Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 18 de octubre de 2008

Detalle... sera diferente, sera fuerte...

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Esta semana no podré colocar imagen reciente, pero por otra parte, colocaré la, hasta el momento, más fuerte que haya mostrado jamás.
Aquí el detalle y mañana, como de costumbre, la mostraré completa en varias versiones.



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viernes, 17 de octubre de 2008

Casi fin de semana...

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... Y yo agobiada por el trabajo. Pero les aseguro que para mañana mostraré el detalle de la imagen del domingo, sólo que no sé si será reciente o tendré que ingresar alguna de las antiguas...


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jueves, 16 de octubre de 2008

“Yo a que no, ella a que si…”

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Como ya era costumbre entre nosotras, cuando íbamos a una disco, al salir, en vez de regresarnos a nuestras respectivas casas, pedíamos permiso y nos quedábamos en el domicilio de una de nosotras. Por la comodidad, amplitud, incluso suntuosidad, etc., casi siempre escogíamos quedarnos con OA. Así lo hicimos en esa ocasión…
Sin embargo, si mal no recuerdo, la ocasión que voy a narrar ocurrió una o dos semanas después, es decir, Ross ya había amagado con contarles nuestro secreto cuando menos un par de veces, si no es que más.
Estábamos muy a gusto, en la enorme recámara de OA, cada quien había tomado turnos para bañarse y nos habíamos puesto nuestras piyamas. OA, bajó al primer piso y se trajo una botella de whiskey del papá, junto con hielo y algunas botellas de agua mineral. Así que seguimos bebiendo tranquilamente, en la seguridad de su casa. Bromeábamos y comentábamos respecto a las anécdotas acontecidas minutos atrás. Hasta que alguien, no recuerdo quien de ellas, de La Rusa u OA, mencionó algo relacionado con la pornografía y de que las mujeres que aparecen ahí, de algún modo son unas privilegiadas por poder experimentar lo que la gran mayoría de mujeres en el mundo ni siquiera sueñan. Se mencionaron actos como tríos, “Gang Bangs”, como le llaman a las piras los que sólo tienen a acceso a ellas por medio de este tipo de videos y, otras cosas. Y no sólo eso, sino que demostraron mucho interés y curiosidad por saber que se sentiría hacer todo eso.
Ross volteó ligeramente, casi de manera imperceptible, me miró sonriendo de manera muy pícara como diciendo que ya era el momento de decirles. De no haber estado mi loca amiga, yo me hubiera salido por la tangente arguyendo que esas cosas sólo pasan en esos videos y que la gente “común” como nosotras nos deberíamos de conformar con sólo verlas. Así que, al estar ella ahí con esa sonrisa pícara, me quedé congelada. No quise decir lo anterior previendo que Ross de una buena vez por todas se desatara contándoles todo y yo quedara como mentirosa. Lo que sí hice fue “pelarle” mucho lo ojos a ella como suplicándole que no dijera nada.
Sin embargo, la conversación siguió con el mismo tema y el whiskey continuó desapareciendo dentro de nuestros organismos. El nivel de la botella descendía con cada ronda. Cada minuto que pasaba, para mí era de tensión, Ross podría “destellar” en cualquier momento y yo no tenía idea de las consecuencias de que nuestras buenas amigas se enteraran de esa verdad.
En un momento dado, las dos chicas fueron abajo, quizá por más hielo, entonces, convencí a Ross a acercarnos a los ventanales de la habitación, con el pretexto de ver la lluvia y en especial apreciar la hermosísima vista de su balcón y de ese jardín de ensueño que tiene en su casa OA.
Ya que estábamos totalmente solas, le externé mis argumentos, le dije del peligro de meterles la curiosidad y de corromperlas; chicas ricas con una vida sexual relativamente sosa y sin demasiadas “emociones” (Quizá OA era una excepción relativa al haber tenido una relación romántica con un hombre maduro, como ya lo relaté en su momento). “¡Por eso mismo!” Exclamó Ross, “¿No crees que tienen derecho a decidir por ellas mismas? ¿No crees que tienen derecho a experimentar lo mismo que nosotras?” Le insistí que eran algo ingenuas y que para este negocio hay que estar muy despierta; que ellas jamás habían sabido lo que es luchar por ganarse un peso. Ross me contestó que quizá cuando menos podrían escoger que las presentáramos con nuestros amigos. Negué con la cabeza a la vez que la bajaba, sabiendo que mi batalla dialéctica estaba más que perdida ante la determinación de mi loca amiga de decirles. Inmediatamente pensé, genuinamente lo digo, que les podría echar a perder la vida. Algo así como cuando a una persona muy joven e inmadura le ofrecen algún tipo de droga por primera vez… (Todavía es muy pronto dentro de la cronología pero puedo decir que afortunadamente no fue así.)
Regresamos a tomar nuestros lugares, sentadas en las camas a esperar que regresaran nuestras ingenuas amigas…




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miércoles, 15 de octubre de 2008

“La Oruga ahora será OA, Ojitos Azules…”

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Lo siguiente me queda algo borroso en la mente. Es posible que algunas cosas las tenga que “arreglar” para llenar las lagunas que surjan en la cronología. Me es difícil recordar exactamente qué fue primero, qué fue después y el cómo se dieron algunos detallitos pequeños cabalmente, sin embargo, la idea global la tengo más que clara en la memoria. A final de cuentas, supongo, es lo que importa.


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En una ocasión, probablemente en una noche de viernes o sábado, después de haber tenido un día altamente erótico con nuestros cuatro amigos, quizá con una pira conmigo y una doble penetración para Ross y para Perla, asistí junto con la primera y nuestras grandes amigas, La Rusa y La Oruga, a quien de ahora en adelante llamaré OA, por sus ojos azules y, que el apodo Oruga, no la describe sino que, para quien no la conoce podría imaginarse una chica fea o desagradable y, créanme en verdad, OA es preciosa, con carita de muñeca, sólo que Don Q le puso de esa manera y cuando empecé esta cronología me convenció de llamarla de esa forma. Pues bien, como dije más arriba, fuimos las cuatro a un antro, o si lo desean, a una disco. Como siempre, simulando ser lesbianas para alejar a los moscones, quedándonos casi todo el tiempo en la barra, hasta que, después de algunas horas, nos cansamos y decidimos tomar una mesa. La Rusa y Ojitos Azules se levantaron para algo, quizá para ir al baño o tal vez un par de chicos las convencieron de bailar con ellos. El caso es que Ross y yo nos quedamos solas. Ya habíamos ingerido algunas copas, en especial mi loca amiga, así que en un momento, comenzó a recordar lo hecho con nuestros, ahora cuatro amigos, en ese mismo día o en alguno reciente. De buena manera y con buen tono le pedí que se callara y cambiara el tema, ya que, a pesar del tremendo ruido, alguien nos podría escuchar, en especial las chicas que podrían regresar a la mesa sin que nos percatáramos.
Ross, en lugar de escucharme y entrar en razón, sugirió la idea de que les comentáramos la verdad. En ese momento me pareció una locura producto de la borrachera de una más loca aún, y así se lo hice saber. Pero ella insistió, e insistió. Afortunadamente, logré convencerla, no sé ni cómo, de que cuando menos, no se los dijera ahí mismo, que tendríamos que hablarlo ella y yo más tarde o en otras circunstancias. Después de todo, ellas no eran de clase media como Ross y yo. No sabía como podrían reaccionar. Quizá se alarmarían, perderíamos su amistad, o algo por el estilo. La Rusa y Ojitos Azules eran relativamente ingenuas comparadas con nosotras y sentía que con el sólo hecho de que supieran de nuestros cuatro amigos o, del oficio desempeñado por mi loca amiga y por mí, de alguna manera las corrompería…



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martes, 14 de octubre de 2008

Si habra

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Para mañana si habrá post... Aunque sea cortito pero ya no puedo postergar la continuación de la cronología...

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domingo, 12 de octubre de 2008

La mas reciente aun...

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Como anticipé ayer, ahora muestro la imagen completa del detalle de ayer, en varias versiones...


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Cámara de Cajón.




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Color Antiguo.



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Van Dyck.




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Champán.



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Actualización:

Ya las quité.


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