Tina Marie

Diario íntimo de una mujer joven ex prostituta

sábado, 8 de septiembre de 2007

Otro detalle mas.

Hoy, como muchos sábados anteriores, muestro un detalle en positivo, aunque pixelado, de la foto completa que colocaré mañana en varias versiones.

-

-

viernes, 7 de septiembre de 2007

"Mal ambiente en mi trabajo"



Mientras él me limpiaba dudé, no sabía que seguiría pero cuando terminó besó mi vulva, apenas lo sentí, si Don Chiborro me pedía que lo acompañara seria pérdida de tiempo, ni modo que me ocupara nuevamente en tan corto tiempo, no quería parecer grosera y sólo darle las gracias y dejarlo acostado sobre la cama, esperé a que se bañara mientras me vestía, cuando salió me dio las gracias y me dijo que se sentía cansado y se iría a su casa, que esperaría a su amigo que estaba con Irma, me sentí reconfortada y me despedí, en el pasillo cada quien tomó su camino, fui a los vestidores y al pasar por la cocina tomé mas margarina y me dirigí a ducharme, después de los rituales de higiene y maquillaje regresé al salón donde percibí el ambiente de “todo se vale en la clandestinidad”, vi que Don Chiborro terminaba solo su botella señal de que Irma seguía con el otro, ya había menos hombres y los que habían desde la noche anterior se habían ido y estaban siendo reemplazados por nuevos, ya era cerca de mediodía y se estaba vaciando la casa, por la tarde se volvería a llenar, los sillones destinados a las chicas estaban llenos, señal de que había menos clientes, decidí hacer sala y con cualquier pretexto iría a cambiarme para irme, a menos que me ocupara nuevamente.

Camine despacito siendo el blanco de las miradas, algunas mujeres no me conocían y les causaba curiosidad mi presencia, los hombres volteaban como acostumbran ver a las mujeres, llegué a los sillones y me quede de pie, tuve que pagar derecho de piso, minutos después una de las chicas se fue y aproveché para sentarme, ahí estábamos calladas, ninguna hablaba, actuaban como si estuvieran molestas sólo miraban a los clientes con otras mujeres, se les veía molestas por no tener cliente, la espera me hizo confirmar que era mejor llegar temprano y la otra opción era ir en la tarde-noche aunque no era viable para mí, después de la incomodidad de estar con gente que no habla me pregunté que hacía ahí, ya había trabajado y ganando lo suficiente en pocas horas para vivir holgadamente varios días y comprendí que no era tan fácil, me había enseñado a soportar estoicamente coitos largos con hombres bien dotados y en ocasiones uno tras otro, pero no había puesto en la balanza el tener que esperar, a lo que no me acostumbraría con facilidad, y a la mala vibra que transmitían algunas chicas, así que me levante sin despedirme.

Me dirigí a los vestidores con la táctica aprendida de la señora y Perla, atravesé el salón con paso lento para ser vista, el sillón donde estaba Don Chiborro y su amigo ya estaba vacío, supuse que Irma se estaría bañando, vi a la “sardina” con otros clientes y chicas, me dirigí a ella para despedirme, salude y me agaché para hablarle al oído avisándole que me iba, se sorprendió ya que no éramos amigas pero me deseó suerte, mientras lo hacia levante las nalgas como me habían aconsejado, fue en vano porque los pocos clientes que había estaban ocupados, seguí hasta la oficina de gay1, no pensaba verlo hasta después de bañarme pasaría a cobrar, estando en la puerta lo vi arqueando las cejas en señal de saludo, levanto la mano para que me acercara, entré y le dije que ya me iba que ya no había clientes y sin escucharme me dijo que fuera al privado en la zona VIP, le pregunte porqué o para qué y me dijo que había dos buenos clientes solos, como solos si sobraban mujeres le dije, “tú ve” dijo, le pregunté qué excusa usaría, “tú ve y entra, diles cualquier cosa”, respondió, “es seguro que me ocupen” dije, “claro” por eso te estoy mandando.

Salí y ya dentro de la zona VIP y me paré frente al privado, no sabía lo que me esperaba detrás de la puerta, no sabía cuantas personas había, para que tocar si la música adentro era alta y no me escucharían, respire hondo tome la perilla de la puerta y la giré…


-

jueves, 6 de septiembre de 2007

“Siempre se aprende algo...”

Llegamos a la oficina de gay1 y Don Chiborro me pagó, entregue el dinero y como el tiempo apremiaba y el cliente estaba urgido nos condujo él mismo, en esta ocasión sí había una recámara no-VIP libre, por mí mejor ya que estaba cerca los vestidores. Mi cliente fue apretándome una nalga todo el pasillo, gay1 iba adelante y no se dio cuenta, aunque si hubiera visto estaba acostumbrado a esas situaciones. Tan pronto cerré la puerta comenzó a desnudarse y yo lo imité, no recuerdo a Don Chiborro físicamente, era de estatura y complexión normal, con bastante panza, de piel morena, su miembro no era largo pero estirado hacia abajo parecía una salchicha con protuberancias. Sin mediar palabra se puso boca arriba sobre la cama y entendí lo que quería, usé la técnica que me había enseñado Perla para mamarla y poner el condón al mismo tiempo cuando la tenían dormida, pero este la tenia dormida y estirada, agarre su verga desde la base con la mano y con la otra puse el condón en la punta y así se la comencé a chupar, conforme sentía que se le paraba fui bajando el condón hasta la base.

Como Don Chiborro había estado de pie bebiendo toda la noche tardé en parársela, se la chupaba de arriba abajo para que reaccionara pero tardó, cuando sentí que ya estaba dura aceleré el movimiento de cabeza y de boca sintiendo como se le paraba más y más hasta que me pidió que cesara, inmediatamente me coloqué boca arriba porque temía que se le bajara o que quisiera que me sentara en su verga, vi que su miembro apuntaba hacia mi cara, al acercarse puso la cabeza en mi monte de Venus aplastando los pelos y la fue recorriendo mientras que la punta rozaba mis labios, me penetró con cierta facilidad debido a la lubricación extra que yo me había proveído, pero no por eso dejé de sentir que me habría la carne, se echó encima de mí y beso mi oído y lamió mi cuello piropeándome de manera más gentil que sus predecesores. Sacaba y metía con suavidad halagando la cantidad de mi lubricación, empecé a sentir como el exceso de humedad que no podía contener en mis genitales porque ya rodaba por mi ingle hasta mis nalgas, cada vez que la metía escuchaba el sonido típico de cuando hay mucha humedad. Arqueó su espalda y chupo mis pezones, le coloque mis talones en su cintura para que me penetrara más fácil aunque para mí era menos sensible, al sentir mi movimiento comenzó a moverse con mayor velocidad sin imprimir toda su fuerza. Era obvio, tenia experiencia en la cama y quería prolongar el servicio por el que había pagado, así que me hice a la idea que su entrar y salir no sería breve, así que me limité a ver al techo, afortunadamente la iluminación era tenue y no me molestaba, quizá los dueños de esas casas saben que mucha luz molesta, incluso irritar, por eso ponen así la luz.

Pasaron minutos con incontables metidas y sacadas, solo alguna pausa para evitar la eyaculación, muchos piropos y besos en los pezones hasta que por fin Don Chiborro necesitó eyacular y empezó a empujar con más fuerza, los sonidos y golpes húmedos se acentuaron hasta que llegó al choque eléctrico de los hombres al eyacular con sonidos guturales y diciéndome “que buena estás”, levanté las rodillas hasta los hombros para que pudiera sacarla, a pesar de la lubricación y por mi estrechez el condón se quedo en mi vagina y la mitad colgando, me lo retiré y lo vi a trasluz, era un hombre de más de cuarenta que había depositado una gran cantidad de semen, luego aprendería que a esa edad se puede eyacular grandes cantidades.

Antes de irnos me pidió que le hiciera “el honor” (sic) de dejarme limpiar por él para hacerlo más feliz aún, dije si y abrí las piernas para que lo hiciera con papel del baño, fue un intercambio, de mi parte era intimidad, de la suya morbo o erotismo qué sé yo, el caso es que quedo contento y se convertía en un cliente asiduo en potencia.




-

miércoles, 5 de septiembre de 2007

“Mi primer sala iba bien...”


Entré al salón y por un momento trate de dominar el panorama y pensando como proceder, las luces eran tenues y no alcanzaba a ver las caras, buscaba a Perla que podría orientarme en qué hacer, era temprano para encontrarla pero no perdía la esperanza de que estuviera, recorrí el salón lentamente esperando que ocurriera algo, Perla no estaba y ese algo no ocurría pero seguí con pies de plomo, habiendo recorrido más de la mitad del salón vi una cara familiar, busque en mi mente hasta que recordé, era la chica extranjera que me decía “sardina” y quien aquí así llamare, me acerqué y me dijo que estaba ocupada que no me podía invitarme a unirme con ella y sus “amigos” y me sugirió que fuera al sofá de la esquina con las chicas solas, los sofás de rincón o pegados a la pared eran para las que aun no conseguían cliente, me fui a sentar y nos saludamos, al instante comenzamos a conversar, ellas venían de hacer uno o varios servicios y habían quedado “huérfanas” como yo, eran tres y no tenían mucho de que conversar, llegó gay2 y llamo a una porque un cliente la había visto y la había pedido, hable con las otras y ambas mencionaban con asombro la cantidad de trabajo que había igual la noche anterior, una de ellas comento que había llegado temprano y que le había ido muy bien que prácticamente había pasado de cliente en cliente, la otra había llegado después que yo y ya llevaba uno.

Al poco tiempo vino gay2 buscando a una de ellas y nos quedamos la recién llegada y yo a quien llamaré “Irma” con quien llegué a tener buena amistad, conversábamos hasta que vimos que gay2 nos hacía señas, ambas levantamos los brazos y le preguntamos a quien de las dos le hablaba y nos dio a entender que a las dos y que fuéramos con él que nos llevó al otra lado del salón donde había sillones pequeños, poco más grandes que un individual, eran “love seat” donde estaban dos hombres bebiendo, nos presentó y amablemente nos saludaron viéndonos de arriba abajo y gay2 nos dijo, “chicas una vueltecita”, giramos con la aceptación de ellos, pareciera que los sillones fueron diseñados para estar apretados, como para que el cliente sintiera muy cerca a la chica, con quien me eligió lo llamaré “Don Chiborro”, estaba oscuro y había sido un día ajetreado, no recuerdo su cara pero era un hombre de unos cuarenta y tantos años.

Don Chiborro comenzó a hacer las preguntas que todos hacen, que como te llamas, nadie usamos el verdadero nombre, de hecho conozco chicas que extranjerizaban sus nombres, muchas “Juanas” son “Joanna”, “Jane”, las “Lauras” son “Lori”, “Lorri” o “Lauri” pero la realidad es que los nombres que usan nada tienen nada que ver con los verdaderos, preguntó mi edad y le respondí que dieciocho como me habían dicho que dijera y por supuesto pregunto el tiempo que llevaba dedicándome a eso, le respondí que tres meses y dijo “con razón” por eso nunca te había visto, mis ocupaciones no me han dejado de asistir algunos días. Ellos bebían alcohol, cuando me ofreció que tomar pedí agua mineral argumentando que era temprano para beber. Don Chiborro me abrazaba con su cara muy cerca de la mía, en ese momento pasó “sardina” y discretamente sonrió guiñándome un ojo dándome a entender que no dejara ir al cliente, sonreí y seguí coqueteando con mi cliente que no perdía oportunidad para poner su mano en mi pierna sin dejar de hablarme, pero cuando comenzó a pellizcar sutilmente mi pezón supe que se estaba preparando para pedirme servicio, al poco tiempo me preguntó si quería ir al cuarto, con seguridad asentí diciéndole que era la razón por la que estaba con él, volteé a ver a Irma y vi que todavía no estaban listos para ir a la cama ya que hablaban animadamente en vez de estar metiéndose mano, hablamos de dinero y nos dirigimos a la oficina de gay1...



-

martes, 4 de septiembre de 2007

“Seguía siendo nueva, mas no novata pero sí inexperta”

Siempre le di importancia a la circuncisión, me interesa más que el tamaño, sin embargo ahora que escribo y recuerdo el servicio que les di a Penecorto y Penelargo y por más que hago memoria no recuerdo si la tenían como lo narre, quizá sí, quizá no Llegué a los vestidores corriendo como quien llega a su casa para guarecerse de la lluvia, después de darme un baño a conciencia me apliqué abundante aceite para bebé a lo largo de mis genitales y entre las nalgas, había olvidado aplicarme manteca antes de salir de casa así que traté de que el aceite la supliera, pero el aceite es para aliviar rozaduras y excoriaciones y no para lubricarme.

Después del ritual me recosté desnuda en la cama con las piernas hacia arriba sobre la pared esperando que el aceite se absorbiera, esa posición me ayudó a descansar y pensar, se me ocurrió buscar manteca en la cocina, no quería vestirme aunque sabía que era una hora “álgida” y no podía salir desnuda y caminar hasta la cocina porque podrían verme, tampoco quería perder la sensación de frescura así que me envolví en la toalla y salir a paso veloz, la cocina estaba vacía, las chicas estaban dormidas o trabajando, era un día ajetreado, me aproximé al refrigerador y busqué la anhelada manteca que no había, pero si margarina, corté un cuadrito y regresé corriendo a los vestidores, me recosté boca arriba con las piernas en la pared, doblé las rodillas y me apliqué la margarina a lo largo de mi vulva, a pesar de que era solo un poco fue más que suficiente, una vez que se fundió con mi calor y ver que se desbordaba metí el exceso en mi vagina con mi dedo barriendo la vulva con la yema hasta llevar el exceso al orificio vaginal, aunque seguía desbordándose me puse la servilleta sobre la vulva para que absorbiera y me invadió una sensación, no sé como decirlo pero fue relajación al sentirme tan lubricada. Quizá los hombres no me entiendan y algunas mujeres tampoco, pero es como cuando una máquina bien lubricada y lista para funcionar a la perfección.

No conforme con lo que hice me apliqué más aceite para bebé para disimular el olor de la margarina, con unos minutos de descanso me vestí y noté que había quedado tan húmeda que mancharía la ropa así que busqué en mi casillero y encontré una cajita de panty protectores, sería mejor ponerme la ropa que no había usado y no había sido vista, me vi en el espejo y noté que el panty protector se veía como si fuera parte de la ropa como entrepierna de calzón, después de maquillarme lo más cargado que pude y de perfumarme salí de los vestidores.

Seguía siendo nueva, mas no novata pero sí inexperta, no estaba acostumbrada a estar en la sala, siempre me presentaban a los clientes o me decían con quien ir, así que camine esperando ver caras conocidas que me dijeran que hacer, salí con decisión pero conforme avanzaba mis piernas comenzaron a temblar y me invadió un extraño sentimiento de inseguridad, me di la vuelta y regresé por el mismo camino, en los vestidores me vi al espejo y mi maquillaje era aceptable sin tener la maestría de la señora o de los gays, chequé mi peinado que era aceptable, intente olerme cada parte de mi cuerpo limpio y perfumado, no había razón ni pretexto para permanecer ahí así que volví al salón principal pasando por el baño de caballeros, por la oficina de gay1, mi inseguridad me pidió que me sentara a esperar, quizá a los gays o a la señora que me apurara a trabajar o me trajera un cliente, me armé de valor y conforme me acercaba se escuchaba la música con volumen alto y voces como murmullo estentóreo, respiré profundamente y abrí la puerta, era como entrar a otro mundo, había luces tenues, música que si bien no era estruendosa a mi me lo pareció después de la soledad y quietud de los vestidores donde sólo escuchaba ronquidos de las chicas o su respiración, escuchaba risas y carcajadas de hombres y mujeres diseminados por el salón, que hubiera tantas mujeres casi desnudas me liberaba, para donde miraba veía senos y pezones bajo ropas transparentes, al igual que las nalgas de las que estaban de pie y muchos pubis, algunos rasurados, otros parcialmente o al natural.


Así empezaba algo nuevo para mí, hacer sala era una aventura y experiencia que debía vivir, era un terreno que tenia que recorrer para ser “parte de la casa” completamente.





-

lunes, 3 de septiembre de 2007

“El fantasma les cumplió a los groseros”

Penecorto reposo sobre mí, había quedado flácido y lánguido, necesitaba recargar energía, colocó su cabeza en mi clavícula pero Penelargo lo apuró a quitarse, él simulo no escuchar pero le insistió, incluso lo jalo, yo seguía tocando el respaldo de la cama con mis piernas levantadas, no tenía idea si Penelargo me mandaría a bañar o me tomaría así, lo importante era que no me penetrara sin protección. Mientras Penecorto me la sacaba separando su cuerpo del mío, Penelargo se puso de rodillas con su miembro apuntando al frente, cuando el primero liberó mi vagina vi que se aprestaba a colocarse, le pedí que esperara, tomé otro condón y se le coloqué, no esperé a que me pidiera que me pusiera, solo me reclinarme y levanté las piernas, debido a la humedad proporcionada por Penecorto la penetración fue como resbalar en aceite, me cogió sin problema con el típico sacar y meter, sentía su verga dentro de mi vagina sin dolor y comenzó a usar lenguaje sucio, no recuerdo que dijo pero también hablaba con su compañero ignorándome a mi como si fuera un fantasma, le comento que me había dejado bien “mojadita” y que así me sentía por dentro, “es diferente que cogerse a una vieja limpia”.

Sentí la mano de Penecorto en mi seno, no sabia como detenerlo, pero eran puntos a favor dejarlos contentos y así tenerlos como clientes cautivos, la posición y su movimientos no le permitían besar mi pezón y se limitó a agarrármelo, minutos después con voz normal dijo “chingada madre ya no aguanto” y arrecio sus embates de verga haciéndome gemir y pujar, su vientre me golpeaba cuando entraba hasta el fondo sintiendo su peso sobre mi cuerpo, arreció y eyaculó con lenguaje sucio para mí, era un hombre erotizado en extremo, yo gemía poco y pujaba mucho, termino y se recostó sobre mí unos segundos hasta que su amigo le pidió que se quitara, antes de que lo hiciera levanté los brazos como si lo fuera a abrazarlo, mi intención era ver la hora, como habían pagado por los dos el tiempo era doble, apenas había transcurrido la mitad y tenía que aguantar lo que siguiera dentro de los límites establecidos, siguieron hablando entre ellos tenía sus caras en cada hombro, sus manos recorrían mi vientre y mis muslos, uno de ellos jugueteaba con mis pelos. Las yemas de sus dedos con mis pelos producían el sonido de fricción, ambos alegaban a quien le había ido mejor, si uno por haber visto cuando atendí a su amigo o viceversa, por haber sido el primero y aguantar más y siguieron así como si no estuviera, hablaban de mi cuerpo y de mi sexualidad sin dirigirse a mi que era un fantasma para ellos.

Tenían la intención de besar mis senos nuevamente pensé jalar sus miembros y masturbarlos pero podía excitarlos lo suficiente para que me cogieran de nuevo, así que levante los bazos para darles acceso libre a mi pecho y comenzaran a mamar mis pezones mientras recargaba mi cabeza en la cama viendo al techo. Así permanecimos hasta poco antes de que se cumpliera la hora, me voltearon y comenzaron a besar mis nalgas que apretaban y acariciaban.

Estando boca abajo miré mi reloj y faltaban minutos para la hora les dije que tenía que irme, que me bañaría en los vestidores y que ellos podrían bañarse ahí mismo, les mentí diciendo que si pasaba el límite de tiempo me regañarían y a ellos no les dirían nada. Me limpié y me vestí y sigilosamente atravesé el pasillo de la zona VIP hasta los vestidores, no quería que me vieran para bañarme a gusto, tranquila y de ser posible descansar unos minutos, como era día festivo habían muchos clientes con dinero y hambrientos de sexo.


-

domingo, 2 de septiembre de 2007

De vuelta a las raices.

Como dije ayer, he vuelto a mis raíces. En esta ocasión utilizo efectos que tenía mucho tiempo de no usar, probablemente desde el año pasado.
Las imágenes durarán hasta la noche del Domingo. -06:00 G. M T.

Por cierto, ofrezco una disculpa a las personas que me han escrito al correo y no les he dado respuesta. Por ahora sólo estoy respondiendo a quienes también me comentan por aquí. Mis ocupaciones así lo demandan. Gracias por su interés. Feliz Domingo.

-
Vignette.

-
Efecto Cruzado.


-
Color Antiguo.

-
Blanco y Negro Alto Contraste


-

Actualización:

Ya las quité.

.