaba muy rica” pero me prefería “de la otra manera” (sic).
Amagué con levantarme del sofá para irme definitivamente, cuando me preguntó por enésima vez que si estaría dispuesta a un trío con él y algún amigo. Algo fastidiada le respondí que desde la ocasión anterior le había dicho que sí, siempre y cuando no fueran personas agresivas o groseras etc. sino pacíficas, educadas y amables como él. “Y... ¿hasta con cuántos te animarías?” Me preguntó. Encogí los hombros, hice una mueca de indiferencia con la boca y le respondí que no sabía, que cuatro o cinco en total, si todos pagaban lo que debería de ser. Asintió con la cabeza con una gran sonrisa en la cara. Por último agregó: “Pero, como ya dijimos, ¿Si te animarías a que dos o más estuvieran contigo, uno en cada pecho o algo por el estilo?” (En ese momento pensé: “Hasta puedo tener una verga en cada mano...” Pero no se lo digo para que no se infarte... No soy Ross pero me defiendo en lo mío). De nuevo hice la mueca y asentí con la cabeza con aire de que era un tema que yo dominaba bastante bien.
Por fin me dejó ponerme de pie y cuando me dirigía a la puerta me pidió que me esperara. Desapareció de mi vista mientras respiré profundo... Ya me estaba hartando más y quería irme. Cuando regresó a la sala, tomó mi mano y en ella puso un fajo de billetes. La misma cantidad que le hubiese cobrado de no haber sido por lo de “chavito”. Supongo que puse una cara de asombro que interpretó fácilmente. Me dijo que me lo había ganado a ley y, cuando traté de decirle algo, después de todo habíamos quedado que el servicio con él sería gratis, se me adelantó y me dijo: “Conmigo el dinero NO es el problema, chiquilla. Conmigo el problema es la edad. Si por mi fuera te estaría cogiendo día y noche... Y te daría unas cogidotas que no podrías sentarte bien nunca. Vivirías rozada y con los labios inflamados pareciendo guante de cátcher de beisbol” Eso último me arrancó una sonrisa... Añadió: “Ningún dinero te devuelve la energía que tenías a los quince o veinte años, ya de jodido la que tenía a los treinta...” Hice una pausa para reflexionar y le agradecí todo... La oportunidad de ganarme dinero con otro cliente y el dinero que me había dado realmente sin necesidad.
Antes de irme definitivamente y de dejar besarme de despedida como era costumbre con ambos viejitos, algo agregó que por eso me prefería a mí recién después de que había hecho algún servicio. Recordé que ya había tocado el tema pero ahora me había quedado más claro.
Un servicio así, con todo lo que había ocurrido y todo lo que se había dicho, impacta en tu mente. Es más fácil digerir el tener cuatro o cinco clientes seguidos con lo que casi no hablas y que sean muy bien dotados, enérgicos y desconsiderados. Las rozaduras y excoriaciones alrededor del orificio vaginal causan menos impacto y las olvidas más pronto. Así que, decidí no ir a trabajar por un par de días, además de que tenía que ponerme al corriente en clases, que, a propósito, iba bien en la escuela.
Como dije, no fui a trabajar por un par de días, luego fui uno o dos a la casa de la señora, con bastante trabajo rutinario, hasta que regresé a la placita. Ese día fue relativamente tranquilo, dos o tres clientes, más Tontón y algo leve con Don Abarroto y decidí regresar a mi casa.
Iba en el camino, alejándome de la plaza, cuando vi a lo lejos la flaca figura de “chavito”. Le esperé que llegara a mí y después de saludarnos me dijo que estaba a punto de completar para otro servicio. Luego él solo cambió ligeramente el tema al preguntarme si no había tenido problemas “ese día, con los viejitos”. Me reí al oír eso, quise corregirlo y le dije que “sería con el viejito puesto que sólo había uno”. “No. Eran dos lo que ahí había.” Me respondió...





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jueves, 6 de marzo de 2008

"El morbo lo traia loco..."

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Esa última frase del viejito llevaba más fondo del que me dio como primera impresión. No fui lo suficientemente inteligente para captarlo en el momento… Así que dejé que las cosas siguieran su curso, que jugueteara con los pelos de mi pubis, que me besara en la boca, que me apretara las nalgas, etc. Yo percibía que le gustaba estar conmigo, así que cada caricia podría ser un motivo para que más se prendara conmigo, con los beneficios profesionales que eso conllevaría para mí.
Quizá el plus principal de estar con V.G.T.2 en su casa, era la facilidad de poder bañarme sin prisas y sin el temor de ser sorprendida por quien no debía. Así que después de que le permití tocarme lo que quiso, le pedí permiso de usar el baño para asearme. Me lo concedió con gusto, me llevé la ropa y empecé a bañarme. Desde que me levanté de la cama, recordé que la posibilidad de que quisiera meterse al baño conmigo, así durante el pequeño trayecto de la cama de la recámara al baño me hice a la idea de que en cualquier momento me lo pediría. Entré al baño, coloqué mi ropa donde pude y abrí la regadera... Estaba sola, esta vez no me pidió verme. Me dije que qué bueno, aunque todo el tiempo pensaba que en cualquier momento podría entrar. Mientras me enjabonaba, me pareció escuchar su voz o alguna voz; me dije que quizá estuviera cantando o era de los que hablan solos, ya que no vi ninguna mascota en la casa, o quizá podrían ser voces desde la calle. El caer del agua contra el suelo me impedía escuchar con claridad, incluso podría no ser una voz, sino los sonidos que se encerraban en el pequeño cuartito de baño.
Cuando salí, pensé en despedirme inmediatamente, después de todo, ya le había dado “su pago”. Sin embargo, después de alabar mi imagen y mi perfume, me pidió que me sentara “un ratito” en el sofá. Quizá me ofreció algo de beber, no lo recuerdo y tampoco recuerdo si, en caso de haber sido así, lo haya aceptado. Lo que recuerdo es que estando sentados me preguntó si lo que acababa de ocurrir en su casa yo lo consideraría “un trío”. Fue una pregunta que me impactó levemente porque no la esperaba, ni había considerado lo que había pasado como tal. Así que me quedé pensando un momento para después responderle que no, que un trío hubiera sido si ambos se conocieran y me lo hubieran pedido. Agregué que en caso de que así hubiese sido, lo hubiese considerado como servicio “especial” y el cargo hubiese sido mayor. Ahora fue él quien se quedó callado por un par de segundos, tomándose la barbilla y mirando hacia el suelo hasta que reaccionó y me preguntó si yo hubiese aceptado en caso de que ambos hombres se conocieran y me lo pidieran. Le respondí que ya habíamos hablado al respecto y que le había respondido afirmativamente. “¿Apoco de verdad ya lo has hecho?” Me preguntó. Le respondí asintiendo con la cabeza y exhalando por la boca, no dándole mucha importancia, hasta que le repetí lo mismo que le había dicho la otra vez, “Pero de a uno por uno, ¿Eh? Yo no hago DP” Antes de que continuara me interrumpió y me preguntó que significaba eso. Le respondí que quería decir “Doble Penetración” y, que no la hacía simplemente porque yo no hacía anal. Agregué que sí podría hacer, si me pagaban bien, doble penetración, bucal-vaginal pero que siempre lo especificaba porque al decir que sí hacía DP lo primero que les venía a la mente a los hombres era la penetración vaginal-anal. “Pero... Entonces... ¿Sí podrías estar con dos al mismo tiempo siempre y cuando no te la metan ambos?, ¿Verdad?” Me preguntó con un dejo de morbo que se podía oler en el ambiente. Con aire de indiferencia y sin aparentar mucha importancia, le contesté que sí sólo que en la penetración era uno solo. Me repreguntó como era que podría tener un pene en la vagina y otro en la boca. Le dije que cuando el que estaba en la vagina estuviese a punto de terminar, podría chupársela al otro para prepararlo. Con estas últimas palabras, se le arquearon las cejas y le brillaron los ojos, al momento que preguntó “¿Ah sí?” con la sonrisa más maliciosa que le había visto hasta ese entonces...



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miércoles, 5 de marzo de 2008

"A pagar..."

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Entramos a la cocina y seguimos hacia la recámara. Yo permanecí desnuda y me traje mis cosas en la mano. Al llegar al cuarto, el cual era el de la ventana que había quedado a mi izquierda cuando estaba boca arriba con “chavito” y había visto moverse la cortina y, todavía de pie, me besó en la boca y poco a poco comenzó a bajar hasta mis pechos, los cuales, más que succionar o morder, se limitó a lamer. Hizo una expresión de extremo agrado y me dijo, “Estás bien sudadita”. Le respondí que era natural no sólo por lo que acababa de hacer sino el haberlo hecho bajo el sol, además del calor que hacía. Me repitió que él me prefería “así”, que “ya lo sabía”, que “ya me lo había dicho”. Preferí simular que no le daba importancia a sus palabras para evitar que me incomodara, aunque sí hice un gesto como diciendo que ya estaba entendido.
Acto seguido, me dijo que me pusiera en cuatro porque me quería mamar la panocha (sic). Ya lo había hecho, así que entendí lo que quería hacer. Me coloqué en la posición que me había indicado, sin embargo, me pidió que lo hiciera de forma transversal a la cama y no a lo largo, de tal modo que mis nalgas quedaran de frente a la ventana. No le di importancia y simplemente lo obedecí. El cunnilingus fue largo. Esta vez me recordó un poco a GusG; Cuando te pones en cuatro para que te hagan oral, el hombre, si lo desea, puede fácilmente pasar su lengua desde donde se unen tus labios, hasta el ano y más arriba aún. Así lo hizo el viejito, por eso digo que me recordó a uno de los tres amigos. Sin embargo, no se detenía tanto ahí como lo hacía el amigo de ÁngelU y PonchI. Aunque de todos modos me abría las nalgas para tratar de abrirme el ano lo más que podía y lamerme lo más dentro posible.
Después de lo que me pareció un lapso muy largo, me pidió que me volteara para seguirme dando cunnilingus. De nuevo me pidió que mi cuerpo quedara transversal a la cama. Abrí las piernas y doblé las rodillas para darle acceso a su lengua en mis genitales pero esta vez, un rayito de sol pasaba por las cortinas de la ventana y me daba casi en los ojos. Alcancé a ver que de nuevo la cortina se movió un poco, aunque por el reflejo del sol no le di importancia y preferí taparme con la mano. Estaba cansada, acalorada, sudada y en esas semanas había trabajado demasiado, así que no me excité demasiado a pesar de la maestría de V.G.T.2. Como decía Ross, me estaba sirviendo de relax simplemente.
Cuando terminó me dijo llanamente que le mamara la verga. Me senté en la cama, estiré la mano y le puse el condón, aunque el oral, como siempre con él, fue “a lo pelón” como decíamos nosotras cuando hacíamos el oral sin condón (Casi siempre a las parejas o a escasos clientes que no constituían peligro potencial, como en este caso el viejito). Se la chupé estirándosela hacia mí y cerrando las mandíbulas para que no se le regresara la sangre al cuerpo, procurando no morderlo. En unos dos o tres minutos, ya estaba dura como para ponerle el condón y que me pudiera penetrar. Una vez que estuvo listo, le pregunté, “¿Así?” refiriéndome si quería que lo hiciéramos de forma transversal a la cama. Me respondió afirmativamente, se la agarré, la puse en la entrada y me recliné hacia atrás. La penetración fue fácil y cómoda para mí, al igual que sus suaves movimientos. Esta vez, su erotismo fue más verbal, usando más lenguaje sucio que anteriormente; Que si “tu panochita”, que si “la verga”, Que si “tus mequitos”, que “si te estoy sacando mierdita”, que “ya has de traer la panochita bien viscosita”. A todo le respondía que sí, es decir, cuando me dejaba de besar y podía hacerlo. Sí erotizaba con su lenguaje pero, como dije arriba, era de esos días que traes tu líbido tranquila.
Una vez que terminó, como siempre, sin demasiado estruendo, se colocó a mi lado. Seguíamos de forma transversal a la cama. Como lo que yo quería era simplemente “pagarle”, me dije que como lo quisiera hacer no me importaba.
Estando a mi lado, me preguntó si había estado a gusto con “chavito”. La pregunta me sorprendió un poco. Yo hubiera esperado que me preguntara por él, sin embargo, le contesté encogiendo los hombros y con un “sí” con un dejo de indiferencia. Luego le pregunté, “¿Por?”, a lo que me respondió que si me había sentido a gusto con el chico, podría seguir llevándolo a su casa. Le reproché diciendo que todo estaría bien de no ser por la incomodidad del colchón y el sol en la cara, que en ese tipo de cosas la mujer siempre llevaba las de perder. “Por eso no te preocupes, si quieres a la próxima te lo llevas al cuartito del fondo, les hacemos espacio y hay dos colchoncitos, te va a ser más cómodo”. Respondí encogiendo los hombros y diciendo “bueno…”
Algo se gestaba en la mente del viejito…




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martes, 4 de marzo de 2008

"Un trabajo que no es facil..."

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Poco a poco el miembro de “chavito” se fue deslizando hacia afuera de mí. Como siempre, la cabeza causa cierta incomodidad porque se atora un poquito. Me había dejado un poco adolorida en especial de las ingles porque los hombres tan flaquitos como él te clavan las caderas al dar los empujones. Y como este muchacho todavía no sabía controlar sus impulsos pues…
En fin, el caso es que una vez que me la sacó por completo, se hincó junto a mí y me preguntó algo así como, “¿Y ahora qué?” Le respondí que lo que seguía era que se vistiera, pasara por la puerta de la cocina y se saliera de la casa, que yo me quedaría ahí. Esto último pareció sorprenderle pero quizá no pudo ordenar sus ideas para plantearme la pregunta del porqué permanecería ahí. Por lo tanto, sólo se limitó a vestirse. Mientras lo hacía y yo permanecía desnuda y boca arriba, tal como V.G.T.2 me lo había pedido, me preguntó si me podría volver a ver. Le respondí que ya sabía mi tarifa y que a eso debería agregarle lo del hotel. “¿Y aquí?” Me preguntó. Le contesté que no sabía si se podría de nuevo ahí, que me buscara en la placita y yo le diría y que también podría él buscar un lugar por su cuenta, a lo que enfaticé que fuera completamente seguro. Entonces, una vez vestido por completo, me preguntó si ahí sí era seguro. Le respondí claramente que sí y con mi mirada comprendió que no debería de preguntar más respecto a esa casa. Al terminar de que yo lo dijera, se inclinó hacia a mí, me besó en la boca de nuevo y me apretó un seno. Cuando apartó su boca de la mía, buscando ver si me había ganado otro cliente asiduo le pregunté: “¿Te gustó?”, Alegremente y casi gritando me respondió que le había gustado mucho y luego me hizo la misma pregunta. Obviamente le respondí que sí, aunque sin la misma euforia, sino más bien en voz quedita, con una leve sonrisa y cerrando los ojos.
Antes de incorporarse para irse definitivamente, me dio un ligero pellizco en mi pubis, más como para revolver mis pelos que otra cosa. Por fin se fue y me quedé recostada en el colchón, bajo el sol ardiente, sólo tapándome los ojos, tal y como me lo había pedido V.G.T.2. No supe si éste guió al chico hasta la puerta o si “chavito” atravesó la casa por si mismo hasta encontrar la salida.
Tenía los ojos tapados con la mano cuando escuché el rechinido de una puerta. Volteé la cabeza en dirección del sonido y vi que el viejito la estaba atravesando para salir al patio y acercarse a mí. Nos saludamos con un leve movimiento de cabeza y por mi parte una sonrisa igual de leve. Con dificultad, se recostó a mi lado, comenzó a besarme, a la vez que bajó su mano y comenzó a acariciarme los pelos. Mientras seguía besándome, sus dedos fueron más allá hasta que comenzaron a darme “masaje” a lo largo de mis labios menores y el clítoris. Luego se detuvo y me dijo: “Gracias”. Le pregunté porqué me agradecía, a lo cual me respondió que por haber hecho exactamente lo que me había pedido, permanecer exactamente como el cliente me había dejado, que significaba muchísimo para él, que para él, era muy importante que yo me hubiera quedado tal cual. Entonces le contesté: “No, gracias a ti por permitirme ganar un dinero, lo necesito.” Se sonrió, no recuerdo exactamente lo que contestó.
Entonces trató de volver a besarme y dedearme pero le incomodó mucho lo delgadito del colchón y el sol a plomo sobre el cuerpo y me dijo que mejor entráramos. Mientras recogía mis cosas, (no para vestirme), le dije, “¿Ves? Mi trabajo no es fácil, así tuve que atender al muchacho”
Adentro, pasara lo que pasara, con toda seguridad, tendría más comodidad…



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lunes, 3 de marzo de 2008

"La tarifa extra fue pagada..."

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Cuando de plano se la sentí durísima, dejé de chupársela. No esperé a que él me dijera nada. Se la solté y me recliné hasta que mi espalda tocó el colchón. Entonces le dije “Ven” al mismo tiempo que con la mano le hacía la señal de que se recostara sobre mí. Conforme él se colocaba, yo abrí las piernas y las doblé lo más que pude. No conforme con toda la facilidad que le di, preferí agarrarle el miembro con una mano para evitar que (Como dicen las chicas en el ambiente) “le fallara la puntería”. Como ya he dicho, no confiaba en la supuesta experiencia que “chavito" decía tener.
Prácticamente lo fui guiando todo el camino, diciéndole: “Despacito…Despacito…”, hasta que la sentí en mi orificio vaginal. Entonces le dije, “Ahora empuja suavecito: Métela pero sin que tope porque te va a doler mucho a ti.” Sé que a la que le dolería sería a mí pero preferí mentirle en ese momento. Una vez que la metió casi hasta donde topaba, se me quedó viendo como diciendo “Y ahora ¿Qué?”. Le dije, “Ahora mueve las pompis de atrás para adelante para que entre y salga pero suavecito porque si no, nos va a doler mucho a los dos.” Con un rasgo de ingenuidad mezclada con cierto temor me preguntó, “¿Sí?”. Le respondí secamente que sí.
Obviamente me encontraba boca arriba y el sol me daba de lleno en la cara, que si bien, al moverse chavito, con su cabeza me cubría, al volver a moverse me “destapaba” dándome de lleno de nuevo. Así que tuve que voltear la cara. A mi izquierda, en esa posición, se encontraba la pared de una recámara y en ella, una ventana. Por un instante vi que la cortina se había movido. No había sido el viento, era obvio. Sospeché que como parte del precio que V.G.T.2 cobraba era el ver “Sex Show” gratis. No le di importancia porque después de todo, el viejito sabía el motivo por el que le había pedido el patio. No se sorprendería al ver lo que estaba pasando.
Preferí concentrarme en atender al cliente actual, el cual estaba arremetiendo con más fuerza. Yo creo que notó que la única lastimada cuando el pene toca en el fondo de la vagina es la mujer y perdió el temor. El dolor fue más fuerte debido al ímpetu de “chavito” y a que el colchón, siendo tan delgadito, no me protegía mucho de la dureza del suelo. De hecho, era casi, como un setenta por ciento, como hacerlo a ras de piso. Con todos estos factores acumulados al mismo tiempo, “chavito” me dijo algo que no escuché bien. Supongo que le respondí afirmativamente y el chico comenzó a besarme. Después pensé que me había preguntado si me podía besar y entre mis movimientos habré cerrado los ojos y él lo interpretó como un “sí”. En ese momento no lo pensé, sería imposible reflexionar en eso pero, “chavito” estaba pagando “la tarifa extra” impuesta por V.G.T.2.
“Chavito siguió arreciendo sus arremetidas. Entre gritos y gemidos, como pude le dije que fuera más despacio. Y él como pudo me dijo que no podía, que la sensación que sentía podía más que él. Seguí gimiendo y gritando y excitándome. No me había excitado antes porque ya había hecho varios trabajos ese día y muchos los días anteriores, además de la incomodidad de la situación. El último minuto fue todavía más enérgico, tuve que abrazarme a su espalda y pegar mi cabeza junto a la de él para no pegarme contra el colchón que sería casi pegarme contra el suelo. Poniendo mi barbilla en su hombro pude entrever en un momento que abrí los ojos que al lado de la puerta de la cocina, es decir por donde se salía al patio, había una ventana y atrás de ella parecía haber una silueta. El exterior de la casa brillante, refulgente y su interior oscuro, solo vi la silueta. Después de que mi nuevo y joven cliente terminó con un gemido estruendoso y que me hizo pensar que, si está no era su primera relación sexual, sí era de las primerísimas y que mi mente se enfrió un poco, pensé que la silueta de la cocina era el viejito que se había cambiado de lugar para poder observar mejor el “show”, es decir, en lugar de vernos de perfil, ver como entraba la verga de “chavito” en mí. Tampoco le di mucha importancia. ¿Quién sabe? Quizá y se habría excitado y ya no tendría que pagarle a él por prestarme el patio…
Esta última idea, de que el viejito se hubiese masturbado con lo que vio, se acrecentó mientras “chavito” seguía dentro de mí, así que me dije que le daría un “empujoncito” al viejito para que, en caso de haberle faltado estímulo visual lo siguiente lo haría… Abracé la cintura de “chavito” con mis piernas y comencé a besarlo. No dejé que me la sacara sino que se saliera sola. Esa visión debería de excitarlo más… Dentro de lo difícil del trabajo desempeñado, las cosas iban bien, quizá no tendría que pagarle a V.G.T.2…




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domingo, 2 de marzo de 2008

"Sombrerudas..."

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Ahora muestro la imagen del detalle de ayer. Si leen con detenimiento el post de dicho día, verán que no dije mostrar la imagen completa. El motivo es porque esta imagen no lo está. Aparece una tercera persona. Esta persona todavía no entra de lleno en la cronología. Ya la he mencionado, ya he hablado con ella y ya tengo su autorización para que, cuando llegue su momento en la cronología, pueda mostrar imágenes de ella. Como digo más arriba, es mi amiga, la he mencionado y ha tenido cierta participación pero, a mi manera de ver, su personalidad en la cronología, todavía no está definida como la de Ross, por eso me no pareció pertinente del todo mostrarla hoy. Ya llegará el momento y quizá muestre esta misma imagen completa... u otras.
¡Ah! Por cierto, esta semana tampoco tuve tiempo de mostrar una reciente y esta imagen en sus versiones, es como todas las que he mostrado con Ross, algo ya antigüita.

Como siempre, las imágenes durarán hasta la noche del Domingo -06:00 G.M.T.
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Daguerrotipo.

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Kallitype.

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Color Antiguo.

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Cámara de Cajón.

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Vívido.




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Actualización:


Ya las quité.

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