Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 28 de julio de 2007

Negtivo. Vispera de alto contraste.

Hoy muestro un negativo cuyo positivo en varias versiones, como viene siendo costumbre, mostraré mañana. Por fin logré una versión que realmente me gustó.


-

-

viernes, 27 de julio de 2007

"Mientras decidía cogia..."


Algo que indispensable de comentar es que mis amigas me habían tomado como guía, me preguntaban respecto a que hacer, donde ir y que lugares visitar en la localidad donde estuviéramos.

Parte del “tour” cultural, alguna vez conversando en casa de Oruga les mencione sobre películas que había visto y que por su contenido fuerte en su mayoría eran difíciles de ver por sus imágenes, así no quisieron quedarse con la curiosidad, cuando vieron Calígula salieron temblorosas y tensas, cuando vieron La Historia de O, salieron excitadas, cuando vimos Saló o los 120 días de Sodoma salimos asqueadas, alguna de ellas se enfermó ligeramente y yo también me sentí mal, a pesar de que ya la había visto.

Esto lo menciono porque había una película que a mi entender, sin ser experta, y que sólo la exhibían de ese lado del Atlántico y al norte de la frontera, así que con esa idea me siguieron a América. La película era Rocky Horror Picture Show que siempre la había visto en función de medianoche y se los advertí, así habíamos visto El Fantasma del Paraíso, a medianoche.

Ya de este lado del mar me convencieron para no ir a visitar a mis amistades porque nos quedaríamos algunos días, además el cansancio me estaba afectando, la Oruga quiso que fuéramos a “Strawberry Fields”. No me opuse porque era un lugar bonito y no quedaba lejos. En algún momento la Rusa y yo nos apartamos de Oruga y Laura y me sugirió que fuéramos al hotel para que me cogería con el dedo, no le respondí porque se acercaban nuestras amigas.

Después de caminar bastante la Oruga volvió a sugerir alguna cosas y le respondí que sí quería por mi se podría ir caminando de la 59 a la 110 y dar dos vueltas de puntitas pero que yo no pasaba desde Riverside hasta Park Avenue, “además ayer fuimos a Greenwich y a Soho, no mames, aparte tú ya conoces aquí,” terminé. Les dije que regresaría al hotel a descansar e inmediatamente la Rusa se ofreció a acompañarme, prefería estar con el dedo de la Rusa dentro a que me salieran ampollas en los pies, llegamos al cuarto y sin decir palabra me bajé el calzón, me levanté el vestido y me puse en cuatro. La Rusa, ya sabía lo que tenía que hacer, se acercó a mí y de un jalón me bajó el calzón hasta las rodillas, me abrió las nalgas con fuerza estirándome el ano y comenzó a lamérmelo como si fuera una hiena con hambre, pasó a la vulva. Y continuó con su estilo de animal, logró que me incomodara para llegar a la excitación, prosiguió con su actividad lingual haciéndome gemir, agarré la almohada para ahogar los sonidos de mi boca.

Cuando dejó de lamerme penetró mi vagina con un dedo metiéndolo y sacándolo acompañados con mis gemidos, empezó dándome masaje en la vagina con expresión de sometimiento y me dijo que al terminar no me podría bañar, entre gemidos y pujidos y mi boca pegada a la almohada le pregunté por qué y me respondió que si me bañaba despertaría sospechas y que nuestro tiempo era bastante limitado porque las chicas podrían regresar en cualquier momento, le pedí que me picara con más fuerza porque me encontraba en un estado de excitación en que necesitaba más y tenía que pedírselo, me obedeció y aceleró la intensidad hasta que logré un orgasmo, descargué todo mi aliento sobre la almohada, la rusa continuó despacio era evidente que su plan era hacerme venir varias veces hasta martirizarme, un minuto después sonó el teléfono, eran las muchachas que habían encontrado un restorancito y irían por nosotras para ir a comer ahí.

La rusa no sacó el dedo de mi vagina mientras cogió el auricular al colgar me dijo que me lo había advertido, sólo esperaba que me sacara el dedo para ponerme visible de nuevo, cuando me lo sacó, con un movimiento rápido me lo metió en el ano y comenzó a estrujarme como si explorara con su dedo, fue un movimiento ágil y fugaz para no lastimarme, excitarme y terminar de desahogarme, sacó el dedo y le advertí que se lavara bien mientras yo me limpiaría, el resto del día transcurrió sin contratiempos.

Se terminaba el tiempo para hacer lo que quería hacer, mis queridas amigas me acompañarían a todas partes todo el tiempo y luego regresaríamos a casa...

jueves, 26 de julio de 2007

"Y pagué mi supuesta deuda..."

Transcurrieron los días y las ciudades. Afortunadamente a la oruga no se le ocurrió ir a Melilla, supongo nadie le mencionó de su existencia y regresamos a nuestro itinerario.
La rusa, cuando podía, seguía pellizcándome un seno o una nalga o a veces hasta picándome el trasero con toda la mano. Siempre fue discreta y por eso se la pasé. Además de que esas caricias le estaban cayendo bien a mi cuerpo.
Las camas las compartíamos de manera diferente. A veces La oruga dormía conmigo, a veces Laura etc. Una noche me tocó dormir con la rusa. Por lo general, antes de dormir, comentábamos lo ocurrido durante el día o las impresiones en general. Después de la conversación de buenas noches, Laura y la oruga se habían quedado dormidas. Podía escuchar sus respiraciones, además de que cuando has estado un rato en la oscuridad, tus ojos se acostumbran y veía bien sus cabezas.
La rusa y yo seguimos platicando unos minutos, entonces, le di la espalda para disponerme a dormir. Empecé a sentir su mano en mi cintura y comenzó a descender bajo el pantalón de mi piyama y el calzón. Pensé que se conformaría con algún apretón de nalgas, el cual no me caería mal en el momento. Equivocada. Su dedo me las fue surcando hasta llegar a mi ano.
Trató de entrar, no opuse resistencia, sin embargo no pudo. Sentí su mano en retirada y pensé que se había dado por vencida. De nuevo me equivoqué. En unos segundos la volví a sentir por el mismo camino hasta llegar de nuevo al mismo punto. En esta ocasión, las yemas de sus dedos estaban húmedas. Mi rubia e impertinente amiga se había chupado los dedos para ensalivarlos.
Alcanzó a meterme una falange pero no lo dejó mucho tiempo. Supongo era incómodo para ella. Como estábamos tapadas, me bajó la piyama y el calzón sólo un poquito debajo de las nalgas para proceder a meterme el dedo pero por la vagina.
De acuerdo a lo que sentí, me metió medio dedo. Por mi parte, miraba hacia la otra cama y luego volteaba por encima de mi hombro para tratar de verla a ella. Se hincó en la cama pero su torso lo tenía bastante agachado, en caso de que alguna de nuestras amigas despertara.
Comenzó a meterme y sacarme el dedo con rapidez pero no tanta como la de un hombre. Este movimiento sólo sirvió para calentarme, además de que me estaba lastimando un poquito. Doblé las rodillas para alcanzar una posición fetal y la rusa en un tono mezcla de triunfal y broma me dijo pegando su boca al oído y en voz bajísima que hasta me le ponía para que me cogiera mejor. No quise responderle nada. Me interesaba que siguiera dedeándome, sí, pero más me interesaba hacer el menor ruido para no desertar a las demás.
También me dijo que se me sentía muy caliente y húmedo por dentro. Volteé a verla sobre mi hombro y le respondí que se metiera ella sola el dedo a ver si ella no estaba húmeda y caliente también. Al terminar yo la frase me dio un beso en la boca.
De repente, una de las chicas hizo una respiración fuerte que nos traja a la rusa y a mi a la realidad. Incluso, la risa emitió un sonido de susto que me provocó una risa contenida y con su dedo en mi vagina la sensación fue desagradable pero entre más desagradable lo sentía, más risa me daba. La rusa optó por sacarme el dedo. Me subí la ropa y nos dispusimos a dormir.
Dormí profundamente esa noche debido al cansancio. Creo recordar entre sueños algún dedo en la cola pero estaba tan dormida que no hubiera sentido ni un petardo.
A la mañana siguiente, la oruga y Laura despertaron con hambre y nos estaban apurando para ir a desayunar. Les dije que fueran ellas y que yo desayunaría cualquier cosa más tarde y que prefería dormir otro ratito. La rusa me secundó. Comprendí que quería terminar la obra que había iniciado hacía unas horas.
Cuando se hubieron ido nuestras amigas, tan sólo al cerrar la puerta, la rusa se quiso abalanzar sobre mí. La detuve y le dije que cerrara con llave si quería proceder.
Se levantó de la cama y aproveché para quitarme la ropa sin levantarme. La rusa empezó a desnudarse al regresar a mí.
Si acaso hay una situación que sea totalmente pareja en el sexo es entre dos mujeres. Incluso entre dos hombres, uno toma el rol masculino y el otro el femenino.
Esta vez tomamos una posición que yo no conocía, quizá ni ella, simplemente se nos presentó o la adoptamos de acuerdo al momento. Nos recostamos cara a cara. La rusa me comenzó a besar en la boca. Yo sabía que tampoco podíamos pasar todo el día así que dejé de ser totalmente pasiva y le respondí los besos.
Lo que voy a describir en primera persona, lo hicimos ambas. Mientras nuestras bocas seguían unidas y nuestras lenguas jugaban una batalla suave, pasé mi mano por su espalda hasta llegar a sus nalgas, con mi rodilla le levanté el muslo para que separara las piernas y me diera acceso pleno a su vulva e inserté mi dedo cordial en su vagina. Casi al mismo tiempo sentí el de ella, lo que me hizo respingar sólo que su boca tenía aprisionada a la mía. No sé cantidad de saliva cambió de dueña en ese momento.
Comenzamos meternos y sacarnos los dedos, cada vez con mayor velocidad. Teníamos cierta desconfianza de ser escuchadas en los otros cuartos así que inconscientemente mantuvimos nuestras bocas pegadas para ahogar mutuamente nuestros gemidos.
Continuamos con nuestros pequeños pistones hasta que los besos se convertían en mordidas de labios o penetraciones completas de la lengua de una en la boca de otra. Incluso recuerdo que hasta tosí dentro de la boca de la rusa, la cual ni se inmutó.
De esa manera terminamos. Cuando le saqué el dedo de la vagina, discretamente seguí por su sendero de calor y con cierta fuerza le piqué el ano. Le sacó un grito agudo y una carcajada a mi misma. Me senté en la cama para pararme cuando ella me pidió que siguiera, es decir que le siguiera picando el culo. Le respondí que ya no teníamos tiempo y que las chicas nos esperarían. Me levanté y de coraje, la rusa me pegó una nalgada que se oyó con eco en el cuarto y a mí me ardió mucho. Para no provocar más su deseo, hice caso omiso.
Afortunadamente, se estaba acabando el viaje. Sólo me quedaba el pendiente de ver si podía desviarme para saludar a mis amigos y a terminar lo que había dejado inconcluso en el pasado.



-

miércoles, 25 de julio de 2007

“Con la Rusa nacional en Europa...”

Pasamos unas tres semanas muy divertidas, viajamos mucho, conocimos gente y supe cortarme del círculo antes de que se cerrara y no hubiera escapatoria, usamos nuestra técnica ahuyenta-moscones que tan buenos resultados nos había dado en nuestra tierra, besarnos en público, en el viaje nadie nos molestó quizá lo veían normal, en que algunos sitios nos gritaban y cuando se acercaba tomábamos a “nuestras parejas”, Rusa y yo, Laura y Oruga y en ocasiones Laura conmigo. Tuve la impresión que mientras no nos besamos la Rusa y yo, ella mejoro su técnica, tomaba mi cintura, cogía mis mejillas sujetándome la cara metiendo su lengua bajo la mía recorriéndola horizontalmente y causándome cosquillitas.

Sigue sin gustarme el sabor de los labiales en la boca de otra persona, supongo que a los hombres no les molesta, nosotras les pedirían a las chicas que se lo quitaran, cuando veíamos moscones rondándonos procedíamos a la táctica lésbica, sólo en una ocasión se sentaron con nosotras unos moscones jovencitos de unos veinticinco años, siempre tuve la impresión de que los italianos eran atrevidos y mas de Venecia o Nápoles, en Milán la gente me pareció diferente, el caso fue que nos vimos preguntándonos que procedía, la Rusa y yo nos pusimos de pie para abrazamos y nos dimos un beso digno de cualquier pareja heterosexual, la agarré de la cabeza y la atraje hacia mí porque me llegaba la risa viendo a los chicos frustrados diciendo cosas que no entendíamos, fue tanta mi risa que contagié a la Rusa chocando nuestros dientes, cuando vi a Laura y a Oruga ya nos imitaban, al terminar nos sentamos y los chicos no duraron mucho cerca de nosotras y les dije, “ven, estos cabrones no quieren amistad solo quieren coger, están acostumbrados a que las viejas vengan de América con las patas abiertas”, todas reímos y el viaje prosiguió.

La rusa cuando tenía oportunidad me pellizcaba una nalga o un seno, en una ocasión en Ámsterdam me pellizcó tan fuerte que grite, afortunadamente no había nadie cerca, en otra ocasión en el hotel me pellizco un labio sobre el pantalón, fue discreta y no lo hizo delante de las demás. Desde El Escorial Oruga escuchó hablar de Ceuta y se puso necia para que fuéramos porque quería pisar África y yo me oponía por el calor que es insoportable, no lo aguantaríamos y nos derretiríamos, yo quería regresar a los fiordos incluso pasando por el círculo polar ártico, el calor ya era agobiante por donde pasábamos. En Sevilla su necedad creció y nos dijo que fuéramos a pedir informes, las mandé a la chingada pero fueron y desafortunadamente la Rusa se quedo conmigo en el hotel.

Trataré de describir la anécdota, estaba realmente agotada, habíamos ido a La cartuja o a Catedral, me recosté y la rusa volteó e inmediatamente se puso sobre mí poniendo sus rodillas a lado de mis piernas e intentó bajarme el pantalón, la detuve pidiéndole que cuando menos cerrara la puerta con llave, yo sabía que no escaparía de sus garras y sabia que una mamada de la Rusa me relajaría para seguir el viaje y aguantar las necedades de las demás. Mientras ponía llave me quite la blusa y el pantalón quedando en calzón y brassier cuando regresó tomó el elástico y lo empezó a bajar, en ese momento me arrepentí de haberle dado luz verde, el olor de mis genitales por calor y el sudor llego a mi nariz pero eso no detendría a la Rusa aunque no dejaba de ser incómodo, me quité el brassier y comenzó a lamerme, y lo dicho antes, había mejorado su técnica, desconozco si tuvo con quien practicar o desarrolló en su mente la técnica con el tiempo, tan bien lo hizo que comencé a gemir y a gritar, se detuvo porque se río de mis lamentos, me dio coraje y le dije “de que te ríes pendeja” y le exigí que continuara, algo dijo en burla pero siguió, sabía como lamer mis labios menores separándolos de los mayores solo con la lengua haciendo un movimiento de abajo hacia arriba y en la mitad me tallaba con su lengua, eso nunca me lo había hecho ningún hombre, se prendió del clítoris metiéndolo en su boca y chupándolo como si fuera un pene en miniatura, no tardó en hacerme venir, fue un orgasmo intenso y tuve que tapar mi boca para que no me escucharan en otras habitaciones, se acercó a mí cara y me beso, su boca le olía y se lo dije y me dijo más tarde nos bañaríamos y ya, le pedí que nos bañáramos por separado por si llegaba la Oruga necia y Laura, me beso nuevamente y le dije que si salía la gente pensaría que había nadado en el Betis o que trabajaba en el mercado de pescados y solté una carcajada que calló con un beso y comenzó a dedearme hasta encontrar el clítoris que empezó a frotar, comencé a contonearme hasta que nuestras bocas se despegaron y la hizo poner su otra mano bajo mi cabeza y rodearla para taparla porque gemía de nuevo, me tenía atrapada, comenzó a chuparme con fuerza un pezón, afortunadamente la fuerza de mujer al chupar es menor a los hombres, sin embargo experimentaba una sensación muy fuerte. Siguió chupando el pezón y dedeándome hasta que logré otro orgasmo, arqueé la espalda y soltó su boca y mano de mi seno y mi boca pero continuó dedeándome para martirizarme.

Para que dejara mis genitales me puse de espalda doblando las rodillas para enconcharme pero me equivoqué ya que comenzó a morderme las nalgas con fuerza, una mordida tras otra abriéndome las nalgas para darme un beso muy húmedo en el ano y morderlo, me hizo gritar y la hice reí, eso probablemente la enfrió, mientras reía a mandíbula batiente le advertí que no me dejaría besar mas porque la boca le olía feo, “a bagre” dijo entre risas revolcándose en la cama, no hable pero pensé, “ríe lo que quieras pero ya no me tocas”, ella me pidió que le hiciera lo mismo que me necesitaba, le dije que no porque las chicas estaban por volver, que se bañara y yo me vestiría, me dijo que se la debía y que antes de volver a casa tendría que pagarle, para no discutir me quedé callada.

El sexo lésbico me sirvió como puente, así como las vacaciones entre el trabajo pasado y el que está por venir, esta sesión lesbiana me sirvió entre el sexo tenido semanas atrás con lo el que vendría después. Además me había cogido una mano y una lengua cien por ciento nacional…



-

martes, 24 de julio de 2007

“No al malinchismo...”

Noches antes del viaje nos reunimos en casa de la Rusa las que iríamos de vacaciones y nos tomamos unas copas teniendo una plática filosófica para chicas de nuestra edad, el tema no salió de mí, sin embargo yo fui la que tomó el toro por los cuernos, alguna mencionó que conoceríamos gente de culturas distintas y que valdría la pena tener relaciones con algún chico, lo dijo como si la razón del viaje fuera esa y no una consecuencia. Sus palabras impactaron mi mente, mi nuevo oficio me estaba transformando y estaba dejando de ser la niña pendeja que había sido, si es que alguna vez lo fui y antes de discutir pensé que sería una estupidez viajar miles de kilómetros para entregarnos a gente que jamás conoceríamos a fondo ni saber quienes eran, además no regalaría lo que usaba para cobrar, mis tres amigos me daban mas con lo del taxi así que no me regalaría a desconocidos. Las chicas habían reaccionado con risa y silencio como aprobando las palabras de nuestra amiga, o dándoles el beneficio de la duda, yo aproveché y les dije que me abstendría de aventuras sexuales.

Me preguntaron la razón y les respondí que las extranjeras que vienen a nuestro país no vienen con la idea de acostarse con alguien, que si se dan las cosas pues se dan, pero no tienen planes para hacerlo de antemano, además que por estar cogiendo no dejaría de conocer esos lugares, que me parecía inaceptable, mientras yo hablaba mis amigas pensaban como en otras ocasiones, yo tenía animadversión al malinchismo y les dije que si algún hombre va de viaje las mujeres de aquellos países les pondrían trabas, así que porque tendríamos que darles facilidades en ese aspecto, que no era equitativo, mis amigas escuchaban lo que decía y empezaron a dar palabras de apoyo reforzando lo que yo decía, “no iré a dar las nalgas a nadie, ni madre” dije yo, “ni yo tampoco” me secundaron algunas levantando su cerveza en son de júbilo y celebración, la Rusa gritó “el que las quiera que venga por ellas” y soltó una carcajada, por mi parte encogí los hombros, el tema no era xenofobia, sino malinchismo, no teníamos nada en contra de los no-nacionales, simplemente no iríamos a regalarnos.

Alguien preguntó que pasaría si conocíamos a chicos que mostraran interés por nosotras y le dije “le das tu teléfono” y que venga a verte si le interesas, que se venga nadando de Benidorm o Capri o Hamburgo”, mis conceptos les entraban en la cabeza, otra preguntó que hasta donde llegaríamos y le pregunte si pensaba agasajarse en cada ciudad y le repetí que yo no, que cada una era libre de hacer lo que quisiera, tienes razón me dijo la Oruga y se vieron entre ellas, una pregunto que pasaría si lo hacían durante el viaje y le repetí que era libre de hacer con su vida lo que quisiera, que no iría a crear mala fama a las mujeres de mi país y les repetí que las extranjeras no venían con la idea de hacerlo. Les había tocado un tema en el que no habían reflexionado, ir de viaje implica responsabilidad y mucha gente no está consciente de ello.

Si alguna ligaba no contaría conmigo para hacer el cuatro, el seis o el ocho, si conocía a un amiguito que tuviera otros amigos para hacer la ronda yo quedaba fuera. Un día después pensé que había cometido un error, entre mis planes estaba ir a Estados Unidos a saludar a mis amistades del pasado y terminar lo que había dejado pendiente tiempo atrás, como una pira con negros o con los gringos, el problema era que si les decía mis intenciones de visitarlos sin mencionar las piras lo más probable sería que cuando menos una de ellas se apuntaría, tenían dinero y tiempo así que no tenían impedimento, pero ya habría tiempo para eso, lo siguiente era irnos de viaje ya...




-

lunes, 23 de julio de 2007

“Vacaciones y no hombres, eso quería yo”


La fiesta con Perla seria poco antes de mi viaje, todo estaba preparado con mis amigas semanas antes y temía que mi mente no estuviera en la reunión, sin embargo Perla me insistió diciéndome que no desaprovechara ya que sería sólo para conocernos entre todos, no sabia si los hombres serían desconocidos y me explicó que no, que ellos sí se conocían entre sí, que eran un grupo que disfrutaban el servicios de las chicas que provenían de diversas partes, entre ellas había algunas que llamaré “lideresas” como Perla, eran chicas jóvenes que se encargaban de llevar a otras, por lo tanto no conocíamos a todos los de la reunión y fue cuando concluí que las fiestas las organizaban ellos y no ellas, así que debería de aprovechar.

No sabia cómo comportarme, pero Perla me dijo que todas las chicas sin excepción eran putas y el trato era de amigos, que no esperara ver a una pareja agasajándose o que ella le mamara la verga a un hombre, nada de eso y que quizá ahí se pusieran de acuerdo y se fueran al hotel, esa probabilidad si existía. Al final acepté y fui a la fiesta aunque mi mente se encontraba a miles de kilómetros esperando ver cosas que ya conocía y lugares nuevos también. Perla me avisó que invitaría a una amiga y que nos veríamos adonde pasarían por nosotras.

Cuando llegué ya me esperaban, me la presentó y desde ese momento supe que haría buen papel en nuestro oficio, era alta y delgada, de piernas y brazos largos, ojos café y cabello castaño rizado con corte redondo, de facciones finitas y con dentadura muy bonita, tenía todo para agradar a los hombres, quizá su punto débil era su delgadez, más delgada que yo en ese tiempo, le faltaba pecho y nalgas, pero en general se defendería en el negocio. No recuerdo su nombre así que la llamaré “Ricitos de Canela”, no quiero llamarla flaca porque después conocí a otras flaquitas que mencione después, debo decir que trabaje después algunas veces con “Ricitos de Canela”.

Al presentarnos y conversamos note que era evidente que tenía experiencia, no estaba nerviosa aunque se le notaba llena de dudas, Perla nos repitió que estuviéramos tranquilas que ese día no cogeríamos y ni condones llevábamos, “Ricitos de Canela” no se veía dispuesta a trabajar y yo no estaba mentalizada, mientras hablábamos llegaron por nosotras en un auto grande de modelo reciente, Perla viajo adelante y “Ricitos de Canela” y yo atrás, el trayecto fue tranquilo sin sobresaltos, la casa era grande con enorme jardín, la construcción era moderna y elegante, Perla nos había advertido que había alberca, que lleváramos traje de baño por si se ofrecía. Nos recibió el dueño que le dijo a Perla que ya sabía donde estaban las recámaras para cambiáramos, fuimos y en la habitación había chicas cambiándose, estaban semidesnudas, eso detono un timbre en la mente que me decía que esas chicas eran modelos o prostitutas, cuando entramos nos recibieron con un tranquilo “hola” sin aspavientos ni cubriéndose.

Como no sabía a que le tiraba llevé un traje de baño de dos piezas de pierna corta como bóxer, el brassiere de peto largo con escote profundo que dejaba el vientre al aire, bastante recatado. Toda la reunión fue en la orilla de la alberca, yo me refugié en la sombra para observar a todo mundo, los hombres no eran viejos como suponía, no veía a nadie menor de treinta, ni había nadie mayor a los cuarenta y cinco. Las mujeres eran jóvenes aunque algunas se acercaban a los treinta, ellas doblaban o triplicaban en cantidad a la de hombres y veía aparecer de la recamara a más y más chicas en traje de baño, noté que las no tan jóvenes estaban mejor mentalizadas, traían tangas brasileñas a mitad de la nalga, algunas se “comían” el calzón, la competencia era difícil pero me era indiferente, estaba por hacer un viaje con mis amigas, ya había hecho viajes cortos, pero jamás fuera del continente con ellas, yo ya estaba de vacaciones y la ansiedad estaban haciendo presa de mí.

Probablemente los hombres que me abordaron ese día los traté bien, pero mi mente ya no estaba ahí...



-

domingo, 22 de julio de 2007

Domingo de Seis Versiones

Ahora coloco los positivos de negativo de ayer. Las imágenes durarán hasta la noche del Domingo. -06:00 G.M.T.


-
Daguerrotipo

-
Kallitype

-

Color Antiguo

-
Platinotipia

-

Gel de Plata
-
Van Dyke



-

Actualización:

Ya las quité.