Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 14 de julio de 2007

Trescientos Mil

El Lunes 9 de Julio del 2007 alrededor de las 11:30 de la mañana, este blog alcanzó la cifra de trescientas mil visitas. Es una cifra que jamás soñé poder alcanzar con este blog. Muchas gracias a todos por su apoyo. Espero seguir adelante hasta terminar la cronología.







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Como todos los sábados, coloco el negativo de una foto cuyo positivo mostraré mañana Domingo, en algunas versiones. Gracias de nuevo a todas las personas que se han tomado la molestia de leerme e incluso de comentar.






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viernes, 13 de julio de 2007

“Mis dudas eran tantas que incluían mi limpieza...”

Cuando me despedí de Perla quedamos de vernos al atardecer para comentar lo ocurrido, decidí que caminaría para despejar mi mente, había sido una mañana de conmoción por el servicio al hijo de la señora que fue estrujante, y por el switching que me impactó por muchas razones.

A pesar de la adrenalina secretada durante horas todavía tenía claridad para planear mi futuro inmediato, recordé que al día siguiente tenía cita con mis tres amigos que habían “prometido” una novedad en la pira y me daba curiosidad, lo tenia en la mente. Le llame a PonchI para confirmar la cita, no sabía que decir ni que tono usar para no parecer obvia ni deseosa, ya pensaría que y como decir las cosas, PonchI me contestó con su habitual entusiasmo, traté de ser indiferente y amable sin mostrar interés pero no hubo necesidad de recordara la cita, de él nació pedirme que no la olvidara y que no faltara, confirmé y ultimamos detalles, como siempre tomaría un taxi a casa de ÁngelU, me dijo que no me preocupara por dinero que me lo repondrían, nos despedimos con muestras de cariño que no eran comunes en él y hasta me envió besos por el teléfono.

Por la tarde me reuní con Perla y comencé a cuestionarla sobre lo que se había dicho en la casa, me dijo que la señora le había agradecido haberme llevado, que yo tenía mucho futuro en el oficio y con ella, me contó que el muchacho había quedado muy contento conmigo y que los gays le habían comentado que lo más probable era que el hijo me quisiera de planta, lo cual me convertiría en peligrosa porque si llegaba a tener influencia sobre la dueña podría hacer mal uso de ella contra los demás, que ya había pasado con una chica que dejo contento al júnior con sus servicios y la señora le había dado preferencia en todo, aunque el hijo jamás se limitaba a una sola, que no era de los que “se clavan” con nadie, que nunca desarrollaba sentimientos románticos con las chicas que lo atendían, así que mi futuro lucía prometedor siempre y cuando fuera inteligente y no abusara de lo que me daban.

Hablamos del “switching”, me preguntó como me había sentido, le respondí que sexualmente me había gustado, quizá más que el servicio completo pero que deberían pagarnos doble a cada una, respondió que ya me había dicho que lo mío eran los tríos, piras y ahora switching, que lo supo desde los primeros tríos con nuestros amigos. Al decir eso le pregunté si había pasado por eso y me contestó “desde luego” pero que hay quien tiene tendencia a esas practicas grupales y que tenía razón respecto a la sensación de que un pene remplace a otro en segundos, que era placentero y que desafortunadamente muchas mujeres se bloquean ante esas cosas por traumas, tabúes y lastres de infancia que las bloqueaban pareciéndoles desagradable estar con más de un hombre ya que no lo superan, mientras que para mí era natural.

Recordamos la cita para la pira con nuestros amigos y le mencioné que me tenían preparado algo nuevo y diferente, le pregunté si sabía de que se trataba, respondió que no abriendo los ojos. No estaba conformé con su respuesta y le repregunté si tenía idea lo que tenían preparado ya que los conocía de más tiempo y quizá había pasado por más piras, de nuevo lo negó, pero me dijo que quizá me vendarían los ojos para que no supiera quien me cogía, le dije que eso ya me lo habían hecho, que pensara en cosa más novedosa o distinta y me dijo que no sabía que podría ser poniendo carita de perro arrepentido, por último le dije que al día siguiente no iría con la señora para enfocarme en la pira ya que podría llegar con nuestros amigos cansada y existía la posibilidad que el hijo quisiera volver a tomarme y aunque implicaba recompensas no quería arriesgarme a algo que no sabía y si temía, me dijo tenía razón, que no fuera a trabajar y me concentrara en la pira.

Más tarde en mi casa me arrepentí de no haberle pedido a Perla su opinión de si debía de hacer el ritual de limpieza con mis tres amigos, esa duda me hizo dar vueltas en la cama, el sueño me vencía pero concluí que al día siguiente lo decidiría...



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jueves, 12 de julio de 2007

“Una experiencia mas que no me dejo nada nuevo”

Cuando “A” la tenía bien parada le puse el condón para seguírsela chupando hasta que pidiera de cesara, Perla que había hecho lo mismo me detuvo y pidió que cambiáramos, ahora yo se la mamaría a “B”. Se la empecé a chupar con el condón limpio porque perla ni una chupada le había dado, era confuso pero excitante, no tenía idea de que seguiría así que después de algunas chupadas volteaba a verla por si me decía algo pero estaba muy concentrada manándosela, yo seguí con mi tarea con “B” de manera rutinaria, Perla había hecho el trabajo pesado, se la había parado, yo sólo le daba mantenimiento para mantenerla dura.

Así seguimos hasta que pidieron que nos pusiéramos boca arriba, no hubo cambios, “B” se me montó mientras que “A” hacía lo propio con Perla. Abrí las piernas y me la metió con consideración, comenzó a moverse con ritmo, la metía y sacaba con velocidad moderada, eso me excitó y más y cuando dijo que lo abrazara para besarnos en la boca, no puedo decir lo que pasaba con Perla ya que tenía los ojos cerrados, sólo recuerdo que sentía como su verga se deslizaba afuera de mí, sentía como lubricaba y la gran humedad que salía de mi vagina que ya chorreaba, el bajaba para morder mis pezones y regresaba a la boca, entonces que sentí unos dedos golpeando mi piel, “A” le dio un manotazo a “B” para pedirle que empezara el tan esperado switching.

“B” se hincó para sacármela, “A” hizo lo mismo con Perla que ya estaba muy excitada, no sabía si nos voltearían o cambiarían de lugar, pero quienes cambiaron fueron ellos, “A” se quedo conmigo y se hincó entre mis piernas, la traía bien parada apuntando a mi nariz, el condón brillaba por el líquido vaginal de Perla, me la metió y comenzó a moverse como si yo no estuviera o si sólo estuviera para hacer el switching como si fuera propiedad ajena, quizá el que yo hubiera empezado con el otro era una traba para él, alcancé a ver el movimiento de cabeza que me producían sus empujones y creo que “B” estaba automatizado con Perla como “A” conmigo, no me veía, veía a la pared y se impulsaba para darme empujones mas fuertes.

Uno de los dos dijo que si aguantaba “un perrito” y le contestó afirmativamente, se detuvieron y nos pidieron que nos pusiéramos en cuatro, no hubo cambio, “A” permaneció conmigo y me penetró desde atrás, por la posición podía ver a Perla pero nuestras caballeras estaban enmarañadas, entre empujón y empujón Perla notó mi mirada y me la devolvió mientras su cabeza se columpiaba de atrás para adelante por los empujones de “B”. Mientras pujábamos y gemíamos ellos jadeaban, ambos no nos tomaban en cuenta, hablaban entre ellos y a veces reían entre empujones y jalones de aire. Afortunadamente me encontraba muy húmeda y sólo sentía el entrar y salir con poca fricción porque escurría cada vez más, escuché un murmullo de ellos, se pusieron de acuerdo para terminar pidiéndonos que nos pusiéramos boca arriba, “B” dejó a Perla y se trepó en mi, estaba cerca de eyacular así que desde que me penetro sus movimientos fueron rápidos, supongo que “A” estaba en una situación similar porque oía los gemidos de Perla quien vivía su ataque.

Fue un momento poco común, cuando estás con un hombre oyes sus gemidos y los tuyos, pero cuando estás con varios solamente te escuchas a ti y al hombre que te está penetrando ya que los demás están viendo o acariciándote, no hacen por pujar, gemir o jadear, pero dos hombres y dos mujeres es distinto, todos pujan, gimen y jadean.

El switching o cambio de hombre implica algo especial, implica cambiar de pene en tu vagina siendo reemplazado por otro en segundos, no hay dos penes iguales en el mundo, así que cuando tu vagina se está acostumbrando a uno cambia y hay “incomodidad” placentera, es difícil de explicar, incluso en un trío de dos hombres y una mujer o en una pira pueden pasar minutos antes de que un pene sea reemplazado por otro, en las piras de nivel tres no puedes concentrarte en el hombre que está contigo, estás jalándole el pene o chapándoselo a otro u otros, por lo tanto es muy excitante así que si ya ha habido cambios y alguno dura lo suficiente te hace llegar al orgasmo con facilidad. Así me ocurrió con “B”, logré el orgasmo con un grito, no recuerdo si a Perla le ocurrió lo mismo, es de esos momentos que cada quien experimenta sus propias vivencias, “B” logró que me viniera por segunda ocasión simultáneamente con él, su grito retumbó en mi oído, no recuerdo si los otros dos gritaron igual.

Perla y yo nos bañamos, bajo la regadera me dijo, “ves güey fue rapidito y nos pagaron uno y medio”, le dije que si, pero que de todos modos me habían hecho desquitar cada centavo y me dijo que no nos habían tratado mal y habíamos sacado el trabajo, me preguntó si me volvería a animar porque le habían dicho que la próxima querían hacerlo a la inversa, no me pareció mal ni quería discutirlo en ese momento así que le respondí afirmativamente, pensé que estaba bien pero que económicamente me convenía más ir con la señora, así que estos clientes podrían ser para después de salir de trabajar.

Perla iría apenas a casa de la señora así que nos llevaron al lugar donde nos habían recogido, no dijeron mucho, únicamente que llamarían a Perla, cuando nos quedamos solas le pedí que averiguara las impresiones que hubiera respecto a mi con el hijo, me guiñó el ojo y se subió al taxi.



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miércoles, 11 de julio de 2007

“Novata, halagada y cumplidora...”

Ambos tenían apariencia de ejecutivos de unos treinta y cinco años, no recuerdo como vestían pero traían corbata, yo iba bastante informal, con jeans y zapatos altos, lo cual atenuaba mi informalidad. Se ausentaron dejándonos solas probablemente se estaban poniéndose de acuerdo al orden de cómo haríamos el switching.

Le advertí Perla que no me gustaba la idea de ir a comer y a lo demás nos tomaría demasiado tiempo, me volteó a ver y me dijo que era pretexto, que en un lugar tan concurrido quedaríamos mal si uno de ellos hubiera dicho “vamos al hotel a coger, yo quiero a la alta y el otro diría yo a la chaparra” De nuevo me dio una lección, me seguía siendo difícil reconocer las sutilezas del negocio, no podía distinguir cuando era ir al hotel o realmente a comer, me advirtió que “eran clientes seguros” que pagaban debidamente, no como otros que se hacían tontos, y que si dentro del auto querían acariciando la pierna o “el bizcocho” los dejara que en el hotel pagarían, que los conocía y no había problema, Perla sabía lo que decía.

Cuando regresaron subimos al auto, mi amiga en el asiento delantero y uno de ellos conmigo en la parte de atrás, su actitud cambió, ya no éramos “amigas”, afortunadamente traía pantalón así que las caricias hacían poca mella aun cuando llegó a mis genitales, hay que destacar que a pesar de su actitud “masculina” fueron amables, preguntaron si queríamos algo, por mi parte quería llegar, hacer el trabajo para saber en que consistía, terminar y regresar a mi casa lo más pronto posible. Perla preguntó a donde nos llevaban y respondieron que al hotel, el conductor miró por el retrovisor y vio como que me tenía abrazada y capturaba mi vulva sobre mi pantalón, calles adelante se detuvo a comprar cervezas, ni Perla ni yo aceptamos, cuando regreso cambiaron, el que manejaba subió atrás y el otro al volante, me tocó trabajar más, siempre se paga el derecho de piso, quizá en el futuro iría con una novata a la que le pasara lo que a mí.

Este se atrevió a más, desabrochó mi pantalón y metió su mano hasta el calzón, a pesar de la dificultad logró meter sus dedos entre mis labios, alguien dijo que me dejara que no fuera abusivo, esas palabras lo intimidaron porque cesó de dedearme y como era de esperarse los olio y exclamó que me había echado el frasco de perfume completo diciéndoles a los de adelante que olía de forma natural, todos soltamos una carcajada.

Cuando llegamos al motel nos pagaron, a Perla el que conducía y a mí me el otro. Ya desnudos nos abrazaron, cada cliente con cada una, mientras uno dedeaba a Perla de pie, el otro hacía lo propio conmigo, después cambiaron, el que dedeo a Perla lo hizo con la derecha y a mí con la izquierda, ambos utilizaron mano diferente con cada una, cuando terminaron se olieron las manos y dijeron que olíamos igual, Perla y yo sonreímos, de haberles contestado habríamos narrado nuestro ritual de limpieza y los enfriaríamos perdiendo tiempo.

Pidieron que nos recostáramos una al lado de la otra. “B” se trepó sobre mi y lamió mi cuello y beso mis senos. Perla había dicho que con ellos sería diferente a nuestros amigos, ellos escogerían con quien habría el switching, con sus besos y lamidas quede ensalivada, no nos intercambiaron en esa etapa del encuentro. “B” comenzó a descender para hacerme oral y noté que “A” con Perla iba al nivel que su amigo, se sincronizaban bien, abrí las piernas y me lamió mas y escuché su exclamación diciendo “que rico” dirigiéndose a su compañero al que le dijo, “que limpias están estas cabronas” y el otro le dijo “yo me como ese bizcochito y tú éste”. Su oral fue intermitente ya que se detenían a compartir impresiones, cuando terminaron pidieron que nos moviéramos para ocupar ellos nuestros lugares.

Con condón en mano nos hincamos, yo se lo haría a “A” y ella a “B”, fue un cruce para hacerles oral. Y Perla me dijo “ojo la primera mamada es a lo pelón”, quedé desubicada y confusa, después entendería el porqué, se la empecé a mamar a “A” y fue memorable, escuchaba gemir a dos hombres de manera estereofónica, rara vez se tiene la oportunidad de vivir algo así, eran gemidos estereofónicos y cuadrafónicos y lo que estaba a punto de vivir y escuchar eran cosas que en la vida son algo especial.



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martes, 10 de julio de 2007

“No todo era sexo, había vida social también...”

Después de almorzar regresé al vestidor pensando si le llamaba a Perla o esperaba su llamada, ahí me encontré a “La Sardina”, quien hacia su ritual de higiene, se notaba que tenía experiencia, se metía el dedo embarrado de aceite en la vagina y el ano. Mientras conversábamos pude ver que era muy velluda de sus genitales y que se aplicaba mucho talco, como era de piel canela la oscuridad de sus pelos no hacían contraste con su piel, le pregunté quien le había enseñado y respondió que una antigua compañera a quien la señora le había enseñado y luego la señora le dio consejos, me preguntó como me había ido con el júnior, le conté a grandes rasgos la historia y haciendo cara de desagrado coincidió conmigo diciéndome que siempre dejaba rozadas a todas y sus huesos de la cadera clavados, reímos recordando nuestras experiencias con el chico y comentamos que todas éramos hermanas del mismo dolor, que cuanta chica llegaba tenía que ser probada por el, y que sí no la consideraban atractiva para él, tampoco lo seria para el negocio.

Cuando me quedé sola busque a Perla quien me dijo que llamaría a los clientes y me regresaría la llamada, ya había descansado lo suficiente y la mezcla de manteca con aceite había obrado maravillas en mi piel así que podría trabajar un rato más, pero no fue así. Perla llamo para decirme que me esperaba lo más pronto posible, a ella le convenía que el servicio fuera temprano para después ir a la casa a trabajar, le dije que iba en camino y me dirigí a la puerta trasera recordando que tenia que pasar a la oficina porque había algo para mí. Fui a ver a gay1 que me recibió con una sonrisa que indicaba lo importante que era hacer un buen trabajo con el hijo de la señora, estiró la mano y me dio unos billetes equivalente a dos servicios completos, eso sumado al efectivo, a la ropa, el calzado, los perfumes y los accesorios, era como diez o más servicios, y todo por hacer bien mi trabajo con la persona indicada.

Salí y me dirigí a ver a Perla que me había citado a unas tres calles a donde veríamos a los clientes, me dijo que había algunos detallitos que me quería explicar, sus palabras me alarmaron, pensé que me quería cambiar la jugada, mientras caminábamos me dijo que en el oral también se hacía switching, que sólo nos coordinarnos mejor, que no cambiaba la idea de lo que me había dicho. Para relajarme me preguntó respecto al servicio con el hijo, le dije que había pasado la prueba pero que se enteraría mas cuando fuera a trabajar y le pedí que después me comentara lo que escuchara. Poco antes de llegar le pregunte como nos pondríamos de acuerdo quien le mamaría a quien, respondió que cada una se la mamaría al que le tocara o al que tuviera cerca, que cada cliente pediría a quien se la mamaría y que al final ambas se la mamaríamos a los dos, así que no me preocupara.

Por último dijo que probablemente se pondrían de acuerdo entre ellos de cómo se llevarían a cabo el switching, en ese momento Perla dijo “esos son”, eran dos hombres que estaban junto a un auto, la calle era céntrica y había tráfico, transeúntes, ruido y confusión, cuando nos vieron uno de ellos le hizo a Perla una seña como preguntando “ella es” y Perla asintió.

Cuando llegamos la saludaron como si se fuera una amiga de tiempo atrás, Perla reaccionó de la misma forma al presentarme con ellos, hay reglas en situaciones así, la discreción es una expresión sutil. Uno de ellos sugirió ir a comer, sus palabras me desconcertaron, miré a Perla quien abrió los ojos como diciéndome “di que sí”, dijimos ambas que nos parecía buena idea, no me quedó más que aceptar, no es que me molestara ir, pero o comíamos o cogíamos, no había tiempo para ambas cosas, pero en minutos recapacite y me di cuenta que seguía siendo una novata...




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lunes, 9 de julio de 2007

“A punto de ser la elegida...”

El dejó de moverse y rápidamente sacó su pene de mí y me dolió el jalón, puso sus rodillas bajo mis brazos y su verga en mi cara para masturbarse a escasos centímetros de mi rostro y eyaculó inundando con su semen mi frente, ojos, nariz y mejillas todo fue irrigado por su viscoso líquido, cuando dejó de fluir se apretó el tallo para exprimirse hasta la última gota justo en mi boca no quedándome más remedio que abrirla para recibirlo con una ligera sonrisa siendo el broche de oro o la cereza del pastel con lo que supuse me ganaría mi lugar en la casa, en mi opinión me lo había ganado a pulso y con el sudor de todo mi cuerpo.

No contento con haberme embarrado la cara con su semen comenzó a descender su verga por mi cuello y pecho hasta mi vientre, ya no le quedaba combustible, las líneas que dejó fueron intermitentes como de carretera aunque irregulares. Pensé que había quedado perfecta para mostrarme ante la señora, sucia, sudada, batida en mis partes íntimas, olorosa y con la cara inundada en semen, así que decidí no limpiarme sin que me viera, ya que el orgullo y cariño que tenía por su hijo me hizo pensar que si me veía así sería motivo de satisfacción para ella.

Para aumentar su sensación de poder, de macho sobre la hembra me quedé recostada con los brazos abiertos hasta que comenzó a juguetear con mis viscosos labios vaginales, sin que supiera me ayudaba en mi propósito, con el dedo fue a mi vientre ayudando a que mi imagen fuera mas sucia y húmeda, el olor a sexo lo tenia a flor de piel, hubiera sido un gran momento si me hubiera lamido el torso.

Me dijo que le había gustado mucho y que me quería tenerme de fijo, que buscaría tener sexo conmigo frecuentemente, le sonreí y pensé que de ser así entraría entre las favoritas de la señora y recibiría apoyo de su parte. Se levantó y abandonó la habitación mientras yo seguía estirando mi cuerpo y ahí se me ocurrió aumentarme el olor, así que yo misma recorrí mi vulva con mi dedo pasándolo por mi cuello y clavículas. Es una de las ocasiones en que a una mujer le conviene estar sucia y olorosa.

Dejé pasar unos minutos, así podrían cambiar impresiones entre ellos, me puse la capa y salí, atravesé varias piezas, no recordaba el camino pero di con la recámara donde me esperaba la señora con una gran sonrisa, era evidente su alegría, me dio un abrazo y a punto de darme un beso en la mejilla notó las huellas de la batalla y retiró su cara y me preguntó como me había ido. Pensé en algo halagador para ellos, así que exclamé que era un toro y ella soltó una carcajada, discretamente me olió notando que había “sido amable” con su hijo e hizo que se le iluminara más la cara, era evidente que le había hablado bien de mí y mi servicio. Entonces señaló hacia un sofá donde había mucha ropa diciéndome que todo era para mí, había calzado, medias y accesorios, con eso tenía para cambiarme diario durante semanas sin repetir.

Le agradecí y me dijo que aparte había algo mas en la caja, que pasara con el gay1 y lo recogiera y que me iba a dar algo más, metió su mano al bolso y saco quinientos pesos, casi cincuenta dólares y me preguntó si ya me iba a ir, aproveché para decirle que ya no trabajaría ese día, que había quedado rozada y adolorida lo que la enorgulleció más y me permitió reposar en el vestidor.

La señora estaba que no cabía en sí con mis palabras, respondió que tomara el tiempo que deseara, que le iba a decir a uno de los gays que me dieran manteca de puerco que era ideal para las rozaduras, que me la aplicara directo en mi sexo hasta que se secara o desapareciera el dolor, que podía permanecer el tiempo que quisiera, todo el día de ser necesario. Llamó a gay2 para que me ayudara con la ropa, durante el trayecto exageré el dolor, después de bañarme hice lo que me sugirió con la manteca que me apliqué abundantemente y fue mágico, al poco tiempo desapareció la molestia, al sentir alivio estaba lista para lo que siguiera pero decidí quedarme un rato más, sentía rico y era descansado, veía a las chicas entrar y salir con prisa para no perder tiempo mientras yo estaba como reina con las piernas abiertas y con un abanico exclusivo para mi sexo.

Algunas me preguntaron que me había pasado, hoy me da risa recordar que a todas les respondían lo mismo, diciéndoles que habían quedado igual que yo y se quejaban de las caderas huesudas del júnior.

Decidí ir con Perla al switching así que empecé mi ritual de higiene, la manteca es excelente para la piel reseca y rozada, no así para el olor, así que me apliqué mucho aceite para bebé y estrené un talco que me había dado ese día, llegó gay2 y me invitó a almorzar, lo agradecí y le advertí que sería algo ligero porque comería en mi casa donde me esperaban todos los días.

El comedor estaba junto al vestidor, había cajas de vinos y de cerveza apiladas hasta el techo, estaba el refrigerador donde guardaban sus víveres las que ahí vivían, la alacena y la estufa, era una habitación grande que tenía una entrada secreta a casa de la señora y era usada por los clientes súper VIP para llegar a la recámara donde había estado con el hijo.

Me iba bien, me trataban bien y ya conocía el sistema de la casa, sólo me faltaba el switching con Perla y sus dos clientes, algo nuevo una vez mas...


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domingo, 8 de julio de 2007

Con Don Q Positivos.

Algunas personas me han pedido si pudiera ser posible que coloque algún croquis o mapa de la casa de la señora. A esas personas les digo que si tengo tiempo, el próximo fin de semana , con todo gusto, lo haré.
Por lo pronto aquí están los positivos del negativo de ayer. Durarán hasta la noche del Domingo. -06:00 G.M.T.

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Daguerrotipo

Blanco y Negro Alto Contraste 1

Blanco y Negro Alto Contraste 2

Cámara de Cajón

Color Antiguo

Color 2




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Actualización:

Ya las quité.

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