Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 30 de junio de 2007

Barda y Sol Negativo

Como de costumbre, para mañana Domingo, subiré algunas versiones en positivo de este negativo.

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viernes, 29 de junio de 2007

Las oportunidades seguían brotando...

Tenía ganas de platicar con Perla a solas ya que me podría al día dándome las impresiones de la señora y clientes, me dijo que varios se había impactado con el modelito que traía puesto, y la señora estaba muy a gusto conmigo porque le gustaba que fuera trabajadora ya que muchas chicas empiezan poniendo “peros” y son problemáticas, me dijo que me preparara mentalmente porque la “dueña” le había dicho que la próxima vez “me presentaría” a su hijo, no me agradaba la idea de hacerlo con él a pesar de que no lo conocía. Perla me dijo que era “costumbre” que a todas probaran al hijo y a cambio la señora les daba regalos como ropa y calzado fino y caro, y que uno se ahorrabas mucho dinero solo por “tratar bien al hijo”, y que también daba por atender a su “retoño” perfumes caros, que por todos lados convenía acceder a sus petición.

Le pregunté como era el hijo y me dijo que era un chico de veinte años que estudiaba y estaba por terminar el semestre, y que si iba a trabajar al día siguiente “me lo presentaría”. Quería preguntar más pero la conversación se fue por otro rumbo, hablamos del cliente con el que yo había estado, me preguntó como me había sentido con él, le dije que tenía nervios al momento de encontrarlo y en su auto, pero una vez que estuvimos en el cuarto me sentí tranquila, que sabía lo que tenía que hacer y que el trabajo se estaba haciendo rutinario, ¡eso! exclamó diciéndome que iba bien, que nunca perdiera de vista que era solo trabajo, un servicio que debía disfrutar, gozar y divertir al cliente, que nosotros estábamos trabajando y ganando buen dinero, me estaba mentalizando y esas conversaciones me ayudaban a ver con claridad las cosas que hacia, que si seguía así en poco tiempo le habría le dado la vuelta a todos los clientes, me llamó la atención su frase y le pregunté si ella ya se la había dado y respondió con aire de indiferencia, “casi...”

Le mencioné mi encuentro con “Ditogor” pero me interrumpió diciendo “que cómodo es ese cabrón”, reí y asentí y agregó que desde que lo conoció y estuvo con él prefería a los hombres robustos hasta en su vida personal, la escuché con atención ya que dijo una verdad, muchos gorditos son considerados y se preocupan por no lastimar a la mujer por su peso o por otro motivo, comentó que Ditogor y otros gordos que conocía entre clientes y amigos eran así en el sexo haciéndolo una experiencia placenteramente única, y que no podía decir lo mismo de otros que no tenían sobrepeso.

Yo estaba absorta, me gustaba que no era egoísta al compartir su experiencia, al contrario hablaba con soltura y yo como “esponjita” absorbiendo todo. Le mencioné que PonchI había llamado para citarme al día siguiente y tener una pira con los tres amigos y que no le había asegurado asistir, me escuchaba muy interesada mientras echaba el humo del cigarro, pensativa depositó la ceniza y ambas hicimos pausa, me dijo que había hecho bien en no confirmar, la interrumpí diciéndole que me gustaban las piras con ellos porque sabían hacerlas rápido y no como con otras chicas. Preguntó qué había decidido, si ir con la señora para estar con el hijo o con nuestros amigos, le dije que prefería lo último, que no me importaba que la señora me colmara de regalos ya que podría trabajar con otros clientes, que lo del hijo podía dejarlo para otro día porque me seguía atrayéndome la “pira rapidita”. Y que me convenía seguir conociendo el oficio y quedando bien con la señora sin mencionar que cada cliente que atendía alejaba mi mente a los amigos y sus piras.

“Tú eres más de piras y tríos tú sí gozas con eso” dijo, solo asentí y continuo, “esta bien pero no dejes de trabajar aunque no necesites dinero, de hacerlo quedarás esclavizada a nuestros amigos”. Por lo tanto tenía dos opciones, o una o la otra ya que se empalmarían, si iba temprano con la señora trabajaría un rato sin tener “el placer” de conocer a su vástago…

Perla dijo que veía que estaba trabajando muy bien y que en poco tiempo me había adaptado al oficio y a la casa, y que en dos semanas me llevaría a donde había otras opciones, le comente que mis amigas y yo teníamos pensado salir de vacaciones varias semanas y que tal vez no estaría, incluso la invité y respondió que vería si nos podía acompañar.

Para terminar y con sonrisa pícara sorbiendo del popote me dijo que en la mañana cuando la saludé en el salón dos clientes conocidos se le acercaron y le propusieron un “switching” con ella y yo, le pregunté qué era y me dijo que en un cuarto de hotel cada uno estaría con nosotras en la misma cama y que después de un rato nos la sacarían y el que estaba con ella vendría conmigo y viceversa, al preguntarle cuanto pagarían respondió que el equivalente a servicio y medio a cada una, repliqué que debería ser el equivalente a dos servicios por estar con dos hombres y dijo que no, que estaríamos con dos mitades y que dos es igual a uno, que seria el doble si yo fuera la única mujer, que la propuesta era tan fácil como estar con uno, le pregunté si ya había hecho un “switching” y me respondió con frialdad que sí con esos mismos y otra chica. Ya había aprendido a preguntar cosas del oficio, ya no preguntaba como eran físicamente sino sus costumbres y mañas.

Perla me había dado una tercera opción para el día siguiente y de nuevo me ponía en una encrucijada y no tenía claro que camino seguir, las tres opciones eran provechosas, si iba con mis tres amigos la pasaría bien y me tenían una sorpresa, si iba con la señora trabajaría a destajo, y si iba con Perla me pagarían bien con poco esfuerzo y ganaría experiencia, haría algo muy nuevo para mi.

Como me hubiera gustado tener en ese momento una moneda de tres caras...



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jueves, 28 de junio de 2007

¿Negocio o placer...?

Salí de la casa y un poco antes de llegar a la mía sonó el celular, se trataba de PonchI, después de saludarme con afecto me dijo que tenían ganas de verme los tres, que había pasado mucho tiempo sin vernos y que para el día siguiente me tenían preparada otra sorpresa. La experiencia que había adquirido en pocos días de trabajo, especialmente ese día me hizo que no fuera sumisa y le preguntara de qué se trataba, me respondió que si me lo decía dejaría de ser sorpresa, pero que podía adelantarme que sería una pira como la última vez con algunas “diferencias”. Traté de que hablara más, aunque sólo logre que me dijera que sería rápido tomando en cuenta que serían los tres y le respondí que al día siguiente decidiría, me dijo que había tratando de contactarme durante días pero no había podido localizarme. Terminamos de hablar y recién colgué cuando volvió a sonar el teléfono, se trataba de Perla que me dijo que había hablado con su cliente y le había dicho si era posible que lo viera ese mismo día, cuando me dijo la hora vi que podía saliendo del trabajo a encontrarme con él, así que le dije a ella que acepte en los términos pactados, nos veríamos en el mismo lugar donde nos recogió a Perla y a mí en la ocasión anterior. Antes de llegar a mi casa vi si traía condones pero no fue así y tuve que desviarme para comprarlos, no sabía si recordar lo que me había ocurrido esa mañana en la casa o reflexionar en cuanto a este cliente, y ahora tenía más cosas en que pensar además de en mis tres amigos.

En casa me cambié pensando que vería al cliente después del trabajo y a pesar de estar limpia preferí ponerme algo menos informal, mejor algo más vistoso. Fui a trabajar y traté de no pensar en nada, mejor me concentre en lo que tenía que hacer, antes de que terminara mis labores fui al baño e hice el ritual de higiene, en ese momento descubrí que hay un talco exacto para esos propósitos, al salir me dirigí al lugar de la cita donde ya me estaba esperando el cliente, me piropeó y me pidió que subiera al auto, era la primera vez que viajaba en la parte delantera. Sin encender el motor me pidió un abrazo y sin mucha motivación dejé que se acercara a mí, no sabía que intenciones tenía. Me abrazó y tomo mi mano y sentí que me daba un rollo de billetes dejándome de abrazar para encender el motor y me pidió que contara el dinero, lo hice y lo guardé.

Nos dirigimos a un hotel con bungalós que tienen cochera, en el trayecto me llamo Perla para preguntarme si ya estaba con cliente preocupándose por mí me dijo y que le cobrara por adelantado, le contesté "ya”, me dijo que al terminar le llamara para vernos en algún lugar a lo que accedí.

El sexo con él fue rutinario para mí, el sexo con un cliente fuera del lugar de trabajo es más completo, esperan que uno les des una hora y que haya más cosas en el coito de las que hay en un burdel, pero aún así me pareció rutinario. Ya desnudos me abrazó y acaricio mis caderas y nalgas, me pidió que me recostara con las piernas abiertas y comenzó a hacerme oral y exclamo que no esperaba que la trajera perfumada, logró excitarme dentro de “los límites”. Por más que tengas sexo todos los días jamás dejas de sentir, no te conviertes en madera, sin embargo, hay límites en que no pierdes la razón aunque estés excitada.

Cuando terminó de mamarme se subió en mí para besarme los senos y me dijo abiertamente que le mamara la verga, la traía encogida, semi estirada y nada dura, le puse el condón en la punta y una vez que tenía medio pene dentro comencé a chapársela, le apreté con fuerza la raíz para bajarle el condón y se le endureciera rápido, le gustó y exclamo “ah” muy agudo, seguí para que no se le bajara, seguí chupando y chupando hasta que me retiró con fuerza, no estaba motivada lo veía como trabajo, sin embargo debo reconocer que sus movimientos me excitaron bastante.

Comenzó a mover las caderas de un lado a otro con su miembro dentro de mí, a estos movimientos se le llama “ochos”, afortunadamente dejó de hacerlos para pasar al común meter y sacar, en este cambio vi la oportunidad de terminar rápido, crucé mis piernas alrededor de su cintura y empecé a mover mis caderas con rapidez, él trató de soportar pero lo vencí, lo hice que imitara mi velocidad de movimientos como sí se tratara de una lucha de poder a poder que se convirtió en un concierto de gemidos, yo también gemí, nunca me convertí en un pedazo de madera, la velocidad hacía que respiráramos fuerte jalando aire meciéndonos en vaivén como el de una máquina de coser.

Al final terminó él primero, volví a vencerlo y de nuevo con un grito agudo, todavía con el pene dentro me preguntó si me había gustado, sin saber que decir le dije que sí, si dices que no te gustó probablemente se enoje y no sabes las consecuencias que tendrá, preferí decirle que sí, era menos riesgoso. Pasamos un tiempo desnudos en la cama mientras jugaba con mis pelos tomando aire.

Al terminar y dejarme donde nos habíamos encontrado me dijo que le gustaría verme de nuevo, me había tratado bien y me pagó adecuadamente y no se puso necio. Así que le respondí con mi más amplia sonrisa ¡claro que sí!. Después Perla me diría las impresiones del cliente.

Me dirigí a encontrarme con Perla para saber que nuevas sorpresas me tenia. Y vaya sorpresas que vendrían...

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miércoles, 27 de junio de 2007

“Fructífero día en todo...”

Desde la salita se escuchaba el murmullo, cuando abrí la puerta me llegó de golpe la música y voces de la gente, era mucho ruido y poca luz como en todo el local, aun así entre al salón buscando a Perla, volteé la en todas direcciones viendo que había más hombres que mujeres. Se acercaba la hora de la comida y ejecutivos y hombres de negocios aprovechaban para ir a esos lugares. Después de revisar los sillones vi que las chicas se ponían guapas y sexy. Perla estaba en el sofá con un cliente y lo compartían con otra pareja, me dirigí a ella atravesando el salón, me reconoció y me saludó como si no me esperara, dije un lacónico “perdón” y le hable al oído diciéndole que ya estaba ahí y de hablaríamos, me respondió que de nada y luego me pregunto cuando nos veríamos, le contesté que esa misma tarde, me dijo que hablaría con el cliente y pregunto si ya me iría, le dije que si atravesaba el salón sin que me llamaran lo haría y nos veríamos por la tarde, preguntó si había sacado suficiente ese día y le respondí afirmativamente.

Me dijo que con la poca luz parecía que estuviera desnuda únicamente con zapatos, que lo único que hacía ver lo contrario eran los pelos aplastados contra el body pero que para los hombres son menos observadores sólo me verían desnuda, no le respondí solamente sonreí, nos dimos un beso en la mejilla agradeciéndole que me haya permitido robarle un momento y me retiré atravesando el salón, tanto clientes como chicas no me reconocían y se preguntaban quien era yo. Súbitamente sentí una mano en mi codo, volteé y era un cliente, no lo vi bien, el ruido, las voces y la música me desconcertaban, algo dijo que no escuché, con una seña me sugirió que fuéramos a la segunda salita para hablar, atravesamos y pasamos a la salita, me preguntó si estaba trabajando y si le podía dar un servicio, le dije que sí, que era nueva en mi primer día y aun no empezaba a trabajar, y dijo que no había problema, que le gustaba mucho, que desde me vio con mi amiga me le había antojado, que me deseaba y estaba seguro que no tardaría, hice cara de desconcierto y encogí los hombros como diciéndole para eso estoy aquí y alguna vez debo empezar por qué no contigo, me preguntó si el servicio incluía oral y le dije que sí, preguntó si lo sabía hacerlo, asentí con la cabeza y le repetí que nunca había trabajado. Nos pusimos de acuerdo del dinero y fui a la oficina de gay1 quien no se encontraba pero vi a gay2 y le pedí una recámara, respondió que en cinco minutos la tendría lista. Le dije al cliente que esperáramos en los sofás que había en la salita, no recuerdo nada de lo que hablamos en esos minutos, gay2 interrumpió la conversación para avisar que ya estaba lista la recámara, ¡por fin! Exclamó el cliente, seguimos a gay2, era el mismo donde había estado con Ditogor, me dio el dinero y le pedí que esperara y preguntó si no era posible hacerlo primero y luego pagar y le contesté que no sabía si me traería problemas, que no me tardaría.

Llegué con gay1 quien había ido al baño un momento, temía que tardara y hubiera problemas con el cliente, le pagué y le di a guardar el dinero regresando a paso veloz con el cliente, al entrar quise ser sociable y decirle algo como, ves como no me tardé nada... pero me dije que eso me daría imagen de mujer con experiencia así simplemente hice acto de presencia. La luz era blanca con focos comunes, cuando el cliente me vio me dijo que creía que estaba en pelotas (sic), reí y comencé a quitarme el body. El ya estaba desnudo y la traía media parada apuntando al frente, me hinque frente a él y la atraje hacia mi boca, se la comencé a mamar jalando la cabeza hacia atrás y succionando para estirársela para que se le parara inmediatamente, mientras la chupaba él hizo un sonido agudo aspirando por la boca diciéndome que lo hacía muy bien, que era muy buena mamadora, hice caso omiso y seguí con lo mío hasta que me rogó que cesara, me pidió que me pusiera en cuatro y me la metió sin problema gracias a mi lubricación natural y el aceite para bebé. No tardó mucho cada vez que la metía hasta topa tomaba con fuerza mis caderas y empujaba como si quisiera perforar mi vagina. Sólo hubo un momento en el coito sentí que la sacó y abrió mis nalgas para pasar su lengua por mi vulva emitiendo un sonido de aprobación seguido por la exclamación “que limpiecita andas”, después de unas lengüeteadas regresó a la posición de perrito y no tardó en eyacular, fueron pocas las veces que se movió.

Cuando terminó caminé en cuatro para alejarme de él, se acercó y me preguntó si él había sido el primero, baje la mirada y le dije que sí, solo dijo que se sentía honrado y orgulloso y que deseaba que no fuera la última vez que me viera, fingí una sonrisa para que viera que me sentía apenada por lo que acababa de suceder, lo acompañé por el pasillo, yo me iría a bañar, ya adentro escuché al cliente decirle a gay2 que en mí había “mucha higiene” y otras cosas positivas. Me bañé y me despedí de la señora y los gays, no me quise despedir de Perla porque existía la posibilidad de que alguien me detuviese de nuevo y no quería pasar mas tiempo en el local.

Fue un día económicamente provechoso, a pesar de los inconvenientes que con el tiempo vería como gajes del oficio...


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martes, 26 de junio de 2007

“La excitación inicia en la mente...”

Al llegar a la recámara la señora me pidió que me desnudara y que trajera del baño toallitas húmedas, regresé y me recosté para que me hiciera el ritual de limpieza, indiscutiblemente es más agradable que alguien nos lo haga, nada más me relajé y le permití mostrarme su destreza y experiencia siguiendo sus instrucciones de levantar una pierna o abrir la otra, etc. Terminó y seguía desnuda, me aplicó sus perfumes, me puso las medias y el body transparente, una vez que me calcé los zapatos me senté para que comenzara a maquillarme. Cuando terminó ardía en deseos de verme al espejo, lo notó y con la condescendencia de una madre a su hija me dijo que estaba lista y que me viera en el espejo, me vi y me volvió a encantar. Con la luz artificial parecía como si estuviera desnuda, las medias se percibían más y del body los elásticos de las piernas, las bocamangas y el escote.

Para ser sincera me excité al verme, incluso llegué a desear ser vista así, mi vanidad se fue a los cielos, atrás de mí se encontraba la señora sonriendo como si supiera lo que pasaba por mi cabeza, como si fuera una escena que hubiera vivido en carne propia, como si se viera a sí misma en mí, se sonreía en condescendencia y empatía, me preguntó “qué tal”, aspiré y me sonreí encogiendo los hombros, la vanidad me había embriagado y no podía articular palabra, le di a la espalda y volteé a verme en el espejo, miraba mi cabello, mi espalda y la manera en que la tela se perdía entre mis nalgas, voltee a ver a la señora y volví a aspirar y a sonreírle. Esta vez la señora soltó una carcajada como si supiera que yo reaccionaría así y me dijo que fuéramos a la sala, pero me sugirió que fuera al baño y me pusiera bastante papel en el puente porque “esta ropa excita al que la ve y a la que la lleva puesta”, comprendí y la obedecí al instante.

Me senté en el sofá y me dijo que gay2 llevaría mi ropa al vestidor aunque se le había ocurrido una idea y dijo “no, mejor llévala tú”, yo le respondí, y me contestó que la llevara y quizá me encontraría otro cliente, que aprovechara la ropa que llevaba y si no me detenía nadie que regresara con ella. Recogí mis cosas y me dirigí a la oficina de gay1 quien al verme exclamó “guau” e hizo el típico chiflido de piropo en la calle diciéndome que la ropa me quedaba muy bien y muy sexy.

Le pedí la llave y me dirigí al vestidor tratando de no llegar nunca, quería ser vista y que hubieran espejos o ventanas en ese pasillo. Cuando llegué vi a mi amiga Perla semi desnuda, iba llegado y se preparaba para trabajar, cuando me vio abrió la boca y exclamó “¡Ah!”, también se puso ropa sexy y reveladora, usaba ropa que la señora vendía, ese día llevaba malla negra transparente y panty blusa que hacía juego. Me dijo que su cliente le había preguntando por mí, que me quería ver a mí nada más y quedamos que nos veríamos para ponernos de acuerdo. Le dije que la señora seguía con la idea de decirles a los clientes que era la recién llegada y así seria cada vez que fuera necesario, le mencioné el incidente que me había ocurrido y exclamo “pinche viejo a veces se mueve como salvaje o te los echa en la cara, el pelo o el pecho” y agregó que era muy raro ese wey, fuera de la cama era muy distinto.

Mientras hablábamos no perdía la oportunidad de mirarme en el espejo que había en el vestidor, Perla lo notó y me dijo que deberíamos ir al salón y que me empinara hablándole al oído para que los clientes me vieran como lo habíamos hecho antes, le respondí que la señora me había dicho que al regresar fuera con ella y me respondió que se lo comentara y que si decía que sí la buscara en la sala y que si un cliente se interesaba me agachara. Salimos juntas y al llegar a la oficina de gay1 también abrió los ojos al verme como lo haría una mujer. Perla le preguntó si había gente y respondió que sí, que habían bastante, nos besamos en la mejilla deseándonos suerte además de que apenas comenzaba el día para ella. Fui con la señora y le comenté lo dicho por Perla y me dijo que si no había nada en quince minutos hiciera lo que mi amiga sugería. Pasó el tiempo límite y me dijo que fuera al salón a ver a Perla, me puse de pie con seguridad porque quería lucir la ropa, que me la vieran puesta, me interesaba más que me vieran que conseguir otro cliente, mi día ya había sido bastante fructífero. Primero fui a la oficina de gay1, en la segunda salita y el pasillo no había nadie así que con paso firme me dirigí al salón principal...


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lunes, 25 de junio de 2007

“Con regalitos exóticos me calmo...”

Atravesé el pasillo seria y decidida, llegué a la segunda salita y toqué la a la puerta de la señora que abrió con una sonrisa mientras respiraba profundamente, antes de exhalar formé un par de globos en mis mejillas para hacerle ver que estaba molesta, muy molesta y le pregunté si podía pasar, “claro hija pasa” me dijo y me ofreció un cigarro que acepté, una copa quizá coñac me dijo, pero yo rechacé sin perder la compostura y temple. Preguntó el por que estaba tan molesta y le expliqué con lujo de detalles lo que acababa de ocurrir, su sonrisa desapareció de su cara.

Otras chicas novatas y más dejadas no se quejarían, pero con mi actitud comprendió que no me quedaría callada y reclamaría mis derechos, eyacular en mi cabello no era parte del trato, por eso fui con ella para que me diera alguna satisfacción, ella me miraba con cautela mirando a mis ojos y cuerpo observando mi lenguaje corporal, quería ver hasta donde era mi molestia y a qué estaba dispuesta. Se hizo un silencio, solo se escuchaba el murmullo del local, el andar de las mujeres, de los gays y voces ajenas. Cuando termino su cigarro me preguntó si me había calmado y le respondí que no me calmaría más de lo que estaba. Al escucharme dijo que en el negocio había servicios especiales por los cuales se pagaba extra poniéndose de acuerdo con las chicas previamente y ellas eran quienes fijaban la tarifa, le dije que el tipo no me había dicho que se vendría en mi cabello y que quizá si lo hubiera pedido hubiera accedido porque estaba interesada en complacerlo porque era amigo de ella. Miró al suelo, suspiró y con cara de fastidio me dijo que el siempre se había caracterizado por ser brusco, que de joven era más y no sólo por echar el semen en el cabello.

Para descargar mi coraje le dije que si se hubiera venido en mis nalgas o el vientre quizá, pero no en el cabello, que nadie puede hacer esas cosas sin hablarlo de antemano ya que pagan por un servicio, y que en lo privado el hombre pueda hacer cosas imperadas, se puso de pie y me pidió que la siguiera adonde tenía la ropa nueva, al llegar me dijo que lo único que podía hacer para compensarme era darme más ropa, me voltee mientras me mordía un labio para que comprendiera que no estaba contenta ni satisfecha con más ropa.

Antes que dijera nada sacó un trajecito de camisola muy cortita y una tanga estilo brasileño, ambas con un bordado de una flor en el vientre y la entre pierna, ambas transparentes, me gustaron pero era más mi molestia, estaba con los puños en la cintura y seguía sin esconder mi coraje, al verme sin titubear sacó un par de zapatos muy exóticos, los puso en la cama y sacó varios pares de medias y varios ligueros, “para que siempre uses medias, te verás más sensual y atrayente”. Me pidió que superara el incidente y que todo era para mí. Sin abandonar mi postura le pregunté qué pasaría si volvían a hacer una chingadera similar y respondió que si fuera por ella me compensaría, pero que se lo dijera y correrían al cliente para siempre, porque los clientes nunca ocasionaban problemas ya eran selectos, que lo que había ocurrir no era tan grave comparado con lo que les pasa a otras que trabajan en “congales”, que ahí sí era riesgoso y que en vista de que había trabajado bien dejando muy contentos a los clientes, incluyendo a su amigo y que no era problemática me había dado esa compensación, que de haber sido diferente me hubiera pedido que me aguantara y que me fuera a sufrir a otra parte.

Con su “compensación” y palabras había logrado que me calmara y tuvo más éxito cuando al emprender el camino a la salita me dijo que esperara, fue al closet y me dio otro trajecito, un body totalmente transparente, de lejos parecía que no traía nada, era sin mangas con corte en V al frente e hilo dental por atrás. No pude contener una sonrisa, me imaginé usándolo medias transparentes y los zapatos que me había dado, era una inyección poderosa a mi vanidad. Al ver mi sonrisa me dijo que así le gustaba, que sonriente me veía más bonita, que yo era buena niña y me quería contenta, que los clientes le habían dado detalles de mi trabajo y que no era común sacar adelante los servicios tan bien.

Nos dirigíamos a la salita yo cargando o atesorando “las compensaciones” tocaron a la puerta, era el gay2 quien dijo que el cliente se había ido, que daba las gracias a ambas y que había dejado una propina para mí, la señora me dijo, “ves chamaca, te dejaron propina como servicio completo y nomás tuviste que lavarte el cabello, mi reacción fue una sonrisa enseñándole mis dientes.

Al ver que mi molestia habían desaparecido me sugirió que me probara el body transparente con las medias que combinaran y que estrenara los zapatos, asentí y me acerque a la puerta para ir al vestidor y cambiarme, pero me detuvo diciéndome que me cambiara en la recámara del fondo y que aprovecharía para ayudarme a maquillar y preparar “mi cosita”, que no me preocupara por la ropa que traía puesta, que gay2 la llevara a mi locker y me agradeció por quedarme un ratito más asegurándome que en una hora y media me aventaría otro servicio.

A mí lo que me interesaba era verme con el body transparente con medias y zapatos exóticos nuevos y con el maquillaje profundo que ella me ponía...


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domingo, 24 de junio de 2007

Cuatro versiones en positivo

He aquí las versiones en positivo del negativo de ayer.
Durarán hasta la noche del Domingo. -06:00 G.M.T.

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Daguerrotipo
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Color Antiguo
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Platinotipia
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Blanco y Negro Alto Contraste


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Actualización:

Ya las quité.